Último día en Praga, pero nuestro vuelo de regreso a casa no sale hasta las 21:15, con lo que aún podemos aprovechar el día de hoy. Desayunamos, hacemos el equipaje y lo dejamos en la consigna que tienen al lado de la recepción hasta que vengamos a recogerlo para trasladarnos al aeropuerto.
A las 10:00 hemos quedado para realizar un free tour por Mala Strana, así que nos acercamos al metro, compramos los tickets necesarios para desplazarnos por la mañana y por la tarde para ir al aeropuerto en transporte público. Nos bajamos en la parada de Malostranska y volvemos a una de las zonas más animadas de la ciudad, la plaza de Mala Strana, en la que destaca la Iglesia de San Nicolás, antiguo convento jesuita.
Llegamos al punto convenido e iniciamos el tour, hoy trata sobre la ciudad de Praga en general y el barrio de Mala Strana en particular. Iniciamos el circuito frente a la universidad y continuamos en uno de los muchos jardines que pertenecen al complejo del castillo.
Nos dirigimos ahora a la orilla del rio Moldava y conseguir una de las vistas más bonitas del puente de Carlos.
Muy cerca, está el museo de Kafka, en su entrada se encuentra una estatua de bronce, del omnipresente David Cerny, “los meones de Kafka”, que representan a dos hombres meando sobre el mapa de la República Checa.
En diferentes puntos del barrio hay señales que indican hasta donde llegó el nivel del agua en los diversos desbordamientos del río en 2002 y 2013.
Es el turno de la calle Kozeluzsca, la calle más estrecha de Praga, con semáforo para peatones. Uno de los tres sitios más visitados de la ciudad, para incredulidad de muchos.
Y finalmente llegamos al Puente de Carlos a través de las dos torres góticas unidas a través de un arco
Seguimos callejeando, aquí está el muro de John Lennon, con poemas a Ucrania y vemos los canales.
Ya estamos acabando el recorrido, que nos está gustando mucho, tenemos una guía muy divertida. Vamos por el puente de Carlos donde nos detalla las historias de alguna de las estatuas más relevantes.
Y dos horas y pico después acaba el tour, nos han sorprendido gratamente los dos tours y las dos guías que nos han tocado. Llega el momento de dar la propina que cada uno estime y acordamos ir todos del grupo juntos a comer a un restaurante cercano a la plaza de la Ciudad Vieja, festival del codillo y a despedirse.
Después nos fuimos a pasear y a tumbarnos en la isla de Kampa, compras de última hora y a recoger el equipaje al hotel, traslado al aeropuerto y vuelo de vuelta a España.
Praga merece mucho la pena.
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Unas reflexiones finales.
Me ha gustado:
* Praga es muy bonita, la Plaza Vieja es una maravilla.
* Los Free Tour, guías muy preparados y simpáticos. Aprendes mucho.
* Las cervezas o pivos, entran al cuerpo como cuchillo en mantequilla.
* Volver a visitar una ciudad europea sin restricciones, parece que la pandemia ha tocado fondo.
* Los checos con nosotros, han sido muy majos
No me ha gustado:
* Que te quieran cobrar propina obligatoria.
* Me ha parecido una pasada que te cobren 10/20 coronas checas por utilizar los baños públicos/privados.
* Lo poco que duran los semáforos para los peatones (aunque esto también podría ir en me ha gustado
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