27 Mayo
Hoy era nuestro último día de coche. No había que hundirse por ver como el reloj no paraba de avanzar. Había que aprovechar los dos días que nos quedaban por Escocia, nada más y nada menos que en Edimburgo.
Como era nuestro último desayuno en B&B volvimos a pedir el full Scottish Breakfast. ¡Había que reventar! Y encima nos habían reservado la mesa que tenía vistas al monumento de Wallace. No se podía pedir más. Mientras desayunábamos, Stan nos estuvo preguntando que cómo nos iba el viaje, que de dónde eramos, y ya nos contó algunas batallitas sobre su estancia en España/Portugal hacía unos años.
Nos despedimos de ellos y a la carretera, que este tramo iba a ser corto. A medio camino vimos en el lateral derecho de la carretera a The Kelpies - los caballos gigantes de Falkirk -. La verdad que imponen y más cuando no te esperas verlos allí.
Antes de soltar el coche teníamos que llenar el depósito, así que por la mañana miramos una cercana a Arnold Clark y vimos una Morrison (cadena de supermercados) y otra BP. Fuimos a la Morrison que presumiblemente iba a ser más barata. Ya en Arnold Clark, aparcamos y en 5' estábamos ya en la estación de Edinburgh Park. Simplemente le echaron un vistazo por fuera al coche y lo movieron de sitio.
Hoy era nuestro último día de coche. No había que hundirse por ver como el reloj no paraba de avanzar. Había que aprovechar los dos días que nos quedaban por Escocia, nada más y nada menos que en Edimburgo.
Como era nuestro último desayuno en B&B volvimos a pedir el full Scottish Breakfast. ¡Había que reventar! Y encima nos habían reservado la mesa que tenía vistas al monumento de Wallace. No se podía pedir más. Mientras desayunábamos, Stan nos estuvo preguntando que cómo nos iba el viaje, que de dónde eramos, y ya nos contó algunas batallitas sobre su estancia en España/Portugal hacía unos años.
Nos despedimos de ellos y a la carretera, que este tramo iba a ser corto. A medio camino vimos en el lateral derecho de la carretera a The Kelpies - los caballos gigantes de Falkirk -. La verdad que imponen y más cuando no te esperas verlos allí.
Antes de soltar el coche teníamos que llenar el depósito, así que por la mañana miramos una cercana a Arnold Clark y vimos una Morrison (cadena de supermercados) y otra BP. Fuimos a la Morrison que presumiblemente iba a ser más barata. Ya en Arnold Clark, aparcamos y en 5' estábamos ya en la estación de Edinburgh Park. Simplemente le echaron un vistazo por fuera al coche y lo movieron de sitio.
EDIMBURGO
Hasta las 3 de la tarde no podíamos entrar a nuestra habitación de Tune Hotel, así que pensamos en qué dedicar este tiempo. Como queríamos llegarnos a la tienda SportsDirect, aprovechamos este tiempo con las maletas para ir allí (St. James Shopping, al final de Princes St.) Al final no nos convenció nada de lo que había, pero aprovechamos para imprimir las tarjetas de embarque de vuelta (¡craso error porque nos cobraron mas de 2 libras!), porque no nos fiábamos demasiado de la app de Ryanair, donde se supone que se puede mostrar desde el móvil. Un paseito bastante largo por Princes St. y ya era hora de comer. Nos fuimos directamente a Standing Order que lo teníamos al lado.
Aquí tuvimos la única experiencia desagradable con una persona en todo el viaje, y qué casualidad que era "española". Sólo deciros que si vais y os encontráis una camarera pelirroja, ¡habladle mejor en inglés! Bueno, también tuve la que puede ser mejor anécdota del viaje. Fui a los servicios que están bajando unas escaleras, y cuando me disponía a volver a subir no encontraba la puerta. No se cómo, pero al final entré en un pequeño almacén. Y lo mejor de todo, la puerta por donde había entrado no se abría desde dentro! Menos mal que en menos de un minuto estaba una camarera abriéndome la puerta. Menos mal que ésta la típica escocesa amable y al decirle "I'm lost" con una risa de vergüenza se empezó a reir.
Imaginaros las risas que pasamos cuando se lo conté a mi novia. Después de éste buen rato, nos fuimos al hotel, y la verdad que si pillas oferta, es preferible al EasyHotel por tamaño de habitación. Aquí averiguamos que imprimían documentos por 0.3 gbp. ¡Habíamos cometido una pequeña jaimitada!
Ya sin las maletas, eramos libres por las calles de la New Town, que era la zona a la que íbamos a dedicar el día de hoy. Entramos en St. Mary's Cathedral, fuimos después a Charlotte Square, recorrimos las calles George St. y Rose St., hasta llegar a St. Andrew Square.
Hasta las 3 de la tarde no podíamos entrar a nuestra habitación de Tune Hotel, así que pensamos en qué dedicar este tiempo. Como queríamos llegarnos a la tienda SportsDirect, aprovechamos este tiempo con las maletas para ir allí (St. James Shopping, al final de Princes St.) Al final no nos convenció nada de lo que había, pero aprovechamos para imprimir las tarjetas de embarque de vuelta (¡craso error porque nos cobraron mas de 2 libras!), porque no nos fiábamos demasiado de la app de Ryanair, donde se supone que se puede mostrar desde el móvil. Un paseito bastante largo por Princes St. y ya era hora de comer. Nos fuimos directamente a Standing Order que lo teníamos al lado.
Aquí tuvimos la única experiencia desagradable con una persona en todo el viaje, y qué casualidad que era "española". Sólo deciros que si vais y os encontráis una camarera pelirroja, ¡habladle mejor en inglés! Bueno, también tuve la que puede ser mejor anécdota del viaje. Fui a los servicios que están bajando unas escaleras, y cuando me disponía a volver a subir no encontraba la puerta. No se cómo, pero al final entré en un pequeño almacén. Y lo mejor de todo, la puerta por donde había entrado no se abría desde dentro! Menos mal que en menos de un minuto estaba una camarera abriéndome la puerta. Menos mal que ésta la típica escocesa amable y al decirle "I'm lost" con una risa de vergüenza se empezó a reir.
Imaginaros las risas que pasamos cuando se lo conté a mi novia. Después de éste buen rato, nos fuimos al hotel, y la verdad que si pillas oferta, es preferible al EasyHotel por tamaño de habitación. Aquí averiguamos que imprimían documentos por 0.3 gbp. ¡Habíamos cometido una pequeña jaimitada!
Ya sin las maletas, eramos libres por las calles de la New Town, que era la zona a la que íbamos a dedicar el día de hoy. Entramos en St. Mary's Cathedral, fuimos después a Charlotte Square, recorrimos las calles George St. y Rose St., hasta llegar a St. Andrew Square.
Era momento ya de subir a Calton Hill, parándonos antes en el cementerio de enfrente. Lo que más nos llamó la atención de este cementerio fue el obelisco (monumento a los mártires políticos, enviados a Australia como condena), monumento en memoria a soldados americanos y escoceses que murieron en la Guerra de Secesión (con la primera estatua de Lincoln fuera de EEUU), y el panteón donde está David Hume. Puede ser el cementerio más lúgubre en el que estuvimos.
Unos minutos más tarde ya estábamos subiendo a la colina. Primero decidimos ir a la parte norte de la ciudad, con vistas al mar y a la isla Inchkeith. Si ésta vista tiene su aquél, la que da a la parte antigua de Edimburgo es magistral. Estuvimos un rato bastante laaaargo admirando las vistas a la ciudad, a Arthur's Seat, y cómo no, a los monumentos que se encuentran en la misma colina. Una pasada esa zona.
Unos minutos más tarde ya estábamos subiendo a la colina. Primero decidimos ir a la parte norte de la ciudad, con vistas al mar y a la isla Inchkeith. Si ésta vista tiene su aquél, la que da a la parte antigua de Edimburgo es magistral. Estuvimos un rato bastante laaaargo admirando las vistas a la ciudad, a Arthur's Seat, y cómo no, a los monumentos que se encuentran en la misma colina. Una pasada esa zona.
Volvimos hacia la calle Princes St. y teníamos la intención de entrar a los jardines que tienen el mismo nombre, pero estaban ¡cerrados! (Aquí tenéis los horarios). Así que eso lo pasaríamos a lo primero de mañana. Echamos un vistazo por la iglesia de St. John y The Parish, y ya teníamos hecho el planning para este día. Ahora tocaba bebernos unas buenas pintas. Y decidimos ir a uno de los pubs que teníamos apuntados, el Jolly Judge, que está en 493 Lawnmarket, en un callejón al principio de la Royal Mile. El pub es muy acogedor con lo que eso conlleva, es muy pequeñito. Ya sin el deseo de beber cerveza, optamos por irnos al hotel a descansar, parando antes en un Cooperative Food que había de camino. Allí compramos varias cosas para cenar y desayunar al siguiente día. Es buena opción llegarse a la hora que fuimos nosotros, ya que hay ofertas de última hora y te sale bastante a cuenta.