TERCER DÍA.- Sábado día 9 de julio
Volvimos a madrugar el sábado, aunque ese día llevaríamos una marcha más tranquila que el día anterior. Tras los trámites de rigor ya estábamos de nuevo en la calle y lo primero que hicimos fue pasarnos por la estación de trenes para comprar los billetes del día siguiente a Pisa. Directamente fuimos a las máquinas expendedoras y el menú se puede elegir en español; se trata de una operación muy simple y rápida, y al ser dos personas, sólo nos dio un billete donde indicaba dos viajeros, que nos costó 10.60 euros en total. Al tratarse de un tren de cercanías no hay asiento reservado ni tampoco día ni hora para hacer el viaje; tiene una validez de dos meses y como se ha repetido por aquí muchas veces, es importante validar el billete en las máquinas amarillas (en todas las cabeceras de cada andén existen) antes de subir al tren.
Al salir de la estación fuimos a la iglesia de STA. Mª NOVELLA que está justo enfrente. El precio de cada entrada es de 3.50 euros ya que aquí no sirve la Firenze Card, aunque sin embargo sí que es válida para el museo de la iglesia. Es ésta una iglesia muy grande, perteneciente a los dominicos, famosa por la fachada del arquitecto Leon Battista Alberti y con una vista espectacular al encontrarse en una gran plaza. Del interior me llamó la atención el fresco de Masaccio, “La Trinidad”, mural donde se utilizó por primera vez la técnica de la perspectiva; parece que el fondo realmente se meta hacia dentro de la pared.
Volvimos a aprovechar el transporte gratuito que incluye la Firenze y en la plaza de la estación tomamos la línea D para ir al PALAZZO PITTI; el autobús nos dejó justo delante del inmenso palacio que destaca sobre todo por esto, por su tamaño descomunal. Hay que volver a pasar el control de seguridad y de ahí nos acercamos, a la izquierda, a la librería donde nos validaron la Firenze y nos dieron dos entradas a cada uno que valían para visitar todas las dependencias y museos. Se trata de una visita que puede llevar todo un día completo ya que es muy grande y son varios los museos allí instalados, como el de la plata, porcelana, trajes o carruajes. En cuanto a los jardines son inmensos, en consonancia con el palacio, y con cuestas agotadoras.

Palazzo Pitti y Jardines de Bóboli
Al salir de la estación fuimos a la iglesia de STA. Mª NOVELLA que está justo enfrente. El precio de cada entrada es de 3.50 euros ya que aquí no sirve la Firenze Card, aunque sin embargo sí que es válida para el museo de la iglesia. Es ésta una iglesia muy grande, perteneciente a los dominicos, famosa por la fachada del arquitecto Leon Battista Alberti y con una vista espectacular al encontrarse en una gran plaza. Del interior me llamó la atención el fresco de Masaccio, “La Trinidad”, mural donde se utilizó por primera vez la técnica de la perspectiva; parece que el fondo realmente se meta hacia dentro de la pared.
Volvimos a aprovechar el transporte gratuito que incluye la Firenze y en la plaza de la estación tomamos la línea D para ir al PALAZZO PITTI; el autobús nos dejó justo delante del inmenso palacio que destaca sobre todo por esto, por su tamaño descomunal. Hay que volver a pasar el control de seguridad y de ahí nos acercamos, a la izquierda, a la librería donde nos validaron la Firenze y nos dieron dos entradas a cada uno que valían para visitar todas las dependencias y museos. Se trata de una visita que puede llevar todo un día completo ya que es muy grande y son varios los museos allí instalados, como el de la plata, porcelana, trajes o carruajes. En cuanto a los jardines son inmensos, en consonancia con el palacio, y con cuestas agotadoras.


Palazzo Pitti y Jardines de Bóboli
Nos fuimos dando un paseo y cruzamos el PONTE VECCHIO, tradicional parada para unas fotos, de las que dejo un par a continuación.


Nos quedaba un poco de tiempo para la siguiente parada, pues teníamos reservada una visita con guía en el PALAZZO VECCHIO; sin lugar a dudas, esto fue de lo mejor del viaje. Tras ver muchas páginas en internet llegué a http://www.palazzovecchio-museoragazzi.it/ y después de ver los distintos recorridos que ofrecen (a la izquierda dice Scopri Palazzo Vecchio) elegí “Visita ai Quartieri monumentali con camminamento di ronda”; les mandé un correo a la dirección info.museoragazzi@comune.fi.it indicando los datos que piden como actividad solicitada, día, hora, nº de personas, etc. Ellos me confirmaron que había una visita en español a las 12.30 y también me dijeron que teníamos que pagar 2 euros, cada uno, puesto que llevábamos la Firenze (es decir, esta actividad tiene un precio de 8 euros pero como al llevar la Firenze te incluye el acceso al Palazzo que son 6 euros, nos tocaba pagar esa diferencia de 2 euros. Espero haberme explicado); además cuando acabáramos la visita, podíamos volver a visitar el Palazzo en cualquier momento de ese día. Llegamos un poco antes de la hora reservada, y en el puesto de las entradas nos confirmaron la reserva y pagamos. A la hora indicada vino la guía a recoger al grupo, que seríamos unos diez, y nos llevó por un recorrido muy interesante y que sólo se puede ver si es de esta manera, hasta que llegamos a la terraza (il camminamento di ronda) donde se hacía la guardia. Aún vimos algunas salas del Palazzo, como la inmensa Sala de los Quinientos o la de los mapas.

Patio del Palazzo Vecchio

Vistas desde el camminamento di ronda
Iba siendo hora de ir a comer, así que nos pasamos por la Osteria De'Peccatori (Piazza San Firenze 14) que vimos el día anterior, pues está al lado del Bargello. Pedimos una ensalada, antipasti toscani, spaghetti allo scoglio (con mejillones y almejas, buenísimos) , 2 cervezas y 2 cafés . En total fueron 35,30 euros y aquí curiosamente sí que cobraron el pan (1,50 euros). Otro sitio turístico, del estilo de Gusto Leo, con un servicio rápido y la comida rica, rica.
Nuestro siguiente destino era SANTA CROCE aunque nada más salir del restaurante, en la misma plaza San Firenze, hay un pequeño mercadito y allí cayó un capricho. Continuamos por una calle que desemboca justo en la plaza de la Santa Croce, otra iglesia con fachada de mármol, como Sta Mª Novella o el propio Duomo. Aquí también hay que pagar, ya que la Firenze no sirve para los edificios de la Iglesia; se accede por la parte izquierda, donde está la taquilla y compramos dos entradas, a 5 euros cada una. Nos llamó la atención, antes de la entrada hay una máquina expendedora de ponchos de papel, a 50 céntimos, para cubrirse en caso de ir con los hombros al aire o pantalones o faldas muy cortos. Esta iglesia de los franciscanos destaca por su tamaño y por ser el panteón de las glorias italianas como Miguel Angel, Galileo, Rossini o Macchiavelo. Viendo el altar de frente a la derecha hay un acceso a la tienda de recuerdos de la iglesia y una serie de fotografías de la riada de 1966 que muestran los desastres de la crecida del Arno; también allí se encuentra la Escuela de Artesanos de la Piel donde se pueden comprar muchos artículos como los que vimos en los mercados de Florencia. Para salir de esta iglesia se puede acceder al claustro y a la izquierda está la Capilla Pazzi, otra obra referente en los libros de Hª del Arte.

Sta Croce

El acceso a este púlpito se hace por dentro del propio pilar, lo que muestra una vez más el ingenio de los constructores de la época, sobre todo si pensamos en los medios técnicos que contaban.

Capilla Pazzi

Ponte Vecchio
Nuestras visitas ya habían acabado y ahora nos tocaba perdernos un buen rato por el MERCADO DE SAN LORENZO donde habíamos echado el ojo a varias cosas. Hicimos las compras habituales de recuerdos para familia y amigos, y nosotros también nos dimos un par de caprichos. Aquí es donde las o los fans de los artículos de piel se pueden volver loc@s porque hay muchos puestos de bolsos, cinturones, carteras etc., y a cual de todos más bonito, eso sí, hay que llevar la cartera bien llena.
Nos marchamos al hotel a descansar un rato antes de salir a cenar. Aprovecho para dejar un par de fotografías de la habitación.


Al salir paseamos un poco por la ciudad, fuimos por la via Tornabuoni para ver las tiendas de diseñadores muy conocidos y llegamos al Ponte de Sta Trinità desde donde aprovechamos para hacernos las últimas fotos en Florencia con el Ponte Vecchio de fondo. Cenamos en la Trattoria Da Guido (via Faenza 34), y tomamos ensalada de pulpo y patata, gnocchi al pesto, bruschetta, agua grande, cerveza y café por 27,50 euros. Tienen la típica terraza en la calle (muy del estilo italiano), pero estaba llena, así que nos tocó cenar dentro. No destaca por nada en particular este sitio, pero lo importante como en todos los lugares donde comimos y cenamos, es que salimos satisfechos.
Teníamos que preparar las maletas pues al día siguiente queríamos parar en Pisa antes de ir al aeropuerto, por lo que después de la cena nos marchamos al hotel. Entre la paliza que llevábamos encima y la ola de calor que se había instalado en Italia, nuestros cuerpos nos pedían un merecido descanso.