Ultimo día en Sevilla para el cual había dejado la visita a la plaza de España y al parque de María Luisa. Así que tras dejar la habitación y la maleta en recepción me encamine andando hacia. La plaza de España es un conjunto arquitectónico que se construyo de cara a la exposición iberoamericana de 1929, tiene una forma semi-elíptica, que simboliza el abrazo de España a sus antiguos territorios americanos y mira hacia el río Guadalquivir, como camino a seguir hacia América.
Está bordeada por un canal que es atravesado por cuatro puentes que representan los 4 antiguos reinos de España. En las paredes de la plaza se encuentra una serie de 48 bancos que representan a cuarenta y seis provincias españolas peninsulares (todas excepto Sevilla) y los dos archipiélagos (Canarias y Baleares), con su escudo, un mapa y un paño de azulejo con hechos históricos destacados de la provincia representado, colocados en orden alfabético. La plaza ha sido utilizada como escenarios en múltiples películas entre las cuales Lawrence de Arabia y el Ataque de los clones, episodio 2 de Star Wars.
Una de las dependencias alberga el Museo Histórico Militar de Sevilla cuya entrada es gratuita. No es muy grande pero me pareció interesante; En una de las salas se exponen maquetas y dioramas, banderas, uniformes (me sorprendió encontrar una vitrina con botones de los distintos regimientos que lucharon en la guerra de independencia. El sótano está dedicado a distintas armas. Se visita rápidamente y merece la pena dedicarle un vistazo.
El espacio que forma hoy día el parque de María Luisa formaba parte originalmente de los jardines privados del palacio de San Telmo y en la actualidad tanto la plaza de España como la plaza de América están integradas a los jardines. El parque está jalonado por distintas glorietas y fuentes con espaciosas avenidas que permiten el acceso a las calesas. En la parte central sus dos elementos más destacables son el monte Gurugú y el estanque de los patos. Os dejo a continuación una pequeña muestra de fotos, aunque no me llovió durante el paseo, el cielo estuvo nuboso pero por la frondosa vegetación me pude imaginar que durante los meses más calurosos el lugar se llenaría de sevillanos buscando resguardarse del sol. Es un lugar muy bonito que hay que disfrutar sin prisa.
Alrededor de la plaza de América se encuentran el museo de artes y costumbres populares y el museo arqueológico, ambos son antiguos pabellones de la exposición iberoamericana de 1929. Visite el primero, en el se hallan expuestos varios objetos de final del siglo XIX y principio del siglo XX, hay varias salas dedicadas a profesiones antiguas que han desaparecido siendo los objetos que se ven donaciones de los profesionales. Es una visita que se hace rápido siendo la entrada gratuita.
Tras acabar mí paseo por el parque de María Luisa y como aun me sobraba tiempo me acerque al palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la junta de Andalucía, para tomar unas fotos de sus fachadas, sobre todo de la fachada norte puesto que en su parte superior hay una serie de doce esculturas de sevillanos ilustres.
Después toco volver al hotel a recoger la maleta y a continuación un taxi para que me llevara a la estación de ferrocarril puesto que mi AVE salía a las 14:50.
Me Encanto Sevilla, siempre uno escucha maravillas de esa ciudad pero personalmente creo que hasta que uno no la visita no se da cuenta de lo preciosa que es. Me hubiera gustado que el tiempo acompañara, al menos que el sol no fuera escondido tan a menudo por las nubes, porque estoy convencido que bajo la luz del astro sol y como dice la canción “Sevilla tiene un color especial.” Aunque pude ver todo lo que tenía previsto aun me deje cosas por descubrir, seguramente para una próxima vez puesto que no descarto volver. Sevilla es una de esas ciudades de las cuales a uno le captiva y siempre la tiene presente en su corazón, algo que es facilitado por el carácter de los andaluces no cabe duda pero también por sus monumentos e historia.
Me Encanto Sevilla, siempre uno escucha maravillas de esa ciudad pero personalmente creo que hasta que uno no la visita no se da cuenta de lo preciosa que es. Me hubiera gustado que el tiempo acompañara, al menos que el sol no fuera escondido tan a menudo por las nubes, porque estoy convencido que bajo la luz del astro sol y como dice la canción “Sevilla tiene un color especial.” Aunque pude ver todo lo que tenía previsto aun me deje cosas por descubrir, seguramente para una próxima vez puesto que no descarto volver. Sevilla es una de esas ciudades de las cuales a uno le captiva y siempre la tiene presente en su corazón, algo que es facilitado por el carácter de los andaluces no cabe duda pero también por sus monumentos e historia.