Llegamos a Apia en nuestro vuelo desde Auckland a las 8:30pm. El aeropuerto de Apia es muy pequeñín y no tardamos mucho en salir y pasar el control de pasaportes. Habíamos leído que el mejor sitio para cambiar moneda era en las casas de cambio de Apia, pero el día siguiente era festivo y estarían todas cerradas así que cambiamos en el segundo mejor sitio: en el propio aeropuerto. Fuera de Apia, y sobre todo en Savai’i (donde iríamos al día siguiente) el tipo de cambio es bastante peor, o eso pensábamos. En el aeropuerto hay varios puestos de cambio de moneda, casi todos de Western Union, pero justo al salir, después de coger las maletas, vimos un puesto de ANZ que daba un tipo un pelín mejor, así que cambiamos allí. El tema del dinero es un poco complicado en Samoa: pocos sitios aceptan tarjetas, y de los que las aceptan, casi todos cobran 2-4% de comisión; hay pocos cajeros para sacar efectivo; y la opción de cambiar dinero tampoco es la mejor porque el tipo de cambio lleva incluida una comisión del 2% más o menos.
Como llegábamos de noche y el aeropuerto está a una hora del hotel, habíamos organizado un taxi para que nos recogiera (a través del propio hotel) por 65T. El chico estaba allí esperándonos pacientemente, pero antes de montarnos en el coche queríamos pasar por la tienda Bluesky (uno de los operadores de telefonía de la isla) para coger una SIM (gratis) y un plan de datos (11T 2Gb para 5 días, pero cargamos 25T para poder renovarlo a los 5 días y para tener 3T de saldo por si teníamos que hacer alguna llamada). Con todos los trámites hechos nos montamos por fin en el coche y pusimos rumbo al hotel. Como era de noche no pudimos ver mucho, pero sí nos fijamos en las muchas iglesias y perros callejeros que vimos por el camino. Poco más de una hora más tarde estábamos en el hotel y esa noche cenamos unos sándwiches que llevábamos preparados desde casa, porque intuíamos que iba a ser difícil encontrar un sitio para cenar a esas horas.
A la mañana siguiente nos entregaron el coche puntualmente a las 9 de la mañana. Como ya comenté, era un Hyundai Creta nuevo, y nos ofrecían la opción de pagar con tarjeta pero con comisión, así que pagamos en efectivo. Ese día se celebraba la Independencia de Samoa y era festivo, y la ciudad estaba muy muerta, y los mercadillos cerrados. Contábamos con ello y nos fuimos directos al Palolo Deep Marine Reserve, uno de los mejores puntos de snorkel de todo Samoa, y que curiosamente está junto al puerto de Apia. Es básicamente un “blue hole” bastante profundo con paredes de coral y muchos peces, al que se accede nadando desde la orilla. La entrada cuesta 5T y se puede alquilar equipo de snorkel, aunque nosotros llevábamos el nuestro. Lo mejor es ir en marea alta, o lo más cerca posible, pero nosotros no teníamos muchas opciones y cuando llegamos estaba ya bajando y no pudimos estar mucho rato en el agua. Pero el tiempo que estuvimos nos encantó, vimos montones de peces y el coral estaba bastante bien.
Después del chapuzón, que nos supo genial porque a esas hora ya hacía un calor interesante, pusimos rumbo a las Papaseea sliding rocks, unas rocas por donde discurre un río que ha formado unas pozas naturales. La gracia es que las rocas están muy pulidas y la gente se tira por ellas como si fueran toboganes. La entrada cuesta 5T y desde el parking hay que bajar unos escalones que luego se hacen muy largos para subir. Nos asomamos para hacer alguna foto y por curiosidad, pero siendo época seca había poca cantidad de agua para nuestro gusto y no nos tiramos.
Papaseea sliding rocks
No había mucho más que hacer en Apia así que pusimos rumbo al ferry. La Samoa Shipping Company es la empresa que gestiona el ferry y hay varios cruces al día. Nosotros teníamos reserva para el barco de las 2 pero teníamos que estar allí una hora antes; al final llegamos con muchísimo tiempo. Por el camino paramos en una pequeña tienda a comprar algo de agua y snacks. Llegamos al muelle y allí mismo pudimos comprar algo de comer (un pastel de carne y pork buns, muy baratito, por 7.5T). La agencia de alquiler nos había gestionado la reserva del coche+conductor, y al llegar compramos el billete del pasajero (12T). Como nos sobraba tiempo nos sentamos en la playa que hay junto al muelle para comer. Esta playa está a continuación del Sheraton, y es espectacular:
Playa del Sheraton
Era una playa preciosa y nos dimos un bañito antes de volver al coche, porque hacía muchísimo calor. A la 1:40 nos dejaron ya subir al barco. El ferry era pequeñito y creo que sólo había 3 coches incluyendo el nuestro (a la vuelta sería otra historia!). Salimos muy puntuales a las 2. El cruce no es muy largo, hora y media más o menos, y el agua estaba tranquila así que fue un trayecto agradable.
Ferry de Samoa Shipping Co
Llegamos a Salelologa, en el sureste de Savai’i, y desde allí fuimos directos al hotel donde estaríamos las dos siguientes noches, el Stevenson’s en la playa de Manase, más o menos a una hora desde el muelle. Por el camino atravesamos varios pueblos y ya empezamos a ver que Savai’i era distinta a Upolu: menos gente, más cuidada, más limpia, más auténtica. Todos los que nos cruzábamos andando por la carretera nos saludaban sonriendo, y aunque suene muy cursi, se respiraba serenidad.
Llegamos justo a tiempo de disfrutar de un bonito atardecer en la piscina del hotel con un par de cervezas bien frías. Por cierto, probamos varias cervezas locales (Taula y Vailima) durante el viaje, y se dejan beber bastante a gusto, la verdad.
Primer atardecer en Savai’i
Este hotel no incluía la cena como la mayoría de los que vendrían después, pero tiene restaurante y cenamos ahí mismo. Esa noche tenían langosta como plato del día y nos dimos un homenaje. El tema de comidas en Samoa es fácil: la mayor parte de los fales y algunos hoteles incluyen desayuno y cena en las comidas; los que no incluyen cena tienen un restaurante propio donde puedes cenar. Fuera de Apia casi no hay restaurantes como tal fuera de hoteles/resorts, así que lo normal es cenar donde te alojas, o en algún otro hotel cercano. Las comidas son más baratas que las cenas y también es normal comer en algún hotel o resort, aunque no te alojes ahí. Para daros una idea de precios en el Stevenson’s: el plato de langosta fueron 65T, una ensalada de pulpo 50T, las cervezas locales 6-7T, los platos principales del menú ~40T, los platos de la comida ~30T, una cocacola 6T. La comida en otros hoteles donde estuvimos después era algo más barata, con platos por ~20T.
Opinión del White House Apia: Buena opción para pasar la primera o la última noche como hicimos nosotros. Es básico pero está limpio y bien situado (unos 10 minutos andando al centro de Apia), y el dueño es súper agradable y te ayuda en todo lo que puede. El desayuno estaba incluido pero era algo básico comparado con los que vimos después. No cobra comisión por pagar con tarjeta, lo cual es poco corriente y de agradecer, y las habitaciones tienen aire acondicionado. Lo malo es que si amanecéis allí un día laborable, el ruido del tráfico os despertará bien prontito.
Opinión del Stevenson’s Manase: Habíamos reservado un “Euro fale” que no es más que una versión moderna y mejorada de los fales samoanos, con camas en condiciones (no colchones en el suelo) y baño propio que se puede cerrar con llave para dejar tus pertenencias dentro. Nos encantó. El hotel tiene muchos puntos positivos: piscina bien hermosa, kayaks, paddleboards, billares, dardos, juegos de mesa… todo gratis. El desayuno estaba muy rico, aunque los huevos costaban extra (10-15T). La comida del restaurante era un pelín cara pero estaba buena, y tenían cocacola light, que es todo un logro en Samoa. El personal era muy amable. Lo malo: recargo por pagar con tarjeta, y al reservar en booking había que pagar por adelantado, con lo cual no puedes evitar el recargo. El hotel no tiene un playa como tal, el acceso al agua es por escalones o rocas.