El parque histórico de Sukhothai ✏️ Diarios de Viajes de Asia Sudeste

Al día siguiente nos levantamos a las 3 y pico de la mañana e hicimos el check-out. Tal y como nos habían prometido la noche anterior, nos entregaron sendas cajas de desayuno con bollería, una pieza de fruta, un paquete de zumo, otro de leche y quizás alguna cosa más que no recuerdo. Pedimos un taxi en conserjería y me dijeron que pondría el taxímetro o que lo pidiera. No me enteré muy bien, pero en cualquier caso al taxista no le dio la gana de ponerlo por más que lo pedí y como eran las 4 de la mañana y no me apetecía perder tiempo buscando otros taxis, pues seguimos, a ver por dónde salía la broma. Y la broma salió por 600 baths. Ya que no había querido poner el taxímetro yo no debería haber cometido el error de no negociar el precio, así que ahora no me quedaba más remedio que pagar ese disparate sin rechistar. ¡Por tonto! .

La compañía con la que volábamos a Sukhothai era Bangkok Airways. Me sorprendió gratamente que nos llevaran a una sala vip de espera, porque es algo que supongo sólo tienes cuando compras un billete de primera clase y eso en el caso de que lo haya. Para tener acceso a la sala sólo hay que enseñar el pasaporte y la tarjeta de embarque. Una vez dentro puedes hacer uso de los ordenadores para conectarte a Internet, leer las revistas y periódicos que hay, degustar el pequeño buffet que hay o simplemente descansar hasta que llega la hora de embarcar . El vuelo salía a las 7 de la mañana y fue puntual. A pesar de que íbamos 4 gatos no me esperaba que fueran a poner un desayuno. En menos de 2 horas ya llevaba 3. Llegamos puntualmente sobre las 8 de la mañana al aeropuerto de Sukhothai, que es como del tamaño de la casa de Pin y Pon, muy coqueto, con sus jardines, un lago con una pagoda en su interior, el edificio principal de madera de teca con forma de templo que parece de juguete. Allí mismo contratamos el servicio de traslado al hotel con las furgonetas de Bangkok Airways. El precio sigue siendo el mismo que viene en el hilo que hay en el foro sobre Sukhothai, es decir, 300 baths.

Tardamos cerca de 45 minutos en llegar hasta el Tharaburi Resort, situado cerca de lo que es el parque histórico. Pagué por adelantado y pedí que me hicieran la reserva del transporte al aeropuerto para el día siguiente, aunque no me fiaba demasiado de que se hubiera enterado, porque el que atendía la recepción chapurreaba tan sólo el inglés. Por suerte, a pesar de ser las 9 de la mañana podíamos acceder a la habitación, aunque por lo que me fijé el hotel estaba más vacío que lleno. La habitación que yo había reservado era una doble grand deluxe con camas gemelas y se ajustaba a lo que había visto en alguna de las fotos de Booking, o sea, fea de remate . Cuando hice la reserva no me di cuenta de que dentro de la categoría de habitaciones grand deluxe, la que tenía 2 camas era la peor. Más pequeña, muy oscura (muebles de madera de teca, puerta de acceso al jardín cerrada) y la decoración no estaba muy allá.

Las habitaciones con una sola cama eran más grandes, estaban mejor decoradas y eran mucho más luminosas, al tener un ventanal enorme con vistas al jardín. Eso sí, el cuarto de baño estaba muy bien con su bañera de hidromasaje, de no ser porque en ésta había una rana o un sapo que no se movió de allí en todo el día . Deberíamos habernos quejado y pedir un cambio de habitación, que las había y mejores, pero nos conformamos tontamente. El motivo principal por el que habíamos elegido este hotel era por el estilo rural que tenía, el jardín tropical, los canales con agua, pero a la hora de la verdad se notaba que le faltaba mantenimiento y sobre todo mucha limpieza, porque había mobiliario sobre el que parecía que no se había pasado un trapo durante semanas.

El de recepción del hotel nos ofreció llamar a un tuk-tuk por 450 baths durante 3 horas y como nos pareció bien de precio, pues aceptamos. Para el que quiera bicicletas, también se pueden alquilar. Al conductor ni le tuvimos que decir que queríamos ver, sino que nos fue llevando a los templos más interesantes del parque histórico. A diferencia de Ayutthaya, Sukhothai sí que me pareció un verdadero parque con sus jardines y lagos, todo muy bien adecuado. Desde el primer momento sabía perfectamente que me iba a gustar.

A principios del siglo XIII el territorio en torno a las ciudades de Sukhothai y Si Satchanalai se encontraba dominado por los jemeres. A mediados del siglo XIII su poder había disminuido y un conjunto de gobernadores tailandeses de la región saquearon las guarniciones jemeres y se fundó el reino de Sukhothai, en torno al 1250. Por la época del tercer rey, Ramkhamhaeng, el imperio se había extendido por el norte hasta zonas de Laos, por el oeste a zonas costeras de la actual Myanmar y por el sur a zonas costeras de Malasia. Con este rey se creó el alfabeto tailandés e incluso Sukhothai produjo su propia moneda para facilitar el comercio. Después de este rey, el reino de Sukhothai fue perdiendo poder y muchos territorios se hicieron independientes o se anexaron al reino de Ayutthaya, hasta principios del siglo XV en el que el reino de Sukhothai quedó totalmente integrado en el de Ayutthaya. En el parque histórico de Sukhothai se puede observar todavía la influencia de la cultura jemer.

En primer lugar fuimos a visitar el Wat Mahathat, el más antiguo y grande de los templos de Sukhothai, considerado como el centro espiritual de la antigua capital. Está rodeado por una muralla de 200 metros de lado y un foso, contiene cerca de 200 estupas con forma de capullo de loto, los restos de algunos templos con esculturas de Buda, las columnas del templo en el que pudo estar la escultura sedente de Buda que actualmente se encuentra en el templo Wat Suthat de Bangkok.

Estuvimos un buen rato paseando por los jardines entre todas las ruinas diseminadas porque era un lugar verdaderamente idílico. La entrada para los templos que se encuentren en el recinto central cuesta 100 baths. También se puede alquilar una audioguía que sirve para realizar la visita de varios templos.

Nuestra siguiente visita fue el santuario budista Wat Si Sawai, de los siglos XII-XIII. Su principal característica son las tres pagodas de estilo jemer que tiene. Este santuario inicialmente fue construido como un templo hinduista y está rodeado por un foso.

Las dos siguientes paradas fueron los templos Wat Traphang Ngoen y Wat Sa Si. Del primero fue interesante contemplar que lo que en otros tiempos tuvo la función de sala de ordenación estaba en una isla en medio de un lago. Luego en "tierra firme" pudimos ver una estupa, los restos de un templo con una escultura sedente de Buda y otras figuras de Buda en posición erguida.

En cuanto al Wat Sa Si o monasterio del Estanque Sagrado, sólo cabe una palabra: espectacular . En realidad no se conserva mucho más que del anterior, es decir, una estupa con forma de campana o estupa de Sri Lanka, las columnas de un templo y otra figura sedente de Buda, pero su ubicación es lo que lo hace tan especial, pues se alza en una isla a la que se llega cruzando por una pasarela de madera. El lago está lleno de flores. El hecho de que la sala de ordenación estuviera en medio del lago indicaba pureza (significado del agua en el budismo). Como curiosidad, este templo estaba atravesado por una carretera hasta 1978, pero conscientes del daño que se estaba ocasionando, el departamento de Bellas Artes decició construir una nueva alrededor del lago.

Seguimos en el tuk tuk, que es éste de la foto por cierto

hacia el monumento dedicado al rey Ramkhamhaeng, una estatua de bronce sentada sobre un trono. Este rey, aparte de expandir el reino de Sukhothai, crear el primer alfabeto tailandés o establecer el budismo theravada como religión, estableció comercio con China, realizando un viaje en tiempos del emperador Kublai Khan y otro tras su muerte, del que regresó a Sukhothai con artesanos chinos que explicaron a los tailandeses el arte de la cerámica. A poca distancia de este monumento está la réplica de una campana que el rey Ramkhamhaeng proporcionó al pueblo para que la tocaran en caso de que quisieran realizar alguna petición o apelación. Normalmente quien va a visitar el monumento para presentar sus respetos al rey o simplemente ver el monumento, suele tocar la campana un total de 3 veces, que proporciona buena suerte. Yo sólo la toqué una vez, así que no sé qué me habrá proporcionado .

Seguimos nuestro particular itinerario con el templo Wat Sorasak, construido en el siglo XIV. La atracción principal de éste es una estupa con forma de campana montada sobre una base cuadrada de ladrillo que está decorada con 24 esculturas de elefantes en ladrillo recubiertas de estuco. Es el motivo de decoración del budismo de Sri Lanka que se introdujo en Sukhothai en esa época.

Salimos hacia la zona norte del parque para ver el Wat Si Chum, donde destaca la sala exterior para rituales públicos que contiene una gran estatua sedente de Buda de unos 15 m hecha de ladrillo y estuco. Por lo visto por el muro interno izquierdo hay unas escaleras que llevan hasta el tejado y en él hay losas de pizarra decoradas con grabados de los cuentos del Jataka, relatos de transmisión oral que hablan sobre las vidas pasadas de Buda y las enseñanzas budistas. Quizás estaban cerradas al público porque a mí no me pareció ver ningunas escaleras o quizás no me enteré. De paso pude ver un poco de fauna local y alguna gente de la zona trabajando .

Lo último que vimos antes de regresar al hotel fue el Wat Phra Phai Luang, también en la zona norte y extramuros. Tiene tres pagodas jemeres del siglo XII más grandes que las de Wat Si Sawai y pudo haber sido el centro de Sukhothai cuando estaba gobernado por los jemeres de Angkor.

Regresamos al hotel a eso de las 2 del mediodía y nos fuimos derechos a comer al restaurante, que estaba más vacío que lleno. Fue complicadillo saber que pedir porque la mayoría de las cosas que había eran fritas, unas no sabíamos ni qué eran y otras no me parecían especialmente apetecibles, como ciertas sopas o currys con cabeza de pescado. En cualquier caso acertamos con lo que pedimos y estaba buenísimo y encima barato .

- Entrante de tempura variada: Deliciosa.
- Curry rojo con gambas
- Fuente de fideos amarillos con hierbas tailandesas
- Bebidas: Agua mineral, granizado de sandía y batido de plátano.

El total no lo recuerdo muy bien, pero estuvo entre los 600 y 700 baths. ¡Una ganga!

La tarde no fue gran cosa y la pasamos entre la piscina, leer un poco y una siesta de 2 horas que me eché. Después me hubiera gustado ir a cenar al hotel Legendha por aquello de que en la página web del hotel ponía que todas las noches hacían un espectáculo de danza, pero finalmente lo dejamos pasar y como tampoco teníamos apuntado ningún otro restaurante al que mereciera la pena ir en la ciudad, pues nos quedamos de nuevo a cenar en nuestro hotel. La cocinera o una camarera fue muy amable cuando tras pedir la primera vez fue a nuestra mesa para decirme que no me recomendaba un plato de gambas que había pedido yo, ya que al ser crudas (eso me pareció entenderle) podía hacer que visitara el cuarto de baño con más frecuencia de la deseada. Finalmente, por dos platos de fideos, dos batidos de plátano, agua mineral y un postre creo que la cuenta nos salió por unos 600 baths. El horario de este restaurante por el día no sé muy bien cuál será, quizás de 1 a 3, pero el de la noche era de 7 a 9. De hecho estábamos terminando de cenar y ya estaban montando los recipientes para el desayuno buffet. A mí no me pareció muy higiénico que dejaran los platos al aire libre, estando en el campo y en un hotel lleno de bichos . A eso de las 9 de la noche el hotel estaba más que cerrado y casi a oscuras y lo único que se podía hacer si acaso era mirar Internet o leer algún libro, con permiso de todos los mosquitos que había y otros bichos. Sólo por las paredes y el techo de la recepción conté como 10 ó 12 lagartijas o salamanquesas, así que preferí retirarme a la habitación no vaya a ser que me cayera algo en la cabeza .

A la mañana siguiente me desperté con un hombre bastante mayor empleado del hotel, que no se cuáles serían sus funciones, que quería entrar en la habitación no me acuerdo por qué motivo . Decir que las puertas al ser de madera de teca y antiguas, no encajaban demasiado bien y a pesar de echar la llave se podían abrir sin demasiada complicación. Una vez espantado el hombre, comprobamos que no había agua en el cuarto de baño: ni lavabo, ni ducha ni nada. ¡Fantástico! Nos contaron que había algún problema y nos dieron acceso a otra habitación para asearnos. En cuanto al desayuno, parece que normalmente es a partir de las 7 de la mañana, pero como a esa hora nos tenían que recoger para ir al aeropuerto, pues nos dijeron que se podía a las 6:30. En cualquier caso dio lo mismo, porque apenas si desayuné. Entre lo básico que era el buffet, que la mitad de las cosas no sabía lo que eran o no me apetecían a esa hora de la mañana y el recuerdo de ver los platos puestos por la noche a la intemperie, me quitaron las ganas.

Como resumen del hotel, decir que el estilo rústico era interesante, pero se le veía falta de mantenimiento y de limpieza, que hasta cierto punto puede ser comprensible en un establecimiento que está en el campo y con las puertas abiertas de par en par todo el día, pero a algunas cosas se les veía una capa de polvo o de mugre demasiado antigua. Si a eso le añadimos un desayuno tan básico, pues haber pagado 85 euros por una noche se me antoja extremadamente caro después de costar un hotel de lujo como el de Bangkok sólo 70 euros .

A eso de las 7 de la mañana ya estaban esperándonos para llevarnos al aeropuerto de Sukhothai y desde allí tomar un vuelo hacia Phuket con escala en Bangkok.