Llegamos al puerto de El Pireo temprano y decidimos coger un bus turístico (20 € todo el día, luego descubrimos que había otro más barato: 16€) que nos dio una vuelta por el bonito puerto y nos dejó en la Acrópolis (otros 20€ la entrada) donde pasamos un par de horas y lo disfrutamos mucho, y después volvimos a coger el bus para visitar la ciudad de Atenas que yo ya conocía y sabía que no es la más bonita del mundo, por lo que dimos una vuelta completa con el bus y nos bajamos en el Arco de Adriano y el templo de Zeus; visitamos también un parque cercano donde aprovechamos para conectarnos a Internet y comimos, hicimos algunas compras y tomamos un café en una terraza de una calle peatonal muy agradable.

El tiempo no daba para más, volvimos a tomar el bus y regresamos al barco.
La siguiente parada era Katakolon. Nos habían dicho que no tenía nada, que lo único interesante era visitar las ruinas de Olympia, donde se iniciaron las Olimpiadas y donde cada cuatro años se sigue encendiendo la llama para la ceremonia de los Juegos Olímpicos.
Tenía entendido que había una entrada de 6€ para visitar la zona arqueológica y otra aparte de otros 6€ si querías visitar el museo, pero cuando llegamos allí nos encontramos que la entrada valía 12€ sí o sí. Así que visitamos las ruinas y el museo.
Después de ver la Acrópolis, Olympia me pareció un montón de piedras sin apenas nada en pie, y el museo resultó más interesante porque al menos tenía bastantes estatuas mejor o peor conservadas.

Katakolon son apenas un par de calles llenas de tiendas, pero me pareció agradable y tiene un puerto encantador. La gente allí es muy simpática y había quien hablaba español, nos preguntaban de dónde éramos y en cuanto decíamos que de Barcelona salía el temita de marras... De hecho, todo el mundo en todas partes nos preguntaba cómo estaba el asunto y si éramos independentistas o no. Mi amiga lo es, yo no. Y no queríamos hablar de ello ni saber nada de lo que estaba pasando para no amargarnos las vacaciones.
Por la noche era la cena de blanco, pero yo no llevaba en la maleta ni una sola prenda de ese color. No pasa nada, lo pasamos igual estupendamente y después de la cena disfrutamos de una fiesta en la piscina dedicada a los años 70.