La peque se despertó a las 5:30h de la madrugada (¿quién dijo jet lag?) y la pude aguantar hasta las 6, cuando ya era de día y decidió despertar a su padre diciéndole que había salido el sol y le daba igual todo, que ella quería ir a la piscina.
Estuvimos un rato jugando con ella antes de ir a coger fuerzas al buffet. El desayuno me alucinó: he estado en muchos sitios, pero jamás había visto chile para desayunar. Muy completo, con una estación de smoothies que me enamoró desde el primer momento.
Los primeros días después de un gran viaje siempre son para descansar y situarnos en el hotel y en esta ocasión no era para menos. Aprovechamos bien la piscina infantil, que es una locura con todos esos toboganes y convencimos a nuestra hija para que fuera al kids club mientras nosotros nos relajábamos, pero no le gustó demasiado y a la hora ya estaba de vuelta hablando con un curioso acento mexicano. La entiendo: era la más pequeña con diferencia (tiene 4 años) y la mayoría de los niños eran anglosajones. Y aunque ella chapurrea algo de inglés, no puede mantener una conversación con otros niños de forma fluida.

Una cosa curiosa es que en el mismo hotel hay fotógrafos y te hacen las mini sesiones que quieras. Ese día por ejemplo se paseaban con un tucán y podías hacerte fotos con él. Y es que al menos en el Palladium la naturaleza es omnipresente en el resort. Las villas están rodeadas de jungla, la presencia de coatíes e iguanas es constante, hay un par de lagunas con flamencos, en la playa del hotel vimos zonas señaladas y cortadas al paso porque parece ser que había nidos de tortugas…nuestra hija encantada, es una enamorada de todo bicho viviente. De hecho, a todo animalito que veíamos le teníamos que hacer una foto.


Otra cosa que hicimos fue preguntar por el precio y la disponibilidad de Family Selection: habíamos leído que valía la pena pagar la diferencia porque tienes acceso a un restaurante y piscina exclusivas, además de otras ventajas. Tras hablar con recepción nos convencieron y decidimos pasar 3 días más en Kantenah y, a partir del día 15, cambiarnos a Family Selection para las 6 noches restantes. Nos incluyeron además una cena en uno de los restaurantes de pago del resort, BRAVO.
Y así, entre piscinas y relax, pasamos nuestro primer día en el paraíso.