Día 6 Caen – Dover / Folkestone ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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Nos ponemos en marcha después de desayunar y bajo un tremendo aguacero. Estamos en ruta para las 8:00. Tenemos que estar en el ferry para las 14:20, así que espabilamos. El recorrido entre Caen y Calais por autopista supone 24,70 euros en peajes aproximadamente, incluido el que se cobra por pasar sobre el puente que majestuoso atraviesa la desembocadura del Sena, cerquita de Le Havre. Más cerca todavía está el pueblecito de Honfleur, que es muy bonito. No tenemos modo de pararnos porque andamos escasos de tiempo pero para alguien sin prisa, merece una parada, sobre todo la zona alrededor del puerto. El recorrido hasta Calais supone unas tres horas largas. Hay un área de servicio muy grande cerca de la localidad de Abbeville. Tiene hasta puestos de observación para ver la fauna, sobre todo aves, que habita una marisma cercana.

Conviene llegar a Calais con tiempo suficiente: antes de acceder a las rampas para el ferry hay que pasar dos puestos fronterizos, el francés y luego el británico. Se demoraron bastante en la comprobación de carnets de identidad y demás. No hay muchas cabinas abiertas para agilizar el trámite. El gendarme francés es el que más celo pone en revisar la documentación. No tanto el británico. Pasada la frontera, el embarque a partir del momento en el que se abren las fauces del ferry es bastante rápido. Podemos comprobar cómo en los alrededores de la autopista hay alambradas, vallas y demás parafernalia fronteriza. Vemos también a migrantes corriendo en los márgenes de la autopista con bolsas de deporte y un poco más allá cantidad de barracones para alojarles. El ferry ida y vuelta cuesta 121,23 euros por coche. Los tickets estaban sacados con antelación con la compañía P&O. Hicimos cuentas y estuvimos viendo la manera de pasar por el eurotúnel pero de todas todas nos salía más caro. El paso dura casi dos horas y es cómodo. Tenemos buena mar o al menos el barco no se menea apenas. El tiempo se te pasa enseguida: te entretienes con las maniobras de atraque y desatraque, mirando el paisaje que se aleja, el paisaje que se acerca, las gaviotas que se suben al barco sin billete cansadas de volar y posan como profesionales, haciendo fotos mil, … es un suspiro. El tiempo mejora y desde que hemos llegado a Calais no llueve. Rezamos para que sea así en el otro lado y aunque amenaza, parece que se queda en eso, en amenaza.
El blanco acantilado de Dover se acerca. Entramos en el puerto y enseguida se produce el atraque. El desalojo del barco es rápido y de pronto ya nos encontramos conduciendo al revés. No se me hace muy raro aunque es cierto que tengo un sherpa delante que me facilita la labor. El hotel lo tenemos en Folkestone así que antes de ir allí buscamos los acantilados de Dover para dar por ellos un paseo. Parece que la lluvia nos quiere dar una tregua de modo que intentamos no desairar su cortesía y nos dirigimos a Saint Magarets Bay, un pequeño pueblecito al lado de Dover. Hay que tener en cuenta que las carreteras locales y comarcales en esta zona de Inglaterra al menos, son muy estrechas y la gente no circula lento. No hay arcén y si sacas la mano por la ventanilla corres el peligro de que se te quede en el camino pues los setos que delimitan las fincas llegan hasta el mismo borde de la carretera. Atención pues. Aparcamos en un lugar que se llama Pines Garden.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Hay unos jardines y un museo y para acceder a ellos hay que pagar. Cuando llegamos están cerrados pero como decía, nuestro objetivo es otro. Por Beach Road nos dirigimos al Suroeste y cuando dejamos a nuestra izquierda las últimas casas del pueblo y llegamos a una confluencia de caminos, tomamos un sendero a mano izquierda que remonta una colina herbosa. Más a la izquierda baja una pista que también podríamos tomar dando un poco más de vuelta. Arriba encontramos un camino público que nos llevará al faro bordeando por arriba los acantilados. La vista es preciosa. El verde de la hierba, el blanco de los acantilados y el gris del cielo combinan perfectamente. Una amable inglesa nos ha dicho momentos antes que la vista merecía la pena y no se ha equivocado en nada. Para llegar hasta aquí no hace falta estar muy bien preparado físicamente aunque es conveniente llevar un calzado apropiado, no sandalias o similares. Arriba hay un sendero que te lleva por el borde del acantilado y que luego te saca a un camino que te deja en el faro. El faro se puede visitar y se puede tomar té con pastas en él. Tiene un salón de té muy coqueto y muy british y el té te costará 5 libras, unos 7,50 euros, anticipo de cómo se las gastan por aquí en cuanto a precios. El faro se llama “South Foreland Lighthouse” y la verdad es que es muy coqueto. Tiene su Union Jack y todo que se arría a la hora en que cierran, las 18:00 hora local, creo recordar. Por ese camino público se puede bajar hasta el puerto de Dover y la verdad es que el paseo es muy agradable, una estupenda manera de recorrer el famoso acantilado. No está de más recomendar precaución al recorrer el borde, una por razones evidentes y otra porque se dice que la tierra que sustenta ese acantilado es muy endeble y se suelen producir desprendimientos. De ahí el color blanco tan llamativo que tienen, porque de cuando en cuando se desprende alguna capa dejando al aire nueva tierra.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Después de esta pequeña y grata excursión nos dirigimos al pueblo de Deal y pasamos por Walmer, de donde se dice que es el más probable lugar de desembarco del gran Julio César para conquistar Britannia. Llegamos a Deal y nos cuesta trabajo encontrar un lugar para cenar algo. La mayor parte de los restaurants en donde preguntamos nos dicen que están reservados y empezamos a apurarnos un poco: el estómago pide lo que le corresponde. Finalmente damos con un establecimiento tipo fis and chips que no tiene mala pinta. Está en el paseo marítimo de Deal, justo al lado del típico embarcadero o muelle de madera que se adentra en el mar. Sea View se llama y está justo en la esquina de Beach Street con King Street. Hay al lado algunos pubs con buena pinta. El caso es que nos sentamos y cenamos a gusto. No resulta demasiado caro y el sitio me parece recomendable. Las raciones son generosas y el bacalao rebozado por ejemplo no está mal y viene bien acompañado de patatas y lechuga. ¡¡Nos han salvado la vida!! Hemos pagado unas 10 libras por cabeza, cervezas incluidas, lo cual no está nada mal. El pueblo está bien, tranquilo parece, al menos a estas horas de la tarde. Por lo que se ve, aquí se cena muy pronto y luego se sale al pub a tomarse una pinta.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Se hace de noche y todavía tenemos que llegar al [url=http://www.booking.com/searchresults.es.html?aid=7994077&aid=;label=hotel-106409-gb-c7QOZzR3xc6MP0AGL6Z87wS28580920620%3Apl%3Ata%3Ap1%3Ap2%3Aac%3Aap1t1%3Aneg;sid=12864bcd9b613fd155f099936a0f4c0d;dcid=4;dest_id=-2596358;dest_type=city;highlighted_hotels=106409;hlrd=1;redirected=1;source=hotel&]hotel Windsor[/url] en Folkestone. Las 22:00 es nuestra hora límite para llegar y está anocheciendo así que llamamos al hotel para confirmar nuestra llegada y que nos esperen.
El hotel está situado muy cerca del paseo marítimo de Folkestone, bien ubicado. Es la típica casa victoriana en la que cruje absolutamente todo. El ascensor funciona y las habitaciones son muy viejas. No hay armarios, tenemos tres camas y el baño es pequeño, con un kit de ducha eso sí. El mobiliario es escaso y viejo. El inodoro tiene algún problema que otro cuando tienes que evacuar aguas mayores pues se resiste a tragar. Lo regentan dos personas mayores. Ignoro si es suyo el hotel o simplemente trabajan para alguien. La Wifi funciona bastante bien, al menos en nuestra habitación. En las del resto de amigos, no va tan bien. En recepción sí. Las camas un poco blandas para mi gusto pero conseguimos dormir bien a pesar de los continuos graznidos de las gaviotas, una constante en nuestro viaje hasta ahora, por cierto. En fin, muy mejorable en todos los aspectos, aunque para mejorarlo realmente habría que tirarlo entero. El precio por las tres noches son 148,50 libras la habitación triple, unos 225 euros más o menos.
Mañana nos espera Canterbury.

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