Nos levantamos bastante temprano (cosas del jetlag) teníamos toda la mañana libre hasta el mediodía que teníamos una cita en una zona bastante perdida de Kowloon, así que decidimos ir a coger el ferry para cruzar la bahía.
De camino nos encontramos un mercado y entramos a curiosear, yo ya había estado en Asia, concretamente en Japón pero os tengo que decir que me impacto mucho, bolsas llenas con centenares de ranas vivas, múltiples barreños con los peces aun vivos, trozos de pescado en el que las agallas aun se movían.
También me sorprendió bastante el tema de la higiene, había trozos de carne que colgando sin ningún tipo de refrigeración, no se llamarme chico de ciudad y todo lo que queráis, pero ver como llega la señora, escoge la gallina, y le cortan el cuello allí delante para mi fue una experiencia bastante intensa.
Al menos yo no lo asociaba con Hong Kong, quizá la imagen que traía era de una metrópolis moderna y cosmopolita aunque rápidamente me di cuenta que estaba bastante equivocado.
De allí nos fuimos a coger el ferry ya de paso nos compramos la Octupus card, la recomiendo a todo el mundo, es muy fácil de usar y comodisima, ojalá todas las ciudades tuvieran este sistema, el ultimo día no tuve problema en recuperar el saldo que tenia metido y lo que había pagado de deposito, el viaje en barco la verdad es que es un lujo, siempre intentaba cogerlo en lugar del metro para cruzar, te sirve para desconectar de las multitudes y del bullicio.
Aparte de los mercados quizá lo que mas me ha sorprendido es lo increíblemente imponentes que son los edificios, he estado en NYC y ningún otro lugar me ha provocado este sentimiento de acongojo, es como ver colmenas gigantescas, con sus pequeñas ventanas y sus unidades de AC, me sorprende muchísimo como alguien puede querer vivir en esta ciudad/colmena.
Una vez en Kowloon, nuestro plan es perdernos un poco tratando de llegar al sitio donde teníamos la cita, esta ciudad no deja de sorprenderme, edificios ruinosos se juntan con rascacielos en construcción, alucinas con los andamios de bambú, y no puedes creerte que en la calle solo veas o taxis o vehículos de reparto o directamente coches de lujo, nunca veras un utilitario de gama media, es una ciudad de contrastes.
Después de trabajar un poquito volvimos al hostal una ducha, y a conocer el famoso Lan Kwai Fong!
De camino nos encontramos un mercado y entramos a curiosear, yo ya había estado en Asia, concretamente en Japón pero os tengo que decir que me impacto mucho, bolsas llenas con centenares de ranas vivas, múltiples barreños con los peces aun vivos, trozos de pescado en el que las agallas aun se movían.
También me sorprendió bastante el tema de la higiene, había trozos de carne que colgando sin ningún tipo de refrigeración, no se llamarme chico de ciudad y todo lo que queráis, pero ver como llega la señora, escoge la gallina, y le cortan el cuello allí delante para mi fue una experiencia bastante intensa.
Al menos yo no lo asociaba con Hong Kong, quizá la imagen que traía era de una metrópolis moderna y cosmopolita aunque rápidamente me di cuenta que estaba bastante equivocado.
De allí nos fuimos a coger el ferry ya de paso nos compramos la Octupus card, la recomiendo a todo el mundo, es muy fácil de usar y comodisima, ojalá todas las ciudades tuvieran este sistema, el ultimo día no tuve problema en recuperar el saldo que tenia metido y lo que había pagado de deposito, el viaje en barco la verdad es que es un lujo, siempre intentaba cogerlo en lugar del metro para cruzar, te sirve para desconectar de las multitudes y del bullicio.
Aparte de los mercados quizá lo que mas me ha sorprendido es lo increíblemente imponentes que son los edificios, he estado en NYC y ningún otro lugar me ha provocado este sentimiento de acongojo, es como ver colmenas gigantescas, con sus pequeñas ventanas y sus unidades de AC, me sorprende muchísimo como alguien puede querer vivir en esta ciudad/colmena.
Una vez en Kowloon, nuestro plan es perdernos un poco tratando de llegar al sitio donde teníamos la cita, esta ciudad no deja de sorprenderme, edificios ruinosos se juntan con rascacielos en construcción, alucinas con los andamios de bambú, y no puedes creerte que en la calle solo veas o taxis o vehículos de reparto o directamente coches de lujo, nunca veras un utilitario de gama media, es una ciudad de contrastes.
Después de trabajar un poquito volvimos al hostal una ducha, y a conocer el famoso Lan Kwai Fong!