Descubriendo Amsterdam y alrededores. ✏️ Blogs de Holanda

Hola a todos los que estéis echando un vistazo al comienzo de este diario. Antes de empezar me gustaría comentaros que es la primera vez que escribo uno, pero después de haber recibida tanta ayuda a través de todos los diarios de viajes que me he leído en el blog creo que es hora de que yo aporte mi granito de arena.

Al ser mi primer diario no esperéis gran cosa, aunque que quede claro que cada una de las palabras que escribiré están sacadas directamente del alma y espero expresar las sensaciones y las experiencias que me he traido de ella, de Amsterdam.

También quiero agradecer, y de verdad, a todas las personas que colaboran en mayor o menor medida en este maravilloso foro, ya que no os podéis imaginar lo que nos habéis ayudado a planificar todo y el éxito de este viaje se debe, en mayor medida, a vosotros. GRACIAS

Amsterdam es una ciudad que llevaba rondándonos bastante tiempo por la cabeza, pero, por diversos motivos siempre se escapaba de nuestras manos.

Este año ha sido un poco duro (soy maestra opositora, con todo lo que eso recae), así que desde octubre empezamos a pensar que era el momento de hacer uno de esos viajes, esos que sabes que los vas a disfrutar y que será único e inigualable (bueno, si, como casi todos ). Puesto que el trabajo y la economía no están para que una pierda mucho la cabeza, decidimos que era hora de conocerla a ella, a Amsterdam. Así que después de mirar y remirar y pedir ayuda a alguna que otra amiga experta en pasar horas y horas batallando con las webs de vuelos y hoteles, acabamos en una agencia de viajes comprando vuelos y 7 noches de hotel para nuestra querida y ansiada Amsterdam, que aunque parezca increible, nos salió más económico que si lo hubiéramos comprado por internet. Ahí empezó todo. Entre tema y tema de las oposiciones buscaba información (en este maravilloso foro que google me mostró en su día) sobre museos, precios, billetes de tren, pueblos para visitar... y así hasta que llegó ese ansiado 21 de julio, donde a las 20:00 salia nuestro vuelo desde Sevilla.

Fallo mío de principiante no haber apuntado los precios de vuelos y hotel detalladamente, pero bueno en total nos salió el viaje la pareja 1150 euros, que incluye:
- Vuelos ida y vuelta, compañia Vueling.
- 7 noches en el hotel WINDHAM APOLLO AMSTERDAM.
- 1 maleta facturada.
- 1 traslado de aeropuerto a hotel (llegábamos sobre las once de la noche y decidimos contratarlo).
- 2 seguros de viaje (no quería que me cogieran las oposiciones desprevenida )

Aunque en el diario iré especificando las actividades que hicimos y como la hicimos y demás, os recomiendo que para cosas mas detalladas os paséis por todos los hilos que tiene el foro de viajar a Amsterdam, ya que todo está sacado de la información tan maravillosa que sacamos de alli.

Y ya no me extiendo más en la presentación y comienzo con mi primer diario "DESCUBRIENDO AMSTERDAM Y ALREDEDORES"

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Después de meses esperando llegó el día esperado, 21 de julio, día en que por fin llegaremos a la ciudad que tantas ganas teníamos de conocer, si, ella, única e inigualable, nuestra querida Amsterdam

El vuelo salía a las 20:00 de Sevilla. Como viene siendo habitual la maravillosa suerte que tenemos con los aviones, salimos con cerca de 45 minutos de retraso, pero como bien sabéis los viajeros esto está a la orden del día, y como sarna con gusto no pica, a tomárselo con la mejor filosofía posible, dicen que lo bueno siempre se hace esperar...
El vuelo transcurrió normal y en menos de lo esperado ya estábamos visualizando desde la ventanilla las luces de nuestra querida Amsterdam. Al llegar tuvimos una pequeña sorpresa... Como comenté anteriormente, teníamos contratado nuestra recogida en el aeropuerto debido a que llegábamos sobre las once y pico de la noche y no queríamos llegar demasiado tarde al hotel puesto que nuestra intención era descansar para empezar bien nuestro viaje. Digo bien, nuestra intención era esa, pero otra cosa muy distinta es lo que nos pasó.

La maleta que teníamos facturada llegó a la perfección y bastante rápido. Con los nervios que se tiene en el cuerpo al llegar a un destino desconocido y con una gran sonrisa en nuestras caras, salimos esperando a alguien donde tuviera nuestro nombre en un cartel. Salimos efectivamente, pero alli no habia nadie que nos esperase a nosotros. Esperamos un poco, salimos fuera por si nos estuvieran esperando alli, pero nada, no habia nadie Al llevarnos ya media hora esperando, decidimos llamar a un número de teléfono gratuito que nos habían facilitado por si hubiera algún problema. Llamamos y esperamos... Después de un rato escuchando la odiosa musiquita me atiende una señorita en inglés y pido a alguien que hable español. Me defiendo más o menos en Inglés, pero entenderme... Doce de la noche, en Amsterdam y colgados en el aeropuerto... Al final, después de otros cinco minutos largos escuchando la musica me atiende una señorita. No me extiendo mucho, en conclusión, la empresa de traslados no le cogían el teléfono y cuando se pudo poner en contacto con ellos, resulta que el hombre que nos esperaba estaba en frente del hotel Marriot (hotel frente al aeropuerto) desde las once de la noche... En definitiva, buen servicio pero muy mal la informacion que dan, puesto que a nuestra agencia les dijeron que nos esperaban dentro del aeropuerto, no fuera...en fin... cosas que pasan
No pasa nada, ya estábamos en el coche y caminos a nuestro hotel. Ya con nuestro enfado casi esfumado, llegamos y la impresión es bastante buena. En frente del hotel convergen tres canales terminando en un puerto deportivo que tenía el hotel. El WYNDHAM APOLLO no está en el centro centro, eso lo sabíamos al hacer la reserva, pero no nos importó porque dando un precioso paseo te ponías en el centro como mucho en unos 20 minutos. Esta, para que quede más claro, a unos diez minutos andando de Museumplein. Vamos, para nosotros relación calidad/ubicación/precio perfecta. La habitación era bastante amplia, os pongo alguna foto para que os hagáis una idea


El cuarto de baño también genial


Y con servicio de cafetera y tetera gratuito


Después de ver como iba a ser nuestra casa durante la próxima semana nos decidimos a pegarnos una buena ducha y a dormir. Al día siguiente nos esperaban muchas emociones y experiencias

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Suena el despertador, pero hoy suena diferente...si!! Estamos en nuestra maravillosa habitación y estamos en Amsterdam

Lo primero que hago es asomarme rápidamente a la ventana para comprobar que por fin estoy aquí, que por fin voy a ver sus canales, que por fin voy a sentir su energía. La vista que tenemos de nuestra habitación es cuanto más perfecta. Tenemos el canal a nuestros pies. Nos vestimos rápido, un café exprés y a comenzar a pasear.

Salimos a la calle y siguiendo nuestro primer mapa (de tantos que nos darán) que nos facilitó la señorita de recepción, vamos paseando al lado del primer canal que veremos.


Seguimos andando embobados con el ambiente, un cielo un poco nublado donde el sol se intentaba hacerse un hueco, un poco de frescote en el ambiente (recordar, veniamos de Sevilla en julio), pero ya enamorados de nuestra Amsterdam. Sin darnos cuenta nos encontramos antes unos edificios monumentales, que me dejaron embobada al instante. Ví por primera vez el Rijksmuseum un edificio que afortunadamente he tenido la ocasión de ver durante todos los días de nuestro viaje.


Sabiendo que aún nos quedan varios días para poder disfrutar de Museumplein en todo su esplendor, seguimos caminando y seguimos embelesándonos con el paisaje que Amsterdam nos está ofreciendo. Llegamos a Leidseplein, una plaza maravillosa y comenzamos a notar el cambio de ambiente, el comienzo de lo que podemos llamar el centrum. Teniamos planificado hacer el tour con Sandemans a las once y media y vemos que aún nos queda bastante tiempo, con lo que decidimos hacer la primera parada del día para un café. Vemos uno de los famosos Coffe Shops de la cadena The Bulldog y decidimos sentarnos en la terraza y quedarnos alucinados con la normalidad con la que las personas se hacen sus cigarros verdes. Y ojo con la prohibición: no fumar tabaco!


Después de tomar el café y comprobar que allí fumar tabaco verde es cuanto más lo más normal del mundo, seguimos caminando por Leidsestraat una calle llena de tiendas y bares de todo tipo de comida.

Antes de continuar... precaución con las bicicletas en serio, no es broma. Yo cuando leía comentarios por el foro pensaba, bueno...no será para tanto... pues si, lo es!! Las bicis mandan en Amsterdam!! Y si te tienen que llevar por delante, os llevarán.

Después de un par de sustos con las amigas bicicletas, llegamos a Kalverstraat una calle llena de tiendas, donde intentamos no pararnos porque al final se nos acercaba la hora del tour. Y después de luchar contra la tentación llegamos a Dam, esa maravillosa plaza donde está situado el Royal Palace, el National Monument que es un obelisco en honor a los caídos en la Segunda Guerra Mundial y también se puede ver la Nieuwe kerk.



Eran las once y cuarto y nos vamos rápidamente al obelisco, que es donde están situados los guías del Tour Sandemaans y nos vamos a un chico, donde decimos cuantos somos y pedimos el tour en Español. Esperamos mientras se terminan de organizar los grupos sentados en un banco, admirando la belleza de la plaza. Ya el sol se ha hecho un hueco y comienza a calentar y nos entran unas ganas incontrolables de empezar a recorrer las calles de Amsterdam.

Sobre las doce menos cuarto comienza el reparto de los grupos (éramos bastantes, pero nadie se quedó fuera). Si habéis leído algo por el foro, el grupo Sandemaans se encarga de hacer rutas organizadas con distintas temáticas. El tour de recorrido de Amsterdam es "gratuito", es decir, al finalizar el tour cada persona da una propina. Nuestro guía era Erik, un chico criado en Madrid. Era estupendo y fantástico. Nos explicó toda la historia de la ciudad, con mucho arte, con mucha gracia. Nos tenía a todos embobados, además nos contó muchas anécdotas interesantes y divertidas, en definitiva, un guía inmejorable que nos hizo el tour muy ameno. Totalmente recomendable. El tour, como comenté anteriormente, sale de la plaza Dam. Primero nos dirigimos hacia el barrio rojo, un barrio con un toque pícaro y especial. Si, aquí es donde están las señoritas luciéndose en los escaparates y donde los hombres de todas las edades van dejando embobados un reguero de babas

Es de día, y debido a eso, no pudimos verlo en todo su esplendor. Pero ya habría tiempo. Hay que tener cuidado con no fotografiar a ninguna de las chicas, porque se pueden poner bastante violentas. Llegamos andando por una calle que nos llevó a Oude kerk


Esta Iglesia es llamada la Iglesia Vieja por eso, porque es vieja y no le dieron muchas vueltas a la cabeza para ponerle nombre Es curioso ver que justo en el barrio de las señoritas por excelencia haya justo una Iglesia. Erik nos comentó que vivían en perfecta armonía puesto que las monjas y las chicas habían llegado a un pacto. Las monjas no se metían en su trabajo siempre y cuando ellas fueran a confesar sus pecados posteriormente y también los hombres que disfrutaban de sus servicios. Es decir, las chicas al terminar les decían a los caballeros que si, que todo perfecto, pero que habían cometido pecado y que si no querían ir al infierno se tenían que pasar directamente a confesar sus pecados.


Y aquí, gracias a los diarios que he leído la pude encontrar con total facilidad, está la famosa escultura de la mano en la teta. Cuenta la leyenda que un buen día se encuentran esta escultura en la pared de Oude Kerk. El cura, las monjas y todos los fieles, escandalizados con la escultura de una teta, la mandan quitar y destruir. Pero cual fue su sorpresa, que al día siguiente volvió a aparecer, pero esta vez en la calzada. Ante el temor de que fuese algo divino, deciden dejarla ahi.


Después continuamos paseando hasta Nieuwmarkt o lo que es lo mismo, mercado nuevo. Los holandeses y sus nombres fáciles Se trata de una plaza donde, como bien dice su nombre, se encuentra el mercado nuevo. Aquí paramos y Erik nos explica cosas de la arquitectura holandesa. Básicamente que no hay ninguna casa igual que la otra, puesto que la humedad del suelo hace que las paredes de muevan, se hinchen y algunas, incluso se inclinen par afuera. De ahí el encantador paisaje de sus casas.


Seguimos paseando por sus calles y sus canales, ya sabiendo con total seguridad que hemos hecho una gran elección, que no nos habíamos equivocado, que ya nos habíamos enamorado de Amsterdam.



Y asi, caminando, llegamos hasta el barrio judío. Este barrio fué destruido durante la Segunda Guerra Mundial]. Esto llevó a que, con el paso del tiempo, el barrio se convirtiera en el lugar donde resguardarse los amantes de la cocaína y heroína, debido a que estaba totalmente olvidado y casi en ruinas en su totalidad. Debido a su cercanía al centro de Amsterdam, en los años 80 (creo recordar, si, no os preocupéis, para el próximo viaje libreta en mano todo el tiempo), y por la cantidad de quejas de los vecinos de Amsterdam por lo que conlleva un barrio donde la drogadicción está a la orden del dia, se propone a los alumnos de arquitectura un concurso donde deben elaborar un proyecto para crear y levantar el nuevo barrio judío, de ahí a que la arquitectura del barrio sea completamente diferente al resto del centrum. Estaba demasiado embobada escuchando a Erik (confieso que soy una amante de la historia) y no eché demasiadas fotos (tampoco hay mucho que fotografiar), pero bueno, aquí os pongo alguna para que os hagáis una idea.


Seguimos caminando, parándonos de cuando en cuando para admirar el paisaje. Y es que no exagero, Amsterdam puede acabar con cualquier cámara fotográfica. Cada rincon, cada edificio, cada balcón, todo se merece un clic para intentar mantenerlo siempre en tu memoria.


Mirad la suerte que tienen de tener esta vista desde el salón de sus casas...


Y así, entre explicaciones de la cantidad de bicicletas que sacan de los canales y de algunos que otros coches y de más cosas interesantes que nuestro querido guía Erik nos va ofreciendo, llegamos a la zona de Spui. En esta zona nos paramos como en una especie de plaza donde Erik nos empieza a comentar que muy cerca de ahí está Bagijnhof donde antiguamente se encontraban las monjas beguinas y, en tiempos donde la religión católica no estaba muy bien vista, donde se encuentra la primera iglesia católica de Amsterdam. Yo, impaciente, empecé a mirar a mi alrededor, ya que gracias a los diarios viajeros, sabía que ese lugar estaba escondido detrás de una puerta, una puerta donde nadie (que no haya leído los diarios de nuestros viajeros del blog evidentemente) puede imaginar que esconde. Y esta, es la puerta.


Yo, pese a haber visto muchisimas fotos del lugar, crucé el pasillo con hormiguitas recorriéndome por toda la barriga, casi sosteniendo la respiración, como la que va a llegar a un jardín secreto. Y, pese a haber bastante gente a mi alrededor, así me sentí, como una niña haciendo algo prohibido, descubriendo su maravilloso jardín.



También se encuentra la casa de madera más antigua de la ciudad.


Y aquí se encuentra, escondida, como he comentadio anteriormente, la primera Iglesia Católica. Es una Iglesia pequeñita, escondida entre la fachada.




Actualmente, ya no hay monjas viviendo en este recinto. Si que es verdad que sólo viven mujeres, mujeres viudas o jubiladas, que han dedicado gran parte de su vida a hacer grandes labores para la comunidad. Y, al vivir solo mujeres, está completamente prohibido que ningún hombre entre en todo el recinto a partir de las cinco de la tarde. Así que ya sabéis mujeres del grupo, si queréis ir a algún sitio donde vuestros chicos no os encuentren...éste es el lugar.
Aquí os pongo algunos detalles de la fachada de fuera de Bagijnhof, saliendo por la otra puerta (llamémosla la de atras).



Como nota informativa, en una de las calles de la placita está un puesto con (a mi parecer) las mejores patatas fritas de Amsterdam. No os preocupéis, ya os daré un poco mas de información mas adelante, todavía no había llegado la hora de probarlas. También es una zona donde hay varios bares para tomar algo y, además, está el famoso Coffe shop Dampkring donde se grabaron escenas de la película de Oceans Twelve (o era Thirteen?? esta memoria mia...

De aquí nos fuimos a las oficinas de Sandemaans para hacer una pequeña paradita. Está muy bien porque tienen WIFI y además, en el piso de abajo, hay varias tiendas para comprar algo para comer o beber. Nos dieron información de todos los tours que tienen. Además, puedes comprar también entradas para los cruceros o para los museos, ahorrándote así las colas. Nosotros compramos entradas para el Museo de Vang Gogh, ya que no las compramos por internet y estábamos interesados. El precio es exactamente el mismo, con lo cual desde mi punto de vista merece la pena. Erik se ofreció a que le hiciéramos preguntas sobre lo que nos pareciese, aunque no tuviera que ver con los tours, así que si os queda alguna duda de algo no dudéis en preguntar. Aunque claro, si os vais con todos los diarios de Amsterdam leídos y con los deberes hechos...no tendréis problemas con nada

De aquí ya nos fuimos caminando de vuelta a la Plaza Dam y como despedida como no, hablar de ella, de esa niña que conquistó al mundo con sus palabras escritas. Ella que jamás se hubiera imaginado que su sueño de convertirse en escritora se iba a convertir, pese a todo en realidad. Ella, Anne Frank, ¿cómo no hablar de ella en su ciudad?. Pues así termina el tour, con la breve historia de Anne y de todas aquellas personas que sufrieron el holocausto en Amsterdam, y no sólo de ellos, sino también de la cantidad de holandeses que salieron a las calles a defender a sus vecinos judíos y que también sufrieron la amenaza y el ataque de los nazis.
¿Mi opinión del tour? Totalmente recomendable, ya no sólo porque es "gratuito", sino porque es una pequeña toma de contacto con Amsterdam perfecta. Para las personas que vayan pocos días, de total obligación. Para las personas que como nosotros tengan varios días para disfrutar de sus calles, viene genial para situarte y empezar a conocer su ambiente.

Después del tour, nos paramamos a tomar un bocata que nos habíamos preparado. Nuestra rutina durante toda la semana era entrar por las mañanas a algún supermercado (siempre a alguno de los miles de Albert Heijn que te puedes encontrar por la ciudad) a comprar pan y algo para echarle. Por las noches aprovechábamos para cenar en algún bar. Así ahorrábamos un poco y la verdad es que nosotros en los viajes no llebamos muy a rajatabla los horarios de comidas y demás, paramos cuando el hambre aprieta.

La verdad es que para ser el primer dia en nuestra querida Amsterdam la cosa iba yendo a la perfección. Ya casi podíamos mencionar algunos nombres de las calles. Teníamos entradas para las 20:20 en la casa de Anne Frank, que compramos previamente por Internet en la página oficial de la casa. Os lo recomiendo ya que las colas son espectaculares, de horas de espera. Eso si, comprarlas en cuánto saquéis los vuelos porque se acaban súper rápido. Nosotros las compramos en marzo (tres meses y medio de antelación) y sólo quedaban dos entradas para el día que teníamos planeado ir. Bueno, a lo que íbamos. Como la mañana había dado tanto de sí, decidimos que ya lo que nos quedaba era comenzar a vivir la verdadera Amsterdam, es decir, pasear y perdernos por sus calles. Pero como era el primer día y no queríamos jugárnosla mucho primero fuimos a la Casa de Anne Frank para tenerla localizada y ya, a partir de ahí, empezar a saborear la ciudad. Aquí os pongo algunas fotos de las miles que hicimos.


Ni en fotos me canso de ver estos maravillosos canales. Aquí se puede ver al fondo Westerkerk la iglesia que está al lado de la casa de atrás, de la casa de Anna Frank. Ella en su diario hace referencia a cómo se dejaban guiar por sus campanadas para saber las horas del día.



Decidimos sentarnos junto a un canal, para impregnarnos del ambiente, para ver los barcos pasar, para disfrutar de esos momentos especiales que te dan los viajes.


Con algunos barcos teníamos que subir hasta los pies


Y así, casi sin darnos cuenta, nos dieron las ocho. Decidimos irnos ya para la casa, queríamos llegar con tiempo. Llegaba el momento de vivir algo con el cual yo soñaba mucho tiempo. Cuando tenía 14 años mi madre me regaló mi primera edición de El diario de Anna Frank. Si, soy una lectora empedernida. Adoro leer, me encanta. Y sobre todo me apasionan las novelas que están relacionadas con las guerras, quizás todo puede ser por ella, por la sensación tan extraña, tan indescibrable e inexplicable que me invadió al leer su diario. En definitiva, no me explayo demasiado, que tenía muchas ganas de entrar y de conocer la casa de atrás.

Llegamos cinco minutos antes y mi chico me dijo que entráramos ya, puesto que no había nadie en la cola. Ni nos miraron la hora, entramos directamente y casi sin mirar hacia la derecha, donde estaban aquellos que llevaban horas esperando para entrar. Una de ellas sería yo si no hubiera encontrado este maravilloso foro

La verdad es que de la casa había opiniones para todos los gustos, la mayoría bastante buenas. Yo no me llevé por las opiniones, creo que son cosas bastante personales y aunque siempre es bueno escucharlas, al final, en ti solo mandas tu. Así que os dejaré mi opinión y es que cuando entréis, si es que decidís entrar, os dejéis llevar por los sentimientos. Desgraciadamente o afortunadamente (según se mire) podemos tener la oportunidad de volver unos años atrás y ser un poco espectadores de lo que millones de familias tuvieron que vivir. Estar escondidos, sin hacer ruido, sin ver la luz del sol, sin tener libertad. Creo que jamás podremos ser realmente consciente de lo que allí se vivió, de lo que Anna vivió. Una chica comenzando su adolescencia y todo lo que eso conlleva...¿os lo podéis imaginar? Desgraciadamente eso mismo se vive en la actualidad en numerosos sitios, aunque no voy a entrar en eso porque no es el sitio ni el lugar. Yo solo quiero dejar mi sensación de impotencia, de agobio, de ansiedad que me produjo estar allí dentro, desde el mismo momento en que crucé la puerta (estantería) que conecta con la casa de atrás. Una vez que cruzas se hace el silencio, como si entráramos en un sitio prohibido. De la casa solo quedan las paredes y millones de sensaciones de cada una de las personas que vamos pasando por las diferentes estancias. Se pueden ver tuberias, la cocina antigua, algunos recortes en las habitaciones, las medidas de altura de las hermanas Frank... Creo que es algo que nadie se debería perder, es como un choque con la realidad... No se ni como explicarlo, sólo se que sin quererlo ni pretenderlo, fui entrando en las diferentes habitaciones con lágrimas en los ojos. En definitiva y con esto termino, creo que es un sitio en el que si tenéis oportunidad, no dejéis de visitar.

Al final ella consiguó su sueño, ser una gran escritora.


Cuando salimos de la casa, nos fuimos andando lentamente, cogidos de la mano y en silencio, asimilando lo que habíamos sentido allí dentro y sin quererlo nos adentramos de nuevo en el gentío y en el ambiente de Amsterdam. La verdad es que estábamos bastante cansados y encima mi chico (para que conste que no son siempre las mujeres las que tenemos problemas de zapatos) tenía algunas rozaduras en los pies. Evidentemente todo tiene su explicaión y os la cuento rápidamente. Mi chico es de Sanlucar de Barrameda, para aquellos que no lo conozcáis es un pueblo de Cádiz (donde se come divinamente) y con las prisas olvidó meter la bolsa con los zapatos. Cuando nos dimos cuenta ya estábamos en Sevilla y nos estábamos saliendo para el aeropuerto. Mi padre, en un intento vano de salvar la situación, le dejó varios zapatos suyos. Pero claro, con las prisas se nos olvidó de que mi chico tiene dos números más de pies que mi padre...os vais imaginando como tenía mi chico los pies después del gran pateo no?? Menos mal que el HyM está en todos lados y tiene mucha variedad de zapatos (y sobre todo económicos) y así pudo sobrellevar medianamente bien nuestra semana en Amsterdam. Con todo esto quiero decir que...REVISIÓN DE LAS MALETAS A TIEMPO. Total, que acabamos en un Buguer King cenando y paseando de vuelta al hotel, maravillados con las luces que se reflejan en los canales. Al día siguiente nos quedaba más emociones y más cosas por conocer.

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