15 días disfrutando de Italia ✏️ Blogs de Italia

Bolonia

Solo pasamos una noche aquí, pero a primera vista nos pareció una ciudad muy bonita, con calles porticadas y ambientada por cientos de jóvenes estudiantes que paseaban por el centro histórico. Aquí empezamos a aprender. Nos explicaron, por ejemplo, que la salsa boloñesa en Italia se llama “al ragù”.

Esa noche la pasamos en el hotel Una (Via Pietramellara 41), situado justo enfrente de la estación central y recomendable al 100%.

Venecia

Lo mejor de Venecia es su belleza y originalidad. Lo peor, la enorme cantidad de turistas que la visitan a diario. La parte positiva es que siempre se puede encontrar alguna zona más tranquila que la plaza de San Marcos o el puente Rialto, simplemente hay que salirse de las rutas turísticas habituales y descubrir, por ejemplo, el precioso barrio de Cannaregio o pasear por los alrededores de Santa Maria della Salute.


Para obtener una buena panorámica de la ciudad se puede subir al Campanario de San Marcos (en la plaza del mismo nombre). La entrada cuesta 8 euros.

Una visita que sin duda también recomendamos es Burano, a media hora en vaporetto desde la parada Fondamente Nove. Burano es una isla llena de canales y en la que las casas están pintadas de llamativos colores, es un lugar de postal.


Un acierto seguro para comer o cenar en Venecia es la Osteria Bancogiro (Campo San Giacometto, San Polo 122), donde se puede probar algún vino italiano, de entre los muchos que ofrece su carta, y acompañarlo de un riquísimo surtido de quesos.

Contar las máscaras que se muestran en los escaparates de muchas tiendas de Venecia puede ser misión imposible, ahora bien, si se quiere entrar en un taller especial de máscaras nuestra recomendación es ir a Ca’ del Sol (Castello 4964).

Para moverse por la ciudad puede ser interesante adquirir una de las diferentes tarjetas de Actv que existen para utilizar el transporte público de manera ilimitada durante unas horas (el de 72 horas cuesta 33 euros, mientras que cada billete suelto de vaporetto cuesta 6,50).

Florencia

La Florencia histórica es una zona muy compacta, así que se puede acceder andando a la mayoría de lugares de interés. Después de caminar por sus calles, un poco antes del atardecer, se puede llegar paseando a la Piazzale Michelangelo y disfrutar desde lo alto de una preciosa panorámica de la ciudad.

Un sitio auténtico para comer es Nerbone (en el puesto 292 del mercado central), su bocadillo de ternera cocida es espectacular y ha conseguido aparecer en algunas de las mejores guías gastronómicas del mundo.

Para cenar, La Casalinga (Via del Michelozzo 9), una trattoria de barrio con platos tradicionales italianos de muy buena calidad (aquí es conveniente reservar).


Cinque Terre

Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso al Mare son cinco pueblos de la costa de Liguria situados en la provincia de la Spezia y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un lugar que hay que visitar si se viaja a Italia. Pueblos preciosos que cuelgan de abruptos acantilados y que pueden recorrerse fácilmente con una buena planificación.

Hay un tren que une los cinco pueblos con la Spezia, así que se puede utilizar para visitarlos los cinco, aunque también hay senderos que pueden recorrerse a pie con la misma misión. La Via dell’Amore, por ejemplo, une Riomaggiore y Manarola y se recorre en 15 minutos. Para planificar bien la visita hay que tener en cuenta las distancias y dificultad de estos caminos y según el tiempo y ganas de caminar que se tengan decidir un itinerario u otro. Para poder acceder a estas vías hay que adquirir la entrada al Parco Nazionale delle Cinque Terre (5 euros) que también da derecho a utilizar una línea de autobús que une algunos de ellos o al menos te acerca desde el pueblo a la parada del tren. En estas tierras puede probarse, por ejemplo, la tradicional focaccia di recco (dos capas de masa hecha con harina, aceite y sal, rellenas de queso).

Después de un intenso día en Cinque Terre, nosotros recomendamos sí o sí dormir en una junior suite del hotel Abetaia. Situado en la carretera que une Levanto con Carrodano, es un hotel con confortables habitaciones y un buen restaurante para reponer fuerzas.

Toscana

Quizá el otoño no es la mejor época para disfrutar de los paisajes de la Toscana en su máximo esplendor, aún así nos ha gustado mucho esta región de Italia, sus paisajes, sus pueblos medievales y, como no, su comida. Hemos visitado Viareggio, Pisa, Lucca, Siena, San Gimignano y Arezzo.

Consejos útiles. Para comer en Lucca recomendaríamos probar el guiso de jabalí o los ravioli toscanos en la Osteria Bastian Contrario (Via S. Paulino 69).
Para dormir, el hotel Locanda Sant’Agata, en la carretera SS12 que une Pisa con Lucca. Dos de las habitaciones de este hotel están apartadas del edificio central y rodeadas de grandes ventanales que aportan a la habitación un toque especial. El personal no es amable pero la habitación vale la pena.

A 6 kilómetros de Siena, dirección Asciano, está el hotel Montaperti. Nosotros pagamos menos de 60 euros por una apartamento dúplex sencillo pero muy chulo. Una buena opción para comprar embutido y vino italianos y disfrutar de una buena cena como si estuvieras en casa.

Bomarzo

En nuestro camino al sur hicimos una parada un tanto peculiar. Visitamos el Sacro Bosco o Parco dei Mostri de Bomarzo (10 euros la entrada). Se trata de un gran jardín lleno de esculturas de criaturas fantásticas que el duque Vicino Orsini mandó crear como monumento a su última esposa. Fue nuestra parada friki del viaje…


Pompeya

Ver en persona lo que queda de la ciudad que las cenizas del Vesubio cubrieron en el año 79 es, sin duda, impresionante. La entrada cuesta 11 euros por persona. Nostros fuimos en coche pero se puede llegar fácilmente desde Nápoles en tren.

Nápoles

Nápoles, capital de Campania, es una ciudad auténtica que nos ha encantado. Cuando llegas a ella, Italia cambia. Cambia la pronunciación, la fisonomía y carácter de la gente y los grupos de turistas que invadían las ciudades del norte se transforman en grupos de inmigrantes. Recorrer el centro histórico (Spaccanapoli o Nápoles roto), el barrio español o el paseo junto al mar te permite descubrir una ciudad sobre la que existen muchos prejuicios y que, en nuestro caso, nos ha sorprendido gratamente.


Para comer o cenar. Imprescindible probar la parmigiana en Da Ettore (Via Santa Lucia 56), es simplemente deliciosa.

Una noche fuimos a Brandi (la pizzería de la que se afirma fue la inventora de la pizza margarita). El trato de los camareros no fue bueno y la calidad de la comida tampoco fue nada espectacular, así que nuestra recomendación si se quiere disfrutar del placer de probar la mejor pizza del mundo es cenar en Umberto (Via Alabardieri 30/31). Es un local tradicional de la ciudad fundado en 1916 y está dirigido por el presidente de la Associazione Verace Pizza Napolitana, encargada de promocionar esta especialidad culinaria.

En Nápoles nos alojamos en el Golden Hotel (Via dei fiorentini 51), un hotel sencillo pero con una ubicación excelente y un buen desayuno.

Roma

Visitar el Coliseo, los Museos Vaticanos, la basílica de San Pedro, el castillo Sant’Angelo, el Panteón de Agrippa, la piazza Navona, la plaza de España, el Vittoriano, la Fontana di Trevi, las preciosas iglesias que hay repartidas por toda la ciudad o pasear por el Trastévere son cosas que hay que hacer en Roma. Además de ello, nosotros recomendaríamos una visita a un lugar peculiar. Se trata del cementerio de los Monjes Capuchinos que hay en la iglesia de la Inmaculada Concepción en el número 27 de la Via Veneto. Se trata de una cripta en la que los huesos de 4000 monjes decoran las paredes creando un espacio un tanto tétrico y misterioso.


La entrada a los Museos Vaticanos (15 euros) puede comprarse con antelación por Internet, eso sí, pagando 4 euros más. Para acceder a la cúpula de la Basílica de San Pedro puede adquirirse una entrada por 7 euros (se coge un ascensor y luego hay que subir unos 300 escalones) o por 5 si se elige subir a pie los más de 500 escalones que llevan hasta ella.

Para comer o cenar. Restaurante der Pallaro (Largo del Pallaro 15, zona Campo de’ Fiori). El matrimonio que regenta el local da de comer lo que ese día se come en su casa. Tú te sientas y esperas que vayan sacando platos. Hay un menú piccolo (entrantes y primer plato) y otro que incluye también segundo plato y postre. Nosotros elegimos el primero y comimos embutido, hinojo, lentejas, croquetas de arroz y de carne y dos tipos de pasta. Una experiencia peculiar. Buen precio.
Cul de Sac (Piazza Pasquino 73, zona piazza Navona), una enoteca con platos típicos de la cocina italiana muy recomendable. Buen precio.

Trattoria dal Cab. Gino (Vicolo Rosini 4, zona Panteón). Un trato espectacular en un local de toda la vida y un producto muy bueno a muy buen precio. Cocina típica italiana. Muy recomendable.
Giovanni Benedetti, Cacio e Pepe (Via G. Avezzana 11, zona parada metro Lepanto). Un local frecuentado por romanos con un producto buenísimo a buen precio.

Pizzería da Baffetto (Via del Governo Vecchio 114), la mas famosa de la ciudad. Pizzas buenísimas de masa fina como les gusta a los italianos y a muy buen precio. Normalmente hay que hacer cola para poder comer aquí

Al Piatto Ricco (Via Della Pelliccia 30, zona Trastévere). Las paredes del local están llenas de fotos de la Roma, las pizzas están buenas sin ser nada especial pero una vecina del barrio nos lo recomendó y fue todo un acierto. La familiaridad con la que nos trataron y poder cenar solos en un barrio donde todos los restaurantes están plagados de turistas hizo que el lugar nos conquistara.

Más información

La gastronomía italiana bien se merece un apartado en este blog. La idea de que en Italia se va a comer pasta y pizza es una idea incompleta, su cocina ofrece mucho más. En quince días hemos comido pasta y pizza, por supuesto, pero también guiso de jabalí, de ternera, lentejas, parmigiana, alcachofas, pescados, focaccia, cordero, risotto, bistec, carpaccio, pollo relleno, embutidos y quesos. Por cierto, ahora podemos afirmar con sobrados argumentos que la pizza napolitana es una delicia que hay que probar al menos una vez en la vida…

Para ir desde Florencia a Cinque Terre, recorrer la Toscana y bajar a Nápoles alquilamos un coche con la compañía Maggiore. El coche estaba fenomenal, la compañía trabaja muy bien y tiene oficinas por todo el país, punto interesante para devolver el vehículo en un lugar diferente del que se parte. Mi opinión: alquilar un coche no creo que os suponga ningún problema, ahora bien, sobre cómo conducen los italianos mejor hablamos en otra ocasión...

Más fotos de este y otros viajes aquí: mochilerosconmaleta.blogspot.com/