Al tercer día habia llegado el momento de subir a la Gran Dama. Hoy subiriamos a lo alto de sus 320 metros y cumplir asi un sueño.
El día amanecio nublado y con amenaza de lluvias, pero las ganas de ver Paris hizo que el chubasquero ser quedara en la maleta.
Media hora antes de la apertura de las taquillas estabamos haciendo cola para comprar las entradas que nos dejarian en la segunda planta. Nosotros no tuvimos que hacer mucha cola, asi que recomiendo ir a primera hora, porque luego las colas eran kilometricas.
De manera mas o menos rapida llegamos al segundo piso y del tiron, cogimos el ascensor que nos llevaria a lo mas alto de la Torre. No puedo decir que la subida, para alguien que no tiene vertigo es divertida, por desgracia, mi novia lo paso un poco peor que yo, pero una vez subido, no se arrepiente.
Arriba estuvimos como una hora y media, y efectivamente, nos callo un aguacero que no impidio disfrutar de las vistas y la experiencia. Muchas fotos, unas mas graciosas, otras mas serias y mientras tanto, dejo de llover y salio el sol, con lo que ahora si, pudimos contemplar Paris desde su monumento mas ilustre.
Una vez que bajamos, decidimos acercarnos al Hotel que nos pillaba cerquita a coger los chubasqueros por si volvia a llover (y como la ley de Murphy, no volvio a caer en todo el dia

Esta vez nos dirigimos a Trocadero, donde nos comimos un creps de nocilla, muy bueno y barato. Tras volver a pasar por la Torre, nos dirigimos por los Campos de Marte hasta la Ecolé Militaire y acto seguido a Los Invalidos. Entramos por la parte de atras y visitamos la Tumba de Napoleon y un lateral del Museo del Ejercito (es inmenso y no quieriamos dejarnos mucho tiempo). En la puerta de Los Invalidados, mirando hacia la gran avenida que da a Los Palacios, nos comimos un bocata y seguimos nuestra ruta, pasando por el Puente de Alexandre III llegamos al Grand y Petit Palace.
Estos los vimos solamente por fuera y aqui ya se notaba el cansancio que ibamos acumulando.
Decidimos coger un metro y desplazarnos hasta Saint Suplice, y aunque su principal reclamo es "El Codigo Da Vinci", la verdad es que es muy bonita. Al lado estan los Jardines de Luxemburgo, que suponia un alto en nuestro camino para descansar, y pasear tranquilamente, puesto que ya solo nos quedaba ver el Pantheon.
La verdad es que hacia un par de años que habiamos estado en Roma, y claro, las comparaciones son odiosas, pero lo que mas me desilusionó, fue que al estar la cupula en reparacion, habian puesto una lona, y en vez de serigrafiar como en otros monumentos lo que ha debajo, habian puesto un monton de caras pidiendo silencio, y tampoco habia ninguna referencia al Pendulo de Foucault. Llegando incluso a dudar que fuese aqui donde estaba ubicado.
De camino a la estacion, nos topamos con las Termas de Cluny, que al estar cerrada solo pudimos verlas desde la valla, y de aqui, al hotel.
Otro día intenso en esta maravillosa ciudad que habiamos exprimido a tope.
Tras la ducha y cena, decidimos volver a bajar a la Torre Eiffell. Alguna fuerza nos obligaba a volver a acercarnos y contemplarla una vez mas.
No se que tiene esa estructura de metal, pero desde luego que es magnetica.