Riviera Maya 2017 ✏️ Blogs de Mexico

Este día era nuestra primera excursión y nos pasaban a buscar a las 6:40, cuando me desperté entendí que el haber dormido la tarde/noche anterior era lo mejor que pudimos hacer porque me desperté como nueva!!

Preparamos todas las cosas que nos hacían falta y fuimos al lobby a desayunar alguna pasta y zumos que ponen para la gente que tiene excursión y no les da tiempo de ir al buffet (abren a las 7h de la mañana).
Llegaron unos 10 minutos más tarde por suerte para nosotros porque también íbamos justitos. Nuestro guía era Carlos y nos estuvo explicando un poco durante el trayecto a Chicen Itza como iba a transcurrir la excursión. Son dos horas y algo hasta llegar a Chichen Itza, la mayoría de nosotros llegamos dormidos. Durante el trayecto pagamos la excursión para que el pudiera ir a comprar las entradas etc. Llegamos a Chichen Itza y nos dejó 10 minutos para hacernos fotos ya que a esa hora no había demasiada gente y después nos reunió a la sombra de un árbol a hacernos una explicación del lugar, aunque fuese a la sombra la mitad del grupo acabamos por el suelo de el calor que hacía.


Después nos dio tiempo libre para comprar en las paraditas y ver si queríamos el cenote sagrado. Carlos nos dijo que regateásemos el precio que nos dieran incluso por debajo de la mitad. Yo me compré un calendario maya por 350 pesos (pedían 600) y 3 imanes por 20 pesos cada uno (pedían 40). Podría haber regateado más y sacarlo más barato pero soy de la opinión que a mi dos euros menos no me sacan de pobre y a ellos les hará más falta que a mí. También nos dijo que si queríamos comprar hamacas nos esperáramos a la aldea que allí vendían.

Después nos fuimos dirección a comer y al Cenote Ik kil, el restaurante no es nada del otro mundo, es un buffet libre con poquitos platos a elegir pero aceptable, la bebida no estaba incluida en esta excursión y te acabas gastando más o menos unos 100 pesos por pareja en la bebida.
Después fuimos a coger una taquilla y a ponernos el bañador y nos fuimos a bañarnos una media horita a este precioso cenote.


De vuelta a la furgoneta para ir a la aldea maya, la verdad que yo prefería ir a Valladolid, pero habían 3 parejas que ya llevaban cosas para los niños así que Carlos decidió (por qué no lo votamos) ir allí directamente. Los que no llevábamos cosas pusimos 50 pesos por pareja para comprar yogures y galletas para los niños. Llegando a la aldea Carlos empezó a pitar para que salieran los niños y se fuesen poniendo en una fila que entraba en una cabaña donde vendían las hamacas y había una mesa donde repartimos las cosas que traíamos.
Es una opinión personal, pero no soy de hacer este tipo de visitas, me parecen preparadas y poco reales, no discuto que tengan problemas económicos pero ahí nadie tenía apariencia de pasar hambre como nos hacían creer algunos, repito que es mi visión personal y lo que a mí me pareció.
Por si alguien lo quiere saber, las hamacas estaban a unos 850 pesos, una pareja compró y obviamente, allí queda un poco mal regatear.


Nuestra última parada fue a Ek Balam esta zona arqueológica me encantó, muy recomendable ponerse repelente de mosquitos en este lugar. Subimos todas las escaleras donde se ve una vista muy bonita de toda la vegetación, son unos 32 metros de subida si no recuerdo mal.


De vuelta a los hoteles nos puso la película Apocalypto que está basada en la cultura maya de México, aunque tal como nos explicó Carlos la película distorsiona un poco la imagen de lo que fueron los mayas.
Al llegar nos fuimos a ducharnos y a tomar algo para hacer tiempo hasta cenar en el japonés en la mesa teppanyaki.
El show es entretenido y la comida esta buena, pero si os esperáis comida japonesa olvidaros, lo más japonés que tenia es que usaban salsa de soja. Primero nos pusieron 6 piezas de sushi, después un bol de arroz tipo 3 delicias y por último podíamos elegir 3 cosas entre ellas camarones, pollo, ternera, calamar, salmón… y nos lo ponían con verduritas a la plancha, ya digo que para mi gusto la comida estaba muy bien pero me esperaba una cocina diferente.

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A primera hora desayunamos y pasamos por el mostrador de relaciones públicas para reservar en punta Emilia y esta vez pudimos escoger el horario que quisimos, así que a las 21h del día siguiente teníamos reserva!

Este día lo dedicamos a descubrir el hotel y a coger morenito que falta nos hacía, fuimos esta vez sí a la playa un rato y después a la piscina. Volvimos a comer en el buffet Kabah y a la tarde fuimos a la piscina las rocas situada en la parte del Riviera, la verdad que a mi esta piscina no me hizo demasiada gracia, prefiero la de toda la vida.


Para cenar fuimos al mexicano no estaba mal del todo pero me esperaba más, la verdad que he comido mexicano en lugares de Barcelona que me han gustado más jajaja (Los que seáis de Barcelona probar el restaurante Ándele)

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Este día nos despertamos temprano, desayunamos, después fuimos a coger la van directamente en dirección ruinas de Tulum, esta vez preguntamos a un trabajador de Palladium que estaba por la carretera y él nos paró un ADO que iba hacia allí, mucho más cómodo que una van y más barato, nos costó 30 pesos por persona.

Para cruzar la carretera en Palladium sí que hay un pase subterráneo pero en Tulum no y hay que cruzar la carretera, parecía más difícil de lo que en realidad es y enseguida pudimos cruzarla.
Nada más entrar en la calle que te lleva a Tulum ya te abordan de una oficinita que hay a mano derecha donde ellos te explican las diferentes opciones que tienes para ver Tulum, nosotros cogimos la básica que es ir tu por tu cuenta, la entrada son 70 pesos. La otra opción creo que era con guía que también te llevan en lancha por el mar para verlo desde allí y te invitan a un refresco o alguna cosa así y cuesta unos 700 y algo, aunque nos dijo que por ser de habla hispana nos costaba 400 y algo pesos cada uno.
Fuimos caminando hasta la entrada, son unos 750 metros, a mi no se me hizo largo y hay algo de sombra si no puedes coger un trenecito que son 20 pesos. Una vez en las taquillas hay mucha gente ofreciéndote guías, no son necesarios ya que está bien explicado con carteles, pero nunca está de más si uno quiere enterarse bien.



Estubimos como una horita dando una vuelta por dentro de las ruinas de Tulum y la idea que traíamos de casa era después ir a playa paraíso, pero como estaba el tema de las algas nos apeteció más ir al cenote dos ojos, así que paramos una van en la carretera y fuimos para allí!
En la entrada de dos ojos te dicen que hay dos opciones para visitarlo, una por libre entrando solo al primer cenote o primer ojo (hay tres cenotes en total los dos ojos y la cueva de los murciélagos) o la visita guiada que te entra el transporte en coche hasta el cenote (si no tienes un largo camino andando hasta el cenote, dicen que son 3 km pero a mí se me hicieron eternos dentro del coche), la entrada a los tres cenotes, el equipo de snorkel y aletas y si quieres chaleco salvavidas y neopreno (nosotros estos dos últimos no los cogimos). La primera opción costaba 350 pesos y la segunda 600 pesos. Nosotros cogimos la segunda, a mi opinión por la diferencia de precio no merece la pena coger la primera opción sobre todo por dos motivos: El primero es el transporte hasta el cenote y el segundo lo que dejas de ver si solo coges el primer cenote ya que es el más pequeño y el menos impresionante.





Hice varias fotos pero no salieron todo lo bien que hubiera querido.
En total fue una hora y media o así de tour guiado por los cenotes hasta llegar a la cueva de los murciélagos. Al acabar nos quedamos un rato más nadando y después nos cambiamos, nos bajaron a la entrada y cogimos la van para ir al hotel.

Una vez en el hotel fuimos a la piscina un ratito y después a comer, esta vez en el buffet la Hacienda, quizás hay algo menos de variedad pero para nosotros la comida estaba igual o más buena.
La tarde transcurrió entre piscina y cócteles hasta que llegó la hora de cenar en Punta Emilia, aunque teníamos reserva a las 21 nos entró hambre y fuimos media horita antes para ver si podían adelantarnos la reserva, y si, en nada estábamos sentados listos para cenar.


Este restaurante la verdad que me encantó, tanto por el entorno como por la comida.

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