La Dordoña: castillos, grutas y pueblos. ✏️ Blogs de Francia

Para hoy domingo, nuestro cuarto día en la Dordoña, hemos planeado visitar algunos lugares a orillas del segundo río en importancia del Perigord Negro: El Vézère, que es el mas caudaloso afluente del Dordoña que se le une a la altura de Limeuil, formando un triangulo casi perfecto con vértices en Montignac, Domme y Limeuil. A lo largo de los bordes de ese triangulo de oro se alinean casi todos los lugares de interés del Perigord Negro y la propia ciudad de Sarlat. La carretera D47, de unos 17 km. cruza el triangulo en diagonal desde Sarlat hasta Les Eyzies de Tayac. Es una autovía de doble sentido con un solo carril, pero la mejor acondicionada de las que vimos en esta zona. El resto de carreteras de la Dordoña, salvo el par de autopistas que la cruzan, son vías mas modestas, mas estrechas y sin arcenes, aunque se conduce perfectamente porque el trafico es escaso.

Llegamos a Les Ezies en 20 minutos. Son las nueve de la mañana, aun con solo dos o tres grados y alguna neblina. En el camino y sobre todo a la entrada de Les Ezies llama la atención la enorme cantidad de señales anunciando la situación de sitios de visita prehistóricos, turísticos y de ocio.

Les Ezies se proclama como la capital mundial de la Prehistoria por gran la cantidad de grutas, cuevas, abrigos y yacimientos prehistóricos que se encuentran a su alrededor. En el centro del pueblo se encuentra el Museo Nacional de Prehistoria de Eyzies. Es el mayor de Europa dedicado a la era Paleolítica con unos seis millones de obras y utensilios.

Entre tanta oferta, resulta quizás complicado elegir que lugares visitar si no se dispone de mucho tiempo. A nosotros nos había llamado la atención la gruta de Font de Gaume, que solo se visita con reserva previa, que no habíamos hecho. Sin embargo, habíamos leído que a primera hora de la mañana se podían conseguir entradas de última hora en la caseta junto a la D47. Al final tuvimos que elegir entre la primera hora disponible, las 11.30, o la última, a las 16 horas. Nos decidimos por la última, aunque eso iba a condicionarnos el resto del día. Mejor habría sido intentar reservar con antelación.

Telefono : 33 5.53.06.86.00
Fax : 33 5 53 35 26 18
Mail : fontdegaume@monuments-nationaux.fr

La zona entre Limeuil y Montignac de unos cuarenta km de longitud se conoce también como el Valle del Hombre, debido a su ocupación por el hombre desde tiempos muy remotos, quizás desde hace 400.000 años.

Los sitios prehistóricos y cuevas decoradas del valle están catalogados como Patrimonio de la Humanidad. Existen unos 200 sitios clasificados, entre yacimientos paleolíticos y cuevas con pinturas y grabados rupestres. Algunos de los más importantes son:

Yacimientos y abrigos:

- El yacimiento de la Madeleine
- El yacimiento abrigo Pataud
- El yacimiento abrigo de Laugerie-Basse y Haute
- El abrigo de Cap-Blanc
- El abrigo de Cro-magnon
- El abrigo de Poisson

Cuevas o grutas:

- La cueva de Lascaux
- La cueva de Combarelles
- La cueva de Font de Games
- La cueva del Grand Roc
- La Cueva de Rouffignac
- La cueva la Mouthe
- La cueva de Bara Bahau

Otros sitios y monumentos históricos:

- La Roque Saint Christophe
- La Maison Forte de Reignac
- El sitio de Castel-Merle en Sergeac
- Las Cabañas de Breuil

Sitios lúdicos y pedagógicos:

- El Thot, espacio Cromagnon en Thonac
- El Acuario del Perigord Negro en Le Bugue
- La sima de Proumeyssac en la cercanias de Le Bugue
- El PrehistoParc en Tursac
- Le Bournat en Le Bugue

Web Monumentos Nacionales de Francia

Tambien en el Vezere se encuentran algunos châteaux importantes como el de Losse en Thonac, o el de Commarque en Sireuil, aunque ambos solo abren durante los meses de verano.

Desde Les Ezies continuamos por la D706 siguiendo río arriba en dirección a Montignac. El bosque de Barade se extiende por estas colinas que bordean el Vezere.

Despues de Tursac pasamos junto a la Maison Forte de Reginac y a la altura de Le Moustier encontramos el desvío a la derecha hacia La Roque Saint Christophe.

Se anuncia como un fuerte y ciudad troglodita, clasificado como un sitio y monumento histórico.

El lugar esta enclavado en de la pared de un acantilado sobre el Vézère. Debido a la erosión del río y los glaciares se formaron una serie de ranuras, en varios niveles, excavadas en el acantilado de varios cientos de metros de largo.

Estas ranuras en forma de terrazas naturales al abrigo de las rocas fueron acondicionadas a lo largo de los siglos como vivienda y protección de numerosos pueblos desde tiempos remotos, quizás desde hace 55.000 años y hasta la Edad Media.

En las cuevas y abrigos naturales de este sitio, durante la prehistoria, se refugiaron desde el hombre de Neandertal hasta el hombre del Cromañon.

A partir del siglo X y hasta el siglo XVI, estas terrazas se fortificaron y se ocuparon como una ciudad fuerte compuesto por unas 30 casas construidas en madera con el fondo y el techo incrustados en la roca.

Además de las casas, el conjunto contaba con todos los servicios colectivos necesarios para la comunidad, iglesia, establos, cocinas, talleres, etc.

Se pueden ver reproducciones de las herramientas, tornos y grúas que se utilizaban para subir a las terrazas el agua, provisiones y materiales de construcción.

Hay que hacer un esfuerzo imaginativo para recrear lo que se trata de mostrar. Ayuda a ello la maqueta del lugar a finales de la Edad Media.

La visita es corta. En nuestro caso poco mas de media hora, aunque tampoco ayudaba mucho el fresco de la mañana. La verdad es que nos quedamos repasando el folleto que nos entregaron a la entrada por si se nos había pasado algo por alto. Habíamos leído a otros viajeros y teníamos unas expectativas que no apreciamos en la realidad. Dicen que hay hasta cinco niveles de terrazas, pero solo se visita uno y algunas cuevas.

En cualquier caso, como ocurre en todos los lugares turísticos de Francia, todo esta perfectamente acondicionado con aparcamientos, aseos públicos, venta de souvenirs (que no en vano es una palabra de origen francés) y en muchos casos con restaurantes o chiringuitos e incluso con área de picnic.

Continuamos por la bonita carretera vecinal, que conduce a Saint Leon sur Vézère.

Saint-Léon, se sitúa en uno de los meandros del Vézère. Es un pequeño pueblo de unos 400 habitantes en un entono idílico junto al río. Un remanso de paz y armonía.

Tiene un bonito paseo a orillas del Vézère que conduce a la iglesia románica del siglo XII, que es el monumento histórico más importante de la localidad.

El Vézère no esta tan explotado turísticamente como el Dodoña, aunque aquí también es posible alquilar canoas y piraguas para hacer descensos libres.

La iglesia, junto con el château de Clérans de los siglos XII y XIII cerca del rio y el Château de Chabans en la otra orilla, así como Le Manoir de la Salle, una mansión del siglo XIV a la entrada del pueblo son motivos mas suficientes para que Saint León este clasificado como uno de los mas bellos de Francia.

Es una pequeña ciudad de unos 3.000 habitantes donde se encuentran, a un par de kilómetros en una colina, las cuevas de pintura rupestre de Lacaux de fama mundial.

Veníamos con la lección bien aprendida y aparcamos en Montignac para comprar las entradas para Lascaux en las oficinas del Ayuntamiento. Pero al llegar a la ventanilla vemos un cartel indicando que las entradas se compran directamente en la entrada de la cueva. No sabemos si esta medida es provisional, debido a estar fuera de temporada, o bien es definitiva.

Como es aun temprano y Lascaux cierra desde mediodía hasta las 2 de la tarde, paseamos un poco por el pueblo, que no desmerece de otros pueblos de la zona, muy ciudado y adornado. Los curiosos colgantes de colores de plástico no parecen que sean debidos a una fiesta local, sino permanentes.

En una tasca frente al ayuntamiento probamos unos crepes rellenos de jamón y setas que nos gustaron mucho.

La cueva original esta cerrada al publico desde hace tiempo y se visita Lascaux II, que es una replica de las partes mas interesantes. Este sitio es el que mayor numero de visitantes recibe anualmente de toda la Dordoña, y lo cierto es que es el unico lugar donde encontramos colas en las taquillas.

La replica se visita en menos de una hora y aparte de un recorrido un poco claustrofóbico, las pinturas del interior resultan impresionantes. Difícil de creer que en la cueva original se conserven en el estado en que se muestran aquí, con un colorido muy vivo y los trazos muy bien definidos.

Debemos volver a toda prisa a Les Ezies, porque nos han citado a las 15.30 para la entrada a la gruta de Font de Gaume reservada para las 16 horas.

La entrada se hace por la caseta que esta a un lado de la D47 en la salida de Les Ezies hacia Sarlat. Hay que subir por la ladera un desnivel de unos 50 metros porque la verdadera entrada de la gruta esta en la base un acantilado a esta altura.

El yacimiento arqueológico de Font de Gaume es de la época paleolítica y sus pinturas están consideradas en tercer lugar solo después de Altamira y Lascaux. De ellas es la única que se puede visitar el lugar original, aunque las visitas están limitas a unas 180-200 personas diarias en grupos de máximo 12 personas.

Arriba nos esperaba la guía, aunque antes de entrar tuvimos que pasar por el ritual de recibir las estrictas instrucciones de la visita. No tocar las rocas, no llevar prendas sueltas ni bolsas. Todos estos accesorios hay que depositarlos en cajas instaladas al efecto.

La gruta tiene unos 120 metros de longitud, una zona de entrada bastante estrecha de unos 2 metros de ancho y menos de alto en algunos pasos. Luego se ensancha un poco, unos 6 metros por unos 15 de alto. Tiene también tres pequeñas galerías laterales.

En las paredes hay unos 225 figuras entre grabados y pinturas policromas de las épocas entre el Auriñaciense al Magdaleniense superior, o sea, entre 13.500 y 8.500 años a. C.

Después de la claridad y colorido de las pinturas de Lascaux, esta cueva puede parecer algo decepcionante. El estado de conservación es claramente inferior. En un principio a simple vista, no se aprecia nada en las paredes. La guía se ayuda de un puntero de luz para ir contoneando las figuras que por arte de magia van surgiendo de las rocas. Hay bisontes, caballos, cabras y otros animales como la conocida pareja de renos.

En todo caso, las sensaciones de haber estado en un lugar prehistórico único nos dejan un recuerdo imborrable.

Web Gruta de Font de Game

Hemos acabado temprano. Son solo las cinco de tarde, pero es demasiado tarde para visitar otros lugares. Los horarios de las últimas entradas suelen ser entre las cinco y las cinco y media.

Así que de vuelta para Sarlat nos acercamos a Salignac-Eyvigues que esta a unos 17 km. hacia el noreste.

El castillo del pueblo, en estado ruinoso, se encuentra en restauración actualmente.

Lo mas sobresaliente de esta comuna son los Jardines de Manoir d’Eyrignac muy celebrados, aunque con una de las tarifas mas caras, 12 €.

En La Dordoña hay muchos otros parques y jardines abiertos para las visitas:

Jardins de Marqueyssac - Belvédère de la Dordogne en Vezac
Les Jardins de Haute Terre - Parc de l'Hermitage en Saint Andre d’Allas
Les Jardins de Cadiot en Carlux
Les Jardins de l'Imaginaire en Terrasson-Lavilledieu

El quinto y último día en la Dordoña habíamos reservado un circuito por el norte de la vecina provincia de Lot. Aunque administrativamente se trata de otro departamento y región, geográficamente seguimos en la cuenca del río Dordoña, al este de Sarlat.

El "Pays de la Vallée de la Dordogne lotoise" se extiende de este a oeste, entre Souillac y Sousceyrac, a lo largo de unos 60 kilómetros.

Nuestro destino final es Rocamadour, que es lugar de visita obligada por estas tierras, aunque para completar el día, por la mañana vamos a ir subiendo por la orilla derecha del río para luego cruzarlo a la altura de Carennac, y continuar después hacia Loubressac y Autoire, que son tres pueblos medievales clasificados, situados a muy corta distancia unos de otros. Finalmente llegaremos a Rocamadour pasando antes por la sima de Padirac. En total serán unos 150 km.

El primer tramo hasta Carennac, de unos 55 Km. discurre por la rivera del Dordoña, unas veces bordeándolo y otras alejándose un poco. Primero vamos por la D703 y después por la D803. Es un trayecto entretenido que se hace en una hora y media. Pasamos por Souillac que es una ciudad bien situada con atractivos suficientes para ser una segunda opción después de Sarlat utilizándola como base de excursiones.

Circuitos desde Souillac

Atravesamos Martel y poco después en Saint Denis les Martel, que es el final de una vía férrea, se toma un desvío a derecha que se dirige al Dordoña y a la villa de Floirac. Por el puente colgante de d’Ourjac cruzamos a la otra orilla.

A la izquierda del puente se inicia una preciosa carretera, D43, cubierta de árboles y de una exuberante vegetación intensamente verde, que va bordeando el río durante unos 5 km. hasta Carennac, luego continua por la D30 y después la D14 hasta Loubressac y finalmente por la D118 y D135 hasta llegar a Autoire. En total serán unos 20 km. de un inolvidable recorrido por tres de los mas bellos pueblos de la región.

Se encuentra ubicado en el margen izquierdo del Dordoña, frente a la isla fluvial de Calypso. Su nombre proviene seguramente de las labores de carenado de las gabarras que se hacían a orillas del río.

Carennac se fundo en torno a un convento y una iglesia en el siglo XI. Posteriormente, durante la guerra de los Cien Años fue desvastada.

Durante los siglos XV y XVI se restauraron las viviendas del pueblo y se levanto el château de los Doyens, el palacio de los Deanes, que junto con la iglesia de San Pedro forman la estructura central de la población, declarados como monumentos históricos.

Durante los siglos XVI y XVII, Carennac vivió su mayor esplendor y por entonces su habitante mas celebre, Francois Fenelon, que había nacido en el Perigord en el castillo de Sainte Mondane, fue durante años Dean de Carennac.

Actualmente el conjunto monumental alberga la oficina de turismo y un museo-exposición sobre el arte y patrimonio del valle de la Dordoña.

Carennac tambien es la sede de la Communauté de communes du Pays du Haut Quercy Dordogne, que es una de las seis mancomunidades de esta comarca, auto-etiquetada como País de Arte y de Historia.

Durante las guerras de religión la población resulto dañada de nuevo y vuelta a reconstruir en los siglos XIX y XX. Actualmente esta considerado como uno de los pueblos mas bellos de Francia.

La casas renacentistas de Carennac se caracterizan por la piedra casi blanca de la zona, los tejados de color marrón y las altas chimeneas.

Seguimos río arriba unos kilómetros y luego tomamos la subida a Loubressac que se encuentra en una colina a unos 350 metros de altitud.

El pueblo se asoma al valle sobresaliendo desde un promontorio donde se apretujan las casas.

Desde arriba se tienen unas hermosas vistas panorámicas de los valles circundantes, el valle de la Bave, el de Céré y el propio valle del Dordoña.

La callejuelas del burgo medieval, muy adornadas con flores, llevan a la iglesia de San Juan Bautista del siglo XIII.

Fue una villa fortificada con un château solariego del siglo XV, que no es visitable.

La puerta fortificada y las grandes mansiones renacentistas así como las vistas merecen un recorrido por el pueblo.

A lo lejos se divisan los castillos de Castelnau-Bretenoux, Montal y la ciudad de Saint-Céré.

Desde Loubressac bajamos durante unos 4 km. hasta encaminarnos al valle donde esta emplazado Autoire.

Se encuentra a media ladera, a un kilómetro del fondo de un valle cerrado por un circo de rocoso que se apoya en una meseta calcárea. Semi-escondido entre la exuberante vegetación Autoire parece un refugio idílico, un lugar de retiro y descanso en plena naturaleza.

No extrañan pues las historias y leyendas sobre su uso como refugio de bandidos y ladrones durante la Edad Media.

Tampoco que en fechas más recientes se haya convertido en el lugar favorito de algunos artistas y pintores.

También es natural que en Autoire encontremos magnificas casas solariegas y elegantes chateaux de la alta burguesía de la comarca, como el château de Limargue del siglo XV,

O como el château Busqueille del siglo XVII, o el de la Roque-Maynard, o el Manoir Laroque Delprat del siglo XVIII.

Otros edificios destacables son la iglesia de San Pedro y San Pablo del siglo XII, el Ayuntamiento y su terraza con vistas al riachuelo que corre más abajo. Todas las calles, fuentes y plazas estan deliciosamente adornadas con flores.

Desde el centro del burgo sale una pista, que junto al río sube hacia el fondo del valle, en busca de la cascada del circo. La circulación esta reservada para los residentes, pero se puede hacer igualmente el recorrido a pie.

El circo forma una semicircunferencia perfecta de dimensiones modestas, unos trescientos metros de diámetro, pero de gran belleza por la armonía de su trazado y por la vegetación del entorno. También desde lo alto del circo se puede descender hasta la cascada que tiene un salto de unos 30 metros.

Ya ha pasado el mediodía y hemos completado el recorrido por estos tres pueblos de la Dordoña del Lot que tienen en común muchos de los atractivos típicos de la región, aunque también cada uno de ellos con su particular encanto derivado de sus distintos emplazamientos. Ahora nos dirigimos hacia Padirac.

Las Causes son un conjunto de mesetas secas de piedra caliza típicas del macizo central francés, atravesadas por verdes valles y cañadas. Se subdividen en las Causses del Quercy al noroeste y las Grandes Causses al sureste.

Al salir del circo de Autoire nos encontramos sobre el Causse de Gramat que es una amplia meseta que junto con otros varios como los Causses de Saint Chels y Limogne conforman el Parque Natural de las Causses del Quercy. “Quercy” es la denominación histórica de la provincia francesa que actualmente se conoce por Lot.

El territorio de este parque regional se extiende en unos 1.750 km2 desde la ribera sur del Dordoña hasta más alla del valle del Lot incluyendo poblaciones como Padirac, Rocamadour, Gramat, Labastide, Cabrerets, Saint Circ Lapopie, Limogne y rios como el Alzou, Ouysse, Célé, Vers, Lot.

Web Parque Causses del Quercy

Desde Autoire solo hay unos 10 km hasta el lugar de la cueva de Padirac. La meseta de Padirac, al igual que otros muchos lugares del parque, es una zona kárstica donde el agua en contacto con la piedra caliza a lo largo de milenios ha formado cuevas, simas y extensos túneles y ríos subterráneos. Las cuevas mas conocidas del entorno son las de Padirac, Pech Merle, Presque y Lacave o la Cueva de las Maravillas de Rocamadour.

El Padirac más cercano a la superficie es una sima, o sea, una antigua cueva o gruta que en algún momento del pasado perdió la cubierta superior por hundimiento debido probablemente a la acción de las filtraciones de agua. Ha quedado un enorme agujero de mas de 30 metros de diámetro y unos 75 metros de profundidad.

La cavidad se encuentra a cielo abierto justo al lado del edificio por donde se accede al interior y es realmente impresionante y algo sobrecogedor.

Se desciende, a gusto: en ascensor dividido en varios tramos, o a pie por las escaleras metálicas.

Desde fondo de la sima se continúa el descenso otros 25 metros, ahora ya bajo tierra, hasta las galerías que conducen al embarcadero.

El Padirac subterráneo es un complejo sistema de galerías y túneles que incluye un lago que se cruza en barca, varias cavidades o salas y un río que discurre hacia el Dordoña a lo largo de mas de veinte kilómetros bajo tierra, en gran parte aun inexplorado. Si bien, el caudal que vimos era bastante escaso.

Lo más significativo de Padirac son sus enormes proporciones y profundidad. El río que fluye a mas de cien metros de la superficie, los casi 100 metros de altura de la gran sala, los mas de 40 km. de galerías exploradas, una de las estalactitas más grande del mundo con unos 60 metros de altura y de gran grosor, grandes cascadas de calcita que forman en la roca caliza bellas concreciones y esculturas pétreas.

En la visita se recorren unos dos kilómetros con una duración total de una hora y media. Con más de 350.000 visitantes anuales es la atracción subterránea más visitada de Francia y una de las mas importantes de Europa. Al parecer el gran inconveniente de las visitas de verano es precisamente la gran afluencia, que provoca retrasos durante el recorrido en las horas punta. En nuestro caso, mes de Octubre, estábamos casi en familia. Solo tres parejas con el barquero-guía.

Al parecer hay unos 85 empleados en la sociedad explotadora de Padirac, entre cajeros, ascensoristas, guías-barqueros y personal de mantenimiento. Curiosamente, salvo la señora de la tienda de recuerdos, todo el resto del personal que vimos era masculino. Por cierto, nos parecieron especialmente atentos y amables.

En definitiva, un lugar muy recomendable.

En los alrededores de la cueva hay varias tiendas y restaurantes, por lo que aprovechamos para comer unas tortillas con setas antes de seguir viaje hacia Rocamadour.

Es una villa medieval que surgió en el siglo XII como consecuencia del fervor religioso que se desplegó en aquella época. Se construyeron capillas, santuarios e iglesias. Así nació un pueblo que se convirtió en un lugar de peregrinaje celebre en todo occidente.

Lo más llamativo de Rocamadour es su grandioso emplazamiento y la construcción en distintos niveles adosados al acantilado. La pared rocosa forma parte de unos de los recodos salientes del cañón del río Alzou, del que se eleva en unos 120 metros.

Para apreciar en toda su grandeza este escenario es conveniente parar en L’Hospitalet que un barrio a escasos 500 metros y acercarse al Belvedere. Desde este mirador se distinguen perfectamente tanto el entorno de la villa como los distintos niveles de construcción.

En el plano inferior, a unos 40 metros sobre el valle se alinean los edificios de la única calle de la población que conserva torreones y puertas fortificadas.

En el segundo nivel, de unos 60 metros de altura, escalonados y semi-excavados en la roca se levantan hasta siete santuarios y la iglesia basílica. Se accede a ellos por la famosa escalera de más de 200 peldaños, aunque también se puede utilizar un ascensor.

En el piso superior del acantilado se yergue un castillo construido en el siglo XIX sobre las ruinas de uno medieval del siglo XIV . Actualmente solo de puede acceder al mirador sobre el cañón.

Desde L’Hospitalet bajamos hasta la puerta fortificada (Porte de Figuier) que da entrada a la villa, aunque es imposible encontrar aparcamiento. Tuvimos que bajar hasta una pradera junto al río para aparcar.

En compensación, desde abajo también se tienen bonitas perspectivas del lugar. Otra alternativa es dejar el coche en L’Hospitalet y bajar a pie. La cuestión es decidir si hacer la caminata de subida al principio o al final de la visita. Al parecer hay un funicular, pero no lo vimos.

La calle peatonal, rue de la Couronnerie, esta atestada de tiendas y comercios turísticos, varios restaurantes y un par de hoteles. Aun quedan ocho puertas fortificadas de las once que llegaron a existir.

Por aquí pasa una variante de la vía del Camino de Santiago, el Camino de Auvernia y ha sido lugar de peregrinaje desde la Edad Media.

La Gran Escalera conduce a una pequeña explanada situada a unos 80 metros, a mitad del acantilado. A su alrededor se encuentran las siete capillas a diferentes niveles. Es una pequeña ciudad santa en el corazón del risco.

Iglesia-basílica de Saint-Sauveur y la cripta de San Amador son lugares inscritos en el Patrimonio de la Humanidad.

La capilla de Notre Dame, con la Virgen Negra, y otras capillas (Sainte Anne, Saint Jean-Baptiste, Saint Michel ,Saint Biaise) y el Palacio, son el resto de construcciones integran esta ciudad sagrada construida en un lugar inverosímil.

La construcción vertical, empequeñece al peregrino y obliga a elevar siempre la mirada a lo alto, lo que al igual que la pendiente de la Gran Escalera son recursos convenientes y muy utilizados por las religiones.

Rocamadour recibe anualmente un millón y medio de visitantes y peregrinos frente a los tres millones y medio del Monte San Michel de Normandia. Ambos están inscritos entre los treinta y cinco selectos “Grandes Sitios” de Francia. Según parece Rocamadour también se clasifico en segundo lugar en las votaciones de inscripción. En cualquier caso, creemos que si Rocamadour estuviera situado algo más cerca de Paris, seria mucho mas visitado.

Naturalmente, Rocamadour también se encuentra incluido en la clasificación más informal de los Grandes Parajes de Midi-Pyrenees.

Al margen del interés religioso, es un lugar de gran belleza y originalidad.

Web de Rocamadour

Web de la Virgen de Rocamadour

Web de los Grandes Sitios de Francia

Web de los Grandes Parajes de Midi-Pirineos

De regreso a Sarlat enfilamos la carretera D43 hacia Souillac pasando por Lacave. Serán unos 50 km. para completar el circuito de hoy.

Estamos aun sobre la meseta de Gramat, acercándonos al valle del Dordoña. Disfrutamos del paisaje rural de estas tierras dedicadas al pastoreo de ovejas y cabras, del que se obtiene el famoso queso de cabra de Rocamadour.

Aunque, en realidad la actividad agrícola, ganadera y aviar es muy variada: cordero, ocas, trufas, setas, viñedos, productos de huerta, frutales.

Al acercarnos al Lacave nos sorprende el castillo de la Treyne, en lo alto del acantilado sobre el Dordoña. Un emplazamiento espectacular.

Actualmente es un hotel de lujo de 16 habitaciones para una estancia inolvidable. El castillo de los siglos XIV y XVII tiene además un jardín de tipo francés en torno a un bosque de 120 hectáreas.

El castillo de Belcastel construido en los siglos IX y XI, el Parque Prehistórico y sobre todo las Grutas de Lacave, son otros de los atractivos de este pequeño pueblo situado entre en los valles de los ríos Ouysse y Dordogne.

Por cierto que observamos existe una gran confusión entre los dos castillos del lugar, Belcastel esta situado en una colina sobre el pueblo y La Treyne sobre el acantilado en la confluencia de los ríos L'Ouysse y la Dordogne.

Web de Lacave

Web del Castillo de Belcastel

Web del Castillo de La Treyne

Web de la grutas de Lacave

Los tres valles del Lot

Los castillos del Quercy

Con este recorrido acaba nuestro relato de este corto, pero intenso viaje por el Dordoña, sus pueblos, cuevas y castillos. Por supuesto han quedado otros muchos lugares interesantes por visitar que dejamos para una próxima ocasión. Mañana emprendemos el regreso, y aunque inicialmente habíamos planeado visitar la ciudad de Perigueux durante la vuelta, finalmente preferimos llegar mas temprano a nuestro punto de origen, Bilbao, para poder disfrutar también de esta otra ciudad.

Haciendo balance hemos visitado:

Chateaux y castillos

Bourdeilles
Puyguilhem
Hautefort
Beynac
Castelnaud
Biron
y muchos otros en vistas exteriores.

Cuevas y sitios prehistóricos:

Proumeyssac
La Roque St. Cristophe
Lascaux II
Font de Gaume
Padirac

Pueblos bellos etiquetados:

Saint Jean de Côle
Beynac
Castelnaud
La Roque Gageac
Domme
Belves
Monpazier
Saint Leon sur Vézère
Carennac
Loubressac
Autoire

Otras ciudades y pueblos clasificados:

Mimizan
Brantôme
Sarlat la Caneda
Issigeag
Rocamadour


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