Diario que cubre nuestro viaje del 8 al 18 de octubre de 2018, en el cual hemos recorrido la Ring Road. Autor:Osaka85Fecha creación:⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos)
Toda la noche se la pasó lloviendo, pero hemos de decir que la lluvia nos respetó el día de antes y también nos respetaría la mayor parte de la jornada que se presentaba, aunque estuvo lloviendo a ratos, nos hizo un día bueno en general.
Nos despertamos bien temprano, ducha y desayuno. Recogimos todas las cosas y maletas al maletero de nuevo. Lo mismo que la noche anterior, dejamos las llaves de la cabaña encima de la mesa, cerramos la puerta y vuelta al coche a emprender la ruta de este nuevo día.
Nuestra primera parada: la impronunciable cascada Seljalandsfoss, una de las cascadas más chulas que vimos.
SELJALANDSFOSS
Aparcar también nos costó dinero. Ahora mismo dudo si fueron 500 o 700 ISK, pero por ahí iba la cosa. El aparcamiento está justo al lado de la cascada, por lo cual no se anda demasiado. Lo que no vi fueron baños, y como es un sitio donde se pasa frío o al menos te mojas, también había una caseta donde servían bebidas calientes y otra de souvenirs.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A medida que te vas acercando a la cascada ya ves el vapor del agua. Hay que ir bien preparado para pasar por detrás, porque es impepinable mojarse. Y un consejo, si llevas gafas, ese día usa lentillas, porque es muy incómodo usarlas
Para echar alguna foto detrás de la cascada usamos el móvil, pero el pobre acabó...no sé cómo no se estropeó.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La cascada tiene 60 metros de altura y a mí me encantó, pero he de reconocer que lo de pasar por detrás no fue lo más cómodo del viaje. Además llevábamos la cámara encima y acabamos con la ropa empadada, etc. De todas formas nos fue bastante bien tanto la ropa como el calzado impermeable que llevábamos, pero no llevaba los puños del cortavientos bien ajustado y me caló agua al estar haciendo fotos. Igualmente es totalmente recomendable la experiencia de situarse detrás de un chorro de agua de ese calibre.
Si rodeas toda la cascada después hay que subir por unas rocas empapadas por las que hay que tener un poco de ojo para no resbalar. Después de la pequeña subida hay un mirador.
Después de Seljalandsfoss se sigue un camino por el que van cayendo pequeñas cascadas, hasta llegar a la cascada 'escondida' Gljufrafoss.
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Teníamos constancia de que para llegar a la cascada podías mojarte los pies, pero llevábamos calzado Goretex, así que íbamos súper confiadas.
Nos asomamos a la entrada de la cascada y había, además de un montón de gente entrando y saliendo, una señora controlando el acceso y las salidas Vamos, parecía Port Aventura.
Además de eso, vimos a gente poniéndose directamente botas de agua que les tapaban hasta las rodillas y pasando por medio del río, sin duda la opción más fácil. A Bea se le empezaron a quitar las ganas de entrar, pero yo me animé a probarlo. Me puse en la fila de gente...sí, había fila y todo.
El acceso no era nada fácil, había bastante caudal y las piedras que tenías que ir pisando, a parte de ser pequeñas se movían y estaban pegadas a la pared, por lo que maniobrar no era facil y menos con 5 capas de ropa. Además estaban una a cada kilómetro, y es que no me llegaban las piernas!!
Era inminente que iba a acabar metiendo los pies en el río, y meter los pies era meter el pantalón hasta el gemelo y como que no me apetecía demasiado por muy bonito que fuese el panorama con el frío que hacía. Así que me planté ahí en una piedra como pude, eché la foto, me giré y le dije a los de atrás que tenían que recular para que yo pudiera salir...El tío cerró la boca con fuerza y esbozó una sonrisa pero en el fondo se estaba cagando en mí fuertemente. Y lo entiendo porque yo hubiese hecho lo mismo.
Resumen para los que sois un poco torpes como yo, decidle a un amigo/a que entre y os eche una foto. O id en verano que al menos no hace tanto frío.
Y aquí mi gran obra de arte premio National Geographic 2018:
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Después deshicimos el camino hasta el coche con intención de ir a la siguiente cascada del día: Skógafoss. Por el camino seguimos echando fotografías, porque la cascada es bonita desde muchas perspectivas. Al menos hay que dedicarle una horita para ver las dos cascadas.
De camino a Skógafoss paramos delante del volcán Eyjafjallajökull (seguimos en la línea de los nombres fáciles de recordar y pronunciar). Detrás de esas casitas está el volcán y detrás nuestro estaba el centro de visitantes del Eyjafjallajökull.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Este fue el famoso volcán que en 2010 la lió parda con el tráfico aéreo y está cubierto parcialmente por un glaciar. Además la carretera y el paisaje es de lo más pintoresco y bonito.
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Al final tienes que proponerte no parar más porque sino no llegarías nunca a tu destino, pero cuesta. Es difícil no pararse.
Llegando a Skógafoss...
SKÓGAFOSS
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Nos reciben las ovejitas...
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Un corto camino de tierra nos lleva hasta el aparcamiento. Muchos coches y mucha gente en las inmediaciones.
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Esta allí nos aparece un arco iris, que aún hace la visita más mágica. Es bastante habitual verlos.
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Skógafoss tiene 60 metros de altitud y también es una de las más famosas de la isla. Según una leyenda uno de los primeros vikingos de la isla escondió un tesoro detrás de la cascada. Si se sube la escalera que hay al lado de la cascada, además de tener otras vistas de la misma, hay rutas que seguir entre glaciares, aunque son un poco largas.
Hay una ruta que son casi 24 km y te permite ver los restos de la explosión del Eyjafjallajökull (por más que lo escribo no hay manera), aunque no hace falta hacerla entera, si se hace algún trozo ya merecerá la pena, pues se pasa por un montón de cascadas, etc. De hecho se puede llegar hasta Landmannalaugar, en las tierras altas, pero con suficiente tiempo disponible y en verano, lógicamente. Y aún así yendo bien preparado.
Si se tiene tiempo vale la pena dedicar más del típico rato para ver la cascada, aunque nosotras no lo teníamos...
En vez de eso teníamos que poner rumbo a Vik.
Antes de llegar a Vik paramos en el faro Dyrhólaey. Decir que la carretera hasta aquí es bonita es quedarse muy corto!
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DYRHÓLAEY
Comentar que al tomar el desvío hacia el faro, la carretera era de grava y había un cartel que ponía que sólo podían acceder vehículos 4X4, pero arriba había turismos normales, y en Islandia hay carreteras que se supone que son aptas para coches normales que me parecieron peor que esa, pero dicho queda...
Aparcamos arriba, al lado del faro. Aquí no se paga ni nada.
El nombre Dyrhólaey es el que recibe el arco de piedra y las vistas hacia todos lados son impresionantes...
Aquí habitan, en otras épocas del año más calidas, los frailecillos atlánticos (puffins), tan bonitos y tan buscados por los fotógrafos. De hecho es una importante reserva, uno de los sitios donde más anidan en todo el país, esta y otras aves menos 'emblemáticas'.
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Una playa de arena negra...
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Y al lado, contraste verde
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Al otro lado tenemos vistas a la playa de Reynisfjara.
REYNISFJARA
Me encantó subir hasta el faro, de verdad que las vistas son magníficas. Después seguimos hasta esta famosa a la par que peligrosa playa.
Además de por su arena negra, que contrasta con la blanca espuma del mar, esta playa es famosa por sus columnas de basalto en forma de precipicio. Dejamos el coche en el aparcamiento que en principio es gratuito o yo no me percaté de lo contrario. También había baño y cafetería y un montón de autobuses turísticos.
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Las rocas que vemos al fondo, metidas en el agua, son las rocas de Reynisdrangur. Según la leyenda tres troles estaban robando un barco cuando fueron sorprendidos por la luz del sol. Aunque en la foto sólo se vería a uno de los trolls, porque los otros quedan detrás, y el otro pico que se ve sería el mástil del barco.Otra de las leyendas cuenta que una mujer fue secuestrada y asesinada por tres trolls, y su marido persiguió a éstos y los congeló.
También podéis ver como la gente pasa de todo y se ponen en la orilla que les falta sacar la tumbona... Vimos a unos siendo sorprendidos por una ola y cómo se mojaban hasta las rodillas, sin exagerar. Un cartel (y muchos vídeos en Youtube) avisan de los peligros del tipo de olas que rompen en esta playa.
Son olas que pueden aparecer en cualquier momento, son muy violentas y suben muchísima distancia, pudiendo arrastrar a todo el que se encuentre por medio. Recomiendan una distancia de 30 metros. El último accidente mortal ocurrió el año pasado... pero ahí estaban incluso unos 'padrazos' con un niño pequeño, esquivando olas en plan jiji...yo alucino.
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Una cueva con techo de basalto llamada Hálsanefshellir:
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Otra perspectiva, con Dyrhólaey de fondo:
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Todos queremos posar junto a las columnas basálticas y creédme, hay poses de lo más extravagantes. Yo opto por la discreción .
Volvimos al coche dirección Vik y paramos al lado de una iglesia que tenía el tejado de color rojizo, parecida a la de Vik. Como era la hora de comer, allí mismo, al lado del coche, nos montamos el picnic discretito.
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VIK
Después nos trasladamos hasta Vik, que estaba súper cerca. Dejamos el coche aparcado al lado de la iglesia y subimos a una colina que había para echar una foto de la iglesia con un poco de distancia. Allí arriba estaba el cementerio. Menudas vistas para descansar, sinceramente.
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En estos momentos teníamos la enorme necesidad de ir al baño, así que bajamos con el coche hacia la carretera principal del pueblo y paramos al lado de un centro comercial, donde había restaurante, cafetería, tienda de recuerdos, supermercado y baños.
Nos tomamos un café y un te porque no sabíamos que el baño se podía usar de gratis
Después volvimos al coche y continuamos dirección Kirkjubaejarklaustur (qué armonioso nombre), porque teníamos el alojamiento allí cerca.
De camino, al lado mismo de la carretera encontramos un paisaje súper curioso: Laufskálavardða. Una colina de lava que está llena de montañitas de piedra. Es una antigua y tradicional costumbre y las hace la gente porque se supone que dan buena suerte. Nosotras no la hicimos y seguro que por eso no vimos auroras como dios manda...
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La verdad es que es un curioso encuentro yendo por la carretera porque te lo encuentras de repente. El nombre viene de una gran y antigua granja llamada Laufskálar y que estaba en las inmediaciones y que se destruyó a causa de la erupción del volcán Katla. Este montículo de lava es la consecuencia de aquella europción.
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Volvimos al coche y ahora hay que contar una de las estupideces del viaje. Seguimos por la ring road hacia el alojamiento y vimos una entrada de tierra, a lo lejos una cascada. Cruzamos el puente con el coche y lo dejamos allí un momento para echar alguna foto. Había bastante árboles para lo que habíamos visto -y lo que vimos- en Islandia y nos llamó la atención.
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Mientras estábamos allí vimos que entraron dos o tres coches y todos seguían por el camino...pero nosotras no sabíamos a dónde iban. Pero es que no nos enteramos hasta el día siguiente...resulta que por esa carretera se iba al cañon de simpático nombre, Fjaðrargljufur y no vimos el cartel. O a lo mejor sí que lo vimos pero con semejente nombre sufrimos un cortocircuito...
Lo que sí que vimos fue este cartel tan gráfico:
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Total, que con la buena tarde que teníamos para haber dado un paseo por allí, volvimos al coche haciendo gala de nuestra ignorancia viajeril y seguimos la carretera.
Paramos en el pueblo de Kirkjubaejarklaustur a poner gasolina, pero lo tuvimos que hacer en dos intentos, porque en el primero lo probamos con la tarjeta de débito y no nos dejó. Luego descubrimos que era porque sólo se podía con la de crédito. Le echamos 5000 ISK, porque si le das a la opción de llenar el depósito te hacen una retención en la tarjeta de la cantidad de dinero que vale llenarlo entero Menos mal que esto sí que lo sabíamos... Igualmente no se terminó de llenar del todo, pero ya íbamos bien servidas.
Allí al lado de la gasolinera cogimos una carretera, que en un momento nos llevó a una cascada de la que no teníamos constancia, pero fue una agradable sorpresa, porque sólo había dos personas y cuando llegábamos ellos se iban. Dejamos el coche en una gran explanada que había y llegamos en cinco de minutos andando a la base de la cascada.
STJORNAFOSS
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La cascada es pequeñita para lo que se puede llegar a ver allí, pero es muy bonita y encima podíamos hacer fotos sin que salieran otras personas
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Ya estaba anocheciendo y nuestro próximo destino era ya el hotel. Lo teníamos muy cerca. Esta vez estábamos en una especie de hostel, que tenía edificios con habitaciones dobles y luego cabañas independientes.
La verdad es que llegamos fácil, pero fue un lío encontrar la recepción y nuestra habitación. Había que dar un pequeño paseo hasta el restaurante, donde a la vez hacían la recepción. Allí nos dieron la llave de nuestra habitación, que estaba en una planta baja.
Nuestra habitación era doble, con dos camas individuales y wc privado. La ducha estaba en una habitación en el pasillo y era compartida entre tres habitaciones.
Dejamos nuestras maletas en la habitación y fuimos andando al restaurante para cenar. Al lado mismo estaban dos hot tubs que en principio eran de uso gratuito, pero estaban un poco lejos de cualquier habitación, y el frío que se tiene que pasar para ir hasta allí en toalla tiene que ser curioso.
Pedimos para cenar pescado con patatas y ensalada. No nos terminó de gustar mucho, pero los chicos eran muy amables. Nos fuimos a la habitación a descansar. Aunque era bastante temprano nos acostamos pronto porque queríamos madrugar para no coincidir en la ducha con nadie y salir pronto, porque el día siguiente venía cargadito.
Se supone que también estábamos en un buen lugar para ver auroras porque estábamos lejos de la contaminación lumínica que supone un pueblo o una ciudad, pero también estaba súper nublado y también estuvo lloviendo toda la noche.
El alojamiento se llama Hörgsland Guesthouse y nos costó 90€ con el desayuno incluido, que no estuvo nada mal, pese a que la cena no nos gustó mucho. Estuvimos alojadas en el edificio de habitaciones, no en cabañas, y por el precio que pagamos yo lo vi bastante correcto teniendo en cuenta los precios en la zona donde estábamos.
Estuvo lloviendo toda la noche. Nos levantamos muy temprano para poder ducharnos y enmendar el error del día anterior. Cuando miramos la ruta durante la noche de antes nos dimos cuenta de que nos habíamos pasado de largo el cañón Fjadrargljúfur, así que tocaba retroceder unos pocos kilómetros...
Por suerte no coincidimos con nadie en la ducha, por lo que no tuvimos que esperar, nos vestimos y recogimos nuestras cosas. Metimos todo en el maletero. Llovía y llovía bastante y no tenía pinta de escampar pronto y además la predicción era mala para prácticamente todo el día .
De todos modos estábamos puntualísimas a primera hora para desayunar en el restaurante y seguir adelante con la ruta. El desayuno estuvo bastante bien, era tipo buffet y había diferentes tipos de pan, mantequilla, embutidos, quesos, cereales de distintos tipos, leche, zumos, fruta, iogurt...
Cuando terminamos de desayunar devolvimos la llave de la habitación y nos despedimos.
FJADRARGLJÚFUR
Pusimos rumbo al cañón Fjadrargljúfur y llegamos en unos 20' más o menos. A través de este cañón, que tiene más de dos millones de años de antigüedad, pasa el río Fjadrá.
Obviamente se nos quedó cara de tontas al ver que la entrada era la misma que habíamos tomado el día anterior, sólo que entrando desde el otro lado. Ahora SÍ que vimos el dichoso cartel...
Lo que nos daba más rabia no era haber tenido que volver atrás, sino el hecho de que la tarde anterior había hecho un tiempo muy bueno y podríamos haberlo visto perfectamente. Sin embargo, ahora que íbamos de camino, llovía a cántaros y hacía un viento de la leche, lo que alteró totalmente la visita.
Cuando llegamos al río vimos que éramos las únicas que estábamos allí. Íbamos con la ropa impermeable pero además por encima nos pusimos una especie de chubasquero horroroso del Decathlon que parece una bolsa de basura gigante, que nos compramos hace cuatro años para el viaje a Escocia, pero que nos ayudó a salir del paso.
Le echamos valor y salimos del coche. Llovía bastante y hacía mucho viento así que la cámara de fotos se quedó en el coche y sólo cogimos el móvil. No apetecía para nada pasear en estas circustancias, así que llegamos al primer mirador del cañón, echamos un vistazo, par de fotos rápidas con el móvil y ya no quisimos seguir.
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El paseo entero son unos dos kilómetros, y el cañón alcanza hasta 100 metros de profundidad. El cañón fue esculpido por la erosión del agua que emanaba de los glaciares...una auténtica pasada de lugar.
Os podéis imaginar que nos acordamos muchas veces de la tarde anterior. Sin duda debe merecer la pena recorrerlo a pie durante un rato, pero en estas condiciones, no sólo por la lluvia sino por el incómodo viento, no nos apetecía nada. Dimos media vuelta para volver al coche y vimos que otros valientes habían aparcado y bajado del coche, pero sólo se asomaron al puente
Nos quitamos toda la ropa empapada y nos metimos de nuevo en el coche. Volvimos a deshacer camino en dirección Skaftafell con la esperanza de que amainara por el camino.
Sé que pasamos por sitios espectaculares por la carretera porque podía intuirlos, pero fue una auténtica lástima atravesar ese lugar con ese tiempo tan malo. Parecía otro planeta. Desiertos negros y lenguas glaciares literalmente al lado de la carretera. También nos ahorramos muchas paradas por el camino porque no se veía un pimiento para echar fotos...
Llegamos al parque natural del glaciar Vatnajökull. Skaftafell es una de las joyas del parque natural. Por suerte fue aparcar y la lluvia nos dio una tregua .
Llegamos al aparcamiento y al centro de visitantes. Lo primero que hicimos fue ir al baño (gratis) y pagar el aparcamiento. Aparcar nos costó, creo, 750ISK pero cada vehículo paga una cuota distinta dependiendo de su tamaño y se hace todo a través de unas máquinas que hay dentro del centro de visitantes. Se ponía la matrícula del coche en la máquina y ya está, no tienes que volver al coche a poner ningún papelito.
También hay una cafetería y tienda de souvenirs. Desde allí se indicaban un par de rutas por el parque, las más famosas y accesibles. Decidimos hacer primero la más corta , la que nos llevaba a la lengua glaciar Skaftafelljökull. Tardamos una media hora en llegar a los pies del glaciar y el camino es totalmente plano.
SKATFATELLSJÖKULL
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Me impresiona enormemente estar tan cerca del glaciar y ver los trozos de hielo flotando sobre la laguna. Echamos cientos de fotos para intentar inmortalizar el lugar, pero no hay ninguna foto que le haga justicia. Estuvimos allí un buen rato, observándolo todo y disfrutando de ese espectáculo de la naturaleza. Desgraciadamente esta lengua gaciar ha retrocedido mucho en los últimos años...aún así, sigue siendo impresionante.
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Volvimos al centro de visitantes. Tardamos una hora y media más o menos en hacer esta visita, entre ir, estar allí y volver, y no nos había llovido!! Desde el centro de visitantes se pueden contratar excursiones para andar sobre el glaciar con un guía. No es una opción que barajásemos porque íbamos pilladas de tiempo. Aún así mientras estuvimos no vimos ninguna, no sé si por el día o porque salían a otra hora.
Era la hora de comer y fuimos al coche a comernos un bocadillo. Mientras estábamos allí empezó a llover de nuevo, pero al menos no parecía lluvia tan intensa como la de buena mañana.
SVARTIFOSS
Después de comer hicimos la otra ruta recomendada, la que nos llevó a la cascada Svartifoss -la cascada negra-. Esta ruta la empezamos a hacer mientras aún llovia un poco, así que preferimos no coger la cámara de fotos y solamente cogimos el móvil, porque no sabíamos si iba a apretar... La ruta es de unos 45 minutos de ida y otros tantos de vuelta. La ida es casi toda de subida, aunque no es difícil, el camino está muy bien y el paisaje es muy bonito.
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Vimos un montón de árboles con los colores típicos del otoño y pasamos un puente muy bonito que cruza el río. A medida que íbamos subiendo podíamos ver la cascada a lo lejos. Desde este punto de vista también es muy fotogénica y es un paisaje totalmente diferente, puesto que pocos árboles habíamos visto en Islandia hasta el momento.
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El emplazamiento de la cascada es muy bonito, en una pared que parece un órgano, de columnas de basalto con forma hexagonal. Este tipo de columnas inspiraron a algunos arquitectos islandeses para construir algunos de sus monumentos, como por ejemplo, la iglesia de Reykjavik, Hallgrímskirkja.
El mirador de la cascada es más bien pequeño y había un montón de gente -la mitad españoles -. Fue un poco agobiante. Estuvimos por allí merodeando un rato y volvimos a descender hasta el coche.
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Cogimos el coche y volvimos a la ruta dirección al plato fuerte del día: Jökulsárlon. Por desgracia volvía a llover con más o menos fuerza. Antes de llegar a Jökulsárlon hicimos una breve parada en la laguna Fjallsárlon.
FJALLSÁRLON
Aquí había muy poca gente, fijo que por el tiempo que hacía, y aparcamos gratis. Había también un centro de visitantes con una cafetería o restaurante. Durante esta visita nos llovió un poco y lo peor es que estaba todo bastante cubierto de niebla y no se apreció para nada la lengua glaciar. Qué pena...Podíamos ver la laguna y los trozos de hielo y dar gracias .
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He visto fotos de cuando hace buen tiempo y con el sol se ve todo muy bonito, de un color turquesa intenso. Además se dan paseos en barco que se pueden contratar allí mismo en el centro de visitantes, pero con el día que hacía, evidentemente no iban a salir.
A pesar de todo, también es un lugar impresionante y digno de visitar y de echar cientos de fotos. Del aparcamiento hasta allí a penas había 10' a pie. Está realmente a mano acceder desde la Ring Road.
JÖKULSÁRLÓN
Volvimos al coche y empezó a apretar la lluvia. Ya estábamos cerca de Jökulsárlón y nos fastidiaba bastante, pero bueno. Entramos en el aparcamiento, que está después de cruzar el puente entre la laguna y el mar y no pagamos nada. No ponía que se tuviera que pagar así que yo creo que será gratis. A pesar del día que hacía estaba a tope de gente, y es que es un lugar emblemático.
A pesar del mal tiempo, de que no se veía nada el glaciar y sólo podíamos ver los icebergs y la laguna, nos dejó impactadas el tamaño de todo. Habíamos visto cosas increibles, pero para definir esto no me quedaban palabras!! El paisaje más impactante que he visto nunca sin duda. Las fotos no le hacen justicia pero desde luego las que hicimos ese día...ni punto de comparación.
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Por desgracia llovía mucho y hacía viento otra vez así que no sacamos la cámara porque de poco iba a servir e hicimos alguna foto con el móvil, aunque son horribles, y muchos vídeos, eso sí. No sé cómo el móvil sobrevivió a todo esto, porque luego fuimos a la playa de diamantes, y allí el tiempo era muchísimo peor.
Mientras estábamos allí vimos muchas focas, que nadaban tranquilamente por la laguna. Si el paisaje ya de por sí es espectacular, con las foquitas por allí ya es la leche. Además, vimos un trozo de hielo enorme romperse Se escuchó un gran crujido y después vimos cómo se hundía y volvía a salir, lo que hizo que subiera el nivel del agua y tuviésemos que apartarnos rápido para no mojarnos los pies. Fue un momento muy épico.
Los icebergs pueden pasarse años flotando en la laguna hasta llegar al mar, y eso que el camino parece corto, surcuando el pequeño trayecto que cubre el río Jökulsá, que es el más corto de Islandia. La laguna tiene hasta 260 metros de profundidad
Volvimos al coche, esta vez para dirigirnos a la playa de diamantes, al lado de la laguna. Aparcamos y había gente, pero no mucha, porque el tiempo era horrible: mucha lluvia y viento. Aún así bajamos y nos acercamos a la orilla. Había algún que otro valiente con trípode. Es impresionante ver esa cantidad de hielos esparcidos por la orilla y cómo el mar rompe en ellos. Una auténtica pena no poder apreciarlo y disfrutarlo como se merecía. Le hicimos alguna foto y vídeo con el móvil. El de Bea se quedó medio tonto porque le entró agua...el mío se portó súper bien, pero lo máximo que pudimos hacer fue esto...
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Volvimos al coche, con la ropa totalmente empapada. Pusimos rumbo al alojamiento, que estaba a unos 40' aproximadamente. Nos daba tanta pena no haber podido disfrutar del lugar, que decidimos que nos íbamos a despertar muy temprano al día siguiente para poder volver. No es algo que tuviéramos previsto y seguramente nos iba a hacer apretar la ruta del día siguiente, pero el sitio lo merecía y lo íbamos a intentar.
Llegamos al alojamiento, que es una granja de ovejas que ofrece cabañas y habitaciones. Está un poco antes de llegar a Höfn. Hicimos el check in y nos dieron nuestra habitación, que estaba en la misma casa, en la segunda planta. En esta planta había cuatro habitaciones y un baño para compartir. La nuestra era doble, pero la verdad es que era muy pequeña, tenía el espacio justo para dejar las maletas, por lo que no era muy práctica.
El baño estaba libre así que aprovechamos y nos dimos una buena ducha de agua caliente para recomponernos del día pasado por agua y después bajamos a cenar. Las cenas y desayunos se hacían en la planta baja, al lado de la recepción. Yo pedí un plato de cordero acompañado de patatas y ensalada y Bea una sopa de champiñones, que acompañó con una buena ración de pan casero. Sin duda ese día nos merecíamos una buena cena.
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La verdad que todo estaba muy bueno y subimos a descansar con la barriga bien llena. Seguía lloviendo y la predicción para el día siguiente parecía ligeramente mejor así que pusimos el despertador temprano para volver a Jökulsárlón!
El alojamiento se llama Guesthouse Nypugardar y como digo, está antes de llegar a Höfn. Creo que la ubicación es buena, pero como todo en la zona, muy caro para lo que es. Nos costó 99€ la habitación 'doble' con baño compartido y desayuno incluido -el desayuno muy bueno-. En nuestro caso no encontramos nada mejor y para una noche está bien. Para más lo dudo, porque un baño para cuatro habitaciones, a mí se me hace un poco escaso.
Tal y como habíamos previsto finalmente la noche anterior, pusimos el despertador muy temprano. Nos pegamos una ducha, bajamos las maletas y estábamos sentadas en la mesa a la hora que empezaba el desayuno. El desayuno estuvo muy bien para empezar el día. También tipo buffet y había un poco de todo, tanto opciones dulces como saladas.
Sin más nos despedimos y empezamos a deshacer camino para volver a Jökúlsárlón. El día no es que estuviera como para echar cohetes, la verdad, pero al menos no llovía ni estaba todo encapotado. Por el camino a penas nos cruzamos con dos o tres coches y pillamos a un par de ovejas despistadas a medio cruzar la carretera. La gente en Islandia no empieza a moverse hasta bien entrada la mañana...
Llegamos de nuevo al aparcamiento del Jökúlsárlón. Había muy pocos coches y ningún autobús turístico todavía, así que mejor imposible. Al principio estaba todo muy encapotado, pero al menos no llovía y podíamos hacer fotos con la cámara. Parecía que por momentos el sol quería abrirse camino entre tanta nube.
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Poco a poco empezó a asomar el sol :
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Gracias a la luz pudimos ver algunos colores preciosos en el hielo, que el día de antes no habíamos podido tener la ocasión de contemplar. Y formas de lo más curiosas.
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Las foquitas también querían hacer acto de presencia en este día, que sin duda estaba resultando mejor que el anterior.
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Cómo no, quisimos volver también a la playa de diamantes. Esta vez, gracias al buen tiempo, había bastante más gente y más trípodes, aunque aún se estaba muy tranquilo.
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Y como el sol no hacía más que seguir saliendo aún volvimos otra vez a Jökúlsárlón. Sí, nos estábamos desquitando bien de la tragedia del día anterior Pero como es un paisaje que creo que no aborreceríamos jamás, pues eso, que volvimos a entrar en el aparcamiento por tercera vez. Esta vez ya habían llegado los autobuses de chinos
Esta vez subimos al pequeño montículo para ganar un poco más de perspectiva ante tamaña visión.
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Y después del empacho de Jökúlsárlón decidimos marcharnos satisfactoriamente. Al final habíamos pasado una hora y media más allí, pero mereció la pena totalmente.
La verdad es que después vino un buen tute de carretera, pero claro, es lo que hay si vas retrocediendo durante el camino. Nos propusimos parar en Djúpivogur, un pueblo pesquero con un puerto muy mono, pero durante el camino paramos bastantes veces a hacer fotografías y a estirar las piernas. Todo el paisaje que fuimos encontrando en la carretera era precioso.
Por las laderas de las montañas iban bajando cascadas a cada momento:
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En esta carretera también hay muchos lugares habilitados, algunos de ellos con mesas de picnic, para que la gente pueda aparcar el coche y simplemente alegrarse la vista.
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En un momento dado vimos la oportunidad de parar al lado de unos caballos que pastaban tranquilamente. Es verdad que los vimos en varios ocasiones cerca de la carretera, pero no siempre es posible parar, así que esta era nuestra ocasión. Los caballos se acercan a tí e incluso estiran su cuello, aunque el que nos hizo el simpático gesto estaba intentando comerse el palo de madera que tenía enfrente y nos dio un poco de mal rollo acercar la mano. No queríamos acabar el viaje mancas.
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A continuación la carretera fue discurriendo por la costa, a través de playas totalmente negras. A un lado de la carretera teníamos la ladera de la montaña, por donde iban bajando cascadas, que algunas iban a parar directamente al mar. Impresionante paisaje e imposible no irse parando en todos los miradores que íbamos encontrando. Además el mar estaba revuelto y las olas formaban una buena cantidad de espuma que contrastaba con el negro de la arena.
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Aquí empezábamos a notar que eran muchos menos los coches que nos íbamos cruzando y la cantidad de turistas que nos íbamos encontrando en los miradores. En realidad estábamos casi siempre solas. Fue un viaje súper tranquilo y relajante disfrutando de esos paisajes tan dramáticos. Eso sí, hacía bastante frío y aire, por lo que las paradas eran más bien cortitas.
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Empezaba a picar el hambre, así que decidimos parar en un lugar que vimos al lado de la carretera, pero lo suficientemente ancho como para dejar el coche tranquilamente. También había mesa de picnic pero no apetecía mucho usarla con la rasca que hacía...
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Aprovechamos el agua caliente del termo para comernos unos fideos tipo ramen. Con esas vistas cualquier cosa nos hubiera sabido a gloria
DJÚPIVOGUR
Después de comer continuamos dirección Djúpivogur. La parada en este pueblo fue realmente mínima. Lo justo para ir al servicio, puesto que había uno de uso gratuito al lado del puerto, y echar un vistazo y un par de fotos. Nos habría gustado quedarnos un poco más, pero se nos había hecho un poco tarde con tanta paradita y tuvimos que acortar la visita.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Este coqueto puerto es uno de los más antiguos de la isla; lleva en activo desde el siglo XVI. Hasta aquí venían los comerciantes alemanes para intercambiar sus productos. Realmente al principio teníamos reservada una noche en esta localidad pero finalmente quisimos alargar un poco más el viaje y dormir en Egilsstadir.
El pueblo tiene a penas 400 habitantes, pero tiene campings, hoteles, guesthouse, restaurantes, tiendas, piscina, museo...Vamos, casi de todo. Y una localización envidiable
Saliendo del pueblo, por la carretera principal, nos encontramos con paisajes de postal que nos hacen inevitable hacer otra paradita en el camino -qué raro eh-.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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A partir de aquí teníamos dos opciones: seguir recorriendo la costa por la Ring Road, que nos iba a llevar bastante tiempo, o coger la carretera 939, de la que habíamos oído maravillas -no precisamente por su estado, sino por las vistas que ofrecía-. Lo teníamos claro, como estaba abierta y las condiciones eran buenas, cogimos la 939, que además acortaba un montón de camino.
La verdad que la carretera es una pasada...obviamente sin asfaltar, eso sí. Hay que tomársela con calma, pero es increible cascadas, ríos, todo verde alrededor. No sabes para dónde mirar -a parte de a los hoyos de la carretera para no quedarte sin coche-. Yo no la recomiendo con un turismo normal, pero se puede hacer, y de hecho vimos al menos uno en sentido contrario. Por suerte nos cruzamos con poquitos coches.
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Después de pasar por esa carretera el camino hacia Egilsstadir no fue nada espectacular...de hecho incluso diría que fue monótono, pero claro, es que el listón ahora ya estaba muy alto. La carretera hasta la ciudad discurría al lado de un lago, pero no teníamos ninguna parada más en la lista, así que ya paramos en la ciudad, exactamente en un Bonus para comprar algo de comida para la cena y desayuno. Nos aficionamos a comprar unas bolsas que vendían de cinnamon rolls, que estaban súper buenos... y que después de un trágico episodio con el que más adelante os deleitaré, no me quedaron muchas ganas de seguir comiendo durante el viaje
Como ya habíamos hecho la compra y no eran ni las cinco de la tarde pensamos que podía ser buena idea acercarnos a Seydisfjördur, un pueblecito súper bonito a orillas de un fiordo, que estaba a penas a media hora en coche, así que nos pusimos en marcha otra vez antes de que se empezara a hacer de noche.
SEYDISFJÖRDUR
La carretera...bueno XD Estaba en buenas condiciones, eso sin duda. Pero el paisaje lo pudimos contemplar más bien poco. Había una niebla súper densa que nos impedía ver absolutamente NADA, aunque sí pudimos apreciar que había bastante nieve.
Enseguida llegamos al pueblecito y aparcamos al lado de la iglesia azul. Hacía un frío que pelaba! La niebla seguía haciendo acto de presencia en el pueblo, así que pudimos ver a medias, pero bueno.
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La verdad es que en este pueblo también hicimos un poco acto de presencia. Hacía un frío del copón y no queríamos que se nos hiciera de noche bajando por la misma carretera que habíamos subido, más que nada por la densa niebla, así que nos entretuvimos más bien poco. Eso sí, dimos una pequeña vuelta alrededor del lago.
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Volvimos al coche para deshacer el camino. La niebla se estaba levantando y pudimos ver algo más del paisaje. La verdad es que fue un choque fascinante, porque pasamos por zonas totalmente nevadas. Hasta ahora no habíamos encontrado nieve en el viaje, pero la cosa iba a cambiar. Eso sí, no pudimos hacer ninguna foto porque no vimos ningún sitio en el que parar en esa carretera En vez de eso grabamos algún vídeo con el móvil. Os dejo una captura que se ve bastante mal, pero al menos os hacéis una idea de como estaba.
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Cuando llegamos a Egilsstadir ya era prácticamente de noche. Pusimos en el GPS la dirección de nuestro alojamiento. Éste se encontraba en las afueras del pueblo, pero muy cerca. Se llegaba a través de un corto camino de tierra y era una guesthouse un tanto peculiar. Las habitaciones se encontraban en un edificio a parte y se podía aparcar allí mismo. Las habitaciones eran de gran tamaño. Teníamos dos camas individuales, una zona con escritorio y demás, y otra con microondas, hervidor eléctrico, etc. El baño también era bastante grande.
Nos dimos una ducha caliente y nos hicimos la cena allí mismo. Nos hicimos unos frankfurt y un puré gracias al microondas, y al día siguiente incluso arroz
El nombre del alojamiento es Vinland Guesthouse y es totalmente recomendable, además de fácil de pronunciar . Estaba todo impoluto y fue súper cómodo. Además el precio fue bastante barato para lo que es la media, aunque también es cierto que en esa zona no se suben tanto a la parra con precios porque no es tan turística. Pagamos 79€ por una habitación doble, muy bien provista -que tenía hasta menaje- con baño privado.
@Angegaca, Siiiii!!! sí que es esa cascada!! MUCHAS GRACIAS Angegaca. Pues ahora mismo he estado un tiempo muy liada y no he tenido nada de tiempo, pero ahora vuelvo a la carga y termino, que me queda muy poquito. Por cierto, muchas gracias!! Yo también disfruté muchísimo leyendo tu diario, me encantó y también las fotos.
Un saludo!
Mi mas cordial enhorabuena, Osaka85, es de los mejores diarios que he leido, y leo bastantes¡¡¡¡ Mucho mejor que foreros con muchos mas diarios¡¡¡¡ Capitan Pescanova, felicidades. Voy a recomendar a mis 3 amigas, que se lo lean y te den sus 5 estrellas. Yo ya lo he hecho¡¡¡ Un par de preguntas, vamos del 7 al 16 sept, 1 dia menos que vosotras, xk el vuelo con Iberia nos ha salido a 216 euros. Con un dia menos, donde apretarias de tu itinerario???? Y otra pregunta como se llama el alojamiento cerca del lago helgafell??? O no lo he sabido ver, o es el unico que no has puesto el nombre¡¡¡¡ Enhorabuena otra vez, un super diario¡¡¡¡
Qué ilusión leer tus palabras @indamatossi.marta !! Me alegro mucho de que te haya gustado el diario y te pueda ser útil en algo, o al menos te hayas entretenido leyéndolo. Muchísimas gracias por tu comentario y tus estrellas :)!!
En cuanto a las preguntas...
Pues si os vais la primera quincena de septiembre, de momento algo más de luz de la que nosotras tuvimos vais a tener, y seguramente os cunde un poco más el día (nosotras nos fuimos justo un mes más tarde y la luz ya iba a la baja, y aún así, pudimos ver bastante cosa). Yo de recortar hubiese recortado en el día de vuelta desde AKureyri hasta la Península de Snaefellsnes, pero es imposible saltarse ese día ( a no ser que cojas un vuelo o algo así, que nosotras no teníamos pensado ), porque casi todo es coche, es un buen trecho y de carreteras sin asfaltar...
Así que como no hay más remedio por temas logísticos yo sacrificaría el día que le di a Reykjavík y quizás la tarde de antes que estuvimos por la península de Reykjanes...ya sé que es la capital, pero es lo que yo sacrificaría sin pensármelo mucho -es todo muy subjetivo!!-, porque lo demás vale mucho, mucho la pena. Snaefellsnes no lo quitaría por nada, y eso que a nosotras nos hizo un tiempo muy malo...de hecho ahí es donde encontré que nos faltó un dia más de viaje.
Las cabañas que me dices se llamaban 'Helgafell', igual que el monte. Si las buscas en Booking por Helgafell te salen tal cual -son dos cabañitas y es un sitio espectacular-.
Espero haber podido ayudarte. Ya me contarás qué habéis decidido. Que lo paséis muy bien por Islandia, es precioso.. yo volvería con los ojos cerrados!!
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Nosotros dimos la vuelta a la isla en 11 días, copiándole la ruta a @marimerpa. Pillamos 4x4 y la verdad que lo volvería a hacer, porque creo que economizábamos algo de tiempo en los recorridos por las pistas. Eso si, pillamos un seguro platinum y la verdad es que nos costó una pasta, pero al devolver el coche ni miraron si el depósito de combustible estaba lleno...
Yo elegiría cabañas, apartamentos, casas... Con cocina para poder comprar en el super y cocinar por la noche. En concreto el tema del 4x4 con tienda yo no lo elegiría porque nosotros vimos a unos que se les había abierto el... Leer más ...
Hola
Que tal veis las últimas erupciones? No parecen un gran problema para ir a la isla pero puede atraer más turistas o al contrario. Lo digo por el tema reservas porque nunca vamos a estar abarrotados en ningún sitio turístico aunque parece que cada vez hya más gente en toda la ruta 1.
Opiniones?
Salodari Moderador de Diarios 03-04-2009 Mensajes: 18740
Nosotros fuimos en octubre (a finales para más inri) y no tuvimos ningún problema con las carreteras. Algunas de las internas estaban cortadas pero lo que es la ring Road todo perfecto.
Nosotros lo hicimos en camper y hay camping súper cómodos y mucho más baratos, claro. Nos sorprendió la comodidad de las duchas, las cocinas… súper bien equipado todo.
Últimos comentarios al diario ISLANDIA, octubre, 2018. La elegancia más salvaje!
osaka85 27/10/2018 16:26
📚 Diarios de osaka85 
Angegaca 21/11/2018 09:39
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Tema: Viajar a Islandia: dudas
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Vamos, parecía Port Aventura. 
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. Estaba todo impoluto y fue súper cómodo. Además el precio fue bastante barato para lo que es la media, aunque también es cierto que en esa zona no se suben tanto a la parra con precios porque no es tan turística. Pagamos 79€ por una habitación doble, muy bien provista -que tenía hasta menaje- con baño privado.
