día 1
Después de un vuelo directo de 4 horas, llegamos a Keflavik antes de la hora prevista, hacia las 12:35, hora local (2 horas menos que en España). Recogemos la maleta y fuera ya espera el Flybus que nos llevará a Hafnarfjördour, un pequeño pueblo/barrio a 10 minutos de Reykyavik donde intercambiamos casa.
Somos los primeros en bajar. El bus ha tardado unos 45 minutos. Hasta casa hay 10 minutos a pie. Llegamos sin novedades con la ayuda de un mapa que encontramos por internet. Ducha y a dormir. Deben ser las 4 de la madrugada.
día 2
Nos levantamos sin haber dormido muy bien, en parte debido al cansancio de ayer, pero sobre todo a que nunca anochece del todo, y además, no hay persianas para tapar la luz. Sólo un estor que deja pasar la luz a través de él y por los lados.
Como en la nevera tenemos de todo, desayunamos muy bien y luego salimos a explorar los alrededores. Entramos en un par de supermercados para intentar comprar un mapa mejor que que tenemos, pero sin éxito.
Decidimos aventurarnos en coche a ver si no nos perdemos

Después de una siesta que necesitamos "como agua de mayo", cogemos el coche y nos compramos un mapa / atlas en una gasolinera. 6.000 ISK, más de 40 Eur. Además, está en Islandés, pero la chica que nos ha atendido ha portado muy bien, buscando si había algo en inglés, y al final, desprecintado el atlas para que lo viéramos y así decidir si nos interesaba.
Ahora que tenemos un buen mapa, vamos al centro Reykyavik, pagamos 300 ISK (unos 2 Eur) para aparcar 1h y 30 min. Los días laborables se paga de 10 a 18 h, coincidiendo con el horario de la mayoría de tiendas de las calles comerciales como Laugavegur, que és donde aparcamos "nuestro" Ford Focus.
Nos dirigimos al puerto, donde desde lejos ya se ve la espectacular escultura de Jon Gunnar Arnason en forma de barco: "La nave del Sol", que recuerda a una mezcla de barco y costillas humanas.
Volvemos al centro, donde subimos al campanario de la Hallgrímskirka (700 ISK) para ver las vistas.
Luego volvemos al coche a dar un vistazo al mapa, y como ya no hay que pagar parking a esta hora, nos dedicamos a hacer el turista, entrando en todas y cada una de las tiendas de souvenirs
