La vuelta a Sicilia en 10 dias ✏️ Blogs de Italia

Llegamos al aeropuerto de Palermo tempranito, es todo un clásico de ryanair sacarte de la cama a horas intempestivas para empezar las vacaciones. Todo un preludio de los 10 días que nos esperaban llenos de madrugones.
Habíamos alquilado el coche a Firefly a través de Car rental y como no tienen oficinas en el aeropuerto de Palermo, se supone que estarían esperando a que llegáramos en el aeropuerto y nos llevarían a sus oficinas. Sólo diré que ellos no esperaron, despues de 45 minutos y varias llamadas por fin nos recogió una furgoneta y nos llevó a unos km de alli donde tuvimos que hacer todas las gestiones.
Primera decisión, ¿Seguro a todo riesgo? Valía más o menos lo mismo que el coche pero nos habían hablado tan mal de la conducción de los sicilianos...Despues de mucho dudar y con gran dolor lo cogimos, decisión de la que un ratito más tarde nos alegraríamos. Existe otro formato, el seguro de reembolso que es más o menos la mitad de precio que el seguro a todo riesgo, pero no incluía ruedas y lunas y además adelantas tú el dinero así que preferimos ya que íbamos, ir a por todas.

Por fin salimos hacia Trapani a eso de las 12. En el trayecto nos comimos una piedra que estaba en la autopista y cuando llegamos a Trapani un coche se puso a nuestro lado y no paraba de pitar. Creíamos que nos estaría llamando inútiles por eso de cumplir las normas de circulación pero el bueno hombre nos dijo que paráramos, se bajó y nos mostró que teníamos la llanta abollada. El pobre estuvo intentando arreglarlo a golpes pero no hubo manera. Al día siguiente tendríamos que cambiar el coche.

Trapani me encantó nada más llegar. Ciudad de pescadores, con un aire muy marroquí, con puertas y arcos que dan a un mar turquesa. Creo que fue de mis sitios preferidos del viaje porque sin tener nada muyyy especial me pareció encantadora.
Fuimos a comer a un sitio que se llama La Cantina Siciliana. Muyyyy recomendable. Es un poco oscuro para el día (no tiene terraza) y quizás hubiera sido mejor para cenar, pero comimos muy bien. El famoso cuscus de pescado y sobretodo una pasta que hacen ellos, buscheta o algo así, con una salsa que me recordó al salmorejo...riquisimo. Además el sitio es muy muy auténtico, la típica trattoria.
Desues fuimos a coger el funicular a Erice. Está muy bien porque pasa continuamente y las vistas durante la subida son espectaculares.
Erice es un pueblo de piedra, con muchas cuestas y bastante encanto y unas vistas de Trapani espectaculares. Recomendaciones, o más bien desrecomendaciones, no entreis al castillo. Es bonito por fuera pero por dentro no hay nada de nada y la entrada cuesta 5 euros. Centraros en pasear por el pueblito.

Antes de que anocheciera nos volvimos a Trapani y fuimos a ver la puesta de sol a la lonja de pescado. Un sitio de nuevo con encanto aunque bastante decadente.
Para cenar fuimos a un sitio cercano que ponían bien pero que no me pareció como para recomendar y despues de eso con dificultad a la cama que ya ni sentíamos ni padecíamos.

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A la mañana siguiente según nos despertamos empezamos las gestiones para cambiar el coche. Tendríamos que perder un poco de tiempo en ir hasta allí pero por lo menos, de camino, teníamos las salinas de Trapani. Me pareció precioso (los montones de sal blanquisima, los molinos) y eso que solo pudimos que la parte que se ve desde la carretera. Había un camino de tierra para llegar a otra parte más alejada al que se podía acceder en bici (en coche no se podía). Debe ser una excursión muy chula, además en Trapani alquilan bicis en todas partes (es una ciudad muy llana y agradable para ir en bici).
Despues de arreglar lo del coche fuimos hacia Segesta. Por cierto, al cambiarnos el coche nos dieron uno donde no funcionaba el cargador del GPS. Puede parecer una chorrada pero teniendo en cuenta que la batería del GPS que llevábamos duraba 10 minutos y que Sicilia no es un lugar donde las indicaciones estén muy claras, esto fue un punto importante de viaje. En especial en la llegada a los bed and breakfast...
En fin...Segesta. Precioso. Templo de los hélimos en un emplazamiento muy agradable rodeado de viñas y campo, solo campo. En la parte alta, una buena subidita está la antigua ciudad, con un teatro que no está mal pero en mi opinión no es comparable con el templo de abajo. Lo digo por si a alguien le da pereza la subida. También hay un bus que te lleva por 2 euros. Las vistas del templo de abajo durante la subida son chulisimas.

De Segesta nos fuimos a Scopello donde queríamos ir a la Riserva Naturalle delle Zingaro que, por las fotos, parecía tener unas playitas espectaculares. En Scopello, un pueblito con encanto, my pequeñito, compramos en una panaderia un pan que tenía dentro mozzarela, oregano y tomate..ummmm...pommodoro...de lo mejor de Sicilia, los tomates!La verdad es que se iba haciendo tarde ye se día teníamos que llegar a Agrigento (dormíamos allí) pero creíamos no tener prisa así que fuimos hacia la Riserva. Antes de entrar llamamos al bed and breakfast de agrigento para avisar que llegaríamos tarde, sobre las 20:30-21:00, pero el dueño fue totalmente inflexible. Si llegábamos más tarde dels 19:30 no nos abría. Intenté de todo pero ni me dejaba hablar, le dije que yo recogía la llave donde me dijera pero no y era no. Bastante desagradable la verdad por sus formas. Luego resultó mostrarse encantador en nuestra estancia y el bed and breakfast sería de los mejores de nuestras vacaciones pero discutir con el no es recomendable.
En fin que despues de tantos km nos tuvimos que quedar sin entrar a la reserva e ir una horita a una playa que estaba a la entrada de Scopello, que no estaba mal pero desde luego no era la Reserva. El mar en esa zona tiene un color incrieblemente celeste como no volvimos a ver en Sicilia.
El camino a Agrigento fue laaargo, aproximadamente 2h30. Y allí llegamos a las 19:35 con los nervios destrozados.
Agrigento es a primera vista una ciudad bonita, con un montón de edificios muy altos porque por lo visto no puede expandirse en horizontal por tener el valle de los templos y entonces lo hace solo en vertical.
Nuestra habitacion en el bed and breakfast era preciosa, con un piano, una cama con mosquitera y una terraza con vistas al valle de los templos y al mar....
Esa noche cenamos en un sitio que debía estar bien (porque estaba llenisimo a pesar de que agrigento estaba vacío) pero, la verdad, creo que no pedimos bien porque no nos entusiasmó.

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A la mañana siguiente el, ahora amable, dueño nos trajo el desayuno a la habitación. Con guantes fue poniendo encima de la mesa de todo, dulce, salado..Nos lo sacamos a la terracita y con la vista de templos y mares fuimos dando buena cuenta.
Nuestra primera visita del día era el Valle de los Templos así que hacia allí nos dirigimos con el coche. Lo dejamos en el aparcamiento de la entrada oriental. Se paga según el tiempo que estés, creo que fueron 3 euros e imagino que estuvimos en torno a 2 horas.
Tras pagar la entrada se nos acercaron unos guías que por 10 euros/cabeza nos ofrecían hacernos una visita guiada de 1hora y media juntandonos con un grupo. Dudamos, yo soy muy fan de que me expliquen las cosas, si no temía que pudieran ser sólo unas piedras sin sentido. Pero mi novio, que ya tenía cara de 20 euros, encontró en un puestito a la entrada un libro que por 4 euros parecía poder darnos más información de la que hubieramos querido...Optamos por esto y muy satisfechos, resulta que algunos guías repetían estrictamente las frases de nuestro libro, y nosotros a nuestro aire, nos sentabamos a la sombrita y nos leiamos el uno al otro. Los templos mejor conservados son tres: Juno, Concordia y Heracles, y son preciosos, en mi opinión, sobretodo los dos primeros. Todo suma, teníamos cielo azul, el mar de fondo, no demasiada gente y el típico paisaje de olivos por donde te puedes imaginar a griegos caminando. Visitamos también el templo de olimpia donde había que echar bastante más imaginación porque está peor conservado. Aqui ya nos saturamos de templos recibimos la llamada de la playa...
Cogimos el coche y fuimos a la Scala dei Turchi. Aparcamos (en la propia carretera, en el arcen más cercano al mar se puede aparcar) y bajamos hacia la playa. Allí como siempre sombrillas, tumbonas...(playa privada) pero por un caminito a la derecha caminando caminando al final parecía verse una gran escalera de piedra blanca. Lo imponente del sitio supongo que depende del día porque es una cuestión de colores. Si te hace buen día, a nosotros nos hizo y supongo que es lo normal, es precioso. Roca blanca blanquisima, mar turquesa y cielo azul. Para bañarte no es el sitio más cómodo pero es una aventura, tienes que andar por rocas con algas hasta que ves un hueco y ahí te lanzas.
Despues de estar un par de horas allí fuimos a comer al chiringo de la playa por la que habíamos entrado. Comida de chiringo, sin más...Cuando estabamos ya pensando en una tardecita de libros y toalla se puso a diluviar así que nuestro gozo en un pozo. En cualquier caso, como teníamos que llegar a Ragusa que era una buena kilometrada otra vez por nacionales, decidimos salir hacia alla.
Fue laaaargo el viaje, teniendo en cuenta nuestro tema del GPS y que nos perdimos entonces un par de veces. Una en una ciudad que parecía grande, Gela, donde les preguntamos a unas chicas (adultas) qué carretera coger para ir a Ragusa y simpaticamente nos dijeron que ellas de eso no sabían, que mejor preguntaramos a un hommo grandi.
Por fin, a las 19:30 llegamos a Ragusa Ibla. Un paréntesis para decir que entrar a Ragusa sin GPS es dificil si no imposible. Es un laberinto de pueblo precioso, de calles estrechas que se vuelven peatonales sin avisar. Gracias a mucho contacto con locales encontramos la plaza donde habíamos quedado con la chica del bed and breakfast. Allí se subió ella en el coche y nos llevó a un sitio que nos habían guardado para aparcar. Este bed and breakfast nos encantó en general. Majisimos en cuanto al parking, sin problemas de hora de llegada, y el apartamento con una terraza magnífica y precioso. Parecía recien reformado pero muy auténtico, techos altísimos, vigas de madera...
Esa noche fuimos a cenar a un restaurante que de nuevo, recomiendo. Expanificio. Nos trataron como dioses. Cerveza artesana, berenjenas caseras y algo de cerdo que parecía como codillo, esto último algo excesivo para la cena.
Con esto nos fuimos muertos a dormir.

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