Friburgo, Basilea y Europa Park ✏️ Blogs of Germany

Este año el puente del 12 de octubre lo aprovechamos para visitar el parque de atracciones Europa Park, en el sur de Alemania. Y combinamos el viaje con unas visitas a las ciudades más cercanas, Friburgo (Alemania), Basilea (Suiza) e inesperadamente, Saint-Louis (Francia).


El aeropuerto más cercano a Europa Park es el aeropuerto de Basilea-Mullhouse-Friburgo, también llamado Euro-Airport ya que está entre estas tres ciudades, que pertenecen a Suiza, Francia y Alemania respectivamente.

Easyjet te avisa por mail: Debes entrar por el lado suizo. Y luego en algunos blogs contaban las confusiones entre un lado y el otro. Yo acabé imaginándome que nos encontraríamos con algo así como el muro de Berlín en la Guerra Fría.
Nada de esto. Al llegar hay una señal con una flecha hacia un lado indicando Switzerland y otra flecha hacia otro lado indicando Germany/France. Si te equivocas das media vuelta y ya está.

En realidad el aeropuerto está en terreno francés pero ojo con el roaming del móvil, Suiza no forma parte de la Unión Europea y las compañías telefónicas te la pueden clavar si usas internet allí.


Vuelos:
Entre Barcelona y Basilea-Mullhouse-Friburgo vuelan Easyjet y Vueling. Las dos compañías tienen precios similares así que elegimos por horario.
A la ida con Vueling a las 11:30 de la mañana y a la vuelta con Easyjet a las 20:30.
Easyjet nos acabará cancelando el vuelo de vuelta el domingo (por tormentas en Barcelona) y acabaremos volviendo con Vueling el lunes a media tarde.

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Salimos súper puntuales con Vueling y llegamos al Euro Airport algo antes de lo previsto. Esta tarde visitaremos Friburgo o Freiburg, en alemán.

Hay un par de opciones para llegar:

En transporte público: tomando un bus hacia Basilea y allí un tren.

En Flixbus: en 55’ de trayecto sin ninguna parada va directo a Friburgo. Sale un bus cada 1h y 15 minutos. El billete nos cuesta 23€ (es como los vuelos, el precio no es fijo) y se puede comprar al conductor o bien desde la app.

Elegimos el Flixbus, la parada está bien indicada en el aeropuerto. Nos deja enfrente de la estación de tren de Friburgo, muy cerca del casco antiguo o Altstadt.


El nombre completo de la ciudad es Friburgo de Brisgovia o Freiburg im Bresgau, está en la región alemana de la Selva Negra y es una de las ciudades con un clima más soleado y cálido del país.

Lamentablemente, la mayoría de los edificios medievales fueron destruidos en la Segunda Guerra Mundial pero han sido reconstruidos posteriormente.
El centro histórico es prácticamente peatonal y tiene unas dimensiones óptimas para no necesitar transporte público (aunque lo tiene).


Es la hora de comer, así que vamos caminando de la estación a un biergarten que apunté de internet. De camino pasamos por la Martinstor, una de las dos puertas medievales que quedan hoy en día (hubo un total de cinco).
Su construcción es del s.XIII pero el tejado actual es de principios del XX, cuando se decidió triplicar su altura. Durante un tiempo fue una prisión, y actualmente la mitad es un McDonalds.


Llegamos a la cervecería Feierling, empresa familiar cervecera de más de 140 años de antiguedad, tiene un bonito jardín con mesas (biergarten) pero hace un poco de fresco, mejor comemos en el restaurante, que está justo enfrente.

Aquí fabrican su propia cerveza, y detrás de la barra se pueden ver dos grandes calderas de cobre.
La carta es tradicional y con precios aceptables. Qué mejor forma de empezar a conocer una región que por su gastronomía.


Está en la calle Gerberau, una de las más bonitas.

De aquí vamos a la Plaza del Ayuntamiento, o Rathausplatz.
El ayuntamiento viejo, o Altes Rathaus, es ahora la oficina de turismo. Pedimos un mapa.
El ayuntamiento nuevo, o Neues Rathaus, está justo al lado. Los dos, de estilo renacentista, son del siglo XVI, aunque irónicamente el “nuevo” es el más viejo de los dos.


En un lateral de la plaza del ayuntamiento, detrás de la iglesia de San Martín se encuentra la Casa de la Ballena, Haus zum Walfisch, de un rojo intenso, con adornos dorados relucientes. En esta bonita casa residencial de estilo gótico vivió durante un par de años Erasmus de Rotterdam. Hoy en día es la sede de un banco. Se desconoce el motivo del nombre del edificio, pues no hay ninguna ballena a la vista.


Después vamos a la joya de la ciudad, su catedral, o Münster . Todo está muy cerca. Esta obra gótica, aunque con muchas ampliaciones, lleva aquí desde el siglo XIII, sobreviviendo los bombardeos nazis.

Me llamó la atención la torre agujereada, a través de la cual se veía el cielo azul, el tono marrón de la piedra, que de lejos parecía como si estuviera hecha de ladrillo y la portada adornada con un montón de figuras policromadas de santos.

Se puede visitar su interior, de lunes a sábado de 10 a 17h y los domingos de 13 a 19h. La entrada es libre.
La torre normalmente se puede visitar pero ese día estaba cerrada por reformas. Cuesta 4€.


En la plaza de la catedral está uno de los edificios más peculiares, el Historisches Kaufhaus, de un tono rojo anaranjado, fue el primer centro comercial de la ciudad, construido en el siglo XV. Su fachada está custodiada por las estatuas de cuatro señores con armaduras y espadas.


En la misma plaza de la Catedral, en el lado opuesto al Historisches Kaufhaus está la biblioteca pública, con unos baños de acceso libre (abierta de martes a viernes de 10 a 19h y sábados de 10 a 15h.)

Nos perdemos por unas callejuelas y llegamos a la segunda y robusta torre medieval, la Schwabentor. En el siglo XIII aquí estaba el límite de la ciudad, y por lo que a nosotros los visitantes respecta, hoy en día también. A no ser que se tenga tiempo de subir al monte del castillo, o Schlossberg. No es nuestro caso.


Nos llaman la atención los mosaicos de la acera. Enfrente de la joyería hay una forma de diamante, el dibujo de la bota señala la zapatería, y así.


Y ya empieza a bajar el sol, así que toca dirigirnos al hotel. No sin antes admirar la bonita iglesia que queda detrás de la estación, la Herz Jesu Kirche o Iglesia del Sagrado Corazón. Su fachada de color crema y sus brillantes tejados verdes le dan un aire a casita de Hansel y Gretel.


Estas tres noches nos alojaremos en Rust, la localidad en la que se encuentra Europa Park.
Para ir a Rust desde Friburgo hay un Flixbus directo que tarda media hora. Nosotros en ese momento no lo sabíamos y compramos un billete de tren hasta Ringsheim y allí tomamos un bus hasta Rust.
Esta combinación no solo es más cara, sino que es más lenta.
Además, teníamos el tiempo justo para hacer el transbordo del tren al bus y el tren se retrasó y estuvimos sufriendo un poco.

Llegamos a Rust ya de noche y vamos al hotel. De camino vemos varios restaurantes abarrotados, la recepcionista nos dice que para comprar comida sólo está abierto el Lidl (son las 8 de la tarde) y está a un cuarto de hora a pie, por unas calles desiertas y oscuras. No hay sensación de inseguridad porque todo son casitas residenciales bonitas o apartamentos para turistas.

Nuestro hotel es el Kosel Garni . Es una bonita casa de dos plantas a diez minutitos de la entrada del parque. Nuestra habitación es prácticamente un apartamento, tiene capacidad para 4 personas, una cocina y el baño, que está separada la ducha de la taza. Super práctico.
Sólo hay un inconveniente: en la cocina no hay enseres de cocina. Lo pedimos en recepción y nos dicen que sólo tienen un juego de ollas, platos y cubiertos y lo están utilizando otros huéspedes.

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Hoy y mañana estaremos los dos días enteros en Europa Park.
El tiempo acompaña, hace sol a mediados de octubre en Alemania. ¡Quién lo iba a decir! Por la mañana refresca de lo lindo, pero a medio día se está muy bien.

Vamos caminando al parque. La hora de apertura es a las 9:00 pero por experiencia, es habitual que los parques abran sus puertas algo antes.


Estamos allí a menos cuarto. Nos revisan las mochilas. No se puede entrar con objetos afilados, pero no ponen pegas a entrar comida o bebida.
Hemos comprado las entradas por internet un par de días antes de venir, así que las llevamos impresas. Vamos directo a los tornos, sin pasar por las taquillas. ¡Y ya estamos dentro!


Europa Park es el segundo parque temático más visitado en Europa, sólo superado por Disneyland París. Abrió sus puertas en 1975 y recibe más de 5.000.000 de visitantes cada año.

En la temporada de verano (de finales de marzo a principios de noviembre) abre a las 9:00 y cierra entre las 18:00 y las 21:00 dependiendo del día, según previsiones de aforo. Además, pueden decidir cerrar el parque más tarde según el aforo real del día.

Hoy viernes en la web ponía “Horario de cierre aproximadamente 19:00” pero a media tarde empezamos a ver cartelitos en las atracciones que anunciaban “Hoy cierre 20:00h”.
El sábado nos pasó lo mismo, el horario de cierre se atrasó de 20:00 a 21:00.

En la temporada de invierno (de finales de noviembre a mediados de enero) abre a las 11:00 y cierra no antes de las 19:00.
Como en la temporada de invierno hay algunas atracciones cerradas, el precio es algo inferior. 1 día de horario de verano son 49,50€ y 1 día de invierno son 44€.



El parque se divide en 17 zonas, cada una de un país de Europa (con un par de excepciones) y está decorada con edificaciones típicas, ya representen viviendas, tiendas, iglesias o estaciones.

Los restaurantes ofrecen las especialidades culinarias de cada región y las atracciones están tematizadas con elementos propios de cada país. Hay algunas zonas especialmente bonitas (la mayoría) y otras (las que menos) no tan bien conseguidas.


Hoy viernes hay bastante gente, pero habrá mucha más mañana sábado. Justo al entrar vamos a la atracción novedad de este año, en Francia, es Can-Can Coaster, una montaña rusa cubierta basada en en Moulin Rouge parisino. La zona de colas es preciosa, decorada como el backstage de un teatro, con posters vintage chulísimos.

Seguimos por la zona de Suiza, con sus bonitas calles estrechas empedradas, parece un pueblecito alpino.


El callejón que separa Francia de Suiza, con un riachuelo enmedio, lleno de vegetación, es un remanso de paz.


Grecia toma la inspiración de las islas cícladas, con sus paredes blancas y techos azules, nos recuerda mucho a Mykonos. Aquí hay un gran lago con una atracción que salpica, menos mal que hemos traído ponchos.

Luxemburgo sólo tiene un edificio circular de cristal, con un restaurante. Total, ¿quien ha estado en Luxemburgo para tener una idea de qué aspecto tiene el país?

Gran parte de la zona de los Países Bajos se quemó en un incendio hace meses, pero aún hay un bonito molino holandés y una plaza con puestos de comida.

Para comer nosotros elegimos el Kaffi Hús, en la zona islandesa, que tiene una bonita terraza soleada.

Islandia tiene, para mi gusto, las mejores atracciones del parque. Una montaña rusa súper rápida, de 1000 metros de largo, pero pobremente decorada, y luego otra montaña rusa, esta de madera, la cola parece unas catacumbas vikingas, está tematizado cada detalle, y el trayecto en sí es muy intenso, por la velocidad (llega a 100 km/h), las curvas y los desniveles.

Hay que reconocer que la zona de España está entre las más bonitas. Ambientada en Andalucía, la arquitectura mozárabe, los azulejos, las flores y el suelo adoquinado le dan un toque relajado y colorido. Varios de los hoteles del parque también son de temática española. España es una de las pocas zonas con estación de tren, muy práctico para cruzar el parque cómodamente en poco tiempo.


En la plaza de toros hacen un espectáculo de caballos de estilo medieval. Es todo en alemán pero tampoco es que sea necesario entenderlo. A nosotros no nos chifla especialmente, pero es entretenido y una buena oportunidad para descansar media horita.

Para cenar vamos al Biergarten alemán. Está abierto más allá de la hora de cierre del parque. Está muy animado.

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