El viaje a Londres tocaba a su fin, y curiosamente ese era el día que mejor tiempo íbamos a tener
Por fin salía el sol más de cinco minutos, justo cuando teníamos que irnos, pero había intención de aprovechar un poco la mañana viendo alguna cosa, sin querer ser muy ambicioso para luego andar estresados.
El vuelo a Madrid salía del aeropuerto de Gatwick a las 17:05, por lo que la estimación era que teníamos que salir desde la estación Victoria a más tardar a las dos de la tarde para andar sin apuros. Y a partir de ahí ¿qué podíamos hacer?
La opción que finalmente escogimos fue acercarnos a los almacenes Harrods, y luego a un sitio que venía marcado en el plano como catedral de Westminster, y fue lo que decidimos hacer. A todo pasado puede reconocer que nos equivocamos con esta elección
y quizás habríamos ganado más yendo de paseo por Hyde Park, que estaba más cerca del hotel y acabamos sin ir ningún día (y ese martes al menos estaba soleado y quizás invitaba). Pero bueno, tampoco es algo de lo que nos estuviésemos tampoco lamentando en exceso.
PREPARATIVOS Y MALETA
Nos tomamos con calma ese día. Lo primero que íbamos a hacer era prepararnos y bajar a desayunar. Después nos planteamos prepararnos unos bocadillos para comer en el aeropuerto, así que recordamos que había un "Spar" enfrente justo de la parada de metro de Queensway, y nos fuimos a comprar las cosas básicas, en este caso pan, fiambre, un par de botellines de agua mineral ("still water", cuidado con ese matiz porque si nó os pueden dar agua con gas), e incluso una tableta de chocolate de la marca "Cadbury", que es difícil de encontrar en España y que está muy bueno.
Regresamos al hotel, precisamente a preparar los bocadillos y hacer las maletas, con calma para no tener luego que lamentarnos de olvidarnos algo en el hotel. Últimos vistazos a la habitación y ya bajamos a la recepción a dejar las maletas; sin problemas porque le dijimos a la persona que estaba en recepción que volveríamos sobre la una o una y media a por ellas. Eso sí ese servicio es mejorable, ya que la consigna era muy pequeña y había varias maletas hacinadas en los pasillos.
No obstante y en general la estancia en el "Comfort Inn Hyde Park" había sido bastante agradable, con una habitación pequeña, pero con una cómoda cama, y baño también pequeño pero igualmente moderno, y el desayuno estuvo bien. Es decir, lo recomiendo para quien vaya unos días a Londres, ya que es relativamente céntrico (aunque siempre vas a tener que tirar de metro) y de precio estaba bien.
¿A QUÉ HEMOS IDO A HARRODS?
La visita a Harrods era algo que ciertas guias de viaje recomendaban, aunque ya advertían que la mayoría de visitas iban, miraban y si compraban algo eran unas cajitas de té o similar, ya que los precios eran prohibitivos. Así que último día que hicimos el "ritual" de llegar a la parada de "Queensway", comprar dos "travelcards" fuera de horario punta (ese día además pasarían de las diez de la mañana cuando llegamos) y coger la línea "central" (roja), antes de hacer dos trasbordos, aunque el trayecto no era muy largo. Primero cuatro paradas hasta "Bond Street", cogimos la línea "Jubilee" (gris), una parada hasta "Green Park", y allí cogimos la línea "Picadilly" (azul), donde tras dos paradas llegamos a "Knightsbridge", que era la que te dejaba a los pies de los grandes almacenes.
En la práctica estábamos en el otro extremo de Hyde Park. Y en esa estación está debidamente señalizada la salida hacia "Harrods". Eso sí, hay que ir por un largo pasillo para llegar a esa boca de metro que te deja a los pies de los grandes almacenes.
La verdad es que la vista que tienes al salir llama mucho la atención, ya que la fachada es bonita y es habitual sacarse la foto de "guiri"
.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero una vez que entramos, también os digo que no tardamos en salir. Entramos y llegamos a la sección de moda, donde los vestidos y ropa en general tenían un precio que daba miedo verlo, y ni siquiera tocarla (no os esperéis lo del "Corte Inglés" donde la gente coge la ropa para comprobar tallaje, etc.), así como en la sección de electrodomésticos o una de alimentación que, por supuesto, era "delicatessen" y a precios también prohibitivos.
Hay que decir, que "Harrods" estaba prácticamente vacío por dentro, aunque la disposición del centro comercial es distinta por ejemplo al "Corte Inglés". Son habitaciones pequeñas comunicadas unas con otras y en la mayoría de ellas estábamos solos, rodeados por siete u ocho vendedores que no paraban de mirarte, por lo que pasamos muy rápido.
No sé, la sensación no fue muy cómoda, por lo que no tardamos en salir. La verdad es que nos pareció mucho que era un centro comercial para "ricos" y para que los pobres admiremos la opulencia de los que tienen dinero
Así que en mi opinión es una visita que os podéis ahorrar perfectamente.
LA CATEDRAL CATÓLICA DE WESTMINSTER
Aún teníamos tiempo antes de ir a por las cosas al hotel, y en el plano de Londres había visto un punto un poco más alejado de la zona donde están la mayoría de atractivos que venía reflejado como "catedral de Westminster" (no confundirse con la Abadía de Westminster que no tiene nada que ver).
Y no sabíamos si nos iríamos a perder algo inexcusable, pues tiramos otra vez de metro, ya que estaba cerca de la estación Victoria. Lo cogimos en la misma estación de antes, Knightsbridge, la línea de Picadilly (azul oscura) y tras una parada llegamos a la estación de South Kensington, donde tuvimos que hacer trasbordo a la línea "circle" (amarilla) desde la que tras dos paradas llegamos a la concurridísima estación "Victoria", donde un rato después tendríamos que regresar, porque era desde allí donde tendríamos que coger el tren al aeropuerto.
Salimos, y nos liamos un poco con el plano, porque allí hay una sucesión de avenidas, calles perpendiculares y edificios un poco más alto que en la zona más turística de Londres, con lo que tardamos en ubicarnos ya que cogimos alguna calle que no era.
Además, en la línea de Londres, numerosos edificios modernos, que no parecía que fuese a haber una catedral por allí, hasta que de repente... Apareció un lateral de un edificio grande de ladrillo
¿sería eso lo que estábamos buscando?
Lo bordeamos y llegamos a la fachada principal. Efectivamente, era la catedral de Westminster. Pero tiene la peculiaridad de que es la catedral católica, reconocible por la cantidad de banderas del Vaticano que hay. Es grande, pero no nos pareció nada del otro mundo, vamos, y al resto parece que tampoco, porque creo que éramos los únicos que estábamos de turistas por allí.
Así que fotos de rigor, y a no perder más tiempo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
ÚLTIMA VISITA A PORTOBELLO Y A RECOGER LAS COSAS AL HOTEL
Tenía la cosa metida de habernos perdido el mercado de Portobello el primer día que llegamos (sábado) por lo que no me resignaba a ver por lo menos el ambiente que había, y además la parada de Notting Hill estaba ya cerca del hotel.
Ya íbamos un poco más justos de tiempo, así que habría que ir un poco a la carrera. Cogimos el metro en Victoria, y la línea "Circle" (amarilla) que a esa hora iba bastante concurrida. No hay trasbordos hasta Notting Hill Gate, pero sí cinco paradas.
Allí estábamos, y nos metimos rápidamente por la calle Pembridge hasta el inicio de "Portobello Street", calle inmensa donde se ubica el mercado. Sin embargo, estábamos a martes y ya era cerca de la una del mediodía, y allí estaba todo casi desierto. Eso sí, algunas tiendas de ropa y más bien ambiente y estética mod, pero poco más.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Habría ido un poco más allá en la calle, pero tampoco era cuestión de arriesgar, había que retroceder e ir ya hacia el hotel a por las cosas, para luego no tener que ir con agobios al aeropuerto. De nuevo entramos en el metro en "Notting Hill Gate" , ya que a través de la línea "central" (roja) en una parada estábamos de nuevo en "Queensway", al lado del hotel.
Como tenía aún unas pocas libras sueltas, paré en la tienda de souvenirs regida por hindús, enfrente de la estación de metro. Y lo aproveché para comprar imanes la cabina, lápices, y demás cosas, para poder de paso tener algún detalle con familiares y demás.
Al llegar al hotel, no tardamos ya nada. Pasaba ya de la una del mediodía, nos dieron rápido las maletas y nos dirigimos de vuelta a la parada de metro de "Queensway"; últimos instantes pateando las calles londinenses. Una ciudad que nos había enganchado en estos días a pesar del mal tiempo y que solo el último día nos había salido el sol con cierta continuidad.
TRASLADO Y ESTANCIA EN EL AEROPUERTO DE GATWICK (UN AEROPUERTO BASTANTE FUNCIONAL)
El trayecto de Londres al aeropuerto fue más tranquilo que la ida, por lo menos en cuanto agobio de gente. Igual es que por la hora, entre la una y las dos de la tarde la ciudad está más parada, o tal vez que en Victoria ya no había que hacer cola alguna para sacar billetes, como nos pasó con el agobio del metro al llegar.
Última vez que accedíamos al metro en "Queensway" y haciendo el trayecto a la inversa que cuando llegamos. Cogimos la línea "central" (roja) hasta "Óxford Circus", cinco paradas, y allí hicimos trasbordo a la línea que precisamente se llama "Victoria", y que tras dos paradas nos dejó en la conocida "Estación Victoria".
Desde ahí todo fue más sencillo que a la ida y la sensación era de que había mucha menos gente en el hall principal. Teníamos ya los billetes de antes de viajar a Londres así que había que ir directamente a las vías del tren, estando perfectamente señalizado con grandes carteles dónde se ubicaba el "Gatwick Exprés".
Llegamos al torno donde había una azafata pasando los billetes por el lector de códigos QR y al llegar vimos en un andén que quedaban 18 minutos para que llegase el siguiente tren, pero en otro ya había otro tren dispuesto a salir hacia el aeropuerto que fue el que cogimos, con lo que todo fue muy rápido.
En este tren íbamos muy cómodos ya que no había mucha gente. Al ser un tren directo, era también más caro y seguro que nos hubiese compensado coger alguno de los cercanías que con un precio mucho menor también llegaba, 15 minutos más tarde porque paraba en estaciones intermedias.
El tren sirvió también de momento de relax, durante la media hora que duró el trayecto hasta que por fin llegamos a la pequeñita estación del aeropuerto.
Desde allí, subiendo unas escaleras, llegamos rápido a la zona de facturación y buscamos el de Air Europa, que no fue nada difícil de encontrarlo. Hicimos un poco de cola, tampoco mucha" y facturamos inmediatamente. Eso sí, la persona que estaba facturando no tenía ni idea de castellano y había que entenderse en inglés, algo sorprendente en una aerolínea española, pero bueno, si se supone que has sobrevivido varios días en Londres, se supone también que te defiendes básicamente en inglés.
Maletas facturadas, y ya nos fuimos a los primeros asientos que encontramos, antes de acceder al arco de seguridad, para comer los bocadillos que nos habíamos preparado. Lo hicimos antes, porque en el arco nos harían tirar los botelllines de agua que teníamos.Así que tranquilamente en un aeropuerto que tampoco tenía mucho agobio, comimos los bocadillos.
...Y HASTA LUEGO LONDRES
A diferencia, de la llegada, con los controles de documentación, en esta ocasión todo fue más rápido. Pasamos el control de pasaportes, en nuestro caso DNI, donde ya dejas constancia de que te vas y que inmigración no va a tener que preocuparse de buscarte si te quedas más días de los debidos.
El arco de seguridad también lo pasamos rápido y después de eso llegamos a una amplia zona comercial. Numerosas tiendas de todo tipo; serían las tres de la tarde y hasta que despegase el vuelo tendríamos tiempo de dar paseos por allí. A mí me llamó la atención unos peluches de la mascota de los Juegos Olímpicos de Londres, pero el precio era desorbitado
No recuerdo si 20 libras por un peluche pequeño, así que descartado.
Todo era muy funcional, porque en esta zona comercial, estaban los monitores desde donde te llamaban para que accedieses a la puerta de embarque correspondiente, pero la espera la hacías en la zona comercial. Así que cuando nos llamaron sobre las cinco menos cuarto, todo fue muy rápido. Llegada a la puerta correspondiente, nos cogieron los billetes y montamos en el avión.
En algo menos de dos horas y media estábamos en Madrid, recordando que en España es una hora más que en Inglaterra, por lo que tuvimos que hacer el cambio en el avión y al llegar eran las ocho y media aproximadamente.
Llegamos a la T1, pasamos rápidamente por el control de DNIs de la policía nacional y tras coger las maletas nos fuimos al parking de los hoteles, desde donde teníamos que llamar a un teléfono móvil que nos había facilitado el hotel "SHS aeropuerto".
A esa hora había bastante gente esperando, por lo que tuvimos que esperar al segundo coche que nos vino a buscar, pero no pasaron 15 minutos desde que llamamos por lo que el servicio fue rápido. El hotel no nos gustó, pero el parking de larga estancia era bastante eficiente. En apenas cinco minutos el servicio "shuttle" nos dejó en el hotel y allí liquidamos la cuenta y ya cogimos nuestro coche.
Ahí se acababa nuestro viaje a Londres, en cuatro intensos días.


El vuelo a Madrid salía del aeropuerto de Gatwick a las 17:05, por lo que la estimación era que teníamos que salir desde la estación Victoria a más tardar a las dos de la tarde para andar sin apuros. Y a partir de ahí ¿qué podíamos hacer?
La opción que finalmente escogimos fue acercarnos a los almacenes Harrods, y luego a un sitio que venía marcado en el plano como catedral de Westminster, y fue lo que decidimos hacer. A todo pasado puede reconocer que nos equivocamos con esta elección


PREPARATIVOS Y MALETA
Nos tomamos con calma ese día. Lo primero que íbamos a hacer era prepararnos y bajar a desayunar. Después nos planteamos prepararnos unos bocadillos para comer en el aeropuerto, así que recordamos que había un "Spar" enfrente justo de la parada de metro de Queensway, y nos fuimos a comprar las cosas básicas, en este caso pan, fiambre, un par de botellines de agua mineral ("still water", cuidado con ese matiz porque si nó os pueden dar agua con gas), e incluso una tableta de chocolate de la marca "Cadbury", que es difícil de encontrar en España y que está muy bueno.


Regresamos al hotel, precisamente a preparar los bocadillos y hacer las maletas, con calma para no tener luego que lamentarnos de olvidarnos algo en el hotel. Últimos vistazos a la habitación y ya bajamos a la recepción a dejar las maletas; sin problemas porque le dijimos a la persona que estaba en recepción que volveríamos sobre la una o una y media a por ellas. Eso sí ese servicio es mejorable, ya que la consigna era muy pequeña y había varias maletas hacinadas en los pasillos.


No obstante y en general la estancia en el "Comfort Inn Hyde Park" había sido bastante agradable, con una habitación pequeña, pero con una cómoda cama, y baño también pequeño pero igualmente moderno, y el desayuno estuvo bien. Es decir, lo recomiendo para quien vaya unos días a Londres, ya que es relativamente céntrico (aunque siempre vas a tener que tirar de metro) y de precio estaba bien.
¿A QUÉ HEMOS IDO A HARRODS?
La visita a Harrods era algo que ciertas guias de viaje recomendaban, aunque ya advertían que la mayoría de visitas iban, miraban y si compraban algo eran unas cajitas de té o similar, ya que los precios eran prohibitivos. Así que último día que hicimos el "ritual" de llegar a la parada de "Queensway", comprar dos "travelcards" fuera de horario punta (ese día además pasarían de las diez de la mañana cuando llegamos) y coger la línea "central" (roja), antes de hacer dos trasbordos, aunque el trayecto no era muy largo. Primero cuatro paradas hasta "Bond Street", cogimos la línea "Jubilee" (gris), una parada hasta "Green Park", y allí cogimos la línea "Picadilly" (azul), donde tras dos paradas llegamos a "Knightsbridge", que era la que te dejaba a los pies de los grandes almacenes.
En la práctica estábamos en el otro extremo de Hyde Park. Y en esa estación está debidamente señalizada la salida hacia "Harrods". Eso sí, hay que ir por un largo pasillo para llegar a esa boca de metro que te deja a los pies de los grandes almacenes.
La verdad es que la vista que tienes al salir llama mucho la atención, ya que la fachada es bonita y es habitual sacarse la foto de "guiri"


*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero una vez que entramos, también os digo que no tardamos en salir. Entramos y llegamos a la sección de moda, donde los vestidos y ropa en general tenían un precio que daba miedo verlo, y ni siquiera tocarla (no os esperéis lo del "Corte Inglés" donde la gente coge la ropa para comprobar tallaje, etc.), así como en la sección de electrodomésticos o una de alimentación que, por supuesto, era "delicatessen" y a precios también prohibitivos.
Hay que decir, que "Harrods" estaba prácticamente vacío por dentro, aunque la disposición del centro comercial es distinta por ejemplo al "Corte Inglés". Son habitaciones pequeñas comunicadas unas con otras y en la mayoría de ellas estábamos solos, rodeados por siete u ocho vendedores que no paraban de mirarte, por lo que pasamos muy rápido.
No sé, la sensación no fue muy cómoda, por lo que no tardamos en salir. La verdad es que nos pareció mucho que era un centro comercial para "ricos" y para que los pobres admiremos la opulencia de los que tienen dinero


LA CATEDRAL CATÓLICA DE WESTMINSTER
Aún teníamos tiempo antes de ir a por las cosas al hotel, y en el plano de Londres había visto un punto un poco más alejado de la zona donde están la mayoría de atractivos que venía reflejado como "catedral de Westminster" (no confundirse con la Abadía de Westminster que no tiene nada que ver).
Y no sabíamos si nos iríamos a perder algo inexcusable, pues tiramos otra vez de metro, ya que estaba cerca de la estación Victoria. Lo cogimos en la misma estación de antes, Knightsbridge, la línea de Picadilly (azul oscura) y tras una parada llegamos a la estación de South Kensington, donde tuvimos que hacer trasbordo a la línea "circle" (amarilla) desde la que tras dos paradas llegamos a la concurridísima estación "Victoria", donde un rato después tendríamos que regresar, porque era desde allí donde tendríamos que coger el tren al aeropuerto.
Salimos, y nos liamos un poco con el plano, porque allí hay una sucesión de avenidas, calles perpendiculares y edificios un poco más alto que en la zona más turística de Londres, con lo que tardamos en ubicarnos ya que cogimos alguna calle que no era.
Además, en la línea de Londres, numerosos edificios modernos, que no parecía que fuese a haber una catedral por allí, hasta que de repente... Apareció un lateral de un edificio grande de ladrillo



Lo bordeamos y llegamos a la fachada principal. Efectivamente, era la catedral de Westminster. Pero tiene la peculiaridad de que es la catedral católica, reconocible por la cantidad de banderas del Vaticano que hay. Es grande, pero no nos pareció nada del otro mundo, vamos, y al resto parece que tampoco, porque creo que éramos los únicos que estábamos de turistas por allí.



*** Imagen borrada de Tinypic ***
ÚLTIMA VISITA A PORTOBELLO Y A RECOGER LAS COSAS AL HOTEL
Tenía la cosa metida de habernos perdido el mercado de Portobello el primer día que llegamos (sábado) por lo que no me resignaba a ver por lo menos el ambiente que había, y además la parada de Notting Hill estaba ya cerca del hotel.
Ya íbamos un poco más justos de tiempo, así que habría que ir un poco a la carrera. Cogimos el metro en Victoria, y la línea "Circle" (amarilla) que a esa hora iba bastante concurrida. No hay trasbordos hasta Notting Hill Gate, pero sí cinco paradas.
Allí estábamos, y nos metimos rápidamente por la calle Pembridge hasta el inicio de "Portobello Street", calle inmensa donde se ubica el mercado. Sin embargo, estábamos a martes y ya era cerca de la una del mediodía, y allí estaba todo casi desierto. Eso sí, algunas tiendas de ropa y más bien ambiente y estética mod, pero poco más.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Habría ido un poco más allá en la calle, pero tampoco era cuestión de arriesgar, había que retroceder e ir ya hacia el hotel a por las cosas, para luego no tener que ir con agobios al aeropuerto. De nuevo entramos en el metro en "Notting Hill Gate" , ya que a través de la línea "central" (roja) en una parada estábamos de nuevo en "Queensway", al lado del hotel.
Como tenía aún unas pocas libras sueltas, paré en la tienda de souvenirs regida por hindús, enfrente de la estación de metro. Y lo aproveché para comprar imanes la cabina, lápices, y demás cosas, para poder de paso tener algún detalle con familiares y demás.


Al llegar al hotel, no tardamos ya nada. Pasaba ya de la una del mediodía, nos dieron rápido las maletas y nos dirigimos de vuelta a la parada de metro de "Queensway"; últimos instantes pateando las calles londinenses. Una ciudad que nos había enganchado en estos días a pesar del mal tiempo y que solo el último día nos había salido el sol con cierta continuidad.
TRASLADO Y ESTANCIA EN EL AEROPUERTO DE GATWICK (UN AEROPUERTO BASTANTE FUNCIONAL)
El trayecto de Londres al aeropuerto fue más tranquilo que la ida, por lo menos en cuanto agobio de gente. Igual es que por la hora, entre la una y las dos de la tarde la ciudad está más parada, o tal vez que en Victoria ya no había que hacer cola alguna para sacar billetes, como nos pasó con el agobio del metro al llegar.


Última vez que accedíamos al metro en "Queensway" y haciendo el trayecto a la inversa que cuando llegamos. Cogimos la línea "central" (roja) hasta "Óxford Circus", cinco paradas, y allí hicimos trasbordo a la línea que precisamente se llama "Victoria", y que tras dos paradas nos dejó en la conocida "Estación Victoria".
Desde ahí todo fue más sencillo que a la ida y la sensación era de que había mucha menos gente en el hall principal. Teníamos ya los billetes de antes de viajar a Londres así que había que ir directamente a las vías del tren, estando perfectamente señalizado con grandes carteles dónde se ubicaba el "Gatwick Exprés".
Llegamos al torno donde había una azafata pasando los billetes por el lector de códigos QR y al llegar vimos en un andén que quedaban 18 minutos para que llegase el siguiente tren, pero en otro ya había otro tren dispuesto a salir hacia el aeropuerto que fue el que cogimos, con lo que todo fue muy rápido.
En este tren íbamos muy cómodos ya que no había mucha gente. Al ser un tren directo, era también más caro y seguro que nos hubiese compensado coger alguno de los cercanías que con un precio mucho menor también llegaba, 15 minutos más tarde porque paraba en estaciones intermedias.
El tren sirvió también de momento de relax, durante la media hora que duró el trayecto hasta que por fin llegamos a la pequeñita estación del aeropuerto.
Desde allí, subiendo unas escaleras, llegamos rápido a la zona de facturación y buscamos el de Air Europa, que no fue nada difícil de encontrarlo. Hicimos un poco de cola, tampoco mucha" y facturamos inmediatamente. Eso sí, la persona que estaba facturando no tenía ni idea de castellano y había que entenderse en inglés, algo sorprendente en una aerolínea española, pero bueno, si se supone que has sobrevivido varios días en Londres, se supone también que te defiendes básicamente en inglés.


Maletas facturadas, y ya nos fuimos a los primeros asientos que encontramos, antes de acceder al arco de seguridad, para comer los bocadillos que nos habíamos preparado. Lo hicimos antes, porque en el arco nos harían tirar los botelllines de agua que teníamos.Así que tranquilamente en un aeropuerto que tampoco tenía mucho agobio, comimos los bocadillos.
...Y HASTA LUEGO LONDRES
A diferencia, de la llegada, con los controles de documentación, en esta ocasión todo fue más rápido. Pasamos el control de pasaportes, en nuestro caso DNI, donde ya dejas constancia de que te vas y que inmigración no va a tener que preocuparse de buscarte si te quedas más días de los debidos.



El arco de seguridad también lo pasamos rápido y después de eso llegamos a una amplia zona comercial. Numerosas tiendas de todo tipo; serían las tres de la tarde y hasta que despegase el vuelo tendríamos tiempo de dar paseos por allí. A mí me llamó la atención unos peluches de la mascota de los Juegos Olímpicos de Londres, pero el precio era desorbitado


Todo era muy funcional, porque en esta zona comercial, estaban los monitores desde donde te llamaban para que accedieses a la puerta de embarque correspondiente, pero la espera la hacías en la zona comercial. Así que cuando nos llamaron sobre las cinco menos cuarto, todo fue muy rápido. Llegada a la puerta correspondiente, nos cogieron los billetes y montamos en el avión.
En algo menos de dos horas y media estábamos en Madrid, recordando que en España es una hora más que en Inglaterra, por lo que tuvimos que hacer el cambio en el avión y al llegar eran las ocho y media aproximadamente.
Llegamos a la T1, pasamos rápidamente por el control de DNIs de la policía nacional y tras coger las maletas nos fuimos al parking de los hoteles, desde donde teníamos que llamar a un teléfono móvil que nos había facilitado el hotel "SHS aeropuerto".
A esa hora había bastante gente esperando, por lo que tuvimos que esperar al segundo coche que nos vino a buscar, pero no pasaron 15 minutos desde que llamamos por lo que el servicio fue rápido. El hotel no nos gustó, pero el parking de larga estancia era bastante eficiente. En apenas cinco minutos el servicio "shuttle" nos dejó en el hotel y allí liquidamos la cuenta y ya cogimos nuestro coche.
Ahí se acababa nuestro viaje a Londres, en cuatro intensos días.