Domingo 28 de Julio:
Nuestro primer destino del día era una caminata. El primer día, cuando entramos a preguntar en el centro de visitanes de Banff, la chica que nos atendió nos recomendó la ruta C Level Cirque, que empezaba bastante cerca del pueblo de Banff, en el Upper Bankhead Parking, al lado del lago Minnewanka. La verdad es que no había leído nada de ella pero decidimos probar. Está clasificada como dificultad media, y con una duración de unas 3 horas. Fuimos de los primeros en llegar otra vez, y durante la subida no nos encontramos con nadie. A esas horas y yendo los tres solos nos daban un poco de respeto los osos, ya que había carteles avisando de su presencia en la zona, pero no vimos ninguno. Por el camino te encuentras unos edificios abandonados y unos agujeros en el suelo que están protegidos para que no caiga nadie ni ningún animal. Pertenecen a una antigua zona minera. El camino es bastante empinado y discurre casi todo el tiempo entre árboles, sin vistas panorámicas. Al final llegas a un circo de montaña, ya muy cerca de la cumbre, y las vistas hacia el valle son mucho más amplias. En el circo encontramos unas marmotas que estaban tomando el sol. Aparentemente no nos hacían mucho caso, pero si te acercabas para hacerles fotos se apartaban. También había picas, una especie de ardilla muy común por la zona. En cierto momento escuchamos un silbido que venía de la parte alta de la montaña, y pensamos que habría gente por allí, ya que sonaba como un silbido humano. Lo escuchamos varias veces, pero en una de ellas, una de las marmotas que estaban abajo respondió con un silbido similar, lo hacían ellas!! Así que ese día aprendimos cómo silban las marmotas, era curioso. El camino de bajada fue más liviano, como de costumbre, y además ya nos íbamos encontrando gente que subían y se hizo más ameno también.
De vuelta al parking cogimos el coche para ir al lago Minnewanka. Intentamos aparcar en el parking que hay junto al lago, que es bastante grande, pero fue imposible. Era domingo y se notaba que la gente estaba por allí para pasar el día, así que tuvimos de darnos media vuelta y salir. Seguimos por la Lake Minnewanka Scenic Drive, una carretera de un sólo sentido circular, y en la zona que bordea el lago encontramos un rebaño de cabras, y por supuesto, unos cuantos coches parados contemplando el espectáculo natural. Nosotros también paramos y estuvimos observando a los animales. Sin duda es algo que nos ha encantado de los parques de Canadá, la facilidad para ver distintos tipos de animales y poder contemplarlos en su entorno natural.
Aprovechamos para comer en esta zona, en una pequeña playa del lago, y de paso descansábamos de la caminata de la mañana. Después seguimos la carretera escénica hasta llegar al lago Johnson, pasando también por el Two Jack Lake. En ambos casos vimos muchísima gente pasando el día con sus canoas, barbacoas, sillas, mesas... es una zona de recreo muy visitada.
Para el día siguiente teníamos previsto dedicarle el día a la Icefields Parkway, la carretera que une el parque nacional de Banff con el de Jasper, pero como Mar se volvía para España se lo iba a perder, así que dedicamos la tarde a hacer kilómetros y recorrer parte de esa carretera para ver algunos de sus puntos más señalados. Tiene fama de ser la carretera más bonita del mundo, y no sé si lo será, pero desde luego es impresionante. Es un gustazo conducir mientras ves pasar esos paisajes por la ventana: montañas, glaciares, bosques, ríos y lagos azules...
La primera parada fue en el Lago Peyto. Este lago es de origen glaciar, como muchos en las Rocosas, y por tanto tiene el característico color azulado. Lo más peculiar es su forma, es alargado, en la base de una montaña, pero desde el mirador el extremos más alejado tiene forma de cabeza de lobo, muy bonito. Para llegar desde el parking hay que andar unos minutos por un camino fácil, y se llega a un amplio mirador desde donde hay buenas vistas. Eso sí, aquello estaba bastante lleno de gente, ya que también aparcan allí autobuses de excursiones organizadas, pero merece la pena parar y estar un rato allí contemplando el paisaje.
La siguiente parada estaba un poco más lejos aún, a una media hora de coche, y era el Mistaya Canyon. Desde el parking que hay junto a la carretera hay una pequeña caminata cuesta abajo hasta llegar al río, pero no lleva mucho tiempo, unos pocos minutos. Allí se puede ver cómo se encajona el agua del río entre unas paredes rocosas que forman un estrecho cañón. Es un sitio precioso también, y además apenas había gente, por lo que lo pudimos disfrutar y fotografíar a nuestras anchas. Sin duda es una parada muy recomendable en la Icefields Parkway.
Con esto dimos por finalizado el día en cuanto a visitas y emprendimos el regreso a Banff. Antes de dejar al Icefields Parkway y entrar en la autopista 1 se pasa por unas casetas que son la entrada del parque, y allí, justo al lado, nos encontramos con otro oso negro que estaba comiendo hierbas muy tranquilamente. Pudimos parar justo al lado y contemplarlo durante un buen rato hasta que se fue hacia otro sitio. Fue el oso que más cerca tuvimos en todo el viaje.
En Banff cenamos en un Pacini, un italiano de la misma cadena del que estuvimos en Montreal. Y con esto yo, satisfechos de un día que nos había gustado mucho, nos volvimos al hotel. Tocaba hacer las maletas ya que Mar se volvía a España al día siguiente y Victor y yo continuábamos el viaje yendo a Jasper.