![]() ![]() Museo Cerralbo ✏️ Diarios de Viajes de España
El Museo Cerralbo se encuentra situado en la calle Ventura Rodríguez nº 17, metro Ventura Rodríguez (el más cercano), Noviciado o Plaza de España. Abre todos los días excepto los lunes, de martes a sábado de 9,30 a 15 horas, domingos y festivos de...El Museo Cerralbo se encuentra situado en la calle Ventura Rodríguez nº 17, metro Ventura Rodríguez (el más cercano), Noviciado o Plaza de España. museocerralbo.mcu.es/ ...isita.html Abre todos los días excepto los lunes, de martes a sábado de 9,30 a 15 horas, domingos y festivos de 10 a 15 horas y los jueves por la tarde de 17 a 20 horas. Un poco de historia Este museo recibe este nombre de D. Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo, dueño del edificio y experto coleccionista que donó al Estado todo el conjunto para que este lo dedicara a museo. El marqués de Cerralbo fue un conocido carlista que llegó, incluso, a ser el representante del pretendiente al trono D. Carlos de Borbón y Austria-Este y recibió de D. Carlos las órdenes del Toison de Oro y también la Orden del Espíritu Santo. A nivel político llegó a ser senador. D. Enrique fue un afamado arqueólogo tanto a nivel nacional como internacional que llevó a cabo numerosas excavaciones arqueológicas pagando de su bolsillo el costo de las mismas. Llegó a ser miembro de la Real Academia Española así como de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, miembro de la Pontificia de Roma, del Instituto Imperial de Berlín y miembro honorario de otras muchas instituciones. A nivel privado el marqués casó en 1871 con Dª Inocencia Serrano y Cerver que tenía dos hijos de un matrimonio anterior. Esta familia se dedicó a visitar toda España y Europa, recopilando todo tipo de obras de arte procedentes de estos países así como objetos de artesanía, arqueológicos, o pertenecientes a las denominadas artes decorativas. Todo ello con el afán de erigir un museo con estas obras imitando a las conocidas galerías italianas. Falleció el 27 de agosto de 1922, en el edificio del museo y en su testamento donó todos sus hallazgos arqueológicos al Museo Arqueológico Nacional, los paleontológicos al Museo de Ciencias Naturales y el resto lo donó para que se constituyera un nuevo museo, el que hoy conocemos como Museo Cerralbo. El edificio se construyó entre los años 1883 y 1893 en un estilo clasicista en el que se emplearon tanto la piedra como el ladrillo que le dieron un aspecto estético y bello. Tiene 4 torreones y un bonito cenador de forma hexagonal. El interior se desarrolla en torno a un patio interior central y consta de 4 plantas. En la planta baja se encontraban las dependencias auxiliares: cocinas, cuartos de plancha y lavadero, almacenes, despensas, cocheras, etc. En la entreplanta se encontraban las habitaciones privadas de los marqueses y en la primera planta se asentaron las salas de recibir y los salones de representación. Por último en las buhardillas se ubicaron los archivos y otras áreas de servicio. El edificio ha sufrido algunas transformaciones a lo largo de los años. La primera se produjo al fallecimiento del marqués pues sus habitaciones privadas fueron dedicadas a habitaciones de verano ya que su orientación así lo aconsejaba. La segunda y más destructiva se produjo en los años 40, cuando se remodelaron todas las estancias a fin de obtener salas diáfanas donde poder exponer los fondos del museo atendiendo a una concepción museística más que a mantener el edificio en su inicial concepción de vivienda. Desgraciadamente esto supuso la desaparición de las dependencias auxiliares, como cocinas, cocheras y otros. En la actualidad, desde la última reforma, se ha procedido a devolver a las estancias su antiguo uso y se han vuelto a amueblar las salas de acuerdo a su función original, comprando muebles en anticuarios o provenientes del Palacio de los marqueses en Santa María de Huerta. Visita del museo Se accede al museo desde un gran portón que da acceso al zaguán. Este portón de roble permitía el acceso de carruajes y en esta misma planta se encontraban las caballerizas antiguas. En la actualidad este espacio está ocupado por salas de exposiciones y el salón de actos. Una vez traspasado el zaguán nos encontramos con la majestuosa Escalera de Honor que se divide en dos, una nos conduce al entresuelo y las habitaciones particulares y la otra nos lleva hasta el piso primero y las dependencias de representación. La visita se inicia en el entresuelo, una vez adquiridas las entradas correspondientes. Unos muy amables conserjes nos darán indicaciones de cómo proseguir nuestra visita. En el entresuelo podremos ver diversas salas amuebladas según la época. Hay que fijarse bien en los objetos que nos rodean pues son de una gran calidad y valor, desde las lámparas de techo Hasta el entelado que cubre las paredes del llamado salón amarillo, en brocado de seda natural Pasando por bargueños y escritorios sin olvidar los cuadros que cubren las paredes así como las fotografías antiguas que nos hablan del carlismo y de política. Hasta llegar al dormitorio del marqués, en el que podemos apreciar una preciosa cama mallorquina y un armario ropero de los que ya no se ven. En la sala que llaman recibimiento de verano (en el plano señalada como 1) hay una puerta que da acceso al jardín, podemos abrirla y traspasarla para dar un pequeño paseo por el mismo. El jardín actual está reconvertido siguiendo unos bocetos que elaboró el propio marqués, pero no se ha conservado el jardín original. En esta planta se encuentra la Sala de Confianza, que era la sala destinada a recibir a las visitas de “confianza”: parientes y amigos a los que se introducía en la parte privada de la casa. Repleta de cómodos sillones, sofás y diferentes mesas para poder atender distintas visitas o poder realizar diferentes actividades. Esta sala está presidida por la más bella lámpara de cristal veneciano que yo he visto hasta ahora. Y como siempre no os olvidéis de observar con atención pues contiene una enorme cantidad de jarrones, relojes, cuadros, figuras de porcelana, muebles de una gran riqueza. Para poder continuar nuestra visita tenemos que volver de nuevo a la Escalera de Honor y subir hasta el primer piso donde encontraremos los salones más lujosos y representativos de la casa. Pero no nos olvidemos de admirar la escalera pues no tiene desperdicio, desde la balaustrada de hierro bellamente trabajada hasta la magnífica lámpara, pasando por los tapices o los mármoles que cubren las paredes. Y aquí estamos en el primer piso Lo primero que nos encontramos en la impresionante armería que contiene una de las mejores colecciones de armas antiguas, incluyendo armaduras de hombres y caballos, espadas, espadines, dagas, vizcaínas, navajas, puñales, alabardas, escopetas, pistolas, pistolones, arcabuces, Y unos techos que quitan el hipo Y al fondo la sala árabe, acogedora salida decorada con objetos orientales, unos árabes pero muchos de ellos proceden de Japón y otros lugares de oriente. Y escondida entre estas impresionantes salas nos encontramos con la sala del baño, que aprovecha un rincón inutilizable. Una estupenda bañera de mármol ocupa el espacio con estupendas vistas a la calle. Es curioso que en esta zona nos encontremos con un vestidor, el del señor marqués. Esto se debe a que en aquella época aprovechaban el momento de vestirse para recibir a sus secretarios y dictar cartas o enterarse de las noticias de última hora mientras se vestían. De nuevo fijaros en los suntuosos armarios y su magnífica factura y el precioso mueble con lavabo que se encuentra al fondo de la sala, con todos los útiles para la higiene diaria. También en esta planta se encuentra el comedor de gala, el salón de billar y otros saloncitos de recibir. Pero a mí lo que más me gusta es la biblioteca. Un lugar acogedor, entrañable, lleno de libros bellamente encuadernados y debidamente protegidos en sus armarios cerrados, sin olvidar su correspondiente mesa y acogedoras butacas para leer con comodidad. Fijaros en la excelente lámpara, construida de forma que ilumina la mesa pero no los libros, de manera que se pueda leer sin dañarlos. Consta de dos pisos y está todo ello construido en madera. En esta planta la galería que rodea el patio interior está configurada como una verdadera galería de arte en donde se exponen las mejores obras de arte, las paredes están llenas de cuadros de forma que no hay un hueco vacío, entre los cuadros se exponen jarrones, estatuas, sillas de exquisita factura. Hasta los techos son utilizados para la exposición de los cuadros. Y por último la joya del edificio: el Salón de Baile. En esta sala los suelos son de madera, los espejos recubren las paredes multiplicando las luces hasta el infinito, los techos adornados con frescos y magníficos sofás ofrecen asiento a las damas. Y, escondido entre esta barroca decoración, se encuentra la orquesta, el lugar donde se sitúan los músicos, imprescindibles para poder efectuar esta actividad. Y con esto terminamos nuestra visita a este magnífico museo. Espero que os haya gustado tanto como a mí. Índice del Diario: El Madrid olvidado
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