3 Semanas por el Caribe ✏️ Blogs de America

31/11

Nos levantamos tarde y nos fuimos corriendo sin desayunar, nos esperaba un duro viaje. El taxi muy chulo, de los años 60, nos hicimos unas fotos con él.
No recomiendo el Viazul al menos para el trayecto de Varadero-Trinidad, da una vuelta increíble pasando por Santa Clara y Cienfuegos y encima se estropeó en Santa clara y estuvimos 2 horas ahí esperando y sin poder dar una vuelta por los pueblos por si salía (no dicen nada). Ya no volvimos a coger Viazul después de todo eso.

Finalmente llegamos a Trinidad y lo primero que nos sentimos fue acosados por mucha gente ofreciéndonos taxis y demás, luego pidiéndonos cualquier cosa que lleváramos... al final llegamos a nuestra casa particular,que estaba justo detrás de las ruinas de la iglesia de Santa Ana.
Por cierto, tiene bonitas vistas de las ruinas de la iglesia y está a 5 minutos caminando del centro.
Fuimos a comer a “La Redacción”, un sitio que vimos por Google Trips, que la verdad era para turistas, pero estaba muy bueno y estaban preparándose para por la noche decorar y disfrazarse de Halloween. Si bien era 31 de Noviembre, allí no vimos nada más de celebración por ningún lado y supongo que es entendible que este tipo de fiestas no se celebren en Cuba.

Después de la comida, nos pedimos unos cócteles y fuimos a pasear. Nos dimos cuenta de la afición que hay por el dominó, en las calles de Trinidad se sientan los cubanos a jugar y se lo toman muy en serio. Aunque no dispongan ni siquiera de una mesita, pueden sujetar una madera con sus piernas para poder jugar encima.

Además también dejan la puerta abierta en las casas coloniales, para que entre la fresca mientras se reúnen para ver la televisión.

También vimos mucha afición por la Liga española de fútbol, muchos cubanos llevan camisetas de Real Madrid y Barça, hay bares donde retransmiten los partidos y es un tema recurrente para ellos. Mientras que los deportistas cubanos se han especializado en el béisbol.

Caminando llegamos a la Plaza mayor, donde está la escalinata que es donde se reúne toda la gente que quiera conectarse a Internet, ya que es el único o de los únicos sitios de Trinidad donde hay conexión WiFi.
De camino nos encontramos con un vaquero todo vestido de blanco, que nos paró y nos explicó muy amablemente que hacía excursiones a caballo por el valle de los ingenios a ver una cascada, como hacen el café, etc. Nos pareció interesante y aceptamos, además que nos pasaba a buscar por el mismo hostal.

Después del duro día de bus, fuimos pronto a cenar a una cervecería nueva, que estaba cerca del hostal y nos recomendó alguna gente del pueblo.
Pedimos algo de picar y la verdad es que estaba todo bueno y con música en directo que siempre se agradece.

Fuimos a la casa a descansar y le dijimos al dueño que nos levantábamos a las 9 para desayunar.
La habitación estaba bastante bien, solo que había dos camas, pero de matrimonio jeje ( se ve que es costumbre por allí, porque lo encontramos en más sitios).

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1/11

Nos despertamos y ya escuchamos que nos estaban preparando el desayuno en la mesa, así que nos vestimos y salimos a desayunar. Increíble el desayuno: tortillas, bocadillos de queso, pan con mantequilla, fruta, zumo, café, tortitas con miel, incluso era demasiada cantidad, así que les dijimos si podían poner menos al día siguiente.

Pasó a buscarnos nuestro amigo y salimos a dar el paseo en caballo. Nos llevó a tomar el jugo de la caña de azúcar con ron, está buenísimo. Luego fuimos a un lugar donde tratan el café, lo machacan y luego lo cuelan, todo a ritmo de una canción, nos tomamos el café de rigor y compramos un poco para llevar de vuelta.
Seguimos el camino en el caballo, hasta llegar a la cascada del cubano (el último trozo hay que hacerlo a pie). Llegamos sudando así que no dudamos en meternos al agua. El camino de vuelta fue más rápido y sin paradas pero de los botes y el roce con el caballo, me hizo una herida en el culo que me duró casi una semana en carne viva. La verdad es que el guía se portó muy bien y lo recompensamos con una propina, lo cual agradeció eternamente.

Resulta que este guía pertenece a una religión rara y nos explicó muchas cosas de los cubanos, entre otras que el sueldo medio no llega a 30$ al mes. No entiendo cómo pueden sobrevivir cuando los precios de todo no son para nada bajos como esperaba allí, pero esto es lo que nos dijeron a lo largo del viaje. Mi teoría es que estos 30$ es lo que cobran del gobierno, luego aparte cada uno se gana la vida como puede y consiguen dinero de turistas o declarando menos de lo que realmente ganan, pero no tengo ni idea si no fuera así de como pueden sobrevivir.

Fuimos a comer al restaurante San José, que tenía muy buena crítica y nos pusimos a reventar, con postre incluído, tanto que no quisimos cenar nada. Tuvimos que andar por varias horas para bajar la comida. Al final de la tarde fuimos a conectarnos a Internet a las escalinatas y de paso subimos a tomarnos algo y escuchar la música en directo.
Además dejamos contratada la excursión del día siguiente a Tope de Collantes y el viaje del día 3 a la Habana.

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2/11

De nuevos despertamos y el desayuno ya estaba preparado, justo para desayunar y que pasaran a buscarnos.
Subimos al taxi y nos dirigimos a la montaña. Hicimos una parada antes en el mirador antes de Tope, la verdad es que merece la pena subir a ver las vistas.

Finalmente llegamos al valle y nos perdimos por en medio de la selva en busca de la cascada. La aventura mereció mucho la pena, nos adentramos entre bananeros, cruzando ríos por encima de piedras, pasando dentro de una cueva, bajando rocas mojadas, con resbalones incluídos.... y finalmente llegamos a la cascada espectacular. Una caída libre de unos 100 metros de altura y debajo un pequeño estanque donde poder bañarse. El agua estaba fría sí, pero se agradecía después del duro camino.

La vuelta se hizo menos dura, al menos para mí porque era subida y no había que ir con tanto cuidado como la bajada. Además con encontramos un grupo de españoles que nos amenizó el camino con sus historias.

Llegamos al inicio y encontramos al taxista, nos tomamos allí mismo un café recién hecho, yo el fuerte con ron y poso de café… sabor extraño, pero como siempre me gusta probar lo más raro y típico de la zona jaja.

Este día fuimos a comer al mejor o uno de los mejores restaurantes del viaje: Restaurante Sol y Son, es como una casa con su patio, además también es hostel. Tanto la presentación como el sabor me encantó y de precio no era tan caro, 10/10.
Luego fuimos al convento de San Francisco de Asís, donde en la planta baja también se encuentra un museo de la lucha contra bandidos. Merece la pena subir hasta la parte más alta para divisar las vistas de toda Trinidad.

Luego cogimos un bicitaxi porque el día anterior habíamos conocido un chico muy amable y lo esperamos donde estaba, pero como no apareció lo cogimos con otro. Realmente esto no merece la pena, porque sufríamos más por el chico que iba que no podía más, con el calor y las subidas, sudando la gota gorda y a un ritmo bastante lento. Quizás había bicitaxis que estaban mejor o no cansaban tanto, pero nuestra experiencia no fue buena. A pesar de ello, vimos la parte más al sur y la zona por donde pasar el tren.

Para cenar fuimos a La Botija, es un sitio que siempre está lleno y hay que hacer cola, pero merece la pena por la música en directo y que está todo perfectamente ambientado, pero la comida tampoco mata, la pizza por ejemplo habían frito las verduras en la sartén y las habían puesto encima de la masa ya hecha. Los cócteles sí que estaban mejor, yo recomiendo mejor ir después de cenar, para tomar algo.

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