Día 2. Madrid - Cancún ✏️ Diarios de Viajes de Mexico

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A pesar de que nuestro vuelo no salía hasta las 14:00 nos levantamos pronto y fuimos a desayunar al bufe del hotel. El día anterior nos habían dicho que para el traslado al aeropuerto era necesario estar 45 minutos antes en la recepción, así que habíamos calculado acercarnos a las 10:00 para así estar sobre las 11:00 en el aeropuerto (El hotel está cerca del aeropuerto por lo que calculamos que había unos 15 minutos hasta la terminal 1 de Barajas). Al llegar a recepción estaba el transporte preparado para acercar otra pareja con su hijo, así que no tuvimos que esperar. El colmo de la casualidad es que ellos también viajaban a Cancún, y lo hacían en el mismo vuelo que nosotros.

Una vez en Barajas nos acercamos a las ventanillas de Wamos para facturar el equipaje. No había mucha gente haciendo cola, por lo que el trámite no demoró mucho. Eran poco más de las 11:00 y ya habíamos pasado el control de seguridad, así que solo quedaba esperar a embarcar. Mientras hacíamos tiempo aprovechamos para comprar en el dutty free bebida y alguna que otra revista para el vuelo y, aunque sin mucha hambre, comer algo en el Burger King. Había leído que la comida en el avión no era muy buena y en previsión de que tuviéramos que dejarla era mejor ir con algo en el estómago.
A las 13:00 abrieron las puertas de embarque. A pesar de que éramos casi 500 personas este fue rápido y en 30 minutos estábamos todos en nuestros sitios y preparados para salir. Con una puntualidad pasmosa a las 14:00 empezábamos la aproximación a pista para el despegue. Según las indicaciones del comandante, el vuelo nos llevaría 9 horas y media. Paciencia!! no queda otra ….

El avión, un Boeing 747-400, dispone de dos plantas. Nuestros asientos (31F y 31G) estaban en la planta baja y los habíamos reservado previamente por 18€ cada uno, ya que tenían la peculiaridad de que no tenías a nadie delante y disponían de mayor espacio para estirar las piernas. Aunque pagar por reservar asiento encareció el precio del billete fue todo un acierto el hacerlo. La gente al pasar a nuestro lado hacia comentarios sobre la suerte que teníamos y la verdad es que viendo lo ajustados que iban el resto de viajeros era comprensible que nos miraran con cierta envidia.
Cuando llevábamos algo más de 1 hora de vuelo y hacia un buen rato que sobrevolábamos ya el atlántico, nos sirvieron la comida. No era para echar cohetes, pero tampoco era tan mala como decían. ¡Vamos! Que se podía comer. Al terminar sirvieron café o té.
Durante el vuelo pusieron una o dos películas (nosotros llevábamos nuestro propio entretenimiento por lo que no prestamos mucha atención). Muchos aprovecharon para dormir mientras las proyectaban.
Y así fueron pasando las horas... La tranquilidad del vuelo solo se vio alterada por la regañina del comandante cuando alguien tuvo la osadía de fumar en el cuarto de baño y el requerimiento por parte del personal de cabina de si había un médico a bordo por la indisposición de un pasajero.
A la altura de las Bahamas y cuando quedaban escasas 3 horas para llegar a nuestro destino sirvieron una merienda. Siguieron pasando las horas y cuando quisimos darnos cuenta estábamos ya en nuestro destino: México!!!!!

La diferencia horaria de México con España es de 7 horas, por lo que, aunque en España serían más o menos las 00:00 aquí debíamos retroceder las manillas del reloj hasta las 17:00. Acabábamos de retroceder en el tiempo. ¡Que pasada!!!
Al bajar del avión nos encontramos con una fila tremenda para acceder a la ventanilla de inmigración. Después de casi 1 hora para que llegara nuestro turno nos cuñaron la visa en nuestros pasaportes y pudimos pasar a recoger las maletas. El siguiente paso fue superar el veredicto del famoso semáforo .. que será, será… Fue Verde!!! Así que continuamos sin que nos revisaran las maletas.

En la entrada del aeropuerto, al poner un pie fuera, sentimos como nos golpeaban los 30 grados y los más del 80% de humedad del ambiente. Tengo el recuerdo de que la ropa se me pego al cuerpo al momento, como si me acabaran de envasar al vacío.
Nos acercamos a la persona que llevaba el cartel del operador Wamos y nos indicó cual era el autobús que nos trasladaría al hotel. Corrimos a meternos en el autobús en busca del frescor del aire acondicionado ya que veníamos con ropa larga y estar al aire libre era una locura. La ventanilla del autobús no se podía tocar de lo que ardía, con eso ya os digo todo.

Cuando estuvimos todos partimos hacia Playa del Carmen. En el trayecto la persona del tour operador que nos acompañaba nos fue dando un par de consejos como que dejáramos el pasaporte en la caja fuerte del hotel y los diferentes modos de tomar una cerveza en México: chela, chelada y michelada. También nos dijo las horas a las que estábamos citados al día siguiente para una reunión OBLIGATORIA en la que supuestamente nos iba a dar unas informaciones muy importantes y, ¡claro está!, vendernos las excursiones. En nuestro hotel dicha reunión era a las 14:00, lo cual nos vino muy bien ya que así aprovechábamos la mañana para ir hasta Playa del Carmen.

¡Y llegamos al hotel!!! los cristales tintados del autobús nos daban la sensación de que fuera había oscurecido y hacia algo de fresquito. Cuando bajamos nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos … seguía haciendo un calor sofocante.
Mientras hacíamos el chek-in empezó a llover, pero duró lo que un suspiro y no consiguió refrescar el ambiente. Nos entregaron nuestras llaves y nos acompañaron hasta la habitación. De camino nos iban indicando donde quedaban el bufé, el restaurante temático, las piscinas, las canchas de tenis y demás servicios del hotel.

Como estábamos muy cansados deshicimos rápidamente las maletas y bajamos a cenar algo. Cuando terminamos fuimos directos a la habitación ya que estábamos literalmente muertos y al día siguiente ya tendríamos tiempo de explorar el hotel. Ya en la habitación caímos en la cuenta de un ruido que nos había pasado desapercibido antes, era un pitido agudo que molestaba bastante. Tras investigar descubrimos que era la nevera y como no conseguimos que dejara de hacerlo optamos por desenchufarla. Eran las 20:00 locales, pero para nuestro reloj biológico era como si fueran las 02:00 ... así que a dormir que mañana seria otro día.

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