Como en diarios anteriores, prefiero dejar los preparativos para el final, así como un presupuesto, ya que así voy haciendo memoria mientras lo escribo. Lo que sí puedo adelantar es que, al ser agosto, los vuelos nos salieron carísimos, y Miami, o al menos Miami Beach, me pareció más que caro, pero ir a Estados Unidos es lo que más ilusión me hacía y no me defraudó, de hecho, planeo volver en breves. En este caso, también organicé y reservé yo todo, no utilizamos ninguna agencia.
16/08/2025. Ourense - Madrid
Como todo el mundo recordará, en agosto de 2025 se produjeron en Galicia los terribles incendios que se producen aproximadamente cada 10 años y que indignan a todo el mundo, pero que en el mes de octubre se olvidan. Pues la peor parte fue ese fin de semana largo, así que habíamos cogido un tren con mucha antelación, pero los trenes llevaban varios días sin salir y tardaron varios días en volver a ponerse en marcha. Así, nos olvidamos del tren (luego nos devolvieron el dinero) y miramos otras opciones. Al final, cogimos el coche de mi amiga a las 9:30 de la mañana del día 16, fuimos a dar la vuelta por Lugo porque no nos atrevíamos a pasar por la autovía entre Ourense y Zamora y llegamos sin incidencias aunque después de respirar mucho humo, a las 16:00 a Chamartín. El coche se lo dejamos a una amiga de mi amiga que precisamente venía de Punta Cana y llevaba un par de días sin poder salir de Madrid. Ella lo trajo de vuelta y nosotras supusimos que a la vuelta ya tendríamos tren (obviamente así fue).
Comimos en Chamartín, ya que llegamos sin comer, y luego cogimos un Uber al hotel
ibis Styles Madrid Airport Valdebebas. Lo recomiendo si es solo para dormir al lado del aeropuerto, ya que tiene un minibús de cortesía que deja en las distintas terminales desde las 6 de la mañana y también lleva al hotel. Independientemente de lo del tren, ya lo habíamos reservado porque el vuelo era el día 17 muy temprano. Está un poco en medio de ninguna parte, pero hay para comprar algo por allí caminando un poco, tiene restaurante y bar y un jardín muy chulo para tomar algo. También tiene piscina en el último piso, pero aquello era el infierno con el calor que hacía, imposible aguantar allí ni un minuto. Nos duchamos y nos acostamos pronto para coger sitio en el minibús.
17/08/2025. Madrid - Miami
A las 6:00 cogimos el primer minibús que salía del hotel y en unos minutos estábamos en la T4. Nuestro vuelo era con American Airlines. Hicimos el check-in y pasamos en seguida todos los controles, aunque en algún momento nos dijeron que había overbooking y si queríamos cambiar nuestro vuelo por otro...

Pero no vimos que nadie se quedase fuera montando un pollo en realidad. Tomé un café y salimos puntuales a las 10:00. Solo llevamos una maleta grande facturada y una de mano, además de una mochila grande y una pequeña. Me facturaron la de mano también. Pensaba que después de volar el año pasado con Qatar Airways, esto no resultaría más cómodo, pero sí me lo pareció, muy espacioso el avión, y me tocó un asiento con espacio por delante, así que tuve mucha suerte. Afortunadamente, porque ese vuelo se me hizo eterno. Nos dieron la comida nada más despegar.
La comida sí me había gustado más la de Qatar Airways. En el eterno viaje también nos dieron un helado y una minipizza que sí estaban ricos. También dio tiempo a un par de películas. Para mí es imposible dormir en un avión, pero afortunadamente este vuelo era de día y lo llevé bien, no como el de vuelta
Llegamos muy puntuales a la 13:00 de Miami y las 19:00 de España. Pasamos rápidamente todos los controles, ningún problema y nadie nos prestó mucha atención, todo el mundo hablaba español.
Después de haber visto unos mil vídeos de YouTube, fuimos directas (después de fumar) a coger el MIA Mover para luego coger el autobús 150 para ir a Miami Beach. Yo no vi la manera de pagar en las máquinas un poco cochambrosas con algo que no fuese efectivo, lo único del viaje que no pudimos pagar con tarjeta. Yo había cambiado en el banco unos 300€ a buen cambio. El autobús vale la pena verlo, cómo se nota que no triunfa el transporte público, bastante abandonado y se tira de una cuerda para pedir la parada. De todas formas, iba prácticamente vacío.
Por cierto, yo tenía internet porque mi tarifa antigua de Vodafone incluye el roaming en EE. UU., las nuevas ya no. No son muchos gigas, pero si se limita el uso de datos, da perfectamente para semanas. Volviendo a esto, 45 minutos más tarde, nos bajamos en la parada más cercana al
Beach Park Hotel, nuestro hotel para esa noche. Es un poco viejo, de estilo colonial, pero está en frente del cartel de MIAMI BEACH, y para el precio de Miami Beach, nos salió baratísimo. Ni desayuno ni nada, obviamente.
Como hacía mucho calor (al estilo de Cuba, aunque quizás no tanto tanto), nos fuimos directamente a la playa. Yo estaba emocionadísima de estar en Miami. Es una playa espectacular, enorme, ancha, pero el agua está hirviendo y estaba sucia y la gente muy limpia tampoco es.
Como tenía hambre porque en el avión no había comido mucho y al fina habían pasado muchas horas, me fui a una tienda (cosa que me encanta hacer en otros países). Me compré una chocolatina y patatas Lay's de sabores que no hay en España. Andaba por la calle a pesar del infernal calor y humedad y encantada porque todo parece una película, las calles enormes, los coches gigantes.
Como el sol se pone más temprano que aquí y además por el lado opuesto al mar y también se nubló, nos fuimos a tomar algo, como si uno se pudiese permitir tomar algo allí. Dos cervezas Corona nos salieron a 20 dólares, pagando en la barra y sirviéndonos nosotras, sin patatas ni aceitunas obviamente, y sin haber entendido cuál es el precio base, cuál es la tasa y cuál la propina. Me pareció una locura. Quizás sea así en Miami Beach y no en otras partes de la ciudad, pero si solo íbamos a pasar una noche allí, me pareció más adecuado coger allí el hotel.
Al querer cenar algo, alucinamos todavía más con los precios. Yo la verdad no suelo cenar mucho, y tenía más sueño que otra cosa, pero mi amiga sí. Fuimos al super y yo me compré un bol de fruta que ya venía cortada. La fruta me pareció carísima en todo el viaje, es que por menos dinero mi amiga se compró un bocadillo enorme en el Subway. Así están como están. Solo encontré fruta cortada o fruta con una pinta muy mala que se vendía por pieza y muy cara.
A las 21:00 estábamos acostadas para dormir, después de un día que para nosotras había sido muy largo, pero yo estaba emocionadísima. Al día siguiente cogíamos el crucero, en próximos episodios ese esperpento.
Nos despertamos a las 4:00 lógicamente con nuestro jet lag, pero después de haber dormido bastante bien. Una pega del hotel es la luz del parking que es una locura y entre en la habitación (no hay persianas, claro) y el aire acondicionado, que es una locura. Tuve que levantarme a cerrar la rendija del aire tirando de un cordón, porque es central y no se puede controlar desde la habitación. Yo tengo muchos problemas de garganta y me da pánico el aire, así que anduve siempre con un pañuelo para ponerme al entrar a los sitios porque no es normal.
Esperamos a que se hiciese un poco de día para salir a caminar mientras aún no hiciese mucho calor. Fuimos caminando hasta South Pointe, muy bonito ver amanecer desde ahí, sacamos muchas fotos.
Fuimos hasta el extremo y luego volvimos por el paseo al lado de la playa, que por cierto cierran por la noche y limpian, una gran idea, todo impecable.
De ahí, nos fuimos caminando a
Las Olas Cafe, un sitio que había encontrado con precio asequible para tomar un café. Asequible por decir algo, a mí me pareció carísimo, eso sí, en todos lados atienden en español por defecto. Allí nos encontramos con un grupo de policías sexis que se tomaban su café y se comían su donuts mientras hablaban también español. Me hizo mucha ilusión porque me gusta mucho CSI y me emocioné mucho. Eran muy majos.
Después del café, nos fuimos a pasear por Ocean Drive, viendo el Colony, la mansión de Versace, el Orb y la Española Way.
Nos acercamos al hotel y dejé ahí a mi amiga esperando y fui a comprar agua y me compré una especie de croquetas para comer algo, estaban muy ricas y la gente del super muy amable. También hablando español, hicimos el check-out del hotel y cogimos un Uber para ir a la terminal D de cruceros. Debían de ser sobre las 10:00. La verdad, yo no encontré la manera de ir a la enorme terminal de cruceros en transporte público, no sé si existe.
En la terminal, tuvimos que darle a alguien 10 dólares en la calle para que nos llevara las maletas a la habitación. No entendí muy bien ese proceso. Pasamos el control e hicimos el check-in, todo muy rápido y antes de la hora. Nos subimos al barco, bastante parecido a uno de Pullmantur en el que había estado. De hecho, olía igual y por cierto, era el famoso "crucero de la caca", pero renovado claro.
Al ser el primer día y entrar todos a la misma hora, muchas colas para comer. Al final, comimos en el bufé y la comida sorprendentemente buena para ser un crucero americano, por la fama lo digo, no porque lo supiera. Las bebidas de grifo también incluidas. Por el precio, un regalo ese crucero. A la 13:30 teníamos lista la habitación y las maletas en la puerta. Bien la habitación y el baño también. Era interior eso sí, pero en el piso de la comida, muy importante.

En algún sitio, perdí las gafas de sol y ya no las recuperé. No hubo simulacro de seguridad con los chalecos, pero sí hacen una explicación de qué zona te corresponde. Nos fuimos para la piscina de atrás a beber limonada, comer pizza y helados, que también te podías servir sin medida. La primera impresión: mucha gente, muy obesa, muchos niños y no paran de comer, aunque he de decir que eso era parecido en el crucero de Pullmantur. Muchas colas ese día para comer. Eso sí, hay una zona solo para adultos que está muy bien, la disfruté mucho. Me relajé mientras dejábamos Miami atrás.

Un poco tarde, decidí ir a echarme una siesta y dormí hasta las 19:30, mal asunto. Al despertar, me fui a cenar algo mientras mi amiga iba al gimnasio (muy bien equipado). Uno de los puestos de comida hacía solo sándwiches, y estaban muy ricos. Eso sí, odié comer en el bufé, sobre todo sola, porque te están metiendo prisa para que te levantes y limpiar, y si te vas a coger algo más y te despistas, se te sienta alguien en la mesa. Además, yo soy de comer despacio y con todo a mi gusto, y es imposible en el bufé, eso no me gustó nada. Intenté no darme al azúcar desde el primer día, porque me encanta, y opté por la fruta. Había muy poca variedad, pero muy sabrosa.
El sol se puso mientras dormía, bastante temprano. Después de cenar, fui a pasear todo el barco e investigar todas las plantas. Me hice una infusión porque la garganta ya se estaba empezando a quejar. Lo que no teníamos incluido eran las bebidas alcohólicas y algunos tipos de comidas y restaurantes. Pero lo que estaba incluido estaba todo genial.
Nos fuimos a dormir y, a pesar de mi maxisiesta, sobre las 00:00 estaba como un tronco.
No me explayaré mucho en estas etapas porque no hay mucho que contar, lo único si hay alguien que se está planteando un crucero de Carnival, explicar un poco lo que hay. Concretamente este barco, el Carnival Sunrise, no es muy grande, pero creo que la distribución de todos es similar.
Me desperté de nuevo muy temprano, aunque no tanto como el día anterior. Sobre las 5:00 estaba preguntando por las gafas de sol en atención al cliente, que no cierra nunca por cierto. No las encontré obviamente. A las 6:00 estaba en la puerta del gimnasio, que abría a esa hora. A las 7:00, con el amanecer, ya estábamos desayunando en el bufé. Como dije, la fruta y el yogur muy ricos; la pega, como era de esperar, es el café.
Este día lo pasé en la zona reservada para adultos, donde hay un jacuzzi que casi siempre está vacío, se puede leer tranquilamente y está cerca de la entrada a los toboganes, por donde me tiré un montón de veces en esos días. Apenas hay cola para los toboganes tampoco. Comí en el bufé cerca del mediodía y luego fui a echarme una siesta, siempre que voy hacia ese lado del mundo me cuesta acostumbrarme al horario unos días. Difícil dormir porque hay mucho ruido en las otras habitaciones.
Pasamos cerca de Cuba de camino a Turcas y Caicos, que sería la parada del día siguiente. Decidimos hacer el crucero porque nos encanta el sol y no hacer nada unos días siempre que vamos de viaje, pero tengo que decir que con el día en Miami y este, ya sentíamos que nos estábamos insolando demasiado, y lo que quedaba...
Esa noche (más bien tarde) yo decido cenar en el restaurante, el que está incluido (hay varios restaurantes temáticos más que son de pago) y solo me arrepiento de no haber ido ya en la primera noche. La comida está muy buena, el menú cambia todas las noches a pesar de que no vamos a estar ni una semana, no te meten prisa y se está muy a gusto. El postre que pedí casi todas las noches, un coulant de chocolate con helado de vainilla, estaba espectacular. Incluso los cócteles, aunque son de pago como todas las bebidas alcohólicas, están muy bien de precio en el restaurante. Me pareció muy caro el vino y la cerveza.