![]() ![]() Diario de Viaje por Cádiz ✏️ Blogs de España
Una semana en la provincia de Cádiz!!Autor: Ruth200es Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (1 Votos) Índice del Diario: Diario de Viaje por Cádiz
Etapas 4 a 6, total 8
MIÉRCOLES 11/10/2017
Visitamos por la mañana la bodega del GRUPO ESTÉVEZ, en Jerez, con una chica llamada Isabel, quien nos mostró el recibidor, la sacristía (donde se guarda el vino de los herederos de José Estévez), varias salas de barricas, zona de caballerizas, colección de carros, edificio principal con un bonito patio, la espectacular sala de 26.000 botas, sala de obras de arte (con cien grabados de Picasso, cuadros de Botero, Tapies, Dalí, etc.). Hay que decir que este grupo incluye bodegas como Real Tesoro, La Guita (data de mediados del siglo XIX, adquirida en 2007) y Valdespino. Luego tuvimos la oportunidad, gracias a David Barro, de charlar con Victoria, la enóloga del grupo y mano derecha del conocido Eduardo Ojeda. Degustamos con ella una amplia gama de productos de las diferentes bodegas y aprovechamos para empaparnos de su sabiduría. Es nacida en Cataluña pero su madre es andaluza, concretamente de Sanlúcar, en donde el abuelo de Victoria tenía una bodega. Tras sus estudios en Cataluña, hizo prácticas con espumosos en esta región pero luego se desplazó a Jerez, a donde se mudó definitivamente. Tras pasar por otras bodegas del marco, llegó al Grupo Estévez, en donde lleva ya 12 años. Victoria nos contó que el Grupo cuenta con 800 hectáreas de viñedo propio, tratándose de la extensión más grande del marco. Además disponen de interesantes pagos de vinificación para experimentar y ver diferencias, algo muy atractivo y útil para los enólogos. Sin embargo en Sanlúcar, donde elaboran La Guita, no disponen de viñedo propio, por lo que compran a una cooperativa de viticultores. Las referencias que probamos con Victoria fueron las siguientes: –La Guita: mineral, elegante, salino, con un punto cítrico, de paso ligero y afilado por boca. En este caso las viñas se encuentran influenciadas por el mar y por el río Guadalquivir. La delicadeza del producto final procede, según Victoria, del suelo de Sanlúcar, que se deshace más fácilmente que el de Jerez, debido principalmente a su porosidad (al contrario, el suelo de Macharnudo de Jerez es más tosco). –Tío Mateo: es el hermano de La Guita, pues en este caso se trata de un fino de Jerez, con unos cinco años de crianza biológica, elaborado en este caso por Bodegas Marqués del Real Tesoro. Abre más en boca a causa del suelo. –Inocente: fino elaborado por Valdespino, proviente de un solo pago que se encuentra en Macharnudo alto que cuenta con 17 hectáreas que se vendimian manualmente. El mosto se fermenta en 400 botas de roble, de las que también salen Tío diego y Palo Cortado. El líquido se mantiene con las lías aproximadamente hasta noviembre para luego encabezarlo hasta 15º. Ahí permanece otros 9-10 meses hasta que entra en el sistema de criaderas (pasando por, ni más ni menos, ¡¡¡diez criaderas y una solera!!!) en el que la crianza biológica se lleva al extremo. Victoria nos contó que, con el fin de que no suba demasiado la temperatura durante la fermentación, las botas se llenan poco a poco, muy controladamente. Se trata de un vino mantecoso (debido a la autolisis de las levaduras), con aroma a frutos secos (acetaldehídos) y ésteres que recuerdan a las lías. –Tío Diego: amontillado elaborado en la Bodega Valdespino, igual origen y crianza similar al anterior (biológica y posterior oxidativa). En este punto Victoria nos explicó que hay dos modos de conseguir un amontillado: 1.Subir el alcohol a 17º para que mueran las levaduras 2.Dejar que se concentre el alcohol con el paso del tiempo, por lo que la levadura acaba finalmente muriendo Ellos siguen el segundo proceso, para lo que necesitan mucho tiempo: ocho criaderas de biológica y posteriormente crianza oxidativa, sumando un total de diecisiete años. Sólo embotellan una vez al año. –Del Príncipe: amontillado elaborado en la Bodega Marqués del Real Tesoro, de distinto origen, pues éste tiene sólo cuatro de crianza biológica pero más de oxidativa que el anterior, contando con una media de doce años. Al parecer se rocía con tío Mateo. –Palo Cortado Viejo CP: las iniciales CP provienen de la Calle Ponce, que era el lugar en donde se encontraba la bodega de la que provienen estas botas, adquirida por Valdespino en los años sesenta. Tiene igual origen que Tío Diego e Inocente (un solo vino de Macharnudo) que se fermenta en bota y se encabeza hasta 15º. Luego pasa 9-10 meses sobre tablas y de ahí a las criaderas más jóvenes. Tras 1-2 años de crianza biológica se seleccionan las que van para palo cortado, pues por alguna razón, la crianza para fino no se desarrolla adecuadamente y este matiz salta en la nariz de los expertos (y es que la crianza se da de un modo diferente en cada bota). Además, al parecer, en boca son más voluminosos debido al mayor contenido en glicerina, y hay también presentan aromas lácteos (a pesar de que la Palomino apenas contiene ácido málico). Antiguamente se hacían varios pases en la viña para ir recogiendo la uva que maduraba, usando las primeras para elaborar Palo Cortado; la explicación técnica de este hecho proviene de la mayor concentración en ácido málico de éstas. En la actualidad se vendimia todo a la vez pero empezando por este pago; se da la casualidad que los palos cortados salen prácticamente solo de dicho pago (1-2% de la producción total, dependiendo del año). Estas botas en las que para la crianza biológica, si finalmente no dan PC se reconducen a oloroso (que no es tan suave como el palo cortado, sino que explota en boca). Victoria opina que a la hora de diferenciar un palo cortado se fía más del comportamiento del mismo que de la teoría («nariz de amontillado y cuerpo de oloroso»). Este vino que tuvimos oportunidad de probar se saca sólo bajo demanda, más o menos una vez al año y un tercio del total del líquido como máximo. –Almirante: oloroso elaborado por el Marqués del Real Tesoro, pasa por cuatro criaderas y una solera, contando con una media de doce años. –Moscatel Promesa: se elabora con la misma uva que el famoso Moscatel Toneles de Valdespino (cuenta con más de 100 años de media, 220 gr de azúcar y 100 puntos Parker), procedente de Chipiona. La uva se sobremadura y luego pasa al sistema de criaderas y solera. Presenta cuatro años de edad media. -Cream Valdespino Isabela: elaborado a la antigua usanza, es decir, sin ensamblar, pues se añade directamente el Pedro Ximenez a la solera de oloroso para embotellar cuando es necesario (por cierto, sólo se vende en exportación). La uva PX se compra a viticultores de Córdoba; para la vendimia acuden los técnicos de la bodega, dada la larga relación que existe entre ambas partes. Por lo que nos explicó Victoria, la variedad de PX es muy engorrosa de manejar por su alta densidad y las altas mermas que sufre, además necesita mucha humedad (por lo que se riega frecuentemente). Una vez en bodega, a donde llega ya vinificada y con 9º, se encabeza a 15º, aumentando por tanto además su volumen. Algunas botas permanecen en estático desde hace dos años, únicamente se refrescan con vino nuevo. Por cierto, estas uvas hay que solearlas para luego prensarlas con esparto, pues ayuda a drenar, sino se haría inmanejable. El vino presenta unos interesantes aromas a miel. Después estuvimos hablando de cómo el vino de Jerez de calidad y bien conservado, una vez embotellado, sigue evolucionado pues, el paso del tiempo lo redondea y afina. Según Victoria hace que el producto final vuelva al origen de donde venía, marcándolo aún más. También nos aclaró que el atractivo olor a barniz que presentan alguno de los vinos de Jerez proviene de los acetatos y se desarrolla durante la crianza. En cuanto a defectos que podrían aparecer en este tipo de vinos estarían el olor a pegamento, TCH del corcho o volátil. Aproveché para preguntar a Victoria sobre el velo de flor, a lo cual nos respondió que llevan años trabajando con la Universidad, habiendo aislado Saccharomyces beticus principalmente en Sanlúcar (la cual no produce mucho acetaldehído, su velo es más denso y blanquecino) y Saccharomyces moltuliensis en Jerez (que produce más acetaldehído y, en general, un velo más fino y azulado). En Estevez no cultivan levaduras, simplemente dejan que arranquen (salvo para la fermentación, en donde sí añaden las suyas propias, previamente aisladas). Victoria nos adelantó que están probando a elaborar un espumoso, sin poder facilitar más detalles, así que esperaremos ansiosos a que salga al mercado. Nos despedimos de Victoria, agradeciendo la interesante conversación y sus magistrales explicaciones, abandonando las instalaciones. Nos dirigimos a la VENTA ESTEBAN, un restaurante muy conocido de la zona. Habíamos reservado mesa previamente, pues al parecer está siempre lleno. Como llegamos bastante tarde se respiraba un poco más de tranquilidad en el local. Los camareros enseguida nos sentaron en un pequeño salón en el que sólo había dos mesas y nos entregó las cartas. Esto fue lo que pedimos para comer los cuatro: -Huevos con jamón y cebolla de primero para compartir -Pez espada para Daniela -Gallo para Jose -Urta a la roteña para mí -Chuletón de retinto para Pelayo Para beber tomamos cervezas y una botella de Garum 2015 (tinto, elaborado por Juan Ruiz) y 4 cafés, pagando 90€, lo que nos pareció un precio excelente. De ahí nos dirigimos a la PLAYA DE LA BALLENA, en ROTA, en donde me tumbé a dormir un rato mientras José Luis y Daniela daban un paseo y Pelayo se bañaba. Pelayo, gran amante de la naturaleza, encontró pepinos de mar y alguna que otra curiosidad que me mostró cuando desperté. La lluvia fue la me despertó repentinamente, por lo que metimos las cosas debajo de unas sombrillas de paja que había en la playa. Tras unos minutos escampó, momento que aprovechamos Pela y yo para bañarnos en el mar, que estaba muy agradable. Cuando nuestros amigos volvieron del paseo subimos al coche y dimos una vuelta por CHIPIONA, en donde aprovechamos para comprar algunos víveres en un ultramarinos de barrio, pagando 8€. De ahí nos dirigimos a SANLÚCAR, aparcamos y tomamos algo en un local muy bonito llamado EL ESPEJO, pero la atención no fue tan buena… Tres cañas y un té (para mí, que me dolía un poco el estómago de tanta comilona…), pagando 7’5€. He de explicar que pedí un té con leche y el chico que nos atendió me trajo un vaso de leche fría con la bolsita de té dentro, que evidentemente no se infusionó… De ahí nos fuimos a EL BIGOTE, que está en Bajo de Guía, en plena playa. Disponen de restaurante y barra, siendo la segunda bastante más económica. Os recuerdo que era miércoles y este local estaba abarrotado mientras en los demás apenas había nadie. Una vez que cogimos un hueco en la barra pedimos: -media ración de atún encebollado -media ración de chocos -media ración de salmonetes Para beber manzanillas y agua para mí (pues ya se me empezaba a resentir el estómago de tanta cuchipanda), pagando 27’4€. De ahí volvimos para el piso con el fin de descansar del largo día. Etapas 4 a 6, total 8
JUEVES 12/10/2017
Nos levantamos sin despertador, desayunamos y nos duchamos. Conseguimos salir del piso sobre las 12, dirigiéndonos en coche hacia el sur de la provincia de Cádiz por la costa. Recorrimos CHICLANA, SANCTI PETRI (con su precioso islote y hotelazos de lujo con campos de golf), CABO DE ROCHE, CONIL, CAÑOS DE MECA y finalmente BARBATE, en donde paramos a comer en un restaurante que nos había recomendado mi amigo Antonio, EL CAMPERO. Cuando llegamos al local había muchísima gente, tanto en la barra y terraza como en el restaurante (que al parecer es carísimo). Nos enteramos de que, para comer en la barra y/o terraza, había que apuntarse en una lista de espera así que buscamos a la encargada de gestionar las reservas y nos anotamos. Nos dijo que tardaría una hora más o menos en llamarnos por lo que decidimos tomar algo mientras, pero en otro local porque no había ningún hueco. La joven dijo que nos avisaría ella, acercándose al negocio de al lado, en donde finalmente entramos. El lugar se llamaba TABANCO BODEGUITA EL RELOJERO. Allí pedimos una salazón de huevas de atún y media tabla de quesos, además de vino y agua, pagando 25€. Al rato volvimos al restaurante, pues ya había pasado una hora y, tras una corta espera, nos sentaron finalmente en la terraza. Tengo que decir que los camareros que nos atendieron no nos convencieron pues uno estaba muy empanado y el otro iba de listo y graciosillo. Nuestros amigos pidieron: -dos Risottos distintos: uno negro y otro de boletus -Pela y yo, dos platos para compartir: Lasaña fría de atún de primero (pido disculpas porque no me acordé de fotografiarla entera) y Parrillada de bonito para dos de segundo. Para beber pedimos agua y una botella de Barbazul Chardonnay, pagando 88’6€ por todo, que estaba delicioso. Continuamos recorriendo la costa pasando por ZAHARA DE LOS ATUNES y TARIFA, que fue donde dimos la vuelta, no sin antes visitar la PLAYA DEL TUMBAO, en donde no había hueco para más kites surf, una imagen digna de ver por el espectacular colorido y un paraíso para los aficionados. Para volver dejamos la costa y nos introdujimos hacia el interior con el fin de visitar VEJER DE LA FRONTERA, que es un precioso pueblito de color blanco. Mi amigo Antonio nos había recomendado tomar algo en EL JARDÍN DEL CALIFA pero al final no nos sentamos a tomar nada, aparcamos donde pudimos y dimos sólo un pequeño paseo. Al parecer son famosos los dulces árabes de la zona pero no encontramos ninguna pastelería durante el trayecto a pie, una pena… Volvimos para Jerez, dejamos el coche aparcado en el piso, y caminamos hasta el centro con el fin de cenar algo. Habíamos leído buenas críticas de un restaurante llamado BICHERO así que hasta allí nos dirigimos. Nos costó un poco encontrarlo, pues está en una pequeña plaza con pasadizo, muy coqueta. Como aun estábamos un poco llenos de la comida en Barbate nos decidimos por una cena ligera: -Ensalada de tomate y ventresca -Salpicón de marisco -Tataki de atún Para beber pedimos cinco cañas y un agua para mí, pagando por todo 55’35€. Luego caminamos hasta la HELADERÍA SOLER, en donde pedimos cuatro helados (13€). Están muy buenos pero la atención por parte de las trabajadoras no me acaba de convencer… Os recomiendo el de leche merengada, el mejor de todos los que nos dio tiempo a probar a lo largo de varias noches en Jerez. Después volvimos dando una vuelta hasta el piso y a dormir. Etapas 4 a 6, total 8
VIERNES 13/10/2017
Para este día teníamos cita a las 10 en BODEGAS ARGÜESO, en Sanlúcar, donde nos recibió Nuria, que ya lleva 10 años trabajando en la bodega; nos llamó la atención su origen navarro (aunque su padre sí es gaditano). Fue una visita muy agradable, pues es una gran profesional, además de simpática. Nuria nos explicó que Sanlúcar se divide en tres partes: –Barrio Alto: en donde se encuentran las bodegas más antiguas. –Barrio Medio: empezó a ocuparse esta zona cuando se abrieron las murallas de la ciudad. –Barrio Bajo: zona de Bajo de Guía, más cerca de la playa. Argüeso fue fundada a principios del siglo XIX por León de Argüeso y Argüeso, quien procedía de Burgos, para ello adquirió la Bodega San José y unas soleras, en la Calle Santo Domingo (lo que significa que actualmente estas soleras cuentan con 200-250 años), pues se percata de que hay negocio. Coincidiendo en 1835 con la desamortización de Mendizabal aprovecha para comprar el monasterio de Santo Domingo con el fin de emplearlo para la crianza del vino. En la actualidad los edificios de esta nave bodega suman un total de 3500m². León murió sin descendencia, dejando el legado a sus sobrinos, Juan y Francisca. Hubo un paréntesis en el negocio por la crisis, gestiones negativas, etc., por lo que la bodega se pone en venta. En 2016 es adquirida por Francisco Yuste quien era conocido por sus vinos y sus brandis. El edificio debe de estar cerrado por el Este para que no entre el viento de Levante, pero abierto por el Oeste para que sí entre el del mar, como ocurre en este caso. El suelo es típicamente de albero y las botas se colocan encima de las tradicionales piedras ostioneras, que provienen de la playa y son de alta porosidad, con el fin de que la humedad no llegue a los toneles. Una de las salas más bonitas es la Sacristía del antiguo Monasterio, con un precioso techo de madera del siglo XVI, que se está acondicionando en la actualidad. En esta estancia se puede apreciar la alta humedad, aunque a su vez hay frescor, lo que da la singularidad al vino. Las botas de Argüeso son un poco más grandes de lo normal (50-55 arrobas), de roble americano y muy antiguas, contando con más de 6.000 unidades. En Sanlúcar se cría el vino en ésta y otras naves, pero disponen además de Bodega San Lucas, en la carretera de Chipiona, en donde se mantiene el vino durante el período de sobretablas (se llama así porque los barriles descansan sobre madera). En esta última se encuentra además la planta de embotellamiento. Por cierto, esta bodega de Santo Domingo está especializada en manzanillas, vino que, según la tradición, debe de ser ligero, pálido, fino, fresco y salino como las mujeres (por eso se les ponía nombre de mujer); sin embargo las de aquí son rudas, fuertes y secas. También elaboran amontillado, pero en mucha menor cantidad. Al parecer la mayoría de las bodegas de Sanlúcar están en manos españolas mientras que en Jerez dominan los negocios adquiridos por ingleses. Esto fue debido a que en Sanlúcar se encontraba la residencia de los Duques de Medina Sidonia, que fundaron un protectorado del vino; de hecho se creó la Marca de la Villa con la que se marcaban todas las botas, algo parecido a una DO actual… Tras las interesantes explicaciones de Nuria probamos verdaderas joyas de botas viejas, para ello vino Gabriel, que se encargó de venenciar el vino con cañas que fabrica él mismo (se supone que éstas dañan menos al velo flor que las de metal). Pudimos observar un grueso velo flor en una de las barricas vistas de la parte que alberga San León (manzanilla de supuesto gusto masculino), con 6-7 años de crianza biológica. Probamos vino de botas de San León (que ha ganado importantes premios internacionales), La E (es conocido en la zona el dicho de “bebe la E si quieres una buena vejez”; el nombre viene de una cata a ciegas en la que la muestra llevaba la marca E), la Reserva de la familia, etc. Esta última consiste en 44 botas de manzanilla pasada que tuvimos la gran suerte de poder probar (concretamente de la 1/44), que estaba excelente: aterciopelado, de gran complejidad, glicérido (aunque no debería porque la glicerina se la comen las levaduras con el paso del tiempo…), ya no olía a panadería sino a aromas florales y a mar. Como pasa más de nueve años en crianza biológica se cuidan mucho las botas y el velo, pues las levaduras están en este punto muy estresadas, al límite de supervivencia. Por lo que nos contaron, durante muchos años no se dio ningún tipo de mantenimiento a las botas de la bodega, por lo que en la actualidad cuentan con un gran trabajo de tonelería en el taller propio del que disponen. En él pudimos ver las diferencias entre tonel, bocoi (más corto), bota bodeguera, 34, 30 y media bota. Las duelas deben de estar envinadas y entre ellas se mete una lámina de enea para que haga presión. Pudimos ver también grandes trozos de bitartrato que habían extraído del interior de alguna de ellas. Del taller pasamos al encantador patio interior y, allí sentados, catamos algunas de las exquisiteces que elabora la bodega (de derecha a izquierda según la foto): –Amontillado Argüeso: con doble encabezamiento, más de 20 años, 18º. Viene de una manzanilla con larga crianza, por eso se nota la salinidad. En aroma es perfume, caramelo, vainilla, madera, mantqeuilla, regaliz, nuez, avellana tostada, etc. –Botella sin etiqueta: amontillado que se ha elaborado naturalmente gracias a la evaporación de agua que hay a través de los poros de la madera de roble. Este fenómeno provoca la concentración de alcohol con el paso del tiempo, lo que hace que las levaduras mueran. Presentaba aromas complejos y un fantástico aroma a barniz. -Conde de Aldama: hace años, durante unas obras de reforma de la bodega, apareció detrás de un muro una pequeña cantidad de vino del que finalmente salió Conde de Aldama. Se trata de un amontillado de más de 100 años, sin poder concretar la fecha. Es por tanto un amontillado que, como dicen allí, «se ha hecho a sí mismo», de una elegancia espectacular, salino, aterciopelado, de fino paso por boca y complejidad aromática. –Brandy Punto Azul Prestige: las botas que se utilizan provienen de Costa Rica, marcadas con un punto azul, de ahí el nombre. Sedoso, con aromas a vainilla y caramelo. Nos parecieron unos productos fuera de serie así que me gustaría felicitar al enólogo (José Carlos Garrido, de Jerez), al capataz (Mariano) y todo el equipo. Finalmente nos despedimos de Nuria, muy a nuestro pesar. Si queréis ver más fotos de nuestro paso por la bodega sólo tenéis que pinchar aquí. Tras esta visita teníamos programada otra, concretamente a la bodega de DELGADO ZULETA. Nuestros amigos prefirieron dar una vuelta por el centro de la ciudad así que quedamos en que al salir los avisaríamos. al destino con un poco de retraso, uniéndonos a un grupo que acababa de comenzar la visita guiada. Por lo que narró la guía, a finales de los años 70 la bodega se trasladó a las afueras de la ciudad y se unen varias familias, con voluntad de continuar cada una con su marca. Son instalaciones modernas pero respetan la orientación a poniente y evitan el levante, construcción típica. No tienen viñas, compran mosto, y al parecer se trata de la bodega más antigua del Marco, pues ya hay documentos de principios del siglo XVIII donde ya figura. A lo largo de su historia llegaron a ser proveedores de la Casa Real durante el siglo XIX. Probamos varios vinos a lo largo de la visita: –Viña Galvana 2016: vino tranquilo de 12º elaborado con palomino y moscatel, perteneciente a la DO Vino de la Tierra de Cádiz. Fermentación en acero, presenta aromas primarios a fruta, dulce en nariz pero seco en boca; para consumir al año. –La Goya: manzanilla emblema de la casa, con unos 7 años de crianza en el sistema de soleras y criaderas. De color amarillo intenso, presenta florales y a levadura. Nos pareció seca, salada, astringente. Su nombre hace referencia a Aurora Mañanos, apodada «La Goya», famosa bailaora de principios del siglo XX. –Amontillado Zuleta: tras un período de crianza biológica, se encabeza hasta 17º, pasando a oxidativo. Aparecen aromas a frutos secos y madera. –Cream Zuleta: mezcla en bota de oloroso y Pedro Ximenez, que pasa cinco años de crianza en el sistema de soleras y criadera. La guía nos recomendó probar los cream-tonic, al parecer muy de moda en la zona. Según la guía, la fortificación se empezó a utilizar como arma para evitar que el vino se estropease durante las largas travesías en barco; sin embargo la manzanilla se obtuvo de modo «accidental». Si queréis ver más fotos de nuestro paso por la bodega sólo tenéis que pinchar aquí. Al acabar la visita caminamos hasta el centro, en donde nos esperaban ya nuestros amigos, que habían aprovechado el tiempo para visitar el Palacio de Medina Sidonia. A pesar de que era todavía temprano, sobre las 13h, comimos en un bar cercano llamado CASA JUANJO EL CONEJO, pues teníamos reservada la visita de Doñana para las 15 horas. El local fue recibiendo poco a poco gente de la zona hasta que se llenó. Pedimos varias raciones al medio para compartir entre los cuatro: -Salmorejo -Ensaladilla de gambas -media ración de Puntillas que no me acordé de fotografiar -media ración de Hamburguesas de bacalao -media ración de Huevas de choco Para beber tomamos tres cañas, una manzanilla y un agua, pagando 41’8€ por todo. La comida estaba muy rica y me pareció un precio bárbaro, pinchad aquí si queréis ver más fotos del local. En cuanto acabamos de comer nos dirigimos en coche hasta Bajo de Guía, pues teníamos entradas para visitar el Parque Nacional de Doñana. El día anterior había llamado por teléfono al número 959430432 para hacer la reserva, dando un número de tarjeta al que hicieron el cargo inmediato de las cuatro entradas (35€/persona). La chica que me atendió me avisó de que si no nos presentábamos el día de la fecha perderíamos el dinero. Se pueden reservar/comprar por teléfono, on line pinchando aquí, en el Centro de Visitantes Fábrica de Hielo de Sanlúcar (Cádiz) o en el Centro de Visitantes El Acebuche en Matalascañas (Huelva), pudiendo recogerlas en estos dos últimos puntos. Por lo que nos explicaron ésta es la única manera de entrar en la zona protegida del Parque. Estas visitas dependen de Buque Real Fernando y Cooperativa Marismas del Rocío, que poseen la concesión para organizar visitas por los ecosistemas de DOÑANA en un único recorrido de barco y vehículo. Os aviso de que esta excursión no está recomendadas para embarazadas o personas con lesiones cervicales, pues el 4×4 se mueve bastante. Si esta visita os interesa, os recomiendo reservar con tiempo, pues las plazas son limitadas. Existe también la posibilidad de ampliar o modificar el recorrido para grupos, es cuestión de hablar con la empresa. Cuando llegamos a Bajo de Guía aparcamos el coche lo más cerca que pudimos de la Casa de Hielo, en donde nos habían citado a las 14:30 para recoger las entradas. Una vez en nuestro poder, nos situamos en el pequeño embarcadero de la playa para subir a un barco. Al rato apareció una pequeña nave que simplemente nos cruzó a la otra orilla, en donde nos esperaban dos vehículos tipo minibus 4×4 bastante antiguos que llenamos al completo. El conductor ejerció de guía, mediante un pinganillo, explicando que el Espacio Natural de Doñana está formado por el Parque Natural y el Parque Nacional, ocupando terrenos de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz (más de 100.000 hectáreas regadas por tres ríos y un oceáno). Al parecer se trata la mayor reserva ecológica de Europa y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. En su interior hay gran variedad de paisajes y ecosistemas. Nos llevaron por los cuatro ecosistemas principales mientras el conductor iba dándonos un montón de información: –Playa: cuenta con 32km de playa y dunas, que se limpian a mano. Fue una bonita experiencia el poder recorrer varios kilómetros de su longitud con el 4×4. Observamos gaviotas patiamarillas, correlimos tridactilos, etc. Por lo que nos explicaron hay 120 personas con licencia para recoger 25 kg de coquina al día, respetando siempre el tamaño de la misma. A la playa se puede cruzar en el servicio de barcazas, pues el la única parte que se puede visitar libremente, por si os interesa sólo esta parte o no quedasen entradas. –Sistema de dunas fósiles: paralelo a la costa, entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir, avanzan alrededor de 3-6 metros al año. Vimos numerosos enebros costeros (llama la atención que no se entierran en la arena), pinos piñoneros, etc. Hicimos una pequeña parada para ver un corral, que es un hueco entre dunas. –Marisma: llanuras de agua dulce a las que acuden miles de aves con el fin de alimentarse y criar: durante el otoño e invierno procedentes de Europa (ánsares, anátidas), durante la primavera y el verano procedentes de África (cigüeñas, garzas, golondrinas), siendo por tanto una zona de gran importancia ecológica. Vimos grullas principalmente. –Bosque y matorral: de sabinas y pinos principalmente, que sobreviven gracias a un gran acuífero. Aquí hay diversos pinares de pinos piñoneros, además de un denso matorral mediterráneo con jara, romero, lentisco, etc., aen donde habitan especies tan emblemáticas como el lince ibérico o el águila imperial, en peligro de extinción. Vimos ciervos, gamos, jabalíes, etc. Además nos mostraron el bonito Palacio de Doñana, en donde veranea en ocasiones el Presidente del Gobierno. Pero de este magnífico hábitat también se benefició el hombre desde antaño a través de la apicultura, recogida de piñones, agricultura, carbón vegetal, marisco, etc, que aún se explotan hoy en día bajo un estricto control; además de albergar la famosa Romería del Rocío. Al parecer hay constancia del paso por la zona de tartessos, fenicios, romanos y árabes. De hecho, el nombre del Parque hace alusión a una de sus habitantes más conocidas, Ana de Mendoza (casada con el VII Duque de Medina Sidonia), alrededor del siglo XVI. Finalmente visitamos el Poblado La Plancha, que cuenta con bonitas chozas marismeñas restauradas que dan una idea sobre cómo vivían los habitantes de la zona. Al parecer alcanzó su máximo esplendor durante el siglo XIX, momento en el que se superaban las 50 casas. Un barco más grande que el anterior nos recogió y recorrió alrededor de 6km de río para dejarnos en el punto inicial sobre las 18 horas, tras tres horas de visita. Es una actividad que os recomiendo, sobre todo si os gusta la naturaleza. Pinchando aquí podréis ver más fotos de esta experiencia. Cuando llegamos a tierra nuevamente cogimos el coche y dimos una vuelta por la zona, parando en una playa en la que Pela y yo nos bañamos mientras nuestros amigos daban un paseo por la orilla. Volvimos al piso para ducharnos y arreglarnos, pues habíamos quedado a las 21 horas con mis amigos Kiko y Antonio para cenar en un local muy genuino llamado EL DORADO, en Puerto Real. Una vez en esta localidad, aparcamos en el Pabellón de Deportes y caminamos unos minutos hasta el restaurante, pues está muy cerca. Pedimos para cenar los seis medias raciones de prácticamente todo lo que ofrecían ese día: -Cazón -Puntilla -Almejas -Chocos -Ortiguillas -Atún mechado -Tortitas de camarones -De postre pedimos cuatro diferentes para compartir entre los seis: flan, tarta de queso, natillas y tres chocolates. De beber se pidió tinto con limón, cañas, manzanillas y un oloroso, pagando 70€ por todo, una ganga porque todo estaba muy rico y los camareros eran muy simpáticos. Un lugar para repetir, sin duda. Podéis ver más fotos del bar pinchando aquí. Tras la cena cogimos los coches y nos dirigimos al PUERTO DE SANTA MARÍA, aparcamos en un parking privado y dimos una vuelta por sus concurridas calles. Paramos a tomar un helado en la HELADERÍA DA MASSIMO, pagando 8€ por cuatro helados. Entiendo que a menudo hay mucha gente, pues en la puerta de entrada había un dispensador de tickets. Podéis ver más fotos del local pinchando aquí. Luego estuvimos tomando copas y charlando hasta las tres de la madrugada en un local muy bonito, que se encontraba a orillas del río, llamado LA CRISTALERA. Podéis ver más fotos del mismo pinchando aquí. Cuando decidimos marchar para casa, retiramos el coche del parking pagando sólo 2€ (la verdad es que aquí el aparcamiento es tremendamente barato), y volvimos para Jerez a descansar de esta larga y fructífera jornada. Etapas 4 a 6, total 8
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