Roma (Noviembre 2009) ✏️ Blogs of Italy

Como se ve en la foto, hay un cartel que indica con que tipo de indumentaria puedes o no puedes pasar. Veo lógico que para acceder al mayor templo de la religión cristiana pidan un mínimo de respeto y decoro con la vestimenta. Nosotros ningún tipo de problemas ya que era Noviembre, pero en pleno mes de Agosto y tener que ponerte un pantalón largo, ¡ojú! que calor solo de pensarlo, jejeje. En Roma es así con la mayoría de iglesias, osea que los que vayan en veranito que se hagan a la idea.

Pasamos el control y nos dirigimos hacia la entrada de la Basílica. Durante ese breve recorrido, nos fijamos en las dos estatuas que preceden a la entrada que son San Pablo y San Pedro, las estatuas de Jesús con los doce apóstoles que gobiernan la fachada principal y sobre todo el gran número de asientos habilitados y el altar para las celebraciones de los miércoles.

Una vez dentro te quedas fascinado. Nos pusimos la audioguía, mi novia por un lado y yo por otro como un japonés volviéndome loco haciendo fotos (me traje 1400 fotos y algún que otro video). Y como es difícil expresarse para tanto y tan bonito, mejor unas fotillos.

Salimos de la Basílica y fuimos hacia las Tumbas Papales y a posteriori a la Cúpula. Abajo no se pueden tirar fotos ni en la tumba de San Pedro ni en la de Juan Pablo II, está muy vigilado por cámaras.

Sales de las tumbas y a la derecha está la entrada a la cúpula. Ahí si hicimos un poco de cola. Parecía que nos estaban esperando. No había nadie, llegamos nosotros y cerraron la entrada. Hasta que no bajó parte de la gente que estaba arriba no abrían abajo. Mala pata tuvimos nosotros de pillar el tope en ese momento. Si hay que hacer cola se hace, pero ya íbamos algo cansados y aún quedaba por subir los 551 escalones. La entrada son 5€ si subes todos los escalones y 7€ para coger el ascensor que solo te ahorra 200 escalones. Nosotros dijimos “no hay dolor” y para arriba sin miedo (Nos arrepentimos a los 100 primeros escalones, jejeje). No, la verdad es que cansa bastante. Primero subes una escalera de caracol de escalones pequeños y largos, luego cambia a escalera normal de escalones algo más grandes. Sales a la azotea y entras a la parte de arriba de la Basílica que pensaba que era la cúpula viéndola anteriormente desde abajo. Pero nada, pasas el pequeño pasillo y te metes en unas escales súper estrechas que alternan entre caracol y normales. Vas subiendo y la cosa que empieza a estrecharse más y a ladearse. Mi novia reventada, yo algo mareado de tanto subir y girar, el que sea claustrofóbico de verdad que se lo piense. Por fin después de bastantes minutos de subida llegamos a la cima. Me falto hacer como los montañistas y colocar la bandera de mi ciudad ahí hincada, jejeje. Y que haces nada más llegar, respirar hondo y sentarte donde puedas. Francamente si voy otra vez a Roma no subo ni arto vino. Las vistas muy bonitas, se ve gran parte de Roma y la Ciudad del Vaticano. Más aire y a pensarse lo de la bajada, que es lo mismo pero por otra parte. Que alivio cuando bajamos, pero ya te lastra para el resto del día.

Salimos de la Plaza de San Pedro y fuimos a los Museos del Vaticano (entrada 14€ por persona). Eran casi las 2 de la tarde y teníamos más hambre que el perro de un ciego. En principio entramos a un bar que hay justo en frente de la entrada al museo pero no me convenció mucho y decidimos seguir pasando hambre hasta que saliéramos de la visita. Por suerte dentro hay un par de restaurantes y nos sentamos a comernos tranquilamente una porción de pizza (por cierto estaba buenísima, mirad mi cara de felicidad).

En todas las salas dejan hacer fotos pero sin flash, aunque ¡ojo! en la Capilla Sixtina que como te pillen tirando alguna foto te pueden hasta quitar la cámara. De todas formas uno se arriesga y me traje un par de ellas aunque algo desenfocadas, jejeje.

Primera parada: Fontana de Trevi. Ya la habíamos visto por la noche, pero quedaba verla a la luz del sol y sigue siendo increíble. Que decir de los iconos que la forman, pues por ejemplo la que representa a Neptuno, con los paños que lo cubren que parecen estar en constante movimiento, o los caballos alados en permanente lucha por salir del agua. La verdad que uno no se cansa en la Fontana. Estuvimos escuchando la pista de la audioguía, empapándonos de cultura romana y disfrutando un día soleado con tan bella postal.

Tras la visita al Panteón nos dirigimos a Piazza Navona previo paso por Piazza della Minerva para ver la estatua del Pulcino de la Minerva o más conocido como el Elefantino. Una estatua muy curiosa al ser un elefante la base que soporta el más corto de los once obeliscos egipcios en Roma.

Con la barriga llena, pusimos rumbo hacia la Piazza del Campidoglio, pasando primero por el Teatro de Pompeo y el Ara Sacra Argentina. Está situada a la espalda del Altar de la Patria y en ella se encuentra el Ayuntamiento de Roma y los Museos Capitolinos. En el centro de la plaza está la imagen de la estatua ecuestre de Marco Aurelio. Y llama mucho la atención el curioso diseño del suelo de la plaza. Si pasáis hasta el fondo y giráis a la izquierda os encontrareis con una columna en cuyo capitel se posa una estatua de la loba Luperca con Rómulo y Remo y bajando un poco más, podréis tener unas vistas inmejorables de los Foros.

Hoy tocaban Iglesias y el Trastevere.

Pues para variar a eso de las 09:00h ya estábamos en pie y preparados para otra jornada maratoniana. Subimos a la estación de Barberini para coger el metro y dirigirnos a la estación central de Termini con destino a la Basílica de Santa María Maggiore (Basílica de Santa María la Mayor). Como curiosidad, mi cuñado nos había encargado que le comprásemos una replica en miniatura de coche, un Fiat Panda del 2000. En todas las tiendas de souvenirs o juguetes entramos y preguntamos y nada, solo tenían en nuevo modelo del Fiat 500, pues fue bajarnos en Termini cruzar la calle y en un escaparte que miramos por casualidad allí estaba. El mismo modelo, el mismo color, vamos que parecía que nos estaba esperando, jejeje. Bueno con el regalito ya en la mochila seguimos bajando hasta llegar a la Basílica.

Tras escuchar la pista de la audioguía y tirar unas fotillos seguimos hasta la Basílica di San Pietro in Vincoli (San Pedro Encadenado). Muy conocida por albergar el mausoleo del Papa Julio II, con la famosa escultura del Moisés de Miguel Ángel y las cadenas de San Pedro.

Salimos de San Pietro para coger nuevamente el metro en la estación de Cavour para ir hasta la Basílica de San Giovanni in Laterano (Basílica de San Juan de Letrán). La fachada principal sigue es estilo de la Basílica de San Pedro del Vaticano, en la que en lo alto se encuentran estatuas de Cristo, los dos Juanes (el Evangelista y el Bautista) y los Apóstoles, precisamente de estos, en las columnas a ambos lados de la nave central hay estatuas de los 12.

Bueno después del palizón de Iglesias, fuimos a ver las Termas de Caracalla. Por el camino, como no, aprovechamos para comernos unas porciones de pizza y coger algo de energy. De las Termas de Caracalla solo tengo que decir una cosa… ¡pérdida total de tiempo y dinero!, si podéis ahorraros la visita.

Tras el fiasco, bajamos por el Circo Máximo, que perfectamente hoy en día podría ser la explanada donde van todos los chavales los sábados de botellón, y llegamos a Santa María in Cosmedin donde se haya la Bocca della Veritá (Boca de la Verdad), cuidado con las manos, jejeje.

Con la tripa ya pidiendo gasolina, nos dirigimos al barrio del Trastevere para ver la Basílica de Santa María in Trastevere y posteriormente por consejo de los foreros hicimos un alto en el camino en Carlo Menta. El local está muy bien y los precios asequibles, dos menús con primer y segundo plato, más postre por 10 € cada uno (bebidas no incluidas).

Cuando salimos de comer aprovechamos los pocos rayos de sol que quedaban para ver algo del Trastevere, también hicimos algunas compras y volvimos a casa. Nuestro momento obligado de descanso y nos pusimos a buscar en el mapa la situación de una cervecería que había visto por el foro, L´Antica Birreria Peroni. Nosotros, algo ilusos, salimos de la casa antes de localizarla en el mapa, pero haya que fuimos a la aventura y ya la encontraríamos. Después de un buen rato dando vueltas, tuvimos que llamar a nuestra casa en Melilla para que mi hermana intentara dar con la dirección, pero ni con esas. La cosa era que justo donde estaba situada la barrería en el mapa, había un dibujito de una publicad, y claro no había manera (anécdota tonta), jejeje. Con lo fácil que lo hicimos cuando ya terminamos de cenar y volvimos para casa. Justo terminas la Vía del Corso dirección al Altar de la Patria, giras a la izquierda y el primer callejón a la izquierda, 20 metros y ahí está, jejeje. En fin cuando por fin llegamos, estaba a reventar, gente haciendo cola en la puerta y había que pedir la vez para coger una mesa. Esperamos como unos 20 minutos en la entrada y por fin pasamos. Que ambientazo, un montón de gente de todo tipo y todos los colores. Nos sentaron en una pequeña mesa entre dos despedidas de solteras, una de chicas y otra de gays. Nos sentíamos algo agobiados, peor cuando empezaron con la fiesta, casi nos apuntamos, jejeje, no veas que cachondeo llevaban. Mi novia pidió un plato de hamburguesas y algo más y yo un plato de pasta, sumándoles dos coca colas ella, dos jarras de cerveza yo y el postre con unos chupitos, nos costó 45€. Una noche era una noche, y para mí, mereció la pena. Los dos momentos más graciosos fueron cuando trajeron el plato estrella de la birreria a la mesa de las chicas. Es un plato de patatas fritas, con dos croquetas y una gran salchicha rellena de queso. Empezaron a cantar y cuando terminaron la novia le dio un buen bocado en la puntita, que dolor!!! Jejejejeje. El otro momentazo fue ver como la despedida de los chicos coreaban el nombre del cocinero y este al oírles claro salio a complacer a su cliente, y de repente coge una naranja y empieza a dar pataillas de futbol, jejeje, me partía de la risa. Tras buena noche nos fuimos a la cama para coger fuerzas para nuestro último día en Roma.