“Quod quisque possit, nisi tentando nesciat”
No es la frase más común con la que empezar un diario de viaje, pero si es la frase con la que comenzó a tomar forma mi aventura. Llevaba unos meses pensando en las vacaciones pero nada me salía bien. No podía confirmar las fechas porque estaba pendiente de unas prácticas y, además mis amigas o no tenían dinero o tenían unos planes muy diferentes a los míos. Solo quedaba la opción de irme sola pero, francamente, me daba un poco de reparo. No me veía capaz, no por miedo, sino por la posibilidad de no disfrutar de las vacaciones sola y llegar a aburrirme. Cada vez estaba más agobiada, hasta que un compañero me dijo esa frase. Significa que “no se puede saber de lo que cada uno es capaz si no se pone a prueba”, y ese fue el comienzo de todo, ya que al día siguiente compre los vuelos y comencé a organizar el resto. Todo estaba en marcha!!
No es la frase más común con la que empezar un diario de viaje, pero si es la frase con la que comenzó a tomar forma mi aventura. Llevaba unos meses pensando en las vacaciones pero nada me salía bien. No podía confirmar las fechas porque estaba pendiente de unas prácticas y, además mis amigas o no tenían dinero o tenían unos planes muy diferentes a los míos. Solo quedaba la opción de irme sola pero, francamente, me daba un poco de reparo. No me veía capaz, no por miedo, sino por la posibilidad de no disfrutar de las vacaciones sola y llegar a aburrirme. Cada vez estaba más agobiada, hasta que un compañero me dijo esa frase. Significa que “no se puede saber de lo que cada uno es capaz si no se pone a prueba”, y ese fue el comienzo de todo, ya que al día siguiente compre los vuelos y comencé a organizar el resto. Todo estaba en marcha!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El destino fue una decisión fácil. Llevaba muchos años queriendo conocer Praga así que, tomando eso como referencia, comenzó la búsqueda. Los vuelos a ese aeropuerto me salían muy caros, por lo que decidí volar a Bratislava y visitar un día esa ciudad.
Un día en Bratislava, 3 días en Praga... y ¿hacía donde continuar? Me decidí por Budapest, por la facilidad de traslado y el buen precio del vuelo de regreso. Aunque para ello tendría que pasar muchas horas de bus, tren y dos noches en el aeropuerto.
Finalmente el viaje quedo así:
22 de septiembre: Traslado Asturias-Madrid en bus.
23 de septiembre: Bratislava.
24,25,26 de septiembre: Praga.
27 de septiembre: Traslado en tren de Praga a Budapest.
28,29,30 de septiembre: Budapest.
1 de octubre: Vuelo a Madrid y bus hasta León, donde alargaría las vacaciones unas horas más.
Después de comprar los vuelos, el siguiente paso fue reservar los traslados a Madrid y entre las ciudades, intentando pillar las ofertas que iban saliendo. El tema de los hoteles fue más difícil, nada se ajustaba a mis expectativas y viajar sola lo convertía misión más difícil todavía. Al final no quedo más remedio que olvidarme de mis imprescindibles… y convertirme en “mochilera acomodada”.
Por mi forma de ser, estoy acostumbrada a preparar los viajes con mucha antelación y llevarlo todo atado. Esta vez eso no era posible... compre los vuelos el 26 de agosto y en menos de un mes me iba!! Compre dos guias, leí todo lo posible por el foro, me hice unas rutas con lo imprescindible, y decidí que sería un viaje muy diferente. No iba a agobiarme por dejar sin ver un museo, una estatua o una calle, por no ir a un restaurante o una cervecería, ni por ver por alto un sitio para poder ver los demás. Pensaba empaparme de su vida cotidiana, encontrar lugares en los que sentarme a leer o simplemente pensar, y disfrutar cada minuto.
¿Os apetece saber si lo conseguí o no? Pues para ello solo tenéis que leer el resto de etapas… Let’s go!!
Un día en Bratislava, 3 días en Praga... y ¿hacía donde continuar? Me decidí por Budapest, por la facilidad de traslado y el buen precio del vuelo de regreso. Aunque para ello tendría que pasar muchas horas de bus, tren y dos noches en el aeropuerto.
Finalmente el viaje quedo así:
22 de septiembre: Traslado Asturias-Madrid en bus.
23 de septiembre: Bratislava.
24,25,26 de septiembre: Praga.
27 de septiembre: Traslado en tren de Praga a Budapest.
28,29,30 de septiembre: Budapest.
1 de octubre: Vuelo a Madrid y bus hasta León, donde alargaría las vacaciones unas horas más.
Después de comprar los vuelos, el siguiente paso fue reservar los traslados a Madrid y entre las ciudades, intentando pillar las ofertas que iban saliendo. El tema de los hoteles fue más difícil, nada se ajustaba a mis expectativas y viajar sola lo convertía misión más difícil todavía. Al final no quedo más remedio que olvidarme de mis imprescindibles… y convertirme en “mochilera acomodada”.
Por mi forma de ser, estoy acostumbrada a preparar los viajes con mucha antelación y llevarlo todo atado. Esta vez eso no era posible... compre los vuelos el 26 de agosto y en menos de un mes me iba!! Compre dos guias, leí todo lo posible por el foro, me hice unas rutas con lo imprescindible, y decidí que sería un viaje muy diferente. No iba a agobiarme por dejar sin ver un museo, una estatua o una calle, por no ir a un restaurante o una cervecería, ni por ver por alto un sitio para poder ver los demás. Pensaba empaparme de su vida cotidiana, encontrar lugares en los que sentarme a leer o simplemente pensar, y disfrutar cada minuto.
¿Os apetece saber si lo conseguí o no? Pues para ello solo tenéis que leer el resto de etapas… Let’s go!!