Tour de France ✏️ Blogs de Francia

Tengo que decir que salvo el último día, siempre gozamos de un tiempo magnífico y unas temperaturas muy agradables y nada axfisiantes. Por eso, decidimos tomarnos el día de relax. Teníamos la opción de ir hasta Douarnenez y bordear las costa hasta Concarneau, ver la Punta del Raz y varios acantilados y playas. Cuando llevas tantos kilómetros encima a veces vale la pena descansar, así que nos fuimos a la playa cercana de Benodet. Allí pasamos un día estupendo y comimos en un restaurante al borde la playa. Por la tarde, y ya con las pilas recargadas, nos acercamos a conocer Concarneau, uno de los lugares más bonitos del viaje, sobre todo, la ville close, la zona rodeada de murallas. Muy bien conservada y con mucho ambiente, aunque... hasta las 8. Extramuros también tiene su encanto.
Ya de vuelta se nos ocurrió detenernos en Pont Aven, un pequeño pueblo con puerto lleno de galerías de arte y referencia de pintores impresionistas como Gauguin. Si lo atraviesas en coche te da la sensación de un pueblo más. Pero después de haberlo callejeado es una de mis recomendaciones. Nos gustó mucho a los cuatro.

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Hoy tocaba ir hacia el norte (otros 200 km).Antes, no obstante, nos desviamos ligeramente para visitar uno de los pueblos más recomendados del foro: Locronan. El coche lo dejas en uno de los parkin de fuera y el pueblo te lo ves en apenas una hora. Es como Rochefort en Terre, pero en grande. Hay varias rutas para hacer, pero nosotros nos limitamos a hacer la senda corta (que va bien servida) y cogimos carretera. A mí, particularmente, me gustó. Muy cerquita ya en ruta, paramos en Pleyben donde se encuentra el más espectacular de los calvarios de la zona. Se trata de conjuntos esculturales, separados de la iglesia principal, que relatan episodios de la vida de Cristo. Nosotros sólo vimos éste, pero hay muchos más en un radio de 50km hacia el norte. Resulta impresionante porque el monumento está labrado por los 4 costados y se identifican rápidamente las escenas. De todos modos, la oficina de turismo está al lado y te da un folleto explicativo. (Un inciso para decir que las oficinas de turismo también se llaman sindicatos de iniciativa. Sus funciones son las mismas aunque su regulación es diferente)

Pasando Morlaix, bordeamos la costa hasta llegar a nuestro destino, Perros Guirec, en plena costa del granito rosa. Hay pueblos antes como Tregastel o Plougmana en los que no nos detuvimos porque son muy parecidos al que íbamos. El hotel, Les Sternes, estaba cerca del puerto, aunque fuera de la zona de ambiente. Aceptable sin más. El pueblo tiene tres playas, pero es la del medio la que tiene más animación y terrazas. Además, desde ahí se cogen los barcos para la isla de Brehat y el tour de las 7 islas. Paseamos por ella, tomamos una cervecita y poco más porque a la hora de siempre se acababa la diversión.

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Al día siguiente nos dirigimos al final de nuestra etapa, para pasar dos noches. Antes, cogimos el tour de dos horas por las 7 islas (realmente 5 ) y la costa del granito rosa. Te llevan a ver la fauna de la zona. Me gustó más de lo que esperaba, sobre todo cuando ves las focas (de 40 ejemplares, vimos 4, no está mal). Un paseo agradable ciertamente.

De allí ya fuimos a Dinan, una de las ciudades más recomendables. Sencillamente preciosa. Me cuesta creer que no tuviera ambiente nocturno, pero no pude constatarlo. Y es que teníamos que llegar a la casa rural ( a 12 km)porque estábamos ante una fecha histórica. Rezábamos por una buena televisión y... una maravilla de 37 pulgadas. Les Petites Chapelles era su nombre. Es la única del viaje altamente recomendada. En el resto dormimos bien y nos trataron bien, pero a esta volveríamos, no sólo por su encanto sino por la extrema amabilidad de Daniel (habla muy bien español) y Nadine. No pudimos acabar mejor nuestro viaje. La estancia se nos hizo placentera y muy agradable. Incluso descorcharon champán para celebrar la victoria de España ante Holanda. A eso hay que añadir que nos hicieron el programa del día siguiente con pelos y señales. Un matrimonio navarro que estaba allí alojado estaba encantado ante tanta amabilidad.

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