Boca do Inferno-Estoril-Cascais ✏️ Diarios de Viajes de Portugal

---

Por la tarde, armados de nuevo con nuestra camara y expectantes de ir a conocer la famosa Boca do Inferno, nos pusimos en camino hacia Cascais. La Boca do Inferno esta a unos 20 min andando desde Cascais, pero si se va en coche, es bastante fácil aparcar cerca.
La afluencia de los visitantes nos marco el camino hasta el famoso acantilado, donde posteriormente, alguna que otra tienda de souvenirs, refrescos y helados nos indico perfectamente la entrada.

Si hubiésemos estado buscando una escena romántica y bucólica, este seguro que no hubiese sido el sitio, el camino pavimentado entre las rocas, permitía un acceso facilísimo y lógicamente estaba lleno de gente. Algunos que paseaban, otros que gritaban (y mucho!), niños que corrían... Tras sortear a la gente posando para las miles de fotos, conseguimos llegar hasta la costa escarpada llena de entrantes de agua. Dicen que es impresionante con los días de tormenta, quizás por eso esta visita fue un poco decepcionante, ya que el mar en calma no nos permitió disfrutar del famoso espectáculo del sonido que hace el oleaje en días de temporal. El acceso es gratuito y para nosotros fue simplemente eso, un acantilado abarrotado de gente con muy buenas vistas.

Tras ver un rato el paisaje, cogimos otra vez el coche para acercarnos un poco más al casco antiguo de Cascais. Ahí, tras un buen rato de dar vueltas y encontrar finalmente un aparcamiento, nos dirigimos a la estación de tren. Este era nuestro punto de referencia para iniciar el paseo a Estoril. El muelle que une las dos poblaciones, tiene unos 3 km y puede hacerse en menos de 1h a paso ligero. Otra cosa es como lo hicimos nosotros, paseando tranquilamente, parando de vez en cuando para hacer fotos o mirar el paisaje o alguna carta de alguno de los miles de locales que acompañan de forma constante el paseo al lado del mar. Es un paseo muy fácil de hacer, por eso nuevamente esta lleno de gente. Nos llamo la atención lo bien vestida que iba la gente por ser un sitio de playa, realmente el estilo general del pueblo es de gente arreglada y de buenos recursos, aunque también debe haber el que aparenta y por supuesto gente mas sencilla y humilde. Mucho extranjero, sobretodo franceses, familias con niños y personas mayores.

El paseo sigue las vías del tren y esta lleno de restaurantes y bares con terrazas. Algunas invitan a sentarse, pero nosotros queríamos llegar a Estoril con tiempo para entrar en el Casino.
Una vez pasadas las Piscinas de Tamariz, hay un túnel que pasa al otro lado de las vías del tren. El Casino se sitúa imponente al final de un jardín bastante extenso donde nos sentamos un rato a descansar y a admirar la fachada principal del que dicen que es el mas grande de Europa. No hay código de vestir, pero no creo que te lleguen a permitir la entrada si vas muy playero. Hay espectáculos de vez en cuando por la noche, pero nosotros no fuimos a ninguno. Entramos y tras darnos unas vueltas entre tragaperras, gente jugando a la ruleta y bares con gente tomando copas, decidimos salir para ir regresando otra vez tranquilamente hacia Cascais.

La cena decidimos hacerla en el casco antiguo de Cascais. En una de las callejuelas, medio escondido y haciendo esquina en una pequeña placita muy acogedora, encontramos el Dom Pedro (calle de los Inválidos, 32). El restaurante aparecía en nuestra guía y por lo visto en la de algunos otros turistas que hacían cola delante una pequeña terraza de cómo mucho 6 mesas. También había posibilidad de sentarse dentro, pero la agradable terraza cubierta de árboles era la principal preferencia de todos los que esperábamos. Nosotros intentábamos huir de los restaurantes típicos turísticos, pero en este caso, nos pareció que tenía su encanto y que algunos de los comensales deberían ser también locales. Era un local sencillo y poco aparente con un menú de mediodía de unos 8€. El personal muy amable y la comida realmente buena. El bacalao no pudimos probarlo, pues es fresco y ya nos avisaron que se había terminado con las primeras cenas que habían servido esta misma noche. Habría que tener en cuenta que de querer probar el famoso plato de este restaurante, habría que decidir cenar más pronto de lo habitual la próxima vez. Al final cenamos dos personas por unos 27€ pidiendo un plato de carne, una mousse de chocolate y una cerveza cada uno, mas el pan. Hay que tener en cuenta que la cocina cierra muy pronto tanto al mediodía como a la noche, vale la pena asegurarse de los horarios antes de ir.

---