Una semana en Nueva York ✏️ Blogs de USA

Sábado 02/11/13. Habíamos llegado el viernes por la mañana al hotel SHS Aeropuerto Madrid, donde dejamos las maletas y fuimos a la capital a pasar la tarde. Vimos la obra de teatro "La cena de los idiotas", espléndida y divertidísima, aunque si has visto la película tiene poca emoción. El hotel fue una buena elección, nos trataron de maravilla y el precio es correcto. Te llevan a Barajas en furgoneta dos horas antes del vuelo. Volamos con Iberia, salida a las 12.15, todo muy cómodo: te dan de comer y de merendar, pantalla en el respaldo con películas, música, juegos, etc.
Llegamos al aeropuerto JFK a las tres de la tarde hora local, y tras pasar un control bastante exhaustivo (hasta te pillan huellas dactilares de varios dedos de ambas manos) hay que coger un taxi a Manhattan, una horita más de viaje (los hay a montones, preguntadle antes lo que os va a cobrar y que no sea más de 50-60 dólares, incluyendo la propina "obligatoria").
Nos alojamos en el Mayor Hotel, en Chinatown, bastante cutre y con la habitación más pequeña en la que he estado en mi vida, pero era de lo más asequible que había en Manhattan, con buena calefacción, limpio, baño propio y desayuno incluido. Algo ruidoso porque pasa el tren muy cerca, pero estás a un paso de dos estaciones de metro, y el sur de la isla está a 15-20 minutos caminando. El agua caliente estuvo estropeada un par de días y tuvieron el detalle de descontarnos 100 dólares de la factura final. A mi me gustó la zona, es como si estuvieras en otro mundo y no notamos inseguridad en ningún momento, aunque entiendo al que diga que no le gusta porque el barrio está algo sucio y abarrotado. Esta era la vista que teníamos desde la ventana de la habitación.

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Recomiendo para ahorrar un buen dinero (cerca de 300 dólares por cabeza) comprar la tarjeta NYPass desde España por internet, y te organizas muy bien con el librito que te dan para sacarle el máximo partido.
www.newyorkpass.com/Es/
Todo lo que os pongo en el diario estaba incluido en ella, excepto el partido de la NBA y la tarjeta semanal de transporte. La fuimos a buscar a pie nada más instalarnos en el hotel a N&R, una tienda de electrónica en Park Row, y justo en la acera de enfrente salían los buses hop on hop off (tomamos el que iba "uptown" hacia Times Square).
Dimos por allí una vuelta, y te quedas boquiabierto del jaleo que tiene esta ciudad un sábado por la tarde-noche. Había una cola enorme en las taquillas de entradas baratas para musicales, y una combinación asombrosa de gente, ruido, luces y tráfico que te deja hipnotizado.

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Sobre las nueve (os recuerdo, seis horas más en España) cogimos allí mismo otro bus turístico nocturno que durante dos horas te cruza a Brooklyn y muestra sin andar la auténtica maravilla que es esta ciudad cuando llega la noche. El autobús cruza toda la isla, y pasa a Brooklyn por el Manhattan Bridge. No se os olvidará la vista nocturna del skyline de Manhattan desde Brooklyn, donde el autobús se detiene un momento para que tomes fotos. Lástima que mi cámara no sea gran cosa, pero una foto no recogerá nunca la vista que tienes delante. Los guías son gente enrollada, pero hablan solamente en inglés y a toda pastilla, así que más os vale dominar el idioma porque de otro modo no te enteras de mucho. Y abrigaros como si estuviéseis en el más crudo invierno, porque se pasa frío (especialmente cruzando los puentes).

Para volver al hotel un billete de metro sencillo desde Times Square, y a descansar que ya empezábamos a sufrir el horario y era suficiente para el primer día.

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Domingo 03/11/2013. Ese día se corría la Maratón, todo un acontecimiento pero del que no nos enteramos de nada porque nos movimos por el sur de la isla, y a lo que fuimos al centro ya había terminado todo. Desayunamos abundante bollería industrial en el cuarto de desayunos del hotel, que era el mismo que el de las lavadoras; nada del otro mundo pero era una forma de arrancar el día con el estómago caliente.
En una estación de metro nos sacamos la tarjeta de transporte para siete días, y nada más empezar llega el primer chasco: habíamos encargado con la NYPass una misa Gospel, salida del grupo desde Trinity Church junto a Wall Street a las 9, y no aparece nadie en 40 minutos. Las llamadas al teléfono de contacto no sirven de nada porque sale un contestador que habla a toda velocidad y no te enteras de nada, así que cabreados nos toca improvisar y visitar el sur de la isla. Luego sabréis por qué no encontramos al grupo.
Caminando "downtown" pasas junto a la estatua del Toro en Bowling Green: acude pronto si no quieres ser rodeado por cientos de orientales.

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Cerca de allí se toma el barco a la Estatua de la Libertad y a Ellis Island, actividad imprescindible. Sin llegar a bajar del barco hay una vista maravillosa de Nueva York. Ya veréis que en cada sitio que entras hay que dejar las mochilas, quitarte el cinturón, móviles, etc., y aunque resulta muy pesado hacerlo varias veces cada día te terminas acostumbrando. Nosotros bajamos solamente en Ellis Island, y salen unas fotos de Manhattan sensacionales.

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Volvimos otra vez hacia Trinity Church para ver el edificio de la Bolsa (me quedé con las ganas de ver la Reserva Federal, pero hay que reservar con varios meses de antelación). Fuimos después al memorial del 11/9, donde te hacen pasar en fila india para que no tengas más remedio que dejar un donativo (llevad siempre billetes de 1 y 5 dólares para estos casos y para las propinas a chóferes y guías si se lo merecen). Visita obligada, te sobrecoge pensar lo que allí ocurrió el día del atentado contra las Torres Gemelas.

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Paseamos después por Pumphouse Park hacia la orilla del río donde está el North Cove Yacht Harbor, preciosa zona con barcos y zonas verdes. No olvidéis entrar a la cúpula de cristal de Brookfield Place: hay conciertos y exposiciones, y tuvimos la fortuna de ver una muy divertida de figuras hechas con latas de comida.

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Pasamos por la puerta del 9/11 Tribute Center sin entrar, y comimos junto a la enorme tienda Century 21 en un garito que pagabas la comida al peso, chocante pero relativamente habitual allí. Es una solución rápida cuando aprieta el hambre.
Tomamos después metro uptown para subir al Empire State. Todo lo que os digan se queda corto, es una auténtica maravilla, y le pegas fuego a la cámara de fotos. Insisto, id bien abrigados, me lo agradeceréis.

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Cerca del Empire State está la tienda de Victoria´s Secret, estupenda especialmente para las chicas. Hicimos merienda-cena con unos burritos con guarnición abundante en unos tenderetes de comida mexicana en la calle por 10 dólares, y ya nos dirigimos al Madison Square Garden, donde teníamos entradas sacadas en la web de reventas Stubhub para el partido NBA entre los Knicks y los Timberwolves de Ricky Rubio. Pagamos 62 dólares por entrada, en las últimas filas del pabellón, pero no me arrepentí porque es un espectáculo sensacional al que no le faltó nada: himno, cheerleaders, breakdance, petición de matrimonio en directo, famosos viendo el partido ... Se ve mejor el juego en las pantallas gigantes repartidas por todos lados. Nos pareció raro que a la hora del partido no había casi nadie, y la gente empezó a llegar casi una hora más tarde y el partido también empezó una hora más tarde... Todo muy sospechoso, y fue cuando nos dimos cuenta que ¡¡la noche anterior habían retrasado la hora en USA, y en España se hizo varias semanas antes!!. Por lo menos nos tocó esperar, y no llegar tarde si la hubieran adelantado. Por eso no vino nadie a las 9 por la mañana... En fin, novatada pagada y a otra cosa.

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Tras el partido no hubo tiempo para más y nos fuimos al hotel en metro.

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Lunes 04/11/2013. De nuevo en Park Row junto al NY City Hall para coger el bus turístico a Brooklyn, incluyendo Lower Manhattan. Muy recomendable, pues la vista en este caso es diurna y pudimos comparar con la nocturna de hace dos días. Me quedo con la nocturna, pero esta es también impresionante. Merece la pena este recorrido por un barrio muy animado, pasar por los puentes ya es chulísimo, y te llevan por preciosos parques, monumentos, incluso por el Barclays Center donde juegan los Brooklyn Nets. Al ser un día laborable el tráfico era brutal, sobre todo por Chinatown, y desde el autobús daba gusto ver la ciudad tan viva.

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De vuelta al hotel vimos artistas callejeros haciendo virguerías físicas (por supuesto, luego pasan la "gorra") y osamos a entrar a comer en un restaurante chino de Division Street, con clientes chinos, con los carteles en chino, y camareros que apenas nos entendían. Toda una aventura, pero bastante divertida y que salió bien. Cogen una bandeja de corcho y la llenan con lo que les vas señalando, con gran variedad de pastas, arroces, fideos, y otras comidas desconocidas pero con buena pinta. Con una lata de refresco y una sopa para cada uno pagamos un total de 15 dólares, y estaba todo muy bueno.
Por la tarde paseamos por el barrio, iniciando el recorrido en el famoso Bloody Angle de Doyers Street.

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Tiendas y más tiendas con todo tipo de mercancías, podéis comprar allí recuerdos típicos como sudaderas, tazas, gorras, camisetas, etc. Continuamos caminando por lo que queda de Little Italy, donde recomiendo visitar una preciosa tienda de adornos navideños abierta todo el año, llegando después a través de Nolita hasta Houston Street.
Seguimos el largo paseo para visitar el Soho, en el que no hay que perderse la magnífica tienda de Apple en Prince Street. El barrio consiste en grandes firmas tipo Adidas y Levi's, tiendas de lujo sin mucha clientela, pequeñas galerías de arte, y mucho rollo alternativo que resulta curioso de ver. Gente a montón, animación mucha, pero a esas horas del día nos quedaban pocas ganas de marcha y volvimos al hotel a cenar en la habitación y a descansar.

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