Sendero de los Roques de García.
Dejamos el coche en el Parador y nos dispusimos a hacer el Sendero de los Roques de García, esta vez completo. Fue muy buena idea dejarlo para por la tarde, ya que había mucha menos gente (de hecho al final nos quedamos casi solos) y, además, el sol al atardecer le da un precioso tono rojizo a las enormes rocas, convirtiendo los paisajes todavía en más espectaculares.
Ruta de los Roques de García vista desde la carretera


Empezábamos por aquí.





La red principal de senderos del Parque consta de 21 rutas de diferente duración, longitud y niveles de dificultad. El de los Roques de García es el número tres, uno de los más asequibles, con 3,6 kilómetros de longitud, dos horas de duración, grado de dificultad fácil (pero no es un paseo, que nadie se confunda) y de carácter circular, con inicio y final en el Mirador de la Ruleta, frente al Parador de Turismo. Los desniveles acumulados de descenso y de ascenso son de 211 y 215 metros, respectivamente.
Panel informativo del Parque con la red principal de senderos.


El sentido habitual del sendero es empezar por la derecha, a través de un camino muy sencillo delimitado por piedras, y terminar por la izquierda, subiendo por un serpenteante sendero entre paredones de magma viscosa. Así lo hice la tarde anterior en el tramo que realicé. Sin embargo, en esta ocasión lo hicimos al revés y no nos arrepentimos, aunque en ambos sentidos se tienen que afrontar subidas bastante pronunciadas, aunque no excesivamente largas, por un terreno quebrado e irregular en el que hay que ir con cuidado.



En la primera parte, tuvimos que afrontar un descenso prolongado, dejando a nuestra derecha el conjunto de roques que teníamos que rodear (Cinchado, el Torrotito, el Burro, Roques Blancos…), a cual más espectacular. Además, según fuimos caminando sus formas variaban, presentando estampas de lo más pintoresco. Otra ventaja era la luz, pues los que estaban en sombra adquirían matices tenebrosos y los que recibían los rayos del sol reverberaban en deslumbrantes tonos ocres y rojizos. Todo un espectáculo.




Al fin, llegamos a una planicie, en la que pudimos divisar una imponente formación denominada “La Catedral”, en realidad una chimenea volcánica por donde salía la lava que terminó por solidificarse y que ahora resulta claramente visible gracias al proceso erosivo.



También nos topamos con una de las plantas más bellas y famosas del entorno del Teide, el tajinaste. Faltaba su peculiar flor roja, que florece en mayo, pero incluso el tono marrón marcaba inequívocamente un terreno en el que es muy frecuente.

Continuamos con otro ascenso, al final del cual pudimos contemplar a vista de pájaro todo lo que habíamos ido pateando anteriormente, incluyendo otra fabulosa colada de lavas abombadas y poco rugosas, llamada “La Cascada”. Y también otras formaciones de lavas retorcidas o cordadas que parecían arder con la luz del sol poniente.





Dejamos de subir al llegar a especie de mirador sobre el Llano de Ucanca que nos dejó atónitos. ¿Estábamos en otro planeta? Unas vistas preciosas y más al atardecer.



Para terminar seguimos rodeando los roques, con el coloso Teide de testigo casi permanente, ya por un sendero bastante cómodo y en descenso muy suave que nos devolvió al punto de inicio.

No sé si las descripciones responden muy fielmente a lo que íbamos viendo según lo que he estado consultando al repasar las fotos, pero eso no importa demasiado. Se trata de un sendero maravilloso por lo mucho que ofrece en poco tiempo, sin peligro especial y con un esfuerzo no demasiado intenso.


Sin embargo, y lo digo para personas que no están acostumbradas a caminar por el campo, la última zona (la primera si se empieza hacia la izquierda) no es un paseo y, sobre todo, requiere llevar calzado adecuado. A ser posible, interesa mucho hacer la ruta muy temprano o ya por la tarde, cuando se ha ido el grueso de visitantes, teniendo en cuenta que en las horas centrales del día se acumula la mayor parte de la gente, incluyendo las excursiones organizadas.


De verdad que en este caso concreto se agradece mucho tener el panorama lo más despejado posible.

