Domingo, hoy toca la visita obligada a Camden, como no...
Pues como todas las mañanas, después del buen desayuno, nos dirigimos a la boca de metro y directos hasta King´s Cross St. Pancras, donde nos encontramos una sorpresa, la línea de metro que te acerca a Camden estaba fuera de servicio, muy habitual los domingos por la enorme aglomeración de personal que atrae el supermercadillo.
Así que a duras penas, nos informamos que podíamos tomar un bus que concretamente te llevaba hasta Camden. No me preguntéis su numero pues no lo recuerdo, pero este varía según la necesidad del servicio, nos sentamos junto a una señora que amablemente nos indicó en que parada bajarnos para llegar a Camden, ¡¡otra muestra mas de la hospitalidad inglesa!!.
Bueno, que deciros de Camden, solo que llevéis un orden, mientras preparaba el itinerario, recopile información de los diferentes mercados que aglutina la zona, pues son: El primero de ropa en Inverness St, Camden Market, Camden Lock Market, Canal Market y Stables Market.
Conseguí un croquis muy orientador, creo que buscándolo en google, y de esa forma estábamos conscientes de su extensión y la situación de cada zona.
Disfrutad de todo, del ambiente, la gente, los puestos, las fachadas gráficas típicas con relieves del producto que venden, la comida en el Canal, en las motos frente al rió, nos gustó.
A media mañana, ya nos apetecía regar la garganta con nuestra Carlin, de manera que antes de la zona del Canal Market, encontramos dos Pub, uno frente al otro, The Elephant´s Head, donde descansamos las piernas y vaciamos un par de pintas, y justo frente a este, The Oxford Arms.
Nos llegó la hora de comer, justo a la altura de Camden Lock Market, así que a la derecha entramos en Canal Market, y los olores , los colores, las cartas y las comidas te entran por los ojos, todo parece estar riquísimo cuando te pica la tripa, y encima a buen precio, creo que desde 4 libras llenabas un plato de variada comida asiática, tipo teriyaki.
Nos hacia ilusión comer sentados en las tan nombradas motos vespa, orientadas al canal, así que esperamos un buen rato, hasta que encontramos sitio.
Tremendo acierto la espera, pues al poco de comenzar a comer, ya acomodados en nuestras vespas, se cubrió el cielo y cayó un buen chaparon que espanto a todo el personal que se encontraba sentado en los márgenes del canal, mientras nosotros cubiertos por un pequeño techo, comíamos cómodos y sequitos.
Continuamos hacia la zona de Stables Market, muy recomendable, y algunos de sus locales, el ya mencionado Cyber, curioso cuanto menos.
También en esta zona tenéis numerosos puestos de comida de todo tipo, mucha gente, ambiente muy pintoresco, con los motivos y estatuas ecuestres, con innumerables curiosidades de locales.
Necesitábamos ir a los aseos, y seguimos las indicaciones, bajando unas escaleras que para nada bajarías si no hubiera necesidad, con un aspecto que tiraba pa tras...
Pero para nada el lugar es peligroso ni inseguro ni sucio, a pesar de su apariencia, es arte urbano.
Creo recordar, que a la señora del bus, le preguntamos la forma de volver a St. Pancras, y nos indicó la parada y numero del bus que te traía de vuelta, pues como ya sabréis, no hay linea de metro a Camden los domingos.
Una vez canalizados en el metro, realizamos los transbordos respectivos para llegar hasta la estación de Suth Kensington, donde nos apeamos, cruzamos Cromwell Rd. y nos ponemos en la cola para visitar el Museo de Arte Natural.
Al igual que en el British Museum, nuestra intención era ver lo más relevante, pues el tiempo y nuestro cansancio no te permiten ver la totalidad del Museo, pues tendrías que invertir todo un día, o mas.
Deciros que ya la fachada impresiona, te ves inmerso en un tiempo distinto, académico, recuerda películas como Harry Potter, o Indiana Jonnes...
Y su interior es digno de recorrer sin prisas, disfrutando del edificio que lo contiene.
A la salida del Museo, nos esperaba una compañera que vive y trabaja en Londres, así que nos asesoró un poco sobre nuestro plan de viaje, y nos acercó a cenar por la zona, creo recordar que junto a un centro comercial, que estaba cerrado, de modo que terminamos en un italiano, en el que cenamos muy a gusto, y de aquí al hotel, a cargar pilas para el siguiente día.
Pues como todas las mañanas, después del buen desayuno, nos dirigimos a la boca de metro y directos hasta King´s Cross St. Pancras, donde nos encontramos una sorpresa, la línea de metro que te acerca a Camden estaba fuera de servicio, muy habitual los domingos por la enorme aglomeración de personal que atrae el supermercadillo.
Así que a duras penas, nos informamos que podíamos tomar un bus que concretamente te llevaba hasta Camden. No me preguntéis su numero pues no lo recuerdo, pero este varía según la necesidad del servicio, nos sentamos junto a una señora que amablemente nos indicó en que parada bajarnos para llegar a Camden, ¡¡otra muestra mas de la hospitalidad inglesa!!.
Bueno, que deciros de Camden, solo que llevéis un orden, mientras preparaba el itinerario, recopile información de los diferentes mercados que aglutina la zona, pues son: El primero de ropa en Inverness St, Camden Market, Camden Lock Market, Canal Market y Stables Market.
Conseguí un croquis muy orientador, creo que buscándolo en google, y de esa forma estábamos conscientes de su extensión y la situación de cada zona.
Disfrutad de todo, del ambiente, la gente, los puestos, las fachadas gráficas típicas con relieves del producto que venden, la comida en el Canal, en las motos frente al rió, nos gustó.
A media mañana, ya nos apetecía regar la garganta con nuestra Carlin, de manera que antes de la zona del Canal Market, encontramos dos Pub, uno frente al otro, The Elephant´s Head, donde descansamos las piernas y vaciamos un par de pintas, y justo frente a este, The Oxford Arms.
Nos llegó la hora de comer, justo a la altura de Camden Lock Market, así que a la derecha entramos en Canal Market, y los olores , los colores, las cartas y las comidas te entran por los ojos, todo parece estar riquísimo cuando te pica la tripa, y encima a buen precio, creo que desde 4 libras llenabas un plato de variada comida asiática, tipo teriyaki.
Nos hacia ilusión comer sentados en las tan nombradas motos vespa, orientadas al canal, así que esperamos un buen rato, hasta que encontramos sitio.
Tremendo acierto la espera, pues al poco de comenzar a comer, ya acomodados en nuestras vespas, se cubrió el cielo y cayó un buen chaparon que espanto a todo el personal que se encontraba sentado en los márgenes del canal, mientras nosotros cubiertos por un pequeño techo, comíamos cómodos y sequitos.
Continuamos hacia la zona de Stables Market, muy recomendable, y algunos de sus locales, el ya mencionado Cyber, curioso cuanto menos.
También en esta zona tenéis numerosos puestos de comida de todo tipo, mucha gente, ambiente muy pintoresco, con los motivos y estatuas ecuestres, con innumerables curiosidades de locales.
Necesitábamos ir a los aseos, y seguimos las indicaciones, bajando unas escaleras que para nada bajarías si no hubiera necesidad, con un aspecto que tiraba pa tras...
Pero para nada el lugar es peligroso ni inseguro ni sucio, a pesar de su apariencia, es arte urbano.
Creo recordar, que a la señora del bus, le preguntamos la forma de volver a St. Pancras, y nos indicó la parada y numero del bus que te traía de vuelta, pues como ya sabréis, no hay linea de metro a Camden los domingos.
Una vez canalizados en el metro, realizamos los transbordos respectivos para llegar hasta la estación de Suth Kensington, donde nos apeamos, cruzamos Cromwell Rd. y nos ponemos en la cola para visitar el Museo de Arte Natural.
Al igual que en el British Museum, nuestra intención era ver lo más relevante, pues el tiempo y nuestro cansancio no te permiten ver la totalidad del Museo, pues tendrías que invertir todo un día, o mas.
Deciros que ya la fachada impresiona, te ves inmerso en un tiempo distinto, académico, recuerda películas como Harry Potter, o Indiana Jonnes...
Y su interior es digno de recorrer sin prisas, disfrutando del edificio que lo contiene.
A la salida del Museo, nos esperaba una compañera que vive y trabaja en Londres, así que nos asesoró un poco sobre nuestro plan de viaje, y nos acercó a cenar por la zona, creo recordar que junto a un centro comercial, que estaba cerrado, de modo que terminamos en un italiano, en el que cenamos muy a gusto, y de aquí al hotel, a cargar pilas para el siguiente día.