Aprovechando nuestras habituales vacaciones playeras, decidimos destinar tres días de primeros de septiembre de 2017 para ir a Almería puesto que hacía ya demasiados años que no nos pasábamos por allí a excepción de algún trayecto corto y de paso. Pensábamos que para entonces las temperaturas estivales se habrían suavizado un poco, pero nos encontramos con una olita de calor, de las tanto padecimos en pasados veranos. Y es que parece que las pillábamos todas .
Situación de Almería en el mapa peninsular.
Nuestra ruta fue más o menos la siguiente según GoogleMaps.
Nuestra ruta fue más o menos la siguiente según GoogleMaps.
MACAEL.
Teníamos curiosidad por visitar el llamado “pueblo del mármol” y, además, nos pillaba de paso, así que hicimos un alto en el camino, que también nos vino muy bien para almorzar. Menuda diferencia de comodidad en los trayectos por la zona desde que funciona la A-92.
Macael al fondo, visto desde la carretera que lleva a las canteras.
Macael está situado a 554 metros de altitud sobre el nivel del mar, se encuentra a 75 kilómetros de Almería capital y a 556 de Madrid. Actualmente cuenta con una población algo superior a los 5.600 habitantes. Desde tiempos inmemoriales la historia de estos lugares está ligada a su principal riqueza: el mármol blanco, que ya fue utilizado por los fenicios para la construcción de sarcófagos.El asentamiento de población original data del siglo X, en plena dominación musulmana, aunque no se han conservado restos de entonces porque el promontorio rocoso donde se instaló la primitiva población se utilizó después como cantera. De aquí se extrajo el mármol para edificaciones tan suntuosas como la Alcazaba de Almería, el Patio de los Leones y los Jardines del Generalife de la Alhambra de Granada. Macael se rindió cuando los Reyes Católicos conquistaron Baza en 1489, si bien los moriscos conservaron sus derechos y tradiciones como consecuencia de la importancia económica que tenían sus canteras de mármol. A mediados del siglo XVI se produjo una rebelión morisca que fue derrotada, lo que trajo como consecuencia una repoblación con familias valencianas y castellanas. Durante todos estos siglos, la economía de Macael se ha basado en la explotación del mármol, que ha conocido diversos procesos en su extracción, pero proporcionando siempre una gran riqueza a sus habitantes, ya que el brillo y la pureza del material es de los más valorados del mundo.
Resulta curioso pasear por las calles de Macael, que en vez de pavimento de baldosas normales cuenta con aceras y esculturas de mármol, como es el caso del Bulevar o Paseo de las Esculturas, que fue el resultado del cimbrado del Arroyo del Marchal en 2007.
Aparcamos el coche gratis y a la sombra, algo fundamental para que no se fundiese sus pobres chapas bajo un sol abrasador. Fuimos caminando unos cinco minutos hasta el Centro Interpretación del Mármol, donde nos entregaron un mapa turístico. Además, tuvimos la oportunidad de ver el museo teniendo como guía a la encargada del centro, una chica muy agradable que nos dio profusas explicaciones sobre la historia de la población y la evolución en las técnicas de explotación y manipulación de su “oro blanco”. Pregunté por el impacto medioambiental y me contó los esfuerzos que se están realizando por minimizar la degradación del terreno.
También se exhiben algunas piezas utilizadas en la película “Exodus”, de Ridley Scott, rodada en las canteras de Macael en 2013.
Entramos a comer en un restaurante donde ponían menús del día a 10 euros (salmorejos, pescado rebozado y carne). La verdad es que no había mucha oferta de restauración. Macael está intentando promocionarse como lugar turístico, pero todavía no cuenta con demasiados visitantes, según pudimos comprobar. Claro que el intenso calor también debía influir en que estuviésemos allí cuatro gatos. Lo más destacado que vimos en la población fue:
La escultura de un mortero (en mármol, claro) que tiene el récord Guinnes como el más grande del mundo. ¡Y vaya si lo es, mide 3,5 metros de altura y pesa 50.000 kilos!
La Plaza de la Constitución es la más destacada de Macael, está en el centro del pueblo y cuenta con varias casas señoriales de principios del siglo XX, entre las que destaca el Ayuntamiento Viejo, con escudo nobiliario.
En el año 2015 se procedió a su remodelación, incorporando una réplica exacta de las Fuente de los Leones de la Alhambra de Granada, para lo cual no es nada fácil conseguir autorización y que fueron esculpidos entre 1362 y 1391 con mármol blanco de Macael.
También en esta plaza se encuentra la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, que data de 1609 y que conserva la torre de estilo mudéjar. En un lateral se halla el monumento que conmemora el nombramiento de la Virgen como Alcaldesa perpetua de la villa en 2014.
Además, son interesantes el Monumento al Cantero y algunas callejuelas de sabor típicamente andaluz, como la Calle Mario Palma, también conocida como de las “escalerillas” por sus 94 escalones. Es una de las más bonitas con sus casas de fachadas encaladas, balaustradas de hierro y macetas con flores.
Presidiendo la villa, se encuentra el Mirador de la Virgen, desde el que se contemplan unas muy amplias vistas panorámicas de Macael, las canteras, las escombreras, el Valle del Almanzora y las Sierras de los Filabres y de la Estancia.
Se puede llegar en coche hasta sus inmediaciones, luego hay que seguir a pie unos cuantos escalones hasta lo alto del cerro donde está el mirador, presidido por una talla de 3 metros de altura de la Virgen del Rosario. Merece la pena el pequeño esfuerzo por contemplar un panorama que, guste mas o menos, llama poderosamente la atención
Fue curioso también encontrarnos con este simpático amiguito según íbamos en e coche hacia la zona del mirador. No hubiéramos esperado su presencia allí.
Para finalizar nuestra visita seguimos unos pocos kilómetros por la carretera y contemplamos las escombreras. Impone bastante ver así el terreno. Yo no entiendo mucho, pero pese a las explicaciones que nos dieron en el Centro del Mármol y en la indudable riqueza económica que proporciona a la zona, no puedes por menos que pensar en las consecuencias ecológicas de todas estas explotaciones.
SIERRA ALHAMILLA.
A continuación nos dispusimos a hacer los 76 kilómetros que hay desde Macael hasta el que sería nuestro lugar de alojamiento durante las dos noches siguientes: el Hotel Balneario de Sierra Alhamilla.
La Sierra Alhamilla es un sistema montañoso de abruptas vertientes, que pertenece a las Sierras Béticas. Se encuentra a unos 15 kilómetros de la capital, frente al cercano desierto de Tabernas, y supone una especie de oasis, donde destaca una gran masa de encinas entre las que aparecen algunas palmeras. Su punto más alto es el Pico Coletavi con 1.387 msnm.
Para llegar al Hotel, situado en el término municipal de Pechina, hay que ascender por una empinada carretera, que permite contemplar los descarnados paisajes de los áridos terrenos que lo circundan y que llegan a poner un nudo en la garganta hasta, de pronto, parecemos divisar un extraño oasis.
Ya en torno al balneario nos topamos con unas vistas imponentes de la Bahía de Almería.
Los fenicios ya conocían las propiedades de las aguas termales que emanan aquí a 58 grados como consecuencia de una actividad volcánica permanente. Los romanos y, sobre todo, los árabes aprovecharon sus propiedades curativas mediante la utilización de albercas, algunas de las cuales todavía se conservan.
Los fenicios ya conocían las propiedades de las aguas termales que emanan aquí a 58 grados como consecuencia de una actividad volcánica permanente. Los romanos y, sobre todo, los árabes aprovecharon sus propiedades curativas mediante la utilización de albercas, algunas de las cuales todavía se conservan.
Nos había llamado mucho la atención este sitio al verlo en fotos con semejante vegetación en aquel árido panorama, de modo que reservamos dos noches en el mencionado Hotel, donde se puede disfrutar de baños y tratamientos terapéuticos. El obispo San Claudio Sanz y Torres y Ruiz Castañeda ordenó construir este edificio sobre ruinas romanas y árabes en 1797, fecha en que fueron enajenadas las aguas para uso del balneario y permanecieron bajo control episcopal hasta 1841. En 1876 pasaron a titularidad municipal. El balneario se cerró en 1918.
En 1984 se rehabilitó el edificio y se recuperó como hotel, en el que destaca el precioso patio descubierto con una fuente al que dan las habitaciones. Es un lugar bonito, con encanto, aunque un tanto decadente. Lo mismo se puede decir de las habitaciones, anticuadas y en las que se echa de menos un aparato de aire acondicionado pues el ventilador que hay en el techo, sobre la cama, no es suficiente si hace el calor que nos pilló a nosotros. Otra cosa que no nos gustó fue que en el cuarto de baño los cristales exteriores son transparentes y no hay cortinas en las ventanas, con lo cual la “exhibición” resulta enojosa y manifiesta. Menos mal que apenas había gente en los edificios de enfrente.
Los alrededores están bastante descuidados y se nota que antaño conocieron mejores tiempos. Hay una pequeña barriada con un par de restaurantes y también una ermita dedicada a San Claudio y unas cuevas. Además, vimos una alberca donde se recoge el agua que mana de una de las fuentes, en la que se puede comprobar la alta temperatura del agua.
Utilizamos dos servicios del balneario con precio adicional: el baño en las albercas interiores y un servicio de masajes. Además, una noche cenamos el menú, cuyo precio era de 16 euros. Estuvo bien, aunque lo mejor era la terraza, con buenas vistas y donde ya a las diez y pico corría un aire fresquito que se agradecía de verás. Un lugar interesante esta sierra, aunque me parece suficiente con una noche de alojamiento si acaso porque no hay mucho que hacer por allí, con lo cual los desplazamientos en coche arriba y abajo son casi obligados.
TABERNAS: EL DESIERTO DE CINE ALMERIENSE.
Desde Sierra Alhamilla hasta el pueblo de Tabernas hay unos 25 kilómetros, pero una parte del terreno que se contempla desde el desierto de cine almeriense hacia el este, mirando en dirección de la capital, corresponde a dicha sierra. De hecho, en esta imagen, se puede contemplar, en lo alto, su vegetación coronando los cerros pedregosos del "far west".
Aunque los accesos han cambiado mucho y para mejor, el escenario que encontramos en este lugar tan peculiar de la geografía española nos pareció cuadrar bastante con el que conocimos hace más de treinta años y cuyo descarnado entorno volvió a atraparnos porque cuenta con un encanto magnético pese a su aridez, obre todo a última hora de la tarde, que fue cuando pasamos por allí la primera jornada, de camino a Sierra Alhamilla.
Estamos ante un paisaje subdesértico, que presenta cárcavas, barrancos y ramblas. El clima es subtropical desértico, con precipitaciones escasas e irregulares, principalmente en otoño y primavera y, frecuentemente, con carácter torrencial. Las temperaturas pueden oscilar desde cinco grados bajo cero a 48 sobre cero. Aunque no lo parezca a primera vista, existe bastante vegetación y en los bordes de las ramblas crecen el taray junto con retamas, adelfas, higueras y palmeras; en las laderas de las montañas se pueden ver plantas aromáticas, esparto, albardín… Respecto a la fauna hay rapaces, algunos zorros, conejos, liebres y lirones, pero sobre todo abundan los reptiles, los anfibios y los insectos.
El pueblo que da nombre a la zona es Tabernas, presidido por un castillo nazarí construido en el siglo XI en lo alto de un cerro. Otros puntos interesantes son una iglesia de 1505, de estilo mudéjar tardío, y el teatro municipal, de mediados del siglo XX, actualmente rehabilitado. También se puede tomar unas tapas en alguno de sus bares, que conservan muchos carteles y recuerdos de las películas y los actores que le dieron fama internacional.
Como casi todo el mundo sabe, estos parajes fueron utilizados para el rodaje de películas que recreaban lugares del norte de África, desiertos árabes y, sobre todo, del oeste americano. Desde el primer rodaje, que tuvo lugar en 1954, han sido más de trescientas las escenas de películas que se han rodado en Tabernas, algunas tan famosas como Indiana Jones, Lawrence de Arabia, Patton, con la presencia de directores y actores que terminaron convirtiéndose en auténticas leyendas del cine, hablamos de Clint Eastwood, Harrison Ford, Brigitte Bardot, Claudia Cardinale, John Houston, Sean Connery, Henry Fonda, Orson Welles… Entre los films más conocidos están los llamados “spaguetti-wester” de los años sesenta, entre los que sobresalen los dirigidos por Sergio Leone. En la actualidad, todavía se siguen realizando rodajes aquí, pero ya a mucha menor escala.
Decorados utilizados recientemente.
Aparte de algunas estructuras que se pueden ver abandonadas por varios sitios, en el desierto de Tabernas aún subsisten algunos de los decorados del oeste erigidos en su día por los estudios cinematográficos y que se pueden visitar a modo de parque temático. Los tres principales son:
- Mini-Holliwood, el más antiguo de los ocho que llegó a haber en los tiempos de gloria. Aquí se rodaron películas como “Por un puñado de dólares” y “La muerte tenía un precio”.
- Ford Bravo-Texas-Hollywood, construido en 1965. Tiene dos áreas diferentes, una que recrea al típico poblado del oeste y otra que representa a un poblado mejicano. Se siguen rodando series y películas.
- Western-Leone, que se levantó en 1968 para hacer “Hasta que llegó su hora”.
- Ford Bravo-Texas-Hollywood, construido en 1965. Tiene dos áreas diferentes, una que recrea al típico poblado del oeste y otra que representa a un poblado mejicano. Se siguen rodando series y películas.
- Western-Leone, que se levantó en 1968 para hacer “Hasta que llegó su hora”.
Decorados en Wester-Leone.
Al circular por la carretera se van viendo los carteles que anuncian estos estudios. La primera vez que estuvimos por aquí estuvimos en Mini-Holliwood. Recuerdo que fue por la mañana, había mucha gente y nos lo pasamos bastante bien viendo el poblado, comiendo en la cantina-restaurante, contemplando las exhibiciones de vaqueros, pistoleros e indios a caballo, con sus correrías, persecuciones y disparos y haciéndonos las grotescas pero divertidas fotos de recuerdo con sogas de ahorcado y grilletes. En esta ocasión, fuimos a visitar el estudio Wester-Leone, más que nada por ver los escenarios naturales de una película que nos gusta mucho, sobre todo la música, y algunos de cuyos decorados aún resultan reconocibles.
Por la tarde y con bastante calor, apenas éramos una docena de visitantes y permanecimos dentro poco más de media hora, ni siquiera nos quedamos a la consabida demostración de indios y pistoleros a caballo. En fin, no sé, quizás los tiempos han cambiado y nosotros mucho más, pero le encontramos muy poca gracia al asunto aparte de ver un paisaje que tampoco cambia mucho respecto a lo que se aprecia desde el exterior. Menos mal que “sólo” nos costó 11 euros por cada uno, bastante menos que los 22,50 que cobra el Mini-Hollywood o los 19,40 de Ford Bravo, aunque es cierto que éstos, por lo que recuerdo, tienen bastantes más decorados y entretenimiento. Estos precios son los de la entrada normal de adulto, para los niños son bastante más baratos, incluso la mitad. Y los peques son, sin duda, los que más lo disfrutan.
Las tiendas de los indios son muy de mentira
Nos hubiera gustado hacer algunas rutas a pie (que las hay) para conocer mejor la zona, pero en pleno verano y con el calor que hacía resultaba impensable a no ser que aspirásemos a quedar como las calaveras que aparecen en las películas de indios y vaqueros, convertidos en un ingrediente macabro del paisaje . En otra ocasión.