Budapest al trote ✏️ Blogs of Hungary

Seré breve con los preparativos ya que las aerolíneas van cambiando tarifas y destinos asi que para cuando leáis esto igual la info esta desfasada.

Los vuelos los reservé con Ryanair ya que era con diferencia la más barata, de hecho, yo tenía un viaje programado a Praga, pero como los vuelos allí eran tan caros acabé completando el viaje llegando a Budapest y saliendo por Cracovia, entre ellas me desplacé en tren.

El hotel me dio más quebraderos de cabeza, porque terminé arrastrando a mi hermana en mi viaje y tuve que unir mis imprescindibles a los suyos, los míos son hoteles céntricos y baratos, los suyos pulcritud y baño propio. Al final lo conseguí casi todo, el casi se debe a que elevé un poco el presupuesto pero como el nivel de vida allí es más barato no fue un gran despilfarro. Reservamos el hotel Gold Basilica a traves de Booking, nos salió a 102,60€ tres noches para las dos, es decir a 17€ por persona y noche.
Lo pagué muy a gusto porque el lugar estaba en el mismo corazón de Pest, la dueña fue amabilísima, además estaba todo nuevo y limpio, no se oía ningún ruido y había hasta cafetera con capsulas (a 50 ct. la cápsula) , levantarme y poder tomarme un buen café estando de viaje es un lujo. Eso si, advertir que es un apartamento privado sin recepción, pero la dueña vive al lado y es todo muy facil, no olvideis que hay que ponerse en contacto previamente con ella para que te dé las indicaciones de cómo entrar o acabaréis como yo, teniendo que activar los datos del teléfono y llamándola al verme frente a un portal sin ninguna pista de adonde tenía que timbrar.

Y vamos ya con el viaje, el vuelo y la llegada sin contratiempos, aunque no se encuentra en el top ten de los aeropuertos tampoco está tan mal como había leído, eso sí, armaros de chaquetas, guantes, y bufandas al salir del avión si vais en invierno porque hay que andar, los finger o los autobuses para acceder a la terminal brillaban por su ausencia.

Saqué del cajero el equivalente a 50€ y así tener florines para el bus, NO lo hagáis, la máquina de tickets acepta tarjetas de crédito y no conviene, las casas de cambio en la ciudad son una opción infinitamente mejor. El bus que hay que buscar es el 200E, está bien indicado desde la terminal, la máquina expendedora esta frente la parada del bus y tiene la opción de español pero a mitad de operación pasaron unos chicos y nos regalaron sus billetes porque ya se iban y aún les quedaban unas horas de validez, así que subimos por la cara.
El bus al contrario que el aeropuerto es muy moderno, con una pantalla que te indica la próxima parada, aunque no hay perdida, es la última, donde se baja todo el mundo. De ahí al metro, es una estación enorme que hay justo en frente, y de nuevo se sigue a los demás.
Y aquí un inciso para daros información, se puede sacar: billete sencillo, abono de 10 billetes (no os asustéis, salen 10 billetes en vez de un abono, a nosotras nos dió la risa floja cuando no paraban de salir papelitos) y sino el abono de 72h (pone la hora a la que finaliza, son 72 horas reales). El transporte no es barato, a 1€ el viaje, con el de 10 billetes te ahorras un poquito y con el de 72h depende de lo que lo utilices. Nosotras acabamos comprando el abono de 10, porque al ahorrarnos los del aeropuerto, que hubieran sido 4 billetes (dos para cada una, el del bus no sirve para el del metro) como estábamos en pleno centro y nos gusta caminar usamos el poco transporte público, pero como esta todo en español barajar opciones es fácil. Os advierto que hay revisores por todas partes, colarse voluntaria o involuntariamente es difícil.

Continuo, dejamos los bártulos en el hotel y nos fuimos a cenar al Hummus bar, que estaba a pocos minutos caminando del hotel y había leído buenas críticas. Es como una especie de fast food pero con comida de oriente medio, cenamos bien, rápido y barato (3610Ft, unos 11€ entre las dos) un plato variado de ensaladas, un humus, claro está, con muchas cosas alrededor, una cerveza y un agua. La única pega es que la música estaba demasiado alta y los camareros un tanto secos, pero ya nos daríamos cuenta que es la tónica general de los jóvenes húngaros, la gente mayor, en cambio, es bastante amable.

Y con la panza llena nos fuimos a dormir que al día siguiente teníamos la agenda muy apretada.

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Nos levantamos a las 8 porque poner el despertador antes estando de vacaciones nos parecía un pecado, pero hay que tener en cuenta que en noviembre se pone el sol sobre las 16h y si no madrugábamos no ibamos a tener tiempo de ver nada.

Tras tomarnos un café en el apartamento nos fuimos a la estación de tren de Nyugati, desde esta estación no salen trenes internacionales, pero si nos vendieron los billetes. La estación es muy bonita, a mi me recordó a la de Valencia, de hecho sentí como si hubiera retrocedido en el tiempo y estuviera en Valencia hace 100 años, porque Budapest tiene ese aire vintage que te transporta a otra época.
Y para cerrar este tema aprovecho para aconsejaros la página de tren de Alemania por si pensais viajar por Europa www.bahn.com/ ...ndex.shtml está en español y aunque no puedes comprar algunos tickets, te da la información de todas las rutas y horarios.

Desde allí nos fuimos a explorar Buda, la intención era hacer un free tour en Pest el primer día para tener más información y el segundo ir a Buda, pero como la previsión meteorológica decía que éste iba a ser nuestro único día con sol, cambiamos de planes y decidimos empezar por Buda que es donde hay mejores vistas, acertamos con esta decisión.

El empinado camino hasta el bastión de los pescadores ya te va dando una idea de lo que te espera.


Es un lugar muy bonito con unas vistas fantásticas del majestuoso parlamento.



Junto al bastión de los pescadores esta la iglesia de Matias, pagamos los 1500Ft de la entrada (5€) porque no nos queríamos perder esta maravilla por dentro. Las entradas a los sitios turísticos son caras, fijaos que me costó lo mismo que cenar la noche anterior, así que si andáis cortos de presupuesto tenerlo en cuenta, nosotras ya contábamos con ello, porque había muchas cosas que queríamos ver y nos habíamos informado, pero todo lo que huela a turista tiene precios desorbitados, como los souvenirs, por ejemplo. Pero volviendo a la iglesia, mereció la pena pagar la entrada, pasamos un buen rato explorándola.



Salimos de allí con hambre, habíamos desayunado poco para parar a almorzar porque a un par de minutos a pie desde la iglesia de Matias esta la famosa pastelería Ruszwurm. Pedimos dos chocolates con nata y dos trozos de tarta, la de chocolate que tenía el mismo nombre que el local y la Dobos, la tarta favorita de la emperatriz Sisí, en fin... no debo tener paladar real, porque me pareció un tanto sequilla, la Ruswurm si estaba buena. Decir de esta pastelería que es de los mismos propietarios que la famosa pastelería Szamos, pero en versión chiquitita y más barata según dicen, yo a la otra no fuí pero aqui gastamos 10€ (3060Ft). No quiero pensar en la cuenta de la parejita de al lado nuestro que debían venir con hambre y se pidieron cuatro tartas para los dos... la última se les resistió.


Y con las pilas recargadas seguimos recorriendo el barrio del castillo, está muy bien porque cada pocos metros te encuentras mapas del barrio donde indica tu situación y los monumentos dibujados, así que te ubicas rápido, es pequeño pero como tiene tantos rincones a cada rato íbamos parando.


La siguiente parada fue un mercadillo de souvenirs que nos encontramos por ahí, nos enamoramos de unos potes que seguiríamos viendo a lo largo de todo el viaje, y no nos pudimos resistir, son de colores muy vivos y con dibujitos muy alegres, claro que compramos lo de tamaño taza, que había que volver con Ryanair.

Seguimos explorando el barrio hasta el castillo, desde la entrada del castillo hay unas vistas espectaculares con el puente de las cadenas de frente.


Dentro del castillo está la galería Nacional, la biblioteca y el museo de la historia de Budapest, nosotras nos dedicamos a perdernos por los jardines aprovechando la horas de sol.


Tras mucho caminar nos metimos en el primer restaurante lleno que vimos porque ya teníamos ganas de sentarnos y tomar algo calentito, todos nos parecían igual de turísticos, y me tomé mi primera sopa de gulash, no sería la única ni la mejor, pero me supo a gloria, mi hermana se tomó una crema de champiñones, mas el pan y un postre, salimos por 16€ (4930Ft) entre las dos, teniendo en cuenta que estábamos en la zona más turística de Budapest no esta mal, el nombre no lo pongo porque era un restaurante como otro cualquiera de la zona.

Y a continuación paso a la mejor visita de todo el viaje, los laberintos. Nosotras pensábamos que íbamos a ver los laberintos del castillo, y que en ellos habría "algo" medieval, no teníamos muy claro el qué, pero imaginamos que mobiliario, piedras, vamos, lo normal.Pero nada que ver... eran las tres de la tarde, el resto de turistas deberían estar reposando la comida porque estuvimos siempre solas en los laberintos... Empezamos la visita y parecía aquello un museo de cera cutre con música de ópera y escenarios llenos de maniquís, alguno ya daba yuyu, pero en general parecía una trampa para turistas, bueno... al menos se estaba calentito pensamos, ya que estábamos allí seguimos.
Los paneles informativos te iban poniendo en situación diciendo que aquello fue una prisión y sala de torturas, y venga ópera y muñecos de cera, el primer atisbo de lo que iba a suceder fue un cartel informativo que te decía que para hacerte una idea de lo que los presos sufrían te metieras por un tramo del túnel sin iluminar, pero que sino tenías lo que hay que tener siguieras por donde estaba iluminado, lo intentamos, pero a la que dimos tres pasos y nos vimos en la oscuridad absoluta reculamos, salimos con los nervios de punta, luego la música hizo un extraño y yo me llevé un buen susto, como tampoco sabíamos muy bien donde estábamos entre la luz tenue y las vueltas del laberinto (tiene un kilómetro de longitud) seguimos... Llegamos a la parte de los laberintos donde había estado preso Vlad Tepes, el personaje sobre el que se construyó el mito del conde Drácula, ahí contaban su historia, lo mucho que le gustaba sembrar el terror empalando a sus enemigos y sus alianzas con los húngaros, su mujer era de la aristocracia húngara y pariente del rey Matthias Corvinus, el mismo que le encarceló allí presentando unas cartas escritas por Vlad (no está tan claro que las escribiera él) que indicaban que era un traidor a la causa cristiana y estaba conspirando para apoyar a los turcos .
Con esta maravillosa historia como telón de fondo la iluminación fue desapareciendo y los estrechos pasillos del laberinto se llenaron de una nieblecilla blanca tan espesa que apenas veía a mi hermana, a la que iba agarrada con todas mis fuerzas, la música de peli de suspense tampoco ayudaba, y como colofón acabamos en una sala en la que solo había una tumba, no me preguntéis de quien porque huimos despavoridas buscando la salida. Tener en cuenta que no solo estábamos solas y sin apenas iluminación en un laberinto en el que estuvo preso el conde Drácula sino también varios metros bajo tierra ¡¡¡¡que miedo!!! De haberlo sabido seguramente hubiera entrado igual, pero preparada para una aventura. Eso sí, nos estuvimos riendo todo el día y el resto del viaje del miedo que pasamos.

Cuando salimos ya estaba anocheciendo y volvimos al bastión de los pescadores a hacer fotos de la ciudad iluminándose, no fuimos las únicas, parece ser que todos los turistas habían decidido hacer lo mismo, fue el único momento de la estancia en Budapest que me agobié con tanta gente.



Para entrar en calor nos tomamos un vino caliente (forralt bor) en una de las torres del bastion, a 4€ cada uno, y disfrutamos de las maravillosas vistas debajo de una estufa de exterior, era muy curiosa la acústica de la torre, al de al lado no le oías y al de la otra punta parecía que lo tuvieras en tu mesa.

La siguiente visita era a un bunker, no teníamos muy claro si ir después de la experiencia en el laberinto, pero nos armamos de valor y fuimos, menos mal, porque fue interesantísima. Se trata del Hospital in the rock, un bunker que durante la segunda guerra mundial se usó como hospital. La visita es guiada, tengo un inglés bastante malo pero al guía se le entendía muy bien. Primero te ponen un breve video y después vas recorriendo el bunker, las salas están con el mobiliario y los objetos de la época y las explicaciones son muy interesantes, también aquí había recreaciones con maniquís, menos mal que no estábamos solas... La entrada costó 4000Ft por cabeza con guía incluido (13€).

Y desde allí ya volvimos hacia Pest. Tuvimos la suerte de que estuviera despejado porque en estos días se veía una "super luna" que hizo que el paseo nocturno fuera aún más bonito.


Volvimos al hotel que ya se nos iba haciendo tarde para la cena, habíamos reservado en el Hungarikum Bisztro a las 20.30 tras leer las unas muy buenas críticas en un blog, además estaba a dos manzanas de nuestro hotel, y ¡que bien comimos!
Te preguntan el idioma y te dan una tablet con imágenes de los platos y los nombres en español, yo me pedí pato crujiente con ensalada y puré de patata, no suena muy bien pero estaba delicioso, tras vivir unos meses en una isla francesa me aficioné al pato y desde entonces donde lo encuentro no me puedo resistir, mi hermana se pidió una sopa húngara también muy rica. De postre tomamos un apfel strudel, no sé como se llamará en húngaro, es una tarta de manzana caliente con canela, y una tarta de queso que estaba muy buena también. Por todo eso más un vaso de tinto y un agua pagamos 7051Ft (20€). De este restaurante me gustó todo, la comida, el servicio, el ambiente... El precio será caro allí, pero es un lujito que nos pudimos permitir.


Y con el estómago lleno caímos redondas en la cama.

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Nos levantamos y una fina capa de nieve cubría los tejados, pero enseguida empezó a llover, así que paraguas en mano (había dos en el apartamento) salimos a explorar Pest.

La primera parada fue el monumento de los zapatos, nos contaron que, debido a la escasez de balas, ataban a los judíos en grupos para disparar solo a uno y que los demás fueran arrastrados por el rio, por ese motivo se quitaban los zapatos, para tratar de escapar nadando llevando el menor lastre posible.


Yo miraba el caudaloso Danubio en ese día tan frío y se me encogía el estómago de imaginarme un destino así.

Desde ahí nos fuimos al parlamento desde donde salía el free tour de white umbrella, como llegamos con tiempo dimos una vuelta por los exteriores del parlamento, ya habíamos decidido no visitarlo por dentro porque desde Abril de este año cuesta 2000Huf la visita guiada y no nos llamaba demasido la atención.


El tour fué muy interesante, Bea fue una guia muy entusiasta y nos hizo pensar bastante acerca del papel de Hungría en la segunda guerra mundial. Recorrimos los edificios más emblemáticos de Pest desde el parlamento hasta la sinagoga mientras nos daba un buen repaso por la apasionante historia de Hungría y algunos consejos.

Cuando acabamos el tour nos metimos en un restaurante cercano que nos recomendó la guía, volví a repetir con el gulash, mi hermana pidió una sopa de verduras y compartimos un plato de pollo paprika, y todo estaba correcto pero nada del otro mundo, nos costó barato, pero he perdido el ticket así que no os puedo decir cuanto. Lo malo fué que hacía un poco de frío y a pesar de la comida caliente no conseguimos entran en calor del todo.

Desde allí fuimos a la ópera que tienen visitas guiadas a las 15h y a las 16h, pagamos 3680ft (11€) cada una por la entrada con guía en español y un pequeño concierto al final, sin concierto son 690ft (2€) menos. Como solo tienen 2 visitas al día esta a rebosar, hacen grupos grandes por idiomas y la guía te va llevando por diferentes espacios de la ópera. La guía era muy amable y hablaba bien español aunque lo realmente interesante es la ópera en sí, es preciosa. Y el mini concierto consiste en dos arias, el cantante esta junto a ti cantando en las escaleras, no en el escenario, es muy emocionante.
No pongo fotos porque había que pagar un plus por usar la cámara.

Buscando aún entrar en calor nos metimos en el Book café, esta muy cerca de la ópera, en Andrassy Utca 39, en la planta baja hay una librería y en el primer piso este preciso café, había un pianista tocando. Nos encantó el lugar, muy cómodo, calentito y lleno de gente local. Tomamos dos chocolates con nata y compartimos una tarta, todo por 3070ft (10€). Os lo recomiendo.

La siguiente parada debía ser la Casa del terror, pero pensamos que sería mejor ir hasta el castillo Vajdahunyad y verlo con luz y luego volver a la Casa del terror, ya veréis que nos equivocamos.
Tomamos el metro hasta Szechenyi furdo, y visitamos los exteriores del castillo. Es bonito pero pequeño y supongo que con mejor tiempo lo hubiéramos disfrutado más. Aún así estuvimos un ratito recorriendo sus jardines.





Y a las 17h estábamos en la Casa del terror que son unas antíguas dependencias policiales convertidas en museo, sabíamos que cerraban a las 18h y pensábamos que teníamos tiempo, cuando fuimos a comprar las entradas nos dijeron que la audioguía duraba más de una hora y que iban a cerrar antes, así que sin audioguía decidimos no entrar porque no nos íbamos a enterar de nada. Nos fuimos un poco desilusionadas porque teníamos muchas ganas de verlo, pero bueno... habrá que volver a Budapest!

Así que volvimos por donde habíamos venido para ir a los baños Szechenyi que estan junto al castillo Vajdahunyad , al menos decir que esa línea de metro es también un viaje al pasado, así que no nos importó rehacer el camino.

En los baños pagamos 4700ft (16€) cada una por la entrada, más 3000ft (10€) por el alquiler de la toalla, de los que recuperaríamos 2000ft al devolverla.
Las piscinas exteriores cierran a las 19h así que empezamos por ahí, hay por lo menos 10 piscinas y varias saunas y duchas de hidromasaje, en cada una de ellas hay un cartel con la temperatura, fijaros para evitar sorpresas frías. Después salimos a las piscinas exteriores mucho más grandes, éstas cierran a las 22h, tienen chorros de hidromasaje y lo mas divertido fue una piscina circular en la que te arrastra la corriente, tanto que dimos algunas vueltas de más al no poder salir.

Salimos relajadas relajadas tras un par de horas en los baños, y volvimos al centro porque queríamos ver en el mercadillo de navidad de Vorosmarty.
Recorrimos todos los puestos navideños y en compramos alguna tontería, después fuimos a donde estaban los puestos de comida con mesas compartidas alrededor, justo fui a elegir un puesto en el que trataron de timarme con el cambio descaradamente, pero mi hermana que está en todo le hizo que nos diera las vueltas a pesar de que el tipo se escondió, qué ridículo tan grande hizo ese chico por poco más de 50ct.
Probamos el langós, en un blog alguien lo definió muy acertádamente como una pizza churro, está rico pero cuesta acabárselo, eso más un vino caliente costó 2200ft (8€). También nos compramos una "chimenea" un bollo enrollado sobre si mismo que te lo dan humeante y asemeja a una chimenea, sencillo pero bueno, pagamos por ella 1200ft (4€).

Y con esó dimos por terminado el día y nos fuimos paseando hasta el apartamento.

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