Raices de China, en solitario ✏️ Blogs de China

Este día iba a ser de descanso forzado.
Tuve un mal comienzo, me levante un poco indispuesto, pero no por la comida o el agua ni nada, solo me dolía el estomago.
Tras terminar la maleta, bien temprano, mi tren salía a las ocho de la mañana, hago el check out, recogo mis 100 RMb de depósito, y salgo a la calle a por un taxi. Taxi desde la puerta sur, hasta la estación de trenes, 10.50 RMB.
A la llegada, os cuento el procedimiento general. Teneis que pasar un control policial, primero solo pueden entrar a la estación los que tengan billete de tren. Una vez en el edificio, se pasa un control de seguridad, y se pasan las maletas por unos escaneres. Ya dentro, y todo ok, hay que dirigirse a la sala de espera de tu tren. Es muy dificil enterarse de la sala de espera, por que los carteles están en chino, of course, por lo que me di una vuelta, y tuve suerte, era en la primera sala de espera en la que entré. Esperas en tu fila, y como era un tren, con origen en Xian, media hora antes de la salida nos dejaron subir al tren, sin problemas. Viaje con en una asiento de seis personas, me toco en medio, en frente de una niña de unos meses, super graciosa, y con una animada banda de señoras que se pusieron a cantar.
Durante el trayecto pasan un monton de carros de comida. Era un tren de corta distancia, y si que sirven comida, pero yo me llevé mis noodles, por si acaso. Pero como comenté, no me encontraba muy bien. Total, que a las 3 horas de viaje, tuve que ir al baño a vomitar, pero una vez hecho eso, mejoraría un poco para el resto del viaje.
Tras cinco horas de viaje, y ver desde la ventanilla la maravillosa Huashan que me perdí, llegúe a Luoyang, y salí del edificio (Hay que volver a enseñar el billete a la hora de salir), me dirigí al hostel, que por suerte estaba cerca de la estación. Me encontraba todavía algo chungo, e intenté cogerme un taxi, pese a la cercanía, y un tío me intento llevar a un cutre hotel, al lado de la estación. Al final pasé de todos, y me fui andando, me encontré en la calle, con los padres de la niña del tren que se bajaron también el Luoyang, y me indicaron como llegar al albergue. Genial. Llegue tras diez minutos andando, hice el checking (Que me cruce con 6 españoles, no me encontré con ninguno en Beijing o Xian, y me los encuentro en Luoyang), y a la habitación. Hostel Luoyang Mingyuan 14 euros la noche la habitación doble, con baño propio. Lo mejor, las vistas, estaba en la planta nueve, lo peor, el baño era asqueroso. No hay palabras para describirlo.
Yo me seguía encontrando bastante mal, por lo que opté, por descansar y no hacer nada en el día lo que conllevó que no pude ver la ciudad, y en general no pude verla en mi viaje. Me quedaría con las ganas, pero yo tenía que hacer el esfuerzo de moverme, ir a la estación y comprar mi siguiente billete de tren. En esta ocasión un billete en cama blanda (compartimento cerrado para cuatro personas), trayecto de diez horas fueron 253 RMB. Una vez hecho esto, volvi al hotel, compre "Aquarius" chino, algo de comer, agua, y a la cama. Todo el día encerrado viendo CCTV 9, el único canal en ingles (Es que tenía tele en la habitación), y pronto a dormir. Hice bien, al día siguiente, estaría molesto, pero mucho mejor.

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Turisteo total.
Tras dormir más de diez horas, que agusto se estaba, y tras mucho dar vueltas a la cabeza sobre que hacer en el día de hoy, después de las molestias de ayer, decidí hacer algo cortito. Que iluso fui. Baje de la habitación, y me fui dirección a la estación de trenes en busca del autobús 81 que era el que te lleva a Longmen grootes. Cual fue mi sorpresa, con el cambio inesperado que iba a sufrir.
Al llegar a la estación un hombre me paró gritandome "Shaolin, Shaolin...", a lo que dije que no y seguí adelante, cuando otra mujer, dos minutos después me volvió a parar para gritarme "Shaolin, shaolin..." No se que paso por mi cabeza, que pregunté el precio del autobus (Hay un monton de viajes a Shaolin listos para salir, en cuanto el autobús se llena desde la estación de trenes) que eran 40 RMB, y subi al bus. No era un autobús de los grandes, pero allí era el único occidental entre una veintena de chinos. Todos chinos quiere decir, que el tour era en chino, así que empezabamos bien. Pero me daba igual.
Empezaron a dar explicaciones y demás. Yo callado por supuesto. Total que hicimos una primera parada en un templo, y decidí entrar 30 RMB, ahora no recuerdo donde era. Yo a mi bola, dando vueltas, y en mi mundo. Total que volvimos a subir al bus y nos pidieron 190 RMB por el tour Shaolin y Songshan, quien quisiera. Que mas da, yo dije que ok. Total que lo pagué, y me dieron las entradas y una tarjeta para colgarme al cuello. Para identificar al grupo de chinitos con el western boy. jejejeje.
La visita empezó en Songshan mountain, una de las cinco montañas sagradas de China y cuna del budismo zen en china. La verdad es que era un lugar muy interesante. Paramos en varios templos, todos emplazados en unos paisajes idílicos.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Lo gracioso, fué que ya en estos templos, un grupo de estudiantes chinos, dos chinas en concreto, se me acercaron para preguntarme. Desde ese momento, creamos amistad, y me uní a un grupito de 6 estudiantes, todos ellos de la universidad de xian, que iban a pasar unos días a Luoyang. Todos muy simpáticos, estabán en todo momento pendientes de mi, e intentaban explicarme las cosas que decían los guías, cuando podían, ya que su ingles era un poco escaso. Pero muy bien. Tras los templos fuimos a comer a un bar de carretera, pero tanto los estudiantes como yo, nos sentamos a una mesa a hablar (Me preguntaron por las bull fighting, y demás cosas.).
Una vez comidos, bueno algunos comidos, fuimos directamente al templo shaolin, ya que el espectaculo para el turista, estaba a punto de comenzar. Como decía al principio es un turisteo, pero era bonito ver a los alumnos de la escuela de kung fú, practicar esos movimientos con la montaña sagrada de fondo. Se hizo ameno, pero corto. Luego ya fuimos a ver el bosque de estupas y el templo Shaolin como tal, donde Li y Liu, una pareja con los que entable mas lazos, me iban explicando algunas de las cosas más importantes.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Fue una excursión muy divertida, que se completo con otra parada en el templo de Baiman, o del caballo blanco en Luoyang, aunque solo lo vimos por fuera, y otro templo, todo a oscuras, donde asistimos como a una especie de misa, donde el monje te dice algo de ti y tu futuro, pero como era en chino, no se lo que me dijo. Supongo que a veces también es mejor no saberlo. La incognita todavía me dura.
Al llegar, ya todos cansado, con mi mi primera compra de mi viaje (Unas cuentas budistas por 15 RMB, cada una con olor a incienso, que me gustaron mucho), me fui a cenar con dos de los estudiantes, para probar cosas tipicas. Fuimos a una cutre restaurante al lado de mi hotel, donde pedimos una sopa dulce, tres platos de arroz, tres vasos de te, una cerveza, un pollo asado (con la cabeza y todo bien puesta), un plato como de embutido, y algo de verdura. Todo 85 RMB, y sobro comida para aburrir. Como ellos eran estudiantes decidi pagar yo, cosa que me agredecieron invitándome a pasar el día siguiente con ello, para ir juntos a las grutas de Longmen, ahora si, mi objetivo incial de mi visita en Luoyang. Así que quedamos para la mañana siguiente en la estación de trenes.
Fue uno de los mejores días que recuerdo, como la idea principal, sufrió un giro inesperado, y encima visite un montón de sitios, conociendo gente muy agradable, y aprovechando el día al máximo. Será un turisteo, puro y duro, pero el día del templo Shaolin, fué muy especial.

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Tras la ducha oportuna, y hacer el check out, ya que era mi última noche en Luoyang. Les pedí a la gente del hotel que por favor me guardaran la maleta hasta mi regreso de la visita del día.
A las nueve de la mañana, había quedado con los estudiantes chinos, en la estación de trenes, y hacia allí dirigí mis pasos. Llegue puntual, y ellos llegaron apenas dos minutos después que yo, así que nos dirigimos directamente a la estación de trenes de la ciudad a coger el autobus 81 que está situado, si nos situamos en frente de la estación, en el lado más a la nuestra derecha.
El precio del billete es de 1.50 RMB, y la parada es la última. Para acceder al lugar hay que pasar un buen número de tiendas de recuerdos y comida, pero cinco minutos andando se llega al lugar de entrada.
La entrada normal fue la más cara de todos los sitios en china en los que estuve, en total son 120 RMB, lo que es mucho dinero, pero engloba las cuevas del este, las del oeste el Fengxian temple y el Bai Yuan, que es el jardín de unos versos muy conocidos de un poeta llamado o apellidado Bai. Algo así no lo recuerdo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Fuimos primero a las mas importantes, donde se encuentras las esculturas más grandes y majestuosas. Hay que decir que la mitad de las cuevas, o más estaban vacias, debido al robo o destrucción por la revolución cultural de Mao. El sitio es muy interesante, pese a la cantidad de gente que hay. Es muy dificil hacer fotos tranquilas, con la marabunta de chinos presentes. Las estatuas más grandes son majestuosas, y te hacen sentir mínimo. como pudieron hacer esas obras de la piedra.
En total le dedicamos a la visita toda la mañana, que es lo que se merece, y como el emplazamiento entre la vegetación, la montaña y el río, da una sensación idilica, se mantienen en la retina unas agradables panorámicas.
Después de tanto paseo, fuimos a comer, ya fuera del recinto, en los pequeños restaurantes de las zonas de tiendas, que más que restaurantes parecen casa, y comimos te frío, ensalada, arroz y cerdo que se come en fajitas. (Lo dificil que era hacer las fajitas con los palillos, eso si, estaban de vicio). En total 43 RMB.
Después de dar una vuelta por las tiendas, e intercambiarnos unos regalos entre Li, Liu y yo, cogimos el autobús de vuelta, y fuimos a la estación de trenes a por el billete de mis compis, que al dia siguiente se volvián para Xian. Mientras esperabamos en la cola, uno de ellos fue al baño. ¿que por que cuento esto?, para avisaros que ningún baño tiene papel higiénico, ni trenes, ni albergues, por lo que os lo lleveis con vosotros a todas partes. Cuando compraron los billetes, se llevaron la sorpresa de que no quedaban asientos, y tendrían que viajar las 5 horas de pie, al menos que alguién se haya bajado del tren, dejando su sitio libre y puedas ocupar su asiento. Esto viene a recordarnos que hay que reservar o bien con antelación, o que el tren venía desde lejano, y los chinos no venden los asientos de los trenes dos veces, es decir, si se vendió en origen, y el asiento ya está vacion en Luoyang, no se vuelve a vender. Te lo venden como de pie, y te sientas donde te de la gana.
Tras esto, nos tomamos un helado en un KFC, que hay que decir también que vais a encontrar multitud de estos fast food en todas las ciudades. Es alucinante, incluso más que Mc Donalds. Me acompañaron a por la maleta, y nos despedimos en la estación de trenes. Yo embarcaba para Pingyao a las 7 de la tarde, ellos se irián a su alojamiento a descansar, ya verían la ciudad en el día de mañana.
Tras pasar los controles, me siento en mi sala de espera hasta que anuncien mi tren. Resulta que este viene con retraso, y no tengo forma de enterarme, así que me pongo nervioso cuando mi tren desaparece de la pantalla, sale una mujer con un megáfono, y se pone a pegar un montón de chillidos. Ante tal situación, saco mi billete, y a un monje que está sentado a mi lado, le señalo mi billete como indicando "Esta paba habla de mi tren", y me dice que no, y me da a entender que me relaje. Que el viaja en su mismo tren, así que eso hago. Me relajo, y cuando viene nuestro tren, el chicho, jovencito, me acompaña incluso a mi vagon.
Ese trayecto lo hice en cama blanda, y he de decir que estuvo muy bien, me gusto mucho. Eran 4 camas, pero solo eramos tres, y nada más subir, se pusieron a dormir, así que yo también caí frito. cuando vas en cama blanda, y cama dura, el revisor te da una tarjeta, que has de conservar que te cambia por el billete. Ellos te avisan cuando llegas al destino. Cuando llegas, les devuelves la tarjeta, y te entrega el billetes (Que os recuerdo que hay que mostrar a la salida de la estación). Es un buen servicio, salvo por que te avisan de que tu parada es la próxima como media hora antes de la llegada. Pingyao, allá voy.

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