29 / 07 / 2016 Desde Sarlat A Vörstetten
Era el último tramo del viaje de ida. Nuestra idea era hacer que los desplazamientos fuesen parte de las vacaciones en la medida de lo posible. Creo que hacer el viaje del tirón es desperdiciar un día, aun incluso cuando haciéndolo por tramos gastes tres, por no hablar del cansancio que genera y lo peligroso que puede resultar.
Algo más de siete horas que sumadas a 41 € de peajes y 58 € de gasoil nos llevarían desde la maravillosa Sarlat hasta Alemania, donde llegaríamos hacia la media tarde.
Desayunamos en el mismo hotel a lo asturiano, es decir como jabalís. Una de las cosas que tienen las vacaciones es esta, y al no tener que prepararlo, ni que fregar después y que además hay muchos tipos de comida a los que no estás acostumbrado, pues aprovechas y haces unos desayunos que en casa no te atreves ni a plantearte.
Algo más de siete horas que sumadas a 41 € de peajes y 58 € de gasoil nos llevarían desde la maravillosa Sarlat hasta Alemania, donde llegaríamos hacia la media tarde.
Desayunamos en el mismo hotel a lo asturiano, es decir como jabalís. Una de las cosas que tienen las vacaciones es esta, y al no tener que prepararlo, ni que fregar después y que además hay muchos tipos de comida a los que no estás acostumbrado, pues aprovechas y haces unos desayunos que en casa no te atreves ni a plantearte.
El viaje tuvo lugar entre carreteras nacionales y autopistas. Ya os he comentado el tema de los peajes en las autopistas francesas, que son un despropósito y un abuso, aunque eso sí, son buenas vías, con muchos aparcamientos donde descansar, e incluso en bastantes preparados con agua, baños y demás. Me imagino que esto lo apreciarán especialmente los camioneros, y es que en toda mi vida he visto tantos camiones como en este viaje. De hecho, uno de los carriles parecía estar reservado únicamente a esos vehículos, porque te ponías a adelantar y eran filas y filas de trailers.
En Alemania la cosa cambia. No encontramos ni un solo peaje por la zona que anduvimos, , las carreteras son igual de buenas o mejores que en Francia (también tienen cincuenta mil rotondas) y está el tema de las Autobahn, por las que, como ya sabréis, puedes circular sin límites de velocidad.
Al margen de la mayor fluidez y comodidad de la autopista, lo cierto es que hay una gran diferencia en el paisaje, mucho más bonito por carreteras nacionales, en las que atraviesas campos de maíz y girasoles que parecen un mar verde y amarillo.
Aquel día, por no andar enredando, paramos en un centro comercial a comprar unos sándwich para comer por el camino y así nos plantamos en Vörstetten más o menos como estaba planeado.
Allí habíamos alquilado un apartamento a través de Booking con la idea de fijar allí un centro desde el que nos moveríamos tanto por Francia (la zona de Alsacia, que era lo que nos interesaba) como por la Selva Negra. Hubo ciertos problemas para contactar con la persona que debía entregarnos las llaves del apartamento por un error en un número, pero por lo demás, todo bien.
Cuando llegamos al pueblo, el chasco fue notable, ya que el apartamento estaba casi al principio del mismo, había obras en la pequeña carretera de entrada y en fin, no daba la mejor impresión. No tardamos en descubrir lo equivocados que estábamos.
Vörstetten es una pequeña localidad principalmente agrícola, pero no del tipo que vemos en Asturias, que suelen estar bastante descuidadas. Allí la mayoría de las casas rondaban los dos siglos de antigüedad, pero parecían villas residenciales. De hecho, te dabas cuenta de la actividad agrícola, cuando veías los tractores y aperos de labranza en las “casitas auxiliares”. Todo está cuidado y limpio y es muy “luterano” por entendernos. Quizá el hecho de que no haya animales en esas casas (quiero decir, que no hay vacas ni ovejas) ayuda bastante a la limpieza general.
El apartamento, pues muy bien para lo que era: un sitio para dormir, desayunar y cenar durante las vacaciones. Un baño con ducha, un salon/dormitorio/cocina lo bastante grande para los cuatro (dos camas grandes), su terraza, su plaza de parking... en fin, lo normal.
Como habréis imaginado, elegimos ese,porque está a menos de un cuatro de hora de Friburgo y la diferencia de precio con respecto a uno que esté en la ciudad, es como del cielo a la tierra.
Dos consejos si vais a algún sitio de este tipo:
-Llevad un paquete de macarrones y un bote de tomate. Nunca sabes a qué hora vas a llegar, ni lo que hay (o deja de haber) en el punto de destino.
-Si hay una tele moderna (como era el caso) con usb, llevad un disco duro portátil con pelis, especialmente si vais con críos. Nosotros lo hicimos y ayudó bastante en esa parte del dia en que las duchas y las cenas se hacen con mucho cansancio acumulado.
En fin, tras el viaje, la toma de contacto y la puesta a punto estábamos bastante cansados, así que nos acostamos pronto con la expectativa puesta en el dia siguiente, cuando ya empezaba la fase de exploración.