El día de ayer fue relajado así que hoy nos preparamos para visitar toda la zona sur de la Costa da Morte. Decidimos llegar al punto más alejado, Muros, y a la vuelta ir parando por los distintos sitios de interés.
En general, las carreteras son buenas aunque sean costeras y como vengo diciendo desde el principio hay poco turismo así que cualquier viaje se hace rápido. Junto con Corcubión, Muros fue el pueblo que más me gustó. Quizás se juntó el hecho de que hacía un día muy soleado y había mucha gente pero el caso es que fue uno de los pueblos más animados que visitamos. Dimos una vuelta por todo el casco antiguo con casas decoradas en su mayoría con redes de pesca, llegamos al paseo marítimo y lo recorrimos hasta el centro del pueblo, la plaza principal con un ayuntamiento muy bonito. Visitamos la Iglesia Parroquial de Muros (antiguamente conocida por Colegiata de Santa María del Campo), de estilo gótico. Si la memoria no me falla (que con tanta iglesia es posible), dentro había una televisión que tenía un video explicativo de la iglesia, muy interesante porque contaba a quien estaba decicada cada capilla y su historia, el estilo de iglesia...
www.muros.es/es/iglesias.htm
Continuamos el viaje dirección Carnota y pasamos por Louro. Las playas son tremendamente tentadoras y me recuerdan un poco a las de la costa brava, entre pinos y acantilados. Intentamos buscar un sitio para aparcar pero se nota que hace un día estupendo y que es sábado porque aquello está lleno de coches así que desgraciadamente no bajamos del coche. De todas formas y como consejo, aunque no se tenga planeado ir de playa siempre está bien llevar a mano el bañador porque puedes encontrarte con alguna playa preciosa.
Carnota tiene la famosa playa de las dunas y es la más larga de Galicia con unos 7 kms de longitud. Además es obligada la visita al hórreo más grande que visitamos, con 35 metros, aunque no es el más largo y se creó en una disputa con el pueblo vecino de Lira que sí tiene el más grande. La carretera que sale del pueblo dirección al hórreo se estrecha tanto que por momentos me veía rondando las calles de Toledo y es en estas ocasiones cuando más se agradece que haya poco turismo, porque no quiero pensar la que se puede montar en cuanto haya más de 10 coches intentanto entrar-salir. Y eso que nuestra visita coincidió con una boda y la Iglesia de Santa Columba está justo al lado del hórreo al igual que su cementario (que también se ven a cientos como los hórreos). En el suelo que rodea la iglesia se pueden comtemplar las tumbas, ya que antaño es donde se enterraba a los lugareños y la falta de espacio hizo que se creara el actual cementario que está justo en frente a la Iglesia. No deja de dar un poco de cosa que para ir a la Iglesia tengas que ir pisando difuntos... También al lado del hórreo se encuentra su famoso palomar:
www.galiciamaxica.eu/ ...lumba.html
Se nos hace la hora de comer y paramos en O Pindo ya que hemos visto una playa también interesante. Comemos en el restaurante familiar A Revolta y a parte del pulpo (soy un enamorado de él y me llené para tener reservas un mes) nos pedimos unas almejas a la marinera y una empanada, sin duda lo mejor porque su masa no es la típica sino crujiente, creo que era hecha de millo. En resumen, comida que no decepciona a buen precio y buen trato:
HOSTAL A REVOLTA
Carretera General, 67, O Pindo, Carnota
Carretera General, 67, O Pindo, Carnota
Para hacer la digestión nada mejor que darnos un paseo por la playa donde por primera vez me atrevo a mojarme los pies. El día es bueno, la temperatura agradable (23º) pero el agua sigue estando demasiado fría y sólo algún niño se atreve con el baño.
Comidos y descansados nos dirigimos a Ezaro. Antes de entrar en el pueblo está la subida al mirador. Posiblemente ya sepáis la historia de la famosa cascada de Ezaro, del río Xallas, de unos 100 metros de caida, la única en Europa que desemboca directamente en el mar pero que "gracias" a una compañía hidroeléctrica fue cortada. Después se ha conseguido que dejen abiertas las compuertas lo suficiente como para que no deje de fluir la cascada aunque según una amiga nuestra nativa de Ezaro, nada que ver con lo que antaño se podía ver. Desde el mirador se puede divisar toda la ría de Corcubión y las vistas son inmejorables.
Bajamos a la cascada a la que se accede desde un agradable paseo de madera. Se llega hasta abajo totalmente e incluso dos intrépidos veraneantes se atrevieron a darse un baño. La tranquilidad que se respira y el sonido del agua cayendo desde la altura nos obliga a sentarnos a los pies de esta cascada y reposar durante varios minutos.
La tarde se nos ha echado encima pero aún no es tarde y la luz del día permite visitas hasta horas avanzadas así que decidimos llegar hasta el faro que sí está más occidente, el que sería realmente fin del mundo conocido para los antiguos pero no tan famoso como el de Fisterra. Se trata del faro de Cabo Touriñán. Llegar hasta allí es fácil y todo está siempre bastante bien indicado. Como casi siempre, al final se llega con una pequeña carretera pero también como casi siempre, apenas nos encontramos a nadie en el camino ni en el faro. La fama es lo que tiene pero las vistas y la paz que se viven allí son también espectaculares.
Paramos en Cee a comprar ya que es donde están los supermercados más grandes y nos vamos para casa a hacer la cena, el tercer día ha finalizado.