1-MYKONOS.
La ruta empieza en esta bonita isla, cogimos el enlace de Atenas a Mykonos de milagro por los retrasos de Iberia, y eso que teníamos 2 horas de margen, tenedlo en cuenta si reservais varios vuelos el mismo día.
Los apartamentos Marina View están bien, limpios, tranquilos y sobre todo en buena ubicación, con vistas al puerto viejo y a 10 minutos andando del centro.
El atardecer desde la terraza es muy agradable, aunque una tarde un enorme crucero nos estropeara la puesta de sol.
Buen tiempo a pesar de estar en la segunda quincena de septiembre, así que optamos por sol y playa. Nos decidimos por Agios Ioannis, en el Sur, pequeña y de agua transparente. Os recomiendo comer en el restaurante Christo’s que está en la misma playa (30 euros/2 personas).

Cenamos en la taverna Niko’s, en el pueblo, al parecer viene en todas las guías y estaba lleno, aún así nos cogieron enseguida y tanto el servicio como la comida fueron buenos (45 euros/2 personas).
Una opción económica para cenar son los Gyro’s (kebabs) que encuentras en cualquier esquina del encantador casco antiguo.
Si os apetece tomar un cóctel, os recomiendo el Skandinavian Bar, en una callejuela del centro (unos 8 euros)
[b]2-IOS
Esta pequeña isla me la recomendó un amigo italiano y no me defraudó. El ferry nos recogió con una hora de retraso, pero el traslado fue rápido y a pesar del viento apenas se notó el oleaje.
Nos quedamos en el hotel Ios Palace, buen sitio, sobre la playa de Milopotas. El servicio amable, tiene una bonita piscina y buena relación calidad/precio. Hay varias tabernas y chiringuitos alrededor donde se come bien, como la taverna Dekros (32 euros/ 2 personas). La playa, Milopotas Beach, espectacular, idílica. Según dicen, en temporada alta se llena de gente joven con ganas de fiesta. Nosotros estuvimos 2 noches en plan relax total, allí te sientes lejos de todo.

3-SANTORINI
Cogimos el ferry en Ios y en media hora nos plantamos en Santorini. Nos había costado encontrar alojamiento, la ocupación es alta en verano y los precios también, conseguimos un apartamento en Firostefani, se llaman Efterpi Villas y creo que fue buena elección. Impresionantes vistas a la caldera, desayunos en la terraza y buena atención por un precio razonable.

El atardecer es precioso, pero en general esta isla nos pareció demasiado turística, sin el encanto que tiene, por ejemplo, el pueblo de mykonos.
Para comer en Firostefani os recomiendo Akteon (25 euros/2 personas) y un italiano, Il Cantuccio (30 euros/2 personas).
El pueblo principal, Fira, está a 5 minutos en coche de firostefani, allí para cenar nos gustó La Ouzeria (comida griega, 38 euros/2 personas) y una crepería, Corner (20 euros/2 personas). Es agradable pasear por las calles de Fira y para los amantes del shopping tiene montones de pequeñas tiendas.
En una agencia de firostefani reservamos la excursión al volcán en goleta (18 euros x persona + 2 euros entrada al volcán). Me imaginaba un gran cráter con lava hirviendo al fondo…qué iluso, es sólo roca volcánica. Curioso pero nada espectacular. A la vuelta paramos en Hot Springs para darnos un baño en las aguas sulfurosas.

Al día siguiente quisimos visitar el yacimiento de Akrotiki, estaba cerrado por obras así que aprovechamos para ir a la Playa Roja que está al lado, un enclave singular, diferente. Eso sí, cubierta de hamacas como el resto de playas.

Visitamos también, en el otro extremo de la isla, la playa de Perissa, de arena negra y bajo una enorme roca. La playa nos gustó, aunque el ambiente es parecido a cualquier típica zona turística española masificada.
El último día lo reservamos para visitar Oia, un pueblo de postal, con pequeñas casas de colores, iglesias típicas y buenas vistas para echar fotos.

A la vuelta estuvimos una noche en Atenas, en el Central Hotel, con tiempo sólo para cenar y coger el vuelo a Madrid a la mañana siguiente.
En resumen, Mykonos nos gustó por su buen ambiente y su arquitectura cicládica. Ios resultó una agradable sorpresa por la tranquilidad y la belleza de Milopotas. De Santorini destacaría sus famosas puestas de sol y su particular orografía. Sin duda es un viaje que merece la pena.