Relato de nuestro recorrido por los últimos 115 kilómetros del Camino de Santiago Francés, desde Sarria. Autor:Artemisa23Fecha creación:⭐ Puntos: 4.9 (16 Votos)
En realidad, esta etapa va desde Palas de Rei hasta Arzúa y es la más larga y dura de este tramo del Camino, con unos 29 kilómetros de recorrido. Por ello, son muchos los peregrinos que, si disponen de tiempo, la dividen en dos partes para ir más descansados. Y eso fue lo que hicimos nosotros. A toro pasado, creo que no es necesario y se puede hacer de una tirada sin mayores complicaciones, sobre todo en verano, cuando se disfruta de tantas horas de luz. De todas formas, tampoco me arrepiento porque así tuve la ocasión de recorrer con tranquilidad el bonito pueblo de Melide (Mellid en gallego). Pero a eso llegaré después.
Empezamos la jornada desayunando en la terraza de un café, frente al Concello de Palas de Rei. Tomamos empanada, pero no estaba muy allá, lo que supuso una decepción porque nos gusta mucho, sobre todo si es casera y está bien hecha. En fin, los productos y los platos tradicionales no siempre son la mejor opción en sitios demasiado concurridos. Nos pasó varias veces a lo largo del Camino (con el pulpo, por ejemplo), aunque es algo que ocurre en todas partes. Por lo demás, cada día nos levantábamos antes y con menos pereza. Debía ser que estábamos acostumbrándonos al ritmo de la caminata. La buena temperatura también ayudaba.
Bajando por la Travesía del Peregrino, dejamos atrás la escultura dedicada al Santo y nos dejamos guiar por las flechas amarillas, que nos apartaron unos metros de la carretera para pasar junto a casas y huertos, hasta que nos topamos con el mojón que indicaba 66,841 kilómetros a Santiago.
Alternando caminos, senderos y pistas de tierra, llegamos hasta San Xiao do Camiño. Entre hórreos, recorrimos sus calles empedradas, vimos un crucero y la Iglesia de San Julián, construida en el siglo XII y reformada en el XVIII, que conserva un bonito ventanal románico en el ábside. Está situada junto a un cementerio, lo que le otorga un mayor impacto visual. Visité el interior, pero la foto me salió movida, así que la omito.
Tras un tramo a pleno sol, llegamos a una senda entre árboles, aceptando de muy buena gana su sombra, pues la mañana avanzaba y empezábamos a sentir el calor. Apenas había nubes en el cielo. Eso sí, en el camino no faltaba alguna que otra fuente para refrescarse.
Aunque no era un bosque inmenso, me gustó el efecto de la luz filtrándose entre las ramas y fui haciendo fotos. En esta zona, volvimos a coincidir con muchos peregrinos; en algunos puntos, parecía que íbamos en romería. Y, paso a paso, casi sin percatarnos, al salir de Casanova, abandonamos la provincia de Lugo para adentrarnos en tierras coruñesas.
Al salir del bosque, por las carreteras y en las aldeas, suele haber albergues de todo tipo.
Habíamos llegado a Leboreiro, que fue un enclave importante durante la Edad Media en la ruta jacobea, hasta el punto de que, según la tradición, era aquí donde la Virgen María daba la bienvenida a los peregrinos. A nosotros, nos recibió un bonito cruceiro. Al margen de las leyendas, lo cierto es que Leboreiro tuvo, incluso, un hospital de peregrinos allá por el siglo XV, del que solo se conservan dos muros con el escudo de la familia de sus fundadores, los Ulloa. Delante, está expuesto un cabeceiro o cabazo -canasto circular con palos entrecruzados y cubierto de paja-, que servía antaño para guardar el maíz y que se llamaba celeiro.
Unos metros más adelante, está la Iglesia de Santa María, que es gótica, si bien presenta algunos elementos ornamentales románicos. Con nave rectangular y ábside circular, destaca su portada, con arco y arquivolta ojivales, y varias esculturas.
En el interior, hay una Virgen con el Niño en madera policromada, supuestamente del siglo XIV, y un panel de pintura mural, que data del siglo XVI. Muy interesante. Si está abierta, no os la perdáis.
Tras dejar ese bonito pueblo, cruzamos el Puente de la Magdalena, sobre el río Louro, de piedra y origen medieval, y seguimos nuestro camino, alternando pistas de tierra, arcenes de carretera y senderos entre árboles.
Al fin, divisamos el precioso puente medieval de San Juan de Furelos, del siglo XII y con cuatro arcos, que nos deparó una panorámica espléndida de la propia población de Furelos, iluminada por el sol.
Desde el puente hasta Melide, nuestra meta del día, nos faltaba apenas kilómetro y medio. Así que, como se nos había hecho un poco tarde, acordamos parar a comer antes de cruzar el río. Fue una mala decisión, pues nos aposentamos en un restaurante al aire libre que anunciaba guisos caseros, pero donde no “les quedaba” nada de lo que ofrecían en el menú y tuvimos que conformarnos con unos insulsos macarrones recocidos, a los que añadieron salsa de tomate de bote. Un horror. El peor almuerzo del viaje, aunque no el más barato, por cierto. En fin, corramos un tupido velo. Mejor conservar el recuerdo de aquel precioso puente, sobre el que cruzamos el río Furelos hasta llegar a la Iglesia de San Juan, de cuyo templo románico únicamente se mantiene el muro sur, pese a lo cual presentaba una estampa bonita. Estaba cerrada, así que no pudimos visitar el interior.
Desde allí, solo tardamos un ratito en alcanzar el centro de Melide, en cuya calle principal nos sentamos en una terraza a tomar un café antes de dirigirnos a nuestro alojamiento. Había sido una jornada tranquila, corta y apenas nos habíamos cansado. Eso sí, hacía bastante calor.
Los datos de la jornada según mi copia de wikiloc:
Teníamos habitaciones reservadas en la Pensión Orois, en el mismo centro urbano. De nuevo, muy buena relación calidad/precio. Además, estaba perfectamente situado para conocer la localidad. Aquí nos reencontramos con bastante tráfico de coches en las calles -algo casi olvidado durante nuestros recorridos a pie-, pues este pueblo es un importante cruce de caminos en Galicia.
Plano turístico, habitación y alrededores.
Pasaban unos pocos minutos de las cinco y apenas estaba cansada. En ese momento, pensé que quizás hubiera sido mejor completar la etapa tradicional y llegar a Arzúa, pero como lo hecho, hecho estaba, no le di más vueltas y me dispuse a aprovechar la tarde para conocer Melide, ya que me habían comentado que es uno de los pueblos más interesantes de la ruta, donde convergen, además, los Caminos Francés y Primitivo, que en adelante comparten itinerario hasta Santiago de Compostela. Así que, después de ver los alrededores de nuestro aposento, me dirigí a la Oficina de Turismo, en la Plaza del Convento, donde me dieron todo tipo de información para mi recorrido, que comencé en sus aledaños.
Melide (Mellid en gallego) es un municipio coruñés que cuenta con unos siete mil quinientos habitantes y cuya economía ha girado tradicionalmente en torno a los sectores ganadero y forestal, sin olvidar la importancia del comercio y la hostelería debido a la gran cantidad de peregrinos que cruzan la localidad desde tiempos medievales, dada su situación estratégica en el Camino de Santiago. No obstante, sus antecedentes son mucho más remotos, prueba de lo cual es que en su territorio se encuentran el menhir más grande de Galicia, datado en el neolítico, y 18 Castros de la Edad del Hierro.
Su evolución histórica se puede conocer el Museo da Terra de Melide, ubicado en lo que fue un antiguo hospital de peregrinos, cuyo origen se remonta a 1502, aunque solo conserva parte de la portada. Además de arqueológico e histórico, es un museo etnográfico que proporciona mucha información sobre los usos y costumbres de la zona. Me gustó visitarlo. Muy recomendable si se dispone de tiempo.
Además de sus calles y plazas, durante las casi cuatro horas que estuve paseando por Melide pude ver el que se considera el Cruceiro más antiguo de Galicia, una cruz gótica del siglo XIV.
A su lado, está la Capilla de San Roque, que fue construida a mediados del siglo XX con piedras y piezas procedentes de antiguas iglesias medievales, como la portada de la desaparecida iglesia de San Pedro, del siglo XIII.
La iglesia parroquial se encuentra en el antiguo Convento del Sancti Spiritus, del siglo XIV, aunque se reformó después. Destacan enterramientos de familias nobles del siglo XV y el altar de la Capilla Mayor, barroco, del siglo XVII.
Al lado, en la misma Plaza, están el Ayuntamiento y la Capilla de San Antonio, Obra Pía del siglo XVII con escudos en los muros.
En las afueras, me acerqué hasta el antiguo castillo, desde el que se contemplan bonitas panorámicas y donde está la Capilla del Carmen, del siglo XVIII.
No muy lejos, se encuentra la Iglesia de Santa María, de finales del siglo XII, con pinturas del XVI, que es Monumento Nacional. Lamentablemente, estaba cerrada las dos veces que me acerqué. En cualquier caso, el exterior también merece mucho la pena. El camino pasa al lado, así que no es preciso desviarse para ver su fantástica fachada. Lo de entrar a ver las pinturas, ya es otra canción.
En resumen, pasé una buena tarde en Melide, un lugar donde se descubren rincones escondidos con mucho encanto, a pesar de que los coches aparcados estropeaban un tanto las perspectivas de las plazas y de las típicas casas gallegas con miradores, y tuve que hacer malabares para evitar los vehículos, lo que no siempre conseguí.
A la hora de cenar, fuimos a la Pulpería Ezequiel, especializada en cocina gallega. Aunque no estuvo mal, quizás esperábamos algo más, sobre todo del pulpo.
Por la mañana, volvimos a desayunar unas buenas raciones de churros antes de abandonar Melide para iniciar nuestra cuarta etapa, que también sería cortita, pues teníamos por delante poco más de catorce kilómetros. Al salir de la población, nos topamos con el mojón que señala 52,501 kilómetros hasta Santiago. Como ya he comentado, en este lugar confluyen el Camino Francés y el Camino Primitivo, con lo cual esperábamos encontrarnos con muchos más peregrinos.
Apenas habíamos dejado atrás el casco urbano de Melide, cuando pasamos junto a la Iglesia de Santa María, que yo había ido a ver la tarde anterior. Seguía cerrada, con lo cual perdí la última oportunidad de entrar a conocer sus pinturas. Una pena. Tomamos una pista, dejando atrás lavaderos y casas antiguas, algunas derruidas, medio comidas por la vegetación. Y, de protno, descubrí mi sombra impresa en el sendero.
A la altura de O Carballal, vimos dos rutas posibles para tomar, y elegimos la principal, por O Raido, recomendada en un panel informativo y que nos llevó a través de un bosque, surcando una cómoda pista hasta cruzar el río Catasol por unas piedras a modo de puente, lo que nos dejó unas bucólicas estampas mientras "los hermanos" se divertían . En el Camino hay tiempo para todo... O casi.
Seguimos un pequeño tramo por un sendero paralelo a la N-547, al final del cual giramos hacia la izquierda para internarnos en otra zona boscosa, cuya sombra agradecimos porque el sol pegaba de lo lindo. Sin embargo, no duró demasiado, pues pronto salimos a campo abierto hasta llegar a Boente, pequeña localidad de unos 100 habitantes, famosa por sus quesos y en la que resulta recomendable detenerse unos minutos.
Enseguida nos topamos con un cruceiro y la fuente de A Saleta, del siglo XIX, sin especial valor artístico, pero de la que se dice que sus aguas tienen propiedades medicinales. Verdad o no, lo cierto es que se ha convertido en un punto de referencia para los peregrinos. La sombra es horrorosa, ya lo sé, pero la fuente y el cruceiro están .
Más interesante me pareció la Iglesia de Santiago, cuyo origen se remonta a año 992. Pese a que el edificio actual data del siglo XIX, conserva varios elementos románicos del siglo XII, como el capitel de la fachada este, presidida por una imagen de Santiago. Con espadaña de granito y un reloj en la fachada, el interior está sostenido por arcadas y los techos recubiertos de madera. Presenta un colorido retablo con un Santiago peregrino de principios del XIX; además, cuenta con una imagen de la Virgen y un San Roque del siglo XVIII. Una iglesia muy bonita para ver por dentro.
Continuamos, caminando en paralelo a campos de cultivo que, de vez en cuando, nos dejaban vislumbrar aldeas, que, en ocasiones, también atravesábamos.
Tras un rato, surcamos otro tramo de bosque, con su correspondiente arroyo cristalino. Luego, salimos al raso y caminamos junto a campos de cultivos, bajo un intenso sol. El itinerario se había convertido en un terreno de continuos sube y baja, el típico que en ciclismo se califica como “rompepiernas”. De todas formas, más que fatigoso, se nos hizo algo... no voy a decir aburrido pero sí un paisaje como... demasiado igual.
Al fin, alcanzamos el puente medieval de Ribadiso, del siglo XII y con un solo arco, situado en el lugar donde se construyó un hospital para peregrinos, cuyos antiguos edificios fueron restaurados por la Xunta a finales del siglo XIX para convertirlos en albergue. El lugar tiene mucho encanto, pero estaba petado de gente y no resultaba fácil hacer una foto en condiciones.
Desde allí, ya estábamos a las puertas de nuestro destino del día.
Como de costumbre, ahí van los datos de la etapa, grabados en mi copia local de wikiloc:
Llegamos muy pronto a Arzúa, tanto que ni siquiera habíamos almorzado. Mientras comentábamos que podíamos haber hecho la etapa completa de un tirón, sin necesidad de dividirla en dos días, fuimos avanzando por las calles de la localidad, que nos recibió con el lema “benvidos a terra do queixo”. No fue queso, sino patatas a la marinera y paella lo que tomamos como menú del peregrino en la agradable terraza de un restaurante, a la sombra, por supuesto.
Después, fuimos a nuestro lugar de pernocta, la Pensión Casa Frade, en el mismo centro del pueblo, junto al Ayuntamiento, y que, como los demás, respondió bien a nuestras necesidades y al precio que pagamos. Nuestras mochilas nos estaban esperando en recepción. Impecable el servicio de Correos.
Pese a que hacía mucho calor, no tardé demasiado en salir a curiosear un poco por esta localidad de unos 6000 habitantes, cuyo censo está en continuo declive. Estaba de fiestas y había bastantes chiringuitos montados en la Plaza de Galicia, en cuyos alrededores se sitúan sus puntos de atracción turística más importantes. Alberga un parque con plátanos centenarios, donde se encuentran el Monumento a las Queseras y la Fuente de los Becerros, mientras que en un lateral está la Iglesia parroquial de Santiago, de mediados del siglo XX. El gentío era tal que preferí dejar las fotos para la mañana siguiente, cuando estuviese todo más despejado. Y así fue.
Casas típicas y Ayuntamiento.
Monumento a las Queseras y Fuente de los Becerros.
En la calle posterior, se ven algunas casas señoriales y otras de arquitectura tradicional gallega, con las típicas galerías acristaladas. Y, a pocos metros, se encuentra la Capela da Madalena, pequeña iglesia románica del siglo XIV. Estaba cerrada, así que solo pude contemplar su exterior.
Por la noche, no había mucho donde elegir, así que cenamos en una de esas hamburgueserías que utilizan carne de calidad, gallega, por supuesto. Como era uno de los pocos restaurantes abiertos, estaba hasta los topes y tardaron mucho en servirnos, pero al menos conseguimos sentarnos en una mesa para esperar, suerte que no tuvieron la mayor parte de los "aspirantes", que se marchaban desesperados porque a pocos servían y nadie se levantaba. En fin, menos mal que no teníamos prisa... Eso sí, al final, cuando llegó la comanda, me pusieron un perrito caliente gigante que estaba muy rico y las hamburguesas no le fueron a la zaga. El retraso mereció la pena.
Muchas gracias, @meha
Siempre es un placer leer algún comentario tuyo en mis diarios. Y, sí, engancha, y mucho. No creo que tardemos demasiado en hacer más etapas de esta ruta o de otras.
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En el Camino de Santiago Francés es el mas clásico de los caminos de Santiago. Es el Camino de Santiago en el que coinciden la mayoría de las vías medievales de peregrinación y por tanto el de mayor relevancia histórica y el más popular entre los peregrinos. Algunos de su tramos pueden tener un exceso de afluencia.
Sarria es una localidad estratégica en el Camino: marca el comienzo para aquellos peregrinos que desean obtener la Compostela.
Estos los últimos pueblos del camino de Santiago francés por tierras de León y Galicia:
Camponaraya nos lleva por tierras de viñedos, cruzando el Arroyo Naraya. Es un pueblo volcado por completo con el Camino de Santiago, pues ya desde la época medieval, contaba con dos hospitales para peregrinos: uno de ellos junto a la actual capilla de la Soledad, y el otro era el de San Juan.
Villafranca del Bierzo. Por su calle del Agua se intuye una extensa herencia histórica, leída en las paredes de sus casas blasonadas. Villa noble, no se pueden dejar de lado sus eclécticos edificios de diferentes épocas y estilos arquitectónicos: la románica Iglesia de Santiago; La Anunciada, de refinado gusto italiano y renacentista, como también lo es su castillo.
Trabadelo. Este pequeño pueblito deja entrever el pasado romano de la zona con restos de los canales romanos y las cuevas subterráneas. Merece la pena acercarse a contemplar la Iglesia parroquial de San Nicolás. De época medieval, de los s. XIII o XIV, guarda una pequeña imagen de una imagen de la Virgen con el Niño, una talla muy pequeña pero muy venerada. Presenta, además, un retablo barroco del siglo XVII, realizado por López de Sisto.
Vega de Valcarce. Vigilada por el eterno centinela, el Castillo de Sarracín, o lo que queda de él, esta villa fue la entrada de Galicia. De hecho, La Portela, pequeña pedanía, hacía de entrada en la práctica. Se extiende por la vega que el río forma en el valle. A uno y otro lado de la cuenca se erguían dos importantes castillos medievales, de los cuales en la actualidad solo se conserva el de Sarracín.
O Cebreiro.Ubicado en la provincia de Lugo, es la primera parada significativa en la ruta del Camino de Santiago Francés al entrar en Galicia. Este pequeño pueblo, con sus antiguas pallozas y la iglesia prerrománica de Santa María, evoca la esencia de la Galicia más tradicional. La leyenda de la aparición del Santo Grial en este lugar agrega un toque místico a la experiencia.
Triacastela, cuyo nombre significa "tres castillos", es un lugar donde se unen varios caminos del peregrinaje. Sus tres rutas principales se entrelazan, convirtiendo a este concello en un punto de encuentro de culturas y experiencias. Los peregrinos descubren aquí la hospitalidad gallega en sus albergues y la belleza de sus paisajes montañosos.
Samos es conocida por albergar el imponente Monasterio de San Julián de Samos, una joya arquitectónica que se eleva majestuosamente en medio de exuberantes paisajes verdes. Fundado en el siglo VI, este monasterio benedictino ha sido testigo de la historia tumultuosa de la región y alberga una impresionante biblioteca con valiosos manuscritos. Además, Samos cautiva con calles adoquinadas, casas de piedra tradicionales y una atmósfera serena que invita a los visitantes a sumergirse en la autenticidad de la Galicia más profunda.
Sarria, un punto estratégico en el Camino, marca el comienzo para aquellos peregrinos que desean obtener la Compostela. La iglesia de Santa Mariña, con sus murallas medievales, y el Monasterio de La Magdalena, son testigos de la rica historia de Sarria. La tradición jacobea se siente en cada rincón, desde las callejuelas empedradas hasta las charlas con los lugareños.
Paradela encierra la esencia rural de Galicia. Sus paisajes salpicados de campos verdes y bosques transmiten serenidad, mientras que sus casas de piedra tradicionales narran historias de tiempos antiguos.
Portomarín, atravesada por el río Miño, es un lugar con una historia peculiar. La vieja Portomarín fue inundada para construir un embalse en la década de 1960, y muchos de sus edificios fueron cuidadosamente trasladados y reconstruidos en la nueva ubicación. El resultado es una fusión de lo antiguo y lo nuevo, con la iglesia de San Nicolás como testimonio de esta metamorfosis.
Monterroso cautiva con su encanto rural. Rodeado de exuberantes paisajes y colinas ondulantes, sus calles empedradas y plazas acogedoras invitan a pasear, mientras que la arquitectura tradicional revela la rica historia de la región. Un remanso de paz que revela la autenticidad de Galicia.
Palas de Rei, rodeado de densos bosques y prados verdes, ofrece una experiencia tranquila a los peregrinos. Su castillo medieval y la iglesia de San Tirso son joyas históricas que transportan a los visitantes a tiempos pasados. La hospitalidad de sus habitantes y la riqueza de su entorno natural hacen de Palas de Rei una parada única en el Camino.
Melide, conocido por su pulpo a la gallega, es un deleite para los sentidos. Este concello en la provincia de A Coruña es famoso por su tradición gastronómica, que los peregrinos pueden disfrutar en sus numerosos restaurantes y pulperías. La iglesia de Santa María y el puente romano sobre el río Furelos añaden atractivo histórico a esta encantadora localidad.
Arzúa, conocida por su queso homónimo, se erige como un símbolo de la riqueza agropecuaria de Galicia. En este concello, los peregrinos se sumergen en campos verdes salpicados de granjas y aldeas. La iglesia de Santiago y la capilla de A Magdalena aportan un toque espiritual a este paisaje bucólico.
O Pino, por su parte, encapsula la esencia tranquila y auténtica de la región. Se presenta como un rincón sereno imbuido de historia y naturaleza. Con sus campos verdes y antiguas construcciones de piedra, esta localidad ofrece una conexión profunda con las raíces gallegas.
Descubre el Camino de Santiago Francés de Galicia.
¡Hola!
Volví el pasado día 12 de hacer el Camino y voy a hacer un resumen por si a alguien le puede servir.
Después de mucho pensar, decicimos hacer el Camino francés desde Sarria porque al ser nuestro primer camino creimos que sería mejor hacer una parte que tuviera muchas y buenas infrestructuras, a pesar del riesgo de la masificación.
En cuanto a la masificación, sí que nos encontramos con mucha gente a partir de Palas de Rei. Sin embargo entre Sarria y Palas nos encontramos con muy poquita gente. También es verdad que nuestros horarios fueron otros. Me explico:
Siempre tuvimos claro que no íbamos a padecer, por lo menos no demasiado, por lo que decicimos hacer las etapas más cortas con lo que salíamos a otras horas, no teníamos que madrugar tanto. Así que después de mucho dar vueltas nos quedaron así las etapas:
Día 1: Sarria - Morgade.12 Km. Alojamiento en Casa Morgade, 42€. Muy buen lugar. En mitad del campo, un sitio muy bonito. Habitaciones cómodas y tranquilas.
Día 2: Morgade - Portomarín: 10Km. Pensión Pérez, 47€. No estuvo mal.Habitación ruidosa. Camas cómodas
Día 3: Portomarín - Ventas de Narón:13Km. Albergue O Cruceiro, 40€. Bastante bien. También en mitad del campo, por lo que olía un poco a vaca. Muy tranquilo
Día 4: Ventas de Narón - Palas de Rei: 11Km. Hotel Casa Benilde, 77€. Muy bien. Es el sitio más caro donde nos alojamos, pero también el mejor. Me costó mucho trabajo conseguir alojamiento en Palas así que cogí el que había.
Día 5: Palas de Rei - Melide: 14Km. A Lúa do Camiño, 55€. Es un chalet reconvertido que tiene habitaciones con baño compartido y otras privado. La nuestra fue privado y estuvo muy bien.
Día 6:Melide - Arzúa: 14Km.Pensión Casa Frade, 52€. Una grata sorpresa. Es una pensión de toda la vida, pero reformada y puesta con mucho cariño.
Día 7: Arzúa - O Pedrouzo: 19Km. Peregrina Pensión 1. 55€. Es un piso compartido, con baño compartido. Para cada dos habitaciones un baño. Se puede usar la cocina y había de todo :leche, café bollos, aceite, fruta.... Era a la que más le temía por aquello de compartir el baño, pero fue bastante cómodo al ser pocas personas. De todas formas, no tuve mucho donde elegir. Ya no quedaba casi nada
Día 8 O Pedrouzo - Santigo : 20 Km. PR Tambre. 50€. Muy buena pensión. Algo retirada del centro, alrededor de 15 min. Andando. Muy buena atención. Estuvimos muy bien.
Ese fue nuestro Camino, bastante cómodo, aunque después de varios días también se cansa uno y mucho... No me quiero imaginar la etapa de Palas a Arzúa, casi 30 Km. Con la subida mortal última a Arzúa . En fin, cada uno hace lo que puede o quiere. Y en definitiva, lo hemos disfrutado mucho, aunque también padecido. Y como dicen por aquí... Esto engancha... Ya pensando en volver
Saludos!!
lolagonal Escribió:
Hola caminantes, el otro día me pidieron un resumen de mi camino, os lo pongo aquí...
Para quien le interese aquí dejo nuestra experiencia práctica del Camino mínimo de Santiago a recorrer para conseguir la "compostela", son apuntes del viaje en plan práctico, luego que cada uno lo haga con su ilusión, creencias e interés
NUESTRA EXPERIENCIA DEL CAMINO DE SANTIAGO
Lola – Feliciano, del 21 al 26 de septiembre de 2008
Desde SARRIA hasta SANTIAGO DE COMPOSTELA
Antes de salir:
Hay que proveerse de la credencial del peregrino, nosotros la conseguimos a través de nuestra amiga Pepa en la Asociación de Amigos de los Pazos, pero la dan en muchos sitios, iglesias, asociaciones de amigos del camino, etc., sinó, en el lugar de salida será fácil en cualquier albergue de peregrinos. Esta credencial se irá sellando por los sitios que pasemos, tanto iglesias, como bares, albergues, etc., que vayamos viendo por el camino y se entrega al llegar en la oficina del Peregrino para que nos den la “Compostela” escrita en latín y con nuestro nombre, la oficina está al lado de la puerta de Platerías en la catedral de Santiago, rúa del Villar 1, 1º
Planificar muy bien la mochila: lo que nosotros llevamos fue una muda completa para cada una de las 6 etapas, ropa interior, camiseta de algodón, dos pantalones y otro más arreglado para las tardes, dos polares (uno para el camino y otro para la tarde) toalla (luego no nos hizo falta porque fuimos a pensiones, y allí te la dan), poncho de agua (nos hizo falta un día), cosas de aseo (gel, esponja, cepillo de dientes, pasta, colonia fresca, todo en lo más pequeño que creáis que os llega) una linterna pequeña (no llevamos pero la hubiésemos agradecido al salir temprano de mañana), imperdibles para colgar fuera de la mochila la ropa que no se haya secado, 6 pinzas de ropa, una pastillita de jabón de las de hoteles para lavar alguna ropa, un rollo de papel higiénico, cargador del móvil, calzado para la tarde aparte de las botas de caminar, una mochila pequeña si se va a mandar la mochila grande por taxi (luego lo explicamos) para meter el traje de aguas si está mal día, una riñonera en la que podemos llevar el dinero, algo de botiquín, el móvil y kleenex o algo de papel higiénico enrollado, también conviene llevar algún pequeño bloc o papel cortado y un bolígrafo o lápiz, para tomar notas del camino etc.
Asunto pies: fundamental tener las uñas bien cortaditas, y mención especial merece el “asunto calcetines”, lo mejor es llevar unos finitos de trekking debajo y unos buenos también de trekking encima (nosotros llevamos un par de cada para cada etapa) ponerlos del revés para que las costuras no nos dañen y llevar vaselina o crema para “embadurnarse los pies enteritos”(imprescindible entre los dedos) todos los días antes de calzarse.
Botiquín: muchas cosas no las usamos, pero conviene llevarlas, vendas elásticas (una ancha y una estrecha) vendas de gasa, micropore (son esas “tiritas grandes”) tiritas, esparadrapo de papel, un sobre de gasas, tijera, betadine pequeño, diclofenaco (como anti inflamatorio), paracetamol, ibuprofeno, buscapina... En cada pueblo hay una farmacia de todas formas. Las curas no sólo hay que hacérselas en los pies cuando se tiene ya el daño, conviene hacerse curas preventivas si se nota que roza o puede rozar algo, lo ideal es un trozo de gasa y esparadrapo de papel abundante, bien pegado, y antes de ponerse mucha vaselina o crema hidratante en los pies. Si se hace alguna ampolla pincharla con una aguja, dejarle el hilo pasado, poner betadine y gasa con esparadrapo, nunca cortar la piel. Es muy importante secarse bien los pies antes de calzarse o hacerse curas.
Un pequeño costurero: basta algo de hilo un par de agujas, imperdibles,algún botón...
Bastones: llevamos un bastón de aluminio plegable cada uno, pero en Portomarín nos compramos otro, conveniente llevar dos cada uno, porque ayuda muchísimo a subir y bajar las cuestas. (1 bastón 15% ayuda, 2 bastones 60%).
Hacerse la ruta : viene bien llevar una guía de las etapas, para saber los sitios por los que pasaremos, lo que se verá, las iglesias interesantes, lo que se tarda aproximadamente entre lugares etc.
La página www.vivelanaturaleza.com/CaminoS ... Ances3.php está muy bien.
Nosotros decidimos ir a pensiones, y enviar la mochila por taxi (cuesta 3€ por mochila) de una etapa a otra y nos las dejaban en sitios conocidos, imprescindible etiquetar la mochila con el nombre(algunos taxistas nos daban ellos mismos las etiquetas). En cuanto a las pensiones, nos costaron, para dos personas, entre 20 y 28 euros/día en habitación doble con baño compartido (que no compartimos nunca, siempre estábamos solos con el baño para nosotros),la mayoría tenían tele en la habitación. Hay muchos albergues tanto públicos como privados, que suelen ser habitaciones de literas, éstos tienen todos los servicios de lavado y secadora, para hacerse comidas o cenas, etc. Y se ahorra más, salen por unos 3 euros por persona, pero en la habitación no puedes hacer ningún ruido y tienen horario de llegada por la noche, tiene la ventaja de que te relacionas con más gente en las zonas comunes, puedes jugar una partidita de cartas, etc. Los taxis cuestan 3 euros la mochila y ya te dan el teléfono del taxista en los bares y pensiones, algunos ya tienen identificadores para poner, sinó con papel y esparadrapo pegas en la mochila el destino, tu nombre y número de móvil. No reservamos pensiones de una etapa a otra para poder elegir al llegar una céntrica en el pueblo, reservando puede ser que quede algo alejada del casco urbano y es muy incómodo para pasear por la tarde. En cuanto al destino, si no reservas pensión o albergue hay que preguntarle al taxista dónde deja la mochila al contratarlo, el dinero del taxi se deja en la pensión con las mochilas.
Salida y llegada: nos llevó un familiar en coche hasta Sarria (no llegar muy tarde por la tarde que hay que buscar pensión y taxi), pero pasamos antes por Santiago para dejar nuestro coche y ser más independientes al acabar...
ETAPAS
SARRIA-PORTOMARÍN (19,4 km.) DIA 21.09.08. Llegamos a Sarria por la tarde del día anterior, buscamos pensión y taxi. Sarria tiene un comercio de ropa y calzado asombroso para el pueblo que es. La pensión era estupenda “El Faro”, había una concentración de motos y la señora nos alojó en su propia casa porque lo tenía todo ocupado; la habitación doble nos costó 18 euros, muy limpio todo. Nos timaron con las mochilas porque era muy tarde y nos cobraron 20 euros(10€ por mochila) por llevarlas a Portomarín, nos dijo que las dejaba en el bar España. Cenamos junto al río, en una zona peatonal muy animada, tomamos raxo y ensalada con una cervecita, bien de precio. A la mañana siguiente desayunamos junto a la parada de taxis el desayuno que tomaríamos todos los días, café con leche con tostadas y un zumo de naranja natural para los dos (aproximadamente 3,50 euros cada uno en todas las etapas). Salimos a las 8,30, el camino era bueno al principio entre bosques, con un fuerte olor a estiércol de vacas y a “bagazo” (=hollejo o piel de la uva, las semillas y los cabos de los racimos. Este bagazo recibe el nombre de orujo. De él se obtiene, mediante destilación en alambique, el aguardiente también llamado orujo, este olor nos acompañaría casi todo el camino) Al principio de la etapa hay que ver la iglesia de Santiago de Barbadelo. Casi llegando, en Ferreiros (el primer restaurante no, el segundo), hay un restaurante para peregrinos con menú a 8 euros, pero nos comimos unos huevos fritos con patatas y chorizo inolvidables, que recordaremos para el resto de nuestra vida!. La llegada a Portomarín es un poco pesada, con bastante carretera, hay subidas y bajadas progresivas y constantes, y la llegada se hace por el puente del embalse de Belesar, llegamos sobre las 18 horas. Un consejo, conviene parar poco y frecuentemente, mejor que mucho tiempo, sino para volver a caminar es un problema por las agujetas. A la entrada de Portomarín, a la izquierda, y sin subir las escaleras está enfrente del colegio la pensión Manuel, antes era una librería, tiene un baño compartido pero grande y con buena ducha, muy limpio todo, la habitación son 20 euros. Después de ducharnos y cambiarnos, visitamos la iglesia-fortaleza, que es una maravilla y paseamos por la calle porticada, enfrente de la iglesia, contratamos el taxi en una tienda donde también nos compramos otro bastón de aluminio cada uno, que no fueron caros, 15 euros los dos, no los volveríamos a ver en ninguna tienda en el resto del camino... Cenamos por esa calle un guiso de calamares y carne estofada.
PORTOMARÍN-PALAS DE REI (22,4 kms.) DIA 22.09.08. A las 6,30 de la mañana llovía a cántaros, decidimos desayunar(invitamos a compartir nuestra mesa a un “iluminado” castellano-manchego de un pueblo de Ciudad Real-La Puebla de Montalvan, que era forofo del camino y se había hecho casi todos de los que llevan a Compostela, nos quedó una frase suya para todo el camino “la belleza del camino está en el camino”. El hecho de desayunar tan temprano era por ver si abandonábamos por la lluvia y también porque además estábamos hechos polvo, pero después del desayuno dejó de llover y on paracetamol, en el cuerpo, decidimos arriesgarnos, salimos a las 8,30, es una etapa con mucha carretera, en Airexe, casi al final de la etapa, nos tomamos una cerveza, agotados, aunque aún nos quedaba la entrada en Palas que es muy larga y muy pesada. No fuimos a ver la iglesia de Vilar de Donas (magnífico románico), que está un poco desviada y merece ser visitada, pero estábamos cansados... Llegamos sobre las 6 de la tarde, el tráfico es peligroso, hay muchos camiones a la llegada y por el centro del pueblo. Las mochilas nos las dejó el taxista en la gasolinera que hay al principio del pueblo, que es una cuesta arriba tremenda, fuimos en taxi a por ellas por lo lejos que quedaba (1,5Km) Hay muchas pensiones, pero eran caras, y nos costó encontrar una, al final muy cerquita del albergue en pleno centro en un mesón, una habitación grande, luminosa, con tele y limpia, con baño compartido, que tampoco compartimos porque estábamos solos en la planta. Compramos vaselina para los pies. El pueblo tiene mucha cuesta, pero montones de sitios para cenar, cenamos en el mesón de al lado de la pensión. Fuimos a sellar la credencial a la parroquia, donde el cura te hace un montón de preguntas, parece que te aplica u tercer grado!. De nuevo pedimos en el mesón datos para contratar otro taxista. El pueblo tiene mucho ambientillo
PALAS DE REI-MELIDE (13,5 kms.) DIA 23.09.08 .No salimos muy temprano, porque es una etapa corta, sobre las 9 después del desayuno de rigor, café, tostadas y zumo. El camino es bueno, algo de carretera, pero abundantes prados y bosque autóctono de castaños y robles, nos tomamos una cervecita en Leboreiro y llegamos a Melide con la ilusión de un buen pulpo, ya que es una población donde es muy famoso. En la misma entrada al pueblo, la primera esquina que hay, nos encontramos con una pulpería que nos aconsejó una pareja joven que también hacía el camino, y allí dejamos todos nuestros males delante de un enorme plato de pulpo á feira y una bandeja de cachelos, bien de precio y muy bien cocido. En la Parrillada El Molino encontramos habitación, muy buena y solos en la planta otra vez. Salimos a pasear y comprar fruta porque desde la salida no habíamos comido nada, y es que no te la ofrecen de postre ni la venden en las fincas, lo cual es una pena. Es un buen pueblo, con gente amable, y buenas tiendas de artesanía para hacer algún regalito.
MELIDE-ARZÚA (13,5 kms.) DIA 24,09,08. Salimos tarde pensando en que era una etapa corta, pero es muy cansada, con cuestas abundantes, hay buenas vistas de prados y bosques. Arzúa es una población grande, pero todo está pensado para hacer negocio con el peregrino, es típico el queso de tetilla, pero lo cobran bastante caro, no se debe comprar para llevar ya que no aguanta fuera de la nevera. Conseguimos habitación, como siempre con baño compartido sin compartir porque estábamos solos, por 28 euros en el Mesón Carballeira, llegando al centro del pueblo, una calle enfrente de la plaza. En la pared de la pensión ya tenían anotado el teléfono del taxista que lleva las mochilas y que nos dijo que nos las dejaba en la gasolinera de entrada a Pedrouzo (Pedrouzo y Arca o Pino son lo mismo, dos pueblos pegados). Cenita ligera, compartiendo como siempre un menú del día, sobre 8-9€ (la camarera intentó pasarse con el precio de la cena pero no coló).
ARZÚA- PEDROUZO o ARCA O PINO (21 kms. ) DIA 25.09.08 esta etapa como era larga decidimos salir temprano para que no nos pillara el calor a mediodía. Salimos a las 7,45 después de un desayuno en el bar de la plaza, el problema fue que la etapa empieza con bosque y estaba muy oscuro, pero nos juntamos varios y además enseguida amanece. Es una etapa con pocas cuestas y mucho bosque, además de abundantes riachuelos. Nos pasamos la zona de tomar la cervecita a media mañana, que es la de Empalme, este sitio es en la carretera, donde se pierde un poco el camino por mala señalización, de todas formas lo arreglamos un poco más adelante llegando al pueblo que hay un hotel estupendo, Hotel O Pino (desviándose un poco a la derecha), eso sí no es un hotel para quedarse porque está bastante lejos del pueblo, no preguntamos precios pero debe ser carillo.
PEDROUZO-SANTIAGO DE COMPOSTELA.- DIA 26.09.08, llegamos a Pedrouzo sobre las 13,30, son dos pueblos unidos, Pedrouzo y Arca o Pino, no tiene gran cosa, un par de cafeterias (las dos con pastelería), pero en una de ellas tomamos un plato combinado de comida y una estupenda tarta de queso con arándanos. Las mochilas nos las dejaron en la gasolinera que queda bastante lejos de la entrada del pueblo. Nos fue un poco difícil encontrar pensión y como al albergue no queríamos ir, dimos algunas vueltas, pero al final mereció la pena, cerca del cuartel de la Guardia Civil, tomando la primera bocacalle a la izquierda estaba la pensión Maruja, estupenda, con la suerte de estar solos en el piso y un buen cuarto de baño con bañera para nosotros solos. DIA 25.09.08, Salimos de Pedrouzo, después del consabido desayuno en un bar al ladito del cuartel de la Guardia Civil, a las 7,45, y aunque era de noche, enseguida clareó. Se inicia la etapa con bosques y es agradable, pero poco a poco te vas acercando ya al final y se hace pesado, cada vez es más carretera sobre todo a partir del Monte do Gozo, la entrada en Santiago es pesadísima, por calles que no están preparadas y mal indicadas para los peregrinos y un recorrido por la ciudad muy largo y si hace sol te agotas. Llegamos por fin al Obradoiro y lo primero fue ir a buscar la “Compostela”, en la casa del peregrino al lado de la puerta de Platerías de la catedral, en el primer portal de la rúa del Villar, hay que armarse de paciencia por la cola de peregrinos que hay, pero merece la pena salir con ella, con el orgullo de haber terminado el camino y además es bonita para enmarcarla escrita en latín, se suele dar un donativo de uno o dos euros en unas huchas que hay en el mostrador.
Luego fuimos a visitar la catedral, estaba abierta, aunque a mediodía no se puede dar un abrazo al apóstol porque está cerrado ese sitio, sí que visitamos su tumba debajo del altar mayor y desde su reclinatorio “nos presentamos” emocionados a Santiaguiño, luego paseamos por dentro de esa maravillosa catedral del románico admirando su belleza. Tampoco pudimos ver la obra cumbre mundial del románico, que es el Pórtico de la Gloria, porque está en restauración, tampoco pudimos “saludar” al santo dos croques por el mismo motivo. Luego nos fuimos a comer por la calle del Franco y luego a celebrar nuestra llegada tomándonos un buen pastel en una de las mejores confiterías gallegas, “La Mora”, en la rúa del Villar, por cierto la habían cambiado de sitio dentro de la misma calle, pero aunque ya no es la antigua ni está en el sitio primitivo, sigue siendo una “delicatessen”.
Y fin de la peregrinación, muy contentos y emocionados de haberla acabado. ULTREIA!!!
Por cierto el saludo utilizado antes entre peregrinos era ULTREIA!!! pero de unos años a esta parte se utiliza... BUEN CAMINO!!!
Hola, en dos días hago mi primera experiencia del Camino Frances. EL primer día salgo de Melide y llegaré a Arzúa. El segundo hasta O Pedrouzo y el tercero espero llegar a Santiago. Os parecerá muy light, pero soy una persona que no camina casi nada y no hago deporte. Espero poder hacerlo bien, pero mi preocupación es si en alguna etapa no puedo seguir, ¿podré cojer algún medio alternativo que me lleve al siguiente punto? Muchas gracias.
Hola, mañana aterrizo en Santiago a las 17:00 h y necesito trasladarme a Melide. Pero solo encuentro autobuses por la mañana hasta mediodía. Después sólo queda uno a las 20:00 h de la noche. ¿Alguien sabe de algún otro medio? Muchas gracias.
angiedel Dr. Livingstone 04-03-2013 Mensajes: 9488