Roma, día 4. ✏️ Diarios de Viajes de ItaliaLa mañana del Lunes 19 de Marzo decidí volver a Ciudad del Vaticano. Tenía pendiente conocer San Pedro por dentro así que como todos los días que estuve en la ciudad, me levanté temprano, tomé un buen desayuno y salí a tomar el bus hasta destino...Diario: Mi primer viaje a Italia⭐ Puntos: 4.7 (19 Votos) Etapas: 15 Localización: ItaliaLa mañana del Lunes 19 de Marzo decidí volver a Ciudad del Vaticano. Tenía pendiente conocer San Pedro por dentro así que como todos los días que estuve en la ciudad, me levanté temprano, tomé un buen desayuno y salí a tomar el bus hasta destino. Era una mañana radiante de sol. A estas alturas del año, en Italia el clima es muy agradable, con temperaturas frescas a la mañana y a medida que transcurre el día va subiendo hasta hacer que uno pueda pasear solo con una remera o camisa. Llegué a la Plaza y solo esperé un rato para poder acceder. Uno debe someterse a un riguroso cacheo antes de entrar. Cabe mencionar que no se paga entrada como suponía que sucedería. Demás está decir que no se puede acceder con pantalones cortos o vestidos muy escotados, así que a tenerlo en cuenta. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Que puedo decirles de mi sensación al entrar en semejante emblema de la cristiandad? Un asombro enorme, emoción y pulso acelerado y no porque sea un ferviente católico ni mucho menos. Soy mas bien agnóstico y descreo de la iglesia, pero seamos honestos, no se puede ser indiferente ante semejante manifestación del arte y arquitectura como San Pedro. Todo allí es monumental. Según estudié en la Universidad, es una de las iglesias mas grandes del mundo y cuando miraba los dibujos de la planta en los libros pensaba: “esta iglesia no es tan grande como dicen”. Es verdad, no es grande, es enorme y cada uno de sus rincones, trabajados de una manera exquisita que resulta difícil describir. Entrar en San Pedro es una experiencia que no se puede describir en palabras porque cualquiera queda pequeña. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Es armoniosa, equilibrada, enorme pero cordial con quién la visita, bella a mas no poder. Se me hizo un nudo en la garganta de solo imaginar todos los procesos por los que atravesó desde su construcción, las miles de personas que la visitaron, los acontecimientos históricos que se dieron en ella, todo vino a mi mente de golpe y fue difícil procesarlo de entrada, así que opté por dejarme llevar, caminando despacio, mirando todo lo que mis ojos podían captar, apreciando cada mármol, cada moldura de oro, cada cruz increíblemente trabajada. Me detuve por varios minutos frente a La Piedad, caminé por las diferentes capillas, observé las tumbas y sus inscripciones, los ángeles de mármol y parado frente al baldaquín del altar principal entré en éxtasis. Es una verdadera obra maestra, fruto de una mente tan brillante como no hubo dos: Bernini. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Para su construcción, se fundieron las placas de bronce del casetonado que antiguamente recubría la cúpula del Panteón en su interior. Frente al altar mayor, una escalinata desciende hasta la tumba del Apóstol Pedro, iluminada con lámparas rojas de aceite constantemente encendidas. Dos horas fueron suficientes para este primer acercamiento. Pensaba volver nuevamente a dar otra recorrida. Debía seguir el paseo, pero me iba con ganas de mas. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Salí a la Plaza, caminé por Vía della Conciliazione, atravesé el Puente Vittorio Emanuelle II y luego fui caminando por la Avenida o Corso del mismo nombre hasta Piazza Venezia en donde se encuentra el monumento a la república o de Vittorio Emanuelle II. Desde ese punto, decidí volver al Campidoglio, conocer Santa maría in Aracoeli, una iglesia pegada al Campidoglio. *** Imagen borrada *** El Campidoglio y su magnífica escalinata. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Santa María in Aracoeli. *** Imagen borrada *** El Teatro Macello. *** Imagen borrada *** Algunas ruinas que salpican toda la ciudad. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Santa María in Cosmedin. Luego, por la Via del Teatro Macello, llegué hasta el Coliseo del mismo nombre, Santa María in Cosmedin donde está la Bocca della Veritá. Bordeando el Tiber, cruzando el Ponte Fabricio, llegué a la Isla Tiberina, la única isla en medio del Río Tiber en medio de la ciudad. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Basílica di San Bartolomeo all’Isola A esta altura, el clima había empeorado y empezó a caer una llovizna fría y persistente. Me refugie en un bar de la isla a tomar un café caliente y comer unas masas porque a lo largo del día solo había comido el desayuno y del entusiasmo me había olvidado almorzar. Ya eran mas de las 3 de la tarde y solo quería calmar un poco el hambre y seguir. En la Isla, se encuentra la Basílica di San Bartolomeo all’Isola y el Hospital de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, un centro médico de renombre en la ciudad de Roma. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Atravesé la Isla y salí del otro lado de la margen del Río. Por la Lungotevere Raffaello Sanzio y della Farmesina, volví nuevamente a Ciudad de Vaticano. Quería volver a recorrer San Pedro. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** De paso y sin proponérmelo, pude acceder a los subsuelos, donde están las tumbas de los papas. Solo pude sacar esta foto. No está permitido dentro del recinto. Lo lamento enormemente. Me hubiera gustado fotografiar la de Juan Pablo II, una tumba tan austera y sencilla como lo fue este hombre. Antes dije que no soy muy creyente. pero frente a su tumba no pude evitar emocionarme. En esta visita, perdí la noción del tiempo. No recuerdo cuanto estuve ahí, solo sé que salí al atardecer con una llovizna que se había transformado en una lluvia débil. Caminé por Vía di Porta Angélica, pasando frente a la entrada de Ciudad del Vaticano y el Museo hasta Piazza del Risorgimento para tomar el subte hasta Termini y llegar al hotel. Antes, me dejé tentar e hice compras por esta avenida. Buenas tiendas, tradicionales, algunas de vanguardia. Volví cargado al Hotel directo a darme un baño y salir a comer. Necesitaba descansar para arrancar mi último día en la ciudad y pensar en mi próximo destino. Índice del Diario: Mi primer viaje a Italia
01: Llegada a Roma, día 1.
02: Roma, día 2.
03: Roma, día 3.
04: Roma, día 4.
05: Roma, día 5.
06: Siena, día 6.
07: San Gimignano, día 7.
08: Florencia, día 8.
09: Florencia, día 9.
10: Pisa, día 10.
11: Bologna, día 11.
12: Venecia, día 12.
13: Venecia, día 13.
14: Venecia, día 14.
15: Milán, día 15.
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