Unas de las razones que nos llevaron a ver Londres, además de todos los monumentos y oferta cultural, era ver las instalaciones deportivas donde discurrían los eventos más importantes a nivel mundial.
Así que en una soleada mañana de Domingo, empezamos a usar nuestra travelcard para llegar en metro hasta la estación de Southfields (zona 3) sin hacer ningún trasbordo cogiendo la Distric line (Línea Verde) en Victoria.
Esa era una de las ventajas de estar alojados cerca de un punto de la ciudad en la que tenías todas las opciones de metro posible.
Así que tras unos 30 minutos de metro llegamos a la estación de Southfield y visitamos el famosísimo All England Tennis Club y su Museo.
En cuanto al museo, todo giraba a la evolución del tenis y los grandes campeones que han ganado allí así como vestimentas y los trofeos de ganador de hombres y mujeres.
Era impresionante ver todas aquellas instalaciones en las que te hacias una idea perfecta de cómo sería un dia de torneo. Todo superlimpio, bien cuidado, un césped tan verde...
El tour, que nos entraba con London Pass, era exclusivamente en inglés....pero he de decir que era un inglés muy académico y la señora que hacía de guía se le entendía perfectamente la mayoría de las cosas (y eso que mi ingles no es muy allá). Pues eso pasamos 1h y media viendo las instalaciones, sala de prensa, vestuarios y la pista central en la que aún estaba el marcador de la última final.
Tras acabar, emprendimos viaje hacia atrás por la misma línea hacia la estación de Fulham Brodway. Nuestro destino el estadio de Stamford Bridge para realizar el Tour del Chelsea (también con London Pass).
Tras llegar nos dieron para el Tour de las 13'30 h, así que la media hora de espera nos metimos en la supermega tienda del Chelsea.
De igual modo entramos para hacernos fotos por los exteriores.
¡¡Que gozada debe ser ver un partido de fútbol allí!!. Fue lo primero que pensamos cuando entramos al estadio.
Recorrimos todos los rincones del estadio, desde la sala de prensa hasta los vestuarios. Seguir a este guía era más difícil pero también le pillé cosillas....jejejejeje.
Eso sí, los vestuarios era lo más llamativo del tour.
Y acabamos a ras de césped, zona de banquillos y gradas.
Tras 1 hora de tour, metro de nuevo para ir hasta la zona de los museo...travelcar al canto de nuevo. Llegamos al metro cogiendo dirección parada SouthKensington. Bajamos y ya estábamos en el Museo de Historia Natural.
Allí la entrada al museo es libre (como en casi todos de Londres) y no hay que hacer apenas cola para entrar. Eso sí, estaba repleto. Allí nada más entrar estaba el famoso tiranosaurio en el que multitud de turistas estaban haciendose la foto.
Recorrimos, admirando la belleza del edificio y viendo y subiendo y bajando por sus plantas.
Cabe decir una cosa, Davinia y yo no somos muy de museos y entramos más por ver el edificio el ambiente y aquello que nos pudiera interesar, porque para ver detenidamente un museo en Londres y sabiendo el que se está viendo necesitas un día por museo......por lo menos (bueno el museo británico 1-2 semanas).
Pero si os digo que disfrutamos igual y que es una opción, igualmente válida, sobre todo cuando quieres ver muchas cosas.
Llegamos hasta el Albert y Victoria Museo en el cual entramos. Era un edificio más bonito, precioso y estuvimos viendo una exposición acerca de China.
Al finalizar comimos en las mismas escaleras de entrada al museo.
Nos dirigimos andando en dirección al Royal Albert Hall pasando por la fachada del Museo de Ciencias, Imperial College y Royal College of Music.
Al llegar al Royal Albert Hall nos dirigimos para hacer el Tour pero ese día....¡¡no había!!!...
Pues nada a continuar (lo dejaremos para la próxima vez) porque Londres si algo tiene es que te ofreces una barbaridad de posibilidades.
Nos encaminamos hacia Kesington Garden, encontrándonos con el Albert Memorial.
Fuimos hacia el palacio de Kesington visitando una exposición temática que contaba la historia de las Princesas.
Desde allí recorrimos el parque. Los británicos disfrutaban de un estupendo día de sol y todo el mundo estaba en el parque, ofreciendo la típica estampa de los ingleses tumbados en el parque.
Continuamos pasando por la Serpentine Gallery y buscando la estatua de Peter Pan (¡¡jodida estatua!!). Madre de mi vida hasta que la encontramos, incluso un hombre al que le pregunté me dijo que llevaba viviendo 20 años en Londres y que el todavía no sabía orientarse para encontrarla. Tras un rato ¡¡La encontramos!!. Está pegada al río que divide Kesington Garden de Hyde Park hacia el noreste del parque.
Salimos y cogimos metro para acercarnos hasta Nothing Hill y recorrer sus calles y el mercadillo que se forma con todas las tiendas. ¡¡Que ambiente más chulo!!. Tras bajar en el metro (por supuesto travelcard) buscamos Portobello Road y allí estábamos....¡¡Que bonito!!
Se acercaban ya las 18:15 h de la tarde y travelcard...otra vez fuimos para Harrods. ¡¡Buffffffff, como estaba la calle!!! Pero llegamos justo a la hora del cierre...(lástima, para otra vez).
Desde allí, y sabiendo por recomendación de los foreros de Los Viajeros, nos fuimos para Covent Garden. ¡¡Que chulo!!! Lo siento si estoy diciendo tantas veces lo bonito y el ambiente tan genial que había...pero es lo que me sale. El ambiente tan mágico y especial de sus calles y gentes, los espectáculos que había en la calle.... el mercadillo estaba allí montadito y pudimos andar por sus puestos.
Desde allí decidimos callejear para darnos otra vuelta por el Soho y el Barrio Chino, en el cual comimos hasta reventar en un buffet (calle witcomb) que está justo enfrente a la famosa puerta del barrio por 17 libras (propina incluida).
La verdad es que después de todo el trajin del día y habernos comido un bocata, estábamos que devorábamos.
Ya anochecido, nos fuimos hasta Picadilly-Trocadero para comprar algunos recuerdos (imanes del frigo...jejeje).
Allí entramos en Cool Britain y en Crest of London que era lo que más recomendaban en los diversos foros.
Todo estaba abarrotado ese Domingo y encima abren hasta bastante tarde, cosa lógica con toda la gente que hay.
Para finalizar la jornada, que hicimos....¡¡pues travelcard!!. A ver la zona del Big Ben de noche. El espectáculo merece la pena y las vistas hablan por si solas.
Y como no podía ser de otra manera, volvimos en metro para el Hotel puesto que estabamos reventadísimos y dimos fin a una primera jornada completa megamaratoniana.