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Teníamos que estar a las 9:45h en el centro de visitantes Mancha Blanca, para comenzar la ruta Tremesana a las 10h. Una vez allí nos tomaron los datos, y esperamos a que estuviera el grupo reunido. Éramos un grupo de 8 personas con guía en español, y un grupo de 8 en inglés. A nosotros nos tocó una guía muy maja, que se notaba que le encantaba su trabajo. Nos montamos en el todoterreno (a nosotros nos tocó ir delante, junto a ella), y nos dirigimos hacia el punto de inicio. En verdad, íbamos a hacer la ruta al revés, acabando en el Tremesana, y el otro grupo de 8 lo haría en el otro sentido, aparcando el coche en el otro punto, para a mitad de camino, hacer intercambio de llaves.
La guía estuvo todo el camino explicándonos cosas, tanto del vulcanismo en la isla, como de curiosidades de Lanzarote. Nos contó por ejemplo, que allí todas las casas han de ser blancas, de no más de dos alturas, y las ventanas pintadas de verde si eras hijo de campesino, de azul si eras hijo de pescador, o de color madera si no querías definirte. También nos dijo que es importante no salirse de los terrenos delimitados en el sendero, porque cualquier huella sobre las cenizas volcánicas dura muchos años, incluso pudimos ver huellas de conejos. Y nos explicó que todo aquello es tal y como lo vemos porque no hay grandes lluvias en Lanzarote, que si no el paisaje sería muy diferente ya que no se habría conservado de esa forma. Vimos también los diferentes paisajes (de cenizas, lava pahoehoe-que se arruga formando cordadas-, malpaíses…). También nos metimos dentro de un tubo volcánico.
Nos gustó mucho el paseo, que no es nada complicado, de unos tres kilómetros en un par de horas. La pega fue que hacía muchísimo viento. Pero fue entretenido e instructivo. Si se puede reservar con un tiempo de antelación es muy recomendable hacerla. Nos gustó más este paseo que la ruta en guagua, ya que aquí vas tú andando entre volcanes, además de que te explican muchas más cosas. Además, este paseo es gratuito. Si se va con tiempo, yo recomiendo hacer las dos rutas.
Tras hacer la ruta, volvimos hacia el Monumento al Campesino, donde comimos un par de tapas: una de papas arrugás con mojos y una de quesos. Y luego dos cortados. Todo por 13,35 €. Después de comer aprovechamos y dimos una vueltecita por el museo, que el otro día no habíamos podido ver.
Luego volvimos al hotel a descansar hasta la hora de cenar. Y tras la cena fuimos a dar una vuelta por la Avda de las Playas y nos tomamos unos cocktails en Golden Corner Cocktail bar. Tras el cocktail nos invitaron a chupitos de baileys con nata. Nos salió por unos 15 €.
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Contando con protección desde los años setenta, se ha librado de repoblaciones salvajes. Hay todavía en España bastantes espacios donde disfrutar de la variedad de los bosques autóctonos así que, esta vez uno y en otra ocasión será otro
