Por la mañana temprano volvimos de nuevo a Kirkjubaejarklaustur para coger el autobús a Lakagievar, zona que pertenece al Parque Natural de Skaftafell, queda al norte de este pueblo y al oeste del glaciar. El autobús sale desde la gasolinera, donde hay una zona de aparcamiento para dejar el coche. Aprovechamos para tomar algo de desayunar allí, básicamente un zumo y una chocolatina, un desayuno un poco triste, pero no hay mucho más en la tienda.
Al cabo de un rato empezó a formarse cola junto al autobús y para allá que nos fuimos para no quedarnos sin sitio. No es necesario reservarlo, aunque la verdad que había bastante gente y quedaban muy pocas plazas libres, no se si en alguna ocasión llegara a quedarse sin plazas.
El autobús no es demasiado cómodo, ni lujoso, ni nada, pero es una buena forma de ir al interior de la isla sin necesidad de 4x4, ya que esta preparado para poder andar por esos caminos.
Salimos del pueblo dirección Laki y a los pocos minutos hicimos la primera, e inesperada, parada. Volvimos a parar en el cañón de la tarde anterior, en la oficina de turismo nos podrían avisado de eso sabiendo que iríamos dos veces, pero bueno, volvimos a dar un paseo por allí y listo.



Luego la carretera va internándose en la isla a través de un paisaje semidesértico, pues solo se ve allí lava y más lava, a parte de los impresionantes glaciares a lo lejos. Si en algún momento hubo algún árbol allí debió desaparecer con la lava, aparte de musgo no crecía nada más.


El autobús hace una segunda parada de una media hora en la cascada Lakifoss, junto a la que por cierto hay baños. Es increíble como en el lugar más remoto, en medio de la nada, uno puede encontrar unos baños limpios, el tipo de cosa que probablemente solo se pueda encontrar en un país como este.

Continuando el camino, este empieza a hacerse más pesado, pues el paisaje es espectacular, podíamos ver la masa de hielo inmensa del glaciar un poco más cerca, con los picos más altos sobresaliendo; pero es un viaje bastante largo y cansado.
Hay que cruzar varios ríos por el camino y aquí fue donde vimos algún 4x4 de los más pequeños tener algún problema, no todos conseguían pasar, con lo que nos alegramos de no haberlo cogido, pues nos hubiera pasado lo mismo y al final hubiéramos gastado el doble en el alquiler para nada.


Una vez en la zona del parque los campos de lava empiezan a hacerse más espesos y podemos vislumbrar ya algunos volcanes pequeños.


El autobús para junto al Laki, que es la montaña principal de la zona y la que le da nombre, aunque en realidad no es un volcán. Para subir hay una ruta de una hora más o menos y desde arriba hay unas vistas estupendas de toda la zona: la cadena de volcanes que forman los Laki Craters, el campo de lava, los lagos, el glaciar…





Los Laki Craters explotaron en el año 1.783, produciendo una erupción que duró unos ocho meses. Mató a un 20% de la población de Islandia y además la nube de cenizas llegó a prácticamente todo el mundo, causando la muerte de unos increibles 6 millones de personas en total, por lo que se la considera una de las catástrofes más importantes, a la vez que desconocidas, de la historia.
Junto a la base del Laki salen otras dos rutas cortas que pueden hacerse rápidamente y que merecen la pena, ambas pasan por el centro de dos volcanes, para aquellos que tengan la curiosidad de estar dentro de uno. El único problema es que el tiempo se queda un poco corto, sobre todo si se para a comer algo.



Al cabo de una hora y media más o menos volvimos todos al autobús para ir a otra zona. Aquí nos dejaron para hacer una ruta de una hora y media más o menos a través de un rió de lava y algunos conos volcánicos. El paseo es agradable y muy bonito, la verdad que nos estábamos alegrando bastante de haber cogido el autobús para ir allí, para nosotros mereció mucho la pena.



Finalmente nos montamos en el bus de nuevo ya para ya volver a Kirkjubaejarklaustur, en otro largo viaje de vuelta. El viaje en si es más largo que la visita, pero el lugar bien lo merece.
De vuelta en pueblo paramos otra vez a comer algo en la gasolinera, pues no habíamos comido nada en todo el día. Esta gasolinera no tiene casi nada, para comer hamburguesas y perritos y algo de bebidas, pero en el supermercado no hay más que unas pocas chocolatinas, para comprar algo mejor de comida hay que acercarse a un supermercado próximo.
Tras comer una hamburguesa volvimos a Hvoll a descansar en el hostel y prepararnos para el siguiente día, en el que visitaríamos por fin los glaciares.