Después de la larga caminata del día anterior, hoy tocaba un poco de descanso, con lo que buscamos algún sitio para bañarnos y encontré las pozas de San Martín y la cascada del confesionario.
Vi por comentarios en internet que la mejor época para visitarlas es abril- mayo ya que es cuando llevan más agua, había gente que se las había encontrado bastante secas en verano. Pero como tampoco estaba lejos nos decidimos a ir.
Se llega girando a la izquierda antes de entrar en Boltaña en el cruce del Barceló Monasterio de Boltaña.
Hay una carretera estrecha al vecindario de San Martín, está indicado, llegas hasta un pequeño parquing, cuando llegamos a eso de las 10 de la mañana no había muchos coches, pero cuando nos fuimos se había llenado y había hasta coches mal aparcados a los lados de la carretera.
Hay un panel indicativo y estan señalizadas, las pozas están a unos diez minutos, pero una vez llegamos el camino seguía por el otro lado de las pozas y no está muy bien indicado, coincidimos con un grupo de franceses y una pareja española con una niña y nadie sabía bien por donde tirar, para coger el otro camino tuvimos que cruzar a través de las pozas.

Hicimos un trozo más de camino hasta que llegas a un cartel que te indica que a la Cascada del Confesionario hay 40 minutos por el cauce y 1 hora por el camino.
Yo y mi hijo llevábamos escarpines con lo que decidimos ponérnoslos e ir por el cauce y mi madre y mi marido siguieron por el camino.
Las dos primeras pozas que habíamos dejado más abajo son las que más agua tienen, siguiendo el cauce había menos agua.
Aún con los escarpines tenía miedo de resvalar y llevaba mochila con el móvil, toallas.. Con lo que en todo lo que podía iba por el lateral para no pisar en mojado. Mi hijo en cambio como iba en bañador, se empezó a tirar por todas partes, toboganes imaginarios, piscinillas...
Ya vi que a esa velocidad no iríamos muy lejos, de modo que cuando pude hablar con los otros que iban por el camino, quedamos en quedarnos ya en la siguiente poza que vimos y bañarnos allí.
Los franceses siguieron por el camino del bosque y la pareja con la niña se habían quedado ya a bañarse en las primeras pozas.
Estuvimos muy a gusto en nuestra poza mediana, más que nada que fué para nosotros solos. El agua está fresquita pero nada que ver con ríos de la zona que están congelados. Mientras nos estabamos bañando pasaron un par de parejas andando con escarpines por el cauce, pero si se anda por el cauce y llevas alguna cosa que no pueda mojar tienes que alternar con el camino en puntos si no quieres arriesgarte a resbalar.
A eso de las 12 del mediodía decidimos vestirnos y volver, mi marido tenía antojo de comer chuletón, que llevábamos 5 días y todavía no habia provado. Con lo que buscamos por internet y vimos que en el Restaurante Zabrin Asador Cervecería tenían menú del chuletón, reservamos mesa para las 2:30.
Como faltaba rato nos decidimos a visitar Jánovas, un pueblo abandonado que está pásado Boltaña dirección Torla.
Había un proyecto de los años 50-60 de construir una presa en el río Ara y se expropiaron las casas de los habitantes de Boltaña, para asegurarse que no volvían las dinamitaron, talaron sus frutales... Al final pasados los años no se llevó a cabo la presa y actualmente hay antiguos propietarios que han reclamado recuperar sus casas y algunas las están rehabilitando.

Nos dimos una vuelta por el pueblo hasta la iglesia de San Miguel, la portalada de esta se encuentra en una plaza de Fiscal, la llevaron allí para salvarla en su momento. La rehabilitación de la misma se hace a través de una fundación privada y se pueden hacer donaciones a misma.
Vimos que la casa que está más arreglada es el Ayuntamiento.
Es un pueblo que debió ser muy bonito, ahora en estado semiderruido tiene encanto.
Una vez dada la vuelta por el pueblo volvimos al río, dejas el coche al otro lado.
Río abajo a unos 200 metros hay un puente de madera colgante, mi hijo no quiso ir , quería ir al río a poner los pies en el agua así que me quedé con él, y mi marido y mi madre fueron hasta el puente, por lo que vi en sus fotos es muy bonito y coges vistas chulas del pueblo desde allí.

Acabada la visita nos dirigimos a Boltaña a comer, tomamos menú de chuletón yo y mi marido, de primeros: Gazpacho, migas, favada y ensalada y el chuletón de kg para copartir más postres 30 euros , estuvo genial y salimos del restaurante con necesidad de tumbarnos a hacer la digestión un rato.
Con lo que para seguir con el día de baño nos fuimos a la Gorga de Boltaña, está situada en un cruce dentro del pueblo al camping la Gorga, está indicada. De hecho está justo al lado del cruce.
Básicamente es una zona donde el río es más hondo y tiene menos corriente, pasamos allí la tarde, el agua estaba fresquita pero nada que ver con como estaba en San Nicolás de Bujaruelo, te puedes bañar sin problema sin riesgo a congelarte.

Seguidamente regresamos al apartamento, parando a comprar de nuevo pan y embutido para bocadillos al día siguiente,