![]() ![]() Viaje a Nápoles y alrededores. ✏️ Blogs de Italia
Con un poquito de retraso, os dejo un pequeño diario en el que cuento cómo fue nuestro viaje de este verano (en julio) a la ciudad de Nápoles, con mis hijas. Lo escribí mientras estuvimos allí y sólo lo he elaborado un poco, añadiendo las fotos.Autor: Arundathi Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (44 Votos) Índice del Diario: Viaje a Nápoles y alrededores.
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Etapas 7 a 7, total 7
20 DE JULIO DE 2010
Nuestro último día lo reservamos para una jornada en la playa y no se nos ocurre nada mejor que buscar uno de los preciosos lugares de la costa amalfitana. El caso es que yo no me decidía entre Positano y Amalfi y finalmente decidí que Positano, porque estaba más cerca y además parecía más pintoresco con la disposición de sus casas en vertical. Salimos, incluso con tiempo, de casa, para dirigirnos hacia la zona del puerto llamada “Molo Beverello” que es de dónde parten todos los ferrys y demás embarcaciones tanto a las islas como a la costa amalfitana. Para esta última hay un servicio llamado Metro del Mar, que es una alternativa a la más tradicional que es acercarte en autobús. Descartamos el bus por los mareos de nuestra hija mayor, aunque luego tampoco va a ser una gran idea, como veremos. Llegamos a tiempo para coger el barco que parte a las 9,25. No hay demasiada gente, el barco va medio vacío y es enorme. Todos tenemos que ir sentados en el interior, lo que es una pena ya que el ir acercándote a las distintas poblaciones de la costa es muy bonito. Hay un trocito de barco en el que se permite el acceso al aire libre, pero sólo si quieres hacerte alguna foto, o sea que no puedes quedarte. Si tienes suerte de coger sitio junto a la ventana, aún ves algo. Si no es así, te pierdes el paisaje, lo que es una pena. Casi nada más salir, la niña se encuentra mal y empieza a vomitar. Lo habitual en muchos viajes. Un empleado del barco nos invita a situarnos en un lugar más estable y frío, cercano a la parte del barco que queda al aire libre. Se va recuperando, pero al rato vuelve a encontrarse mal y estará así hasta el final del viaje. Horroroso. No habíamos previsto que el viaje era bastante larguito. Casi cuando estamos llegando, salimos fuera y nos situamos al lado de la pasarela de salida, ya con la mochila que llevamos con provisiones, toallas y demás. La niña sigue encontrándose fatal. Hay más gente fuera, aunque no mucha. Al rato, por fin, la inconfundible estampa de Positano, magnífica con sus casas encaramadas en la montaña. *** Imagen borrada de Tinypic ***
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Nos emocionamos ¡qué bonito! *** Imagen borrada de Tinypic ***
Y venga a hacer fotos mientras el barco se va colocando en la posición adecuada para iniciar el descenso. Al menos eso creíamos nosotros. Porque entre foto y foto vemos que el barco hace un ruido así como de arranque y comienza a alejarse más y más de la costa. Pero ¿qué es esto? Si nos estamos marchando... *** Imagen borrada de Tinypic ***
Y sí, nos estábamos marchando y la gente (poca, había muy poca) había salido por otro lado. Y ahora ¿qué? ¿ya no hay playa? ![]() ![]() Pues nada, ¡estamos gafados con los barcos! No queda otro remedio que desembarcar en Amalfi. Al final ha sido Amalfi, pienso yo. No pasa nada, cosas del destino. Lo malo es que está más lejos, aunque en realidad no mucho más. Cinco minutos más tarde hemos llegado. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde lejos no parece tan hermosa como Positano, pero algo tendrá cuando da nombre a la costa ¿no? Conforme nos acercamos, llama la atención la cúpula oriental de su catedral, descollando sobre otros edificios. *** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Es magnífica. Luego iremos a verla. Lo primero, por supuesto, la playa. Corriendo a la playa, es lo que quieren ellas… playa y más playa. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Pues precisamente la playa fue lo que menos me gustó de Amalfi. Abarrotada de gente, de tumbonas y sombrillas de pago, así como zonas reservadas a hoteles. Si a una pequeña playa, porque es pequeña, le metes todo eso … no hay espacio material para que la gente se coloque con sus toallas. Nos dejan pasar de todas formas y hallamos un pequeño hueco en el que colocarnos. Mucha gente y la playa es de guijarros de los que se te meten por todas partes. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Incómoda. El agua limpia, eso sí. Las niñas se bañan y nosotros también. De pronto me viene a la cabeza una vieja película con alguna escena rodada en Amalfi, allá por finales de los cincuenta (creo) y la imagen de Amalfi, lugar al que los protagonistas van de veraneo, es bella pero pobre, muy pobre, casi miserable. La apertura al turismo de masas ha cambiado esta imagen, pero algo queda de ese lugar marinero de antaño. No tiene el glamour de Capri, al contrario, es un lugar más sencillo y, a mi parecer, con mucho más encanto. Permanecemos en la playa hasta la hora de comer, para lo que hemos traído unos bocatas que comemos en unos bancos cercanos al paseo marítimo. No somos los únicos, pero llega un guardia y nos dice “Vietato mangare qui” o algo así. Menos mal que ya habíamos terminado. En cualquier caso, nos vamos por si vuelve de nuevo el señor guardia. Convencemos a las niñas de ver el pueblo y luego volver a la playa. Sobre todo la pequeña está pesadísima con la playa. La Piazza Duomo es preciosa con su catedral, que parece bizantina, levantada al pie de una impresionante escalinata y que llena con su presencia toda la plaza. En realidad el estilo de la catedral es árabe-normando y es del siglo XIII aunque su fundación fue anterior, del XI. Está dedicada al apostol San Andrés. *** Imagen borrada de Tinypic ***
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Subimos hasta ella con la intención de entrar, pero la entrada es de pago así que desistimos de la idea. *** Imagen borrada de Tinypic ***
La verdad es que el entorno en el que se ubica Amalfi, a la que se conoce como "la ciudad blanca", es bellísimo. Después de tomar el enésimo helado artesanal (aquí hacen los helados tan buenos…) en la Plaza, que se encuentra muy animada a estas horas de la tarde ... *** Imagen borrada de Tinypic ***
... callejeamos un poco, miramos tiendas de recuerdos… *** Imagen borrada de Tinypic ***
Aquí debe de ser típica la cerámica, hay muchos pequeños puestos que dan color a las calles. *** Imagen borrada de Tinypic ***
También hay muchas tiendas en las que venden el típico “limoncello” que aún no hemos probado. Mi hija mayor está todo el rato con que compre alguna de las simpáticas botellitas de todos los tamaños y formas que venden. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Menos mal que mientras estamos mirando, una señora nos invita a entrar en su establecimiento y probar un poquito. Ya en el interior, saca una botella del frigorífico y nos ofrece un vaso con una pequeña cantidad. Mi hija protesta porque a ella no le dan y la señora dice que no es para niños. Al probarlo me doy cuenta de que, efectivamente, es una especie de licor, bastante fuerte. Está bueno, pero no es como imaginábamos. Seguimos calle arriba hasta que se acaba la parte, digamos, turística. Hay un tramo con unos pasadizos encalados en blanco que nos recuerdan a Ibiza. Por lo demás, es un lugar fácil de visitar por su tamaño y que conserva su tipismo todavía. Me gustó. Aquí, esperando el barco de regreso, casi casi terminó nuestro viaje a Nápoles. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Y, por terminar de contar, decir que el barco de regreso salió con más de una hora de retraso y que, al contrario que a la ida, iba a tope de gente. En una de las paradas subieron un grupo de señoras napolitanas que, enfadadas por ese retraso, que los demás habíamos soportado con resignación cristiana, hacían honor al tópico de italianas exageradas y gesticulantes que todos hemos visto en alguna película. Llevaban un cabreo de impresión y nos amenizaron un poco la vuelta en la que disfrutamos de una hermosa puesta de sol. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Llegamos casi a las nueve de la noche. Afortunadamente, las compras las hicimos ayer. Sin tiempo para ir a casa, paramos en una pizzeria: “Vesi”, a la que ya le habíamos echado el ojo, para disfrutar de nuestra última cena en una pizzería napolitana. Bueno, estuvo fenomenal y aunque no es de las famosas, igualmente la recomiendo. Hay dos, la que estuvimos nosotros estaba en Vía dei Tribunali. Pequeñita, pero teníamos sitio sin problema. Lo mejor de todo es que te hacen la pizza allí mismo. Hay un señor, muy en su papel, que está venga a hacer masa y resulta curioso ver como va amasando lo que luego será la base de la pizza (digamos que con una mezcla de amor, malabarismo y energía). De la pizzería a casa a descansar. FINAL DEL VIAJE A la mañana siguiente temprano, tras dejar arreglado el tema del apartamento, con la devolución de la fianza y demás, tomamos el mismo tren que cogimos a la ida que, en algo más de hora y media, sin problema alguno de retraso en la salida, nos dejó en Roma. Nuestro viaje finalizó en Roma, ciudad que nosotros ya conocíamos, pero no nuestras hijas. Estuvimos un día allí, visitando los lugares que más podían gustarles a ellas, pero no voy a extenderme más, pues Roma tiene información de sobra en este foro y muchos diarios estupendos. Este diario está dedicado, básicamente, a Nápoles, una ciudad diferente, en todos los aspectos, a cualquier otra que hayamos conocido hasta ahora. Con ella termina mi pequeña aportación a “los viajeros”. Y como despedida, una de mis fotos favoritas … la he dejado para el final porque me resulta evocadora y es la primera imagen que me viene a la cabeza cuando pienso en Nápoles ... la ciudad extendida a los pies del Vesubio. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Mi sincero agradecimiento a los que me hayáis seguido hasta aquí así como a todos aquellos que, desde el foro, me ayudaron a la realización de este viaje. ![]() Etapas 7 a 7, total 7
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