Hoy nos hemos hecho los remolones y nos hemos levantado un poco más tarde que ayer. El desayuno igual que ayer, muy bueno y variado. Con las pilas cargadas y por si ayer no hubiésemos tenido suficiente, como parecía que hoy el tiempo también nos iba a acompañar, decidimos ir paseando a nuestra primera parada, El Museo del Vasa. El paseo nos duraría unos 30 minutos yendo normal. Llegamos al museo a eso de las 10:45.
El museo se inauguró en 1990 y se construyó para albergar al buque de guerra Vasa. Dicho navío se construyó en Estocolmo en 1628 y su vida fue muy corta. Tan corta que en su primera travesía se hundió frente a las costas de Estocolmo. En 1961 se rescató del fondo del mar en perfecto estado, debido sobre todo a la temperatura del agua y a sus condiciones. Se recuperó el 98% del barco y se reconstruyó dentro de dicho museo. Es una visita obligada si vas a estar en Estocolmo, a nosotros nos encantó. Aunque no puedes acceder al barco, puedes verlo desde distintas perspectivas y alturas ya que el museo consta de seis plantas para que lo puedas curiosear desde cualquier ángulo. Entrada: 130 kr / persona.
La visita nos duró más o menos unas 2 horas, pero puedes alargarlo o acortarlo lo que tu quieras.
Como el día era espectacular y no nos queríamos agobiar, nos paramos en una terraza que había a las afueras del museo para tomar unas cervezas.
Después del break fuimos en dirección a nuestra siguiente parada, El Museo Skansen. Lo que es el museo está como en una pequeña montaña, por lo que cuando llegas a la puerta para sacar las entradas tienes la posibilidad de coger un funicular que te deja en la cima. Esto depende de lo cansado que estés o de lo que quieras estar… En nuestro caso, como no queríamos cansarnos mucho decidimos tomar la ida ya que la vuelta lo haríamos andando. Se hace bien porque como vas viendo cosas, cuando te quieres dar cuenta estás en la salida. El precio es 180 Kr/ persona más 30 kr/ persona el funicular. Es un museo que no está mal, pero me parece un poco caro para lo que es. Si vas con niños es totalmente recomendable ya que hay un pequeño zoo con animales autóctonos de la zona.
Por si no lo sabéis fue el primer museo al aire del mundo cuando se inauguró, allá por 1891. Como he comentado antes, puedes visitar un pequeño zoo con renos, lobos, focas y otros animales del país. Pero lo más interesante para mi, es que puedes hacer un viaje al pasado de Suecia cuando visitas las diferentes casas y granjas. Lo que se pretendió en un primer momento era juntar las diferentes culturas del país en el museo, para ello se llevaron “literalmente” diferentes construcciones (granjas enteras, iglesia, casas, escuela) de distintos puntos de Suecia y de distintas épocas (s. XVII y XVIII).
Cuando nos dimos cuenta eran más de las 15:00 y no habíamos comido. Tuvimos que terminar la visita ya que teníamos contratado un crucero por las islas a las 17:30 y debíamos estar en el embarcadero a eso de las 17:00. Como no teníamos hambre decidimos llegar hasta el embarcadero y comer algo antes del crucero.
Como el tranvía para unos metros a la salida del museo decidimos cogerlo, así tendríamos una experiencia más que contar. En este momento es cuando echamos de menos las coronas suecas… Intenté pagar el billete con la tarjeta de crédito, pero la máquina que había en la parada no funcionaba, así que nos subimos al tranvía ya que pagaríamos al revisor. Bien, pues el revisor no tenía datafono, sólo aceptaba moneda. Le explicamos lo que nos sucedió y muy amablemente nos dijo que haría la vista gorda pero que si pasaba algún inspector tendríamos que pagar la multa. Como no estábamos muy a gusto, nos bajamos en la siguiente parada (…que gallinas…, para que luego digan de los españoles ), pero por lo menos pudimos montar en el tranvía,… y encima gratis! Jejeje
Llegamos andando hasta el embarcadero teníamos tiempo de sobra así que nos fuimos a comer a un Fridays que había en Kungsträdgården (la plaza con los cerezos).
Llevábamos contratado desde España el crucero “Royal Canal Tour” con Viator, precio 21.50€/persona. Es totalmente recomendable, en el barco hay audio-guía en español. Es otra forma de ver Estocolmo, desde el agua, además de llegar a islas de la ciudad que no hubiésemos visto.
Ojo ya que tienen dos embarcaderos en Estocolmo, nuestro crucero sale del embarcadero que hay en frente de la plaza Kungsträdgården, el número 3.
Cuando salimos del barco, nos fuimos a emprender otro de los recorridos al cual yo, personalmente tenía muchas ganas y no me defraudó, el metro de Estocolmo. Compramos dos billetes de metro (43 kr/billete) los cuales nos permitieron estar hasta 90 min para recorrer algunas de las estaciones más espectaculares y atractivas de ver. Aquí os dejo algunas fotos de lo que pudimos ver, es un museo subterráneo. Aconsejable realizar esta visita cuando no sea hora punta, por el bullicio de la gente sobre todo.
Salimos maravillados de lo que vimos. Nos bajamos en la parada de T-Centralen para buscar un lugar donde cenar. Eran las 20:00 y no había mucho más que ver. Al final terminamos en un italiano cerca a nuestro hotel, Al Forno Pizzería. Nos tomamos un plato de pasta Frutti di Mare y una pizza Cuatro Estaciones y dos refrescos, todo nos salió por 295 kr. La comida estaba deliciosa y era abundante.
Después de cenar nos fuimos al hotel a descansar. Mañana sería nuestro último día de este viaje.