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Nuestro primer día real en la ciudad. Amaneció lloviendo, como no, pero con una temperatura agradable. Teníamos reservado un tour gratuito con Sanderman a las 10 de la mañana que comenzaba en High Street enfrente del Starbucks. Así que nuestra primera parada era coger el tranvía enfrente del hotel hasta el centro a la parada Princess Street. De allí hasta el punto de encuentro se tarda unos 10 minutos, un poco más si te cuesta la subida empinada a la parte alta.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Siempre siempre recomiendo hacer este tipo de recorridos en los que puedes conocer la ciudad sin perderte y con todo tipo de explicaciones. Nuestra guía se llamaba Eli y es una profesional como la copa del pino. Como ya comenté hay muchos más recorridos y en todos se explica más o menos lo mismo así que es lo mejor que podéis hacer el primer día, empaparos bien de la historia de Escocia. Terminó sobre las 13:30 y tuvimos la mala suerte de tener cerrado el cementerio de Greyfield ya que la noche anterior había muerto una persona, no sabemos en qué extrañas circunstancias.
Empezamos en la misma calle, en la catedral de St. Giles edificio con mucha historia. En sus alrededores, encontramos este monumento en el que tenían la costumbre de colgar a la gente que robaba durante días de las orejas así para que aprendan.
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Y otra curiosidad es este corazón, que si lo pisas la has liado porque no encontraras pareja en tu vida y si quieres amor eterno, un escupitajo en el centro es la clave. Los escoceses no se andan con medias tintas para nada.
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Y enfrente tenéis la estatua del filósofo Hume, al que si estáis de exámenes y le tocáis el dedo del pie tenéis el aprobado asegurado sin estudiar ni nada. Todo son ventajas en esta ciudad.
Cuando acabamos nos enfilamos todo High Street en dirección al Palacio de Holyrood. Comimos en un pub que nos habían recomendado llamado Royal Mile Tavern por un precio de 15.90 libras dos personas. Buena comida, buenas raciones y buena calidad, con algún que otro camarero español (la verdad es que Edimburgo si quieres ir para hablar inglés es complicado porque en pubs, restaurantes y hoteles encuentras a españoles). Una vez terminamos, nos pusimos rumbo al palacio, haciendo antes una paradita en el puente del Norte o North Bridge para observar tanto las vistas del Castillo, del Monumento Scott y el Hotel Balmoral como de Calton Hill.
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Una vez llegamos al Palacio vimos el gran contraste que hay entre éste y el Parlamento Escocés, que está justo enfrente. No entramos al Palacio por aprovechar más el día y porque leí que tampoco te pierdes gran cosa si no entras.
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De allí, dimos marcha atrás hacia North Bridge que cruzamos para después girar a la derecha e ir a Calton Hill. Este lugar sí que no os lo debéis de perder bajo ningún concepto y, al ser posible, lo debéis de visitar al atardecer cuando las vistas son más que maravillosas, al menos en invierno suele ser alrededor de las 16-17 horas de la tarde. Que no os asuste la subida porque no es tanto como parece. Son varias las cositas para ver allí aunque todo se ve por fuera y además allí haréis LA FOTO
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Cuando quisimos bajar, ya era prácticamente de noche así que aprovechamos la tarde para hacer algunas compras en Princess Street, la típica calle que toda ciudad tiene con las tiendas de ropa y demás cosas que podéis desear. Es una calle muy curiosa porque tiene en un lateral las tiendas y en el otro hay un parque en un nivel más bajo y tienes las vistas de la parte alta de la ciudad donde el castillo domina gran parte
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Volvimos al hotel en el tranvía para descansar un poco y ya volvimos a salir para la cena que fuimos a otro pub que nos habían recomendado en High Street llamado Whisky donde cené una hamburguesa casera buenísima por 25.95 libras dos personas. También, como el pub de al lado, totalmente recomendable aunque nos quedamos con ganas de ver la actuación, que no sabemos porqué nunca llegó y eso que era viernes. Muy cerca de allí encontrareis muchos pubs en los que poder disfrutar de actuaciones en vivo de música escocesa.
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