De nuevo en pie muy temprano, decidimos desayunar en un Deli en la esquina del hotel. El primer dia habiamos entrado a tomar un cafe, pero como no supimos pedirlo y el ingles no es nuestro fuerte, nos fuimos. Y es que en estos sitios coges el vaso (de plástico, y mínimo 33 cl.) te pones el cafe, la leche y el azucar, y luego lo pagas en la caja, nadie te sirve. Había muchísimas cosas para elegir, y pese a ser un poco más caro que el mejicano de los dias anteriores, era mucho mejor. Aún así, un buen desayuno que daba fuerzas para toda la mañana no superaba los 4-5 dolares.
Este dia ibamos a visitar distintos barrios del sur de la isla, coincidiendo con las fiestas de Littel Italy en honor a su patrón, San Gennaro. El barrio de Little Italy ha sido prácticamente absorbido por Chinatown (como todos los barrios colindantes al chino), y la población italiana actualmente es de unos escasos 5.000, frente a los más de 40.000 de la 1º mitad del siglo XX.
Llegamos en metro hasta Canal, en pleno barrio chino. Al ser temprano, habia muy poca actividad por las calles, el bario italiano estaba adornado, y dimos un paseo por el barrio, viendo los curiosos puestos de los mercados donde se venden toda clase de productos chinos, con la afición que estos tienen a deshidratarlo todo.
Tras tomar un cafe y descansar un poco, al salir a la calle el barrio ya estaba en plena ebullición. En las calles Canal, Mulberry y Mott se establecen cientos de comerciantes y puestos callejeros donde se puede comprar cualquier cosa de cualquier marca. En muchos de ellos, tras unas preguntas, abren puertas traseras de las tiendas donde guardan parte de las falsificaciones. También te ofrecen las falsificaciones por la calle, y te llevan a cerrar los tratos a cabinas telefonicas, pero no hay que desconfiar, no tratan de robarte. En cuanto a la calidad de los productos, pues que se puede esperar de un rolex de 35 $ o unas gafas Dolce y Gabanna de 6.
Llegada la hora de comer decidimos, como no, comer en uno de los restaurantes chinos que proliferan por la zona. Nos sentamos en uno cuyas mesas estaban todas ocupadas por chinos, lo que parecia buena señal, y nos sentaron en una mesa donde estaba comiendo una chica, lo que nos vino muy bien porque nos explicaba en que consistían los platos, y la verdad es que comimos bastante bien, acompañando la comide con té, que parece ser que es bastante típico.
Después de comer y de comprar algunos regalos (todo falsificación, claro) pasamos el resto de la tarde por el Soho y Tribeca. El barrio del SoHo (South of Houston Street) ofrece una espectacular concentración de hierro colado en sus fachadas. Comprendido entre la calles Houston y Canal es lugar de concentración y residencia de numerosos artistas, y los comercios de la zona ya nada tienen que ver con los del barrio chino. Galerías de arte, tiendas de diseñadores y restaurantes, junto con el buen estado de conservación de casi todos los edificios hacen de este barrio uno de los más modernos de la ciudad.
El auge de la zona se trasladó a Tribeca (Triangle Below Canal) al sur de Canal Street, donde disminuyen las fachadas de hierro colado, y abundan cafeterías y restaurantes, algunos de ellos propiedad de grandes estrellas de Hollywood, aunque la probabilidad de coincidir con alguno de ellos es bastante remota.
Al anochecer, como era viernes y el barrio estaba en fiestas, decidimos pasar el rato , habia una orquesta tocando tipicas canciones americanas, y nos sentaron bastante bien las cervecitas. A las 10 de la noche dejó de tocar la orquesta, nos dijeron que era la hora máxima permitida, y la gente podia estar en la calle más tiempo, pero tampoco toda la noche. De ahí nos fuimos a dormir, volvimos en metro (abre 24 horas).
Este dia ibamos a visitar distintos barrios del sur de la isla, coincidiendo con las fiestas de Littel Italy en honor a su patrón, San Gennaro. El barrio de Little Italy ha sido prácticamente absorbido por Chinatown (como todos los barrios colindantes al chino), y la población italiana actualmente es de unos escasos 5.000, frente a los más de 40.000 de la 1º mitad del siglo XX.
Llegamos en metro hasta Canal, en pleno barrio chino. Al ser temprano, habia muy poca actividad por las calles, el bario italiano estaba adornado, y dimos un paseo por el barrio, viendo los curiosos puestos de los mercados donde se venden toda clase de productos chinos, con la afición que estos tienen a deshidratarlo todo.
Tras tomar un cafe y descansar un poco, al salir a la calle el barrio ya estaba en plena ebullición. En las calles Canal, Mulberry y Mott se establecen cientos de comerciantes y puestos callejeros donde se puede comprar cualquier cosa de cualquier marca. En muchos de ellos, tras unas preguntas, abren puertas traseras de las tiendas donde guardan parte de las falsificaciones. También te ofrecen las falsificaciones por la calle, y te llevan a cerrar los tratos a cabinas telefonicas, pero no hay que desconfiar, no tratan de robarte. En cuanto a la calidad de los productos, pues que se puede esperar de un rolex de 35 $ o unas gafas Dolce y Gabanna de 6.
Llegada la hora de comer decidimos, como no, comer en uno de los restaurantes chinos que proliferan por la zona. Nos sentamos en uno cuyas mesas estaban todas ocupadas por chinos, lo que parecia buena señal, y nos sentaron en una mesa donde estaba comiendo una chica, lo que nos vino muy bien porque nos explicaba en que consistían los platos, y la verdad es que comimos bastante bien, acompañando la comide con té, que parece ser que es bastante típico.
Después de comer y de comprar algunos regalos (todo falsificación, claro) pasamos el resto de la tarde por el Soho y Tribeca. El barrio del SoHo (South of Houston Street) ofrece una espectacular concentración de hierro colado en sus fachadas. Comprendido entre la calles Houston y Canal es lugar de concentración y residencia de numerosos artistas, y los comercios de la zona ya nada tienen que ver con los del barrio chino. Galerías de arte, tiendas de diseñadores y restaurantes, junto con el buen estado de conservación de casi todos los edificios hacen de este barrio uno de los más modernos de la ciudad.
El auge de la zona se trasladó a Tribeca (Triangle Below Canal) al sur de Canal Street, donde disminuyen las fachadas de hierro colado, y abundan cafeterías y restaurantes, algunos de ellos propiedad de grandes estrellas de Hollywood, aunque la probabilidad de coincidir con alguno de ellos es bastante remota.
Al anochecer, como era viernes y el barrio estaba en fiestas, decidimos pasar el rato , habia una orquesta tocando tipicas canciones americanas, y nos sentaron bastante bien las cervecitas. A las 10 de la noche dejó de tocar la orquesta, nos dijeron que era la hora máxima permitida, y la gente podia estar en la calle más tiempo, pero tampoco toda la noche. De ahí nos fuimos a dormir, volvimos en metro (abre 24 horas).