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La travesía bien. A primera hora la gente se dedica a pasear, salir a cubierta, desayunar lo que ofrece el ferry o lo que se ha traído cada uno de fuera. Nosotros estábamos preparados para aguantar el día de travesía entero. La piscina la abrieron a media mañana y nos animamos a usarla ya que el día acompañaba. Entre esto y paseo por aquí y allá se llegó la hora de desembarcar.
El ferry llego a civitavecchia con meda hora de retraso. Una hora y media antes, más o menos te invitan por megafonía a abandonar tu camarote para esperar en los salones o en cubierta. Lo hacen para poder limpiar los camarotes. Al llegar se forma un pequeño caos, la gente se prepara en los pasillos y las escaleras que dan acceso a las bodegas de carga o la pasarela de salida de pasajeros. Te avisan por megafonía cuando puedes acceder a las bodegas y tienes que llevar contigo todo el equipaje que has usado para la travesía. En la bodega otro pequeño caos, la gente quiere salir rápido, pero debido a que hay que salir por el mismo sitio por el que entramos hay que dar la vuelta a los vehículos y esto se debe de hacer por orden inverso al de entrada. Es decir que si has entrado el primero ten por seguro que saldrás el ultimo (AVISO A NAVEGANTES). Esto no sería un problema grave si no te toca esperar a que el conductor que te bloquea el paso se digne a aparecer, ya que si él no se mueve los demás tampoco.
Después de salir del barco hay un pequeño control aleatorio por parte de la policía italiana, si te toca te toca y punto. Salimos del puerto y enfilamos camino de roma por la autopista.
Es en este momento cuando descubrí varias cosas:
1º por norma general los italianos respetan los límites de velocidad.
2º sin embargo hay otros que se creen fitipaldis y te piden paso dándote las luces.
3º los intermitentes en Italia no se usan o solo los usamos los extranjeros.
4º en ocasiones las líneas continuas no sirven de nada. Si pueden te adelantan.
Bueno después del este salto al vacío sin red llegamos a nuestros apartamento en el barrio del trastevere en roma. es en la zona alta del barrio, zona tranquila y a pocos metros de la estacion de tren Trastevere.
el coche lo pudimos dejar enfrente del apartamento sin problemas. No lo moví hasta que nos fuimos de roma.
El apartamento era un bajo de una casa individual preciosa. tenia un jardín con cenador
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